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Vagabundos del destino por Ter_Killer

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Notas del capitulo:

Naruto no me pertenece, pertenece a Masashi Kishimoto. Yo sólo tomo prestados sus personajes para este fic.

- Dialogos.-
"Pensamientos"

Gracias a mi nee-chan Akane Miyano por betearme el cap.

 

Capítulo  1

Las vueltas de mi reloj de arena

 

Entró por la puerta grande  de la aldea oculta de Konoha, recibiendo sendas reverencias de los centinelas que había allí apostados. Eso era algo bueno que tenía su actual puesto, el respeto que le tenían todos. Aunque a veces no compensaba las montañas de papeleo que tenía algunas mañanas sobre la mesa de su despacho.

Caminó por las ya conocidas calles, esperando como cada vez que visitaba la aldea escuchar aquella ruidosa y alegre voz, saludándole sin ningún respeto, sin utilizar su título como hacían hasta sus hermanos, utilizando sólo su nombre, como amigos. Pero al igual que las otras ocasiones eso no ocurrió.

Suspiró imperceptiblemente, oculto tras su sombrero de Kazekage, recordando.

*Flash back*

- Aún no entiendo por qué has querido venir tú, Ga...Kazekage-sama. Podría haberme ocupado yo sola.- dijo una rubia mientras caminaban por los pasillos rumbo al despacho de la Hokage.

- Ya sabes los movimientos sospechosos que ha habido últimamente. A mi no se atreverían a atacarme, aún no les conviene. En cambio si probarían el  atacar a un mensajero.- miró de reojo a su hermana, que no parecía muy convencida. - Además, me apetecía volver a Konoha.

Temari sonrió para sus adentros. Ella sabía el porque de querer volver a la aldea de la hoja.  No era por el lugar, sino por la gente que había allí, por los amigos que había conseguido desde el examen, y sobre todo por aquel rubio ruidoso de sonrisa zorruna que había conseguido vencerlo. Aunque el pelirrojo no lo dijera abiertamente ni bajo amenaza, apreciaba a Naruto mucho más de lo que estaba dispuesto a admitir.

- ¡Repite eso!

Ambos se pararon en medio del pasillo. Aquel grito había venido del despacho de la Hokage, a sólo unos pasos de ellos.

- Esa era... ¿la Hokage?

- Averigüémoslo.- respondió Gaara con decisión, avanzando hasta la puerta.

- ¡¿Y se puede saber cómo es que ha desaparecido Naruto?!- el grito de Tsunade evitó que oyeran la puerta abrirse, pero sirvió para dejar parados a los dos recién llegados.

- ¿Naruto ha desaparecido?- la voz de Gaara, seria y a un volumen no muy alto hizo que todos los que estaban en aquella sala se giraran a verlos.

El pelirrojo ignoró las miradas de Kakashi, de la ayudante de la Hokage y de varios adultos más que había en aquella sala, y que no había visto desde la vez del examen.

- Esto es un asunto privado Kazekage-sama, deberá esperar afuera.- la primera en hablar fue Shizune, haciendo el amago de dar unos pasos hacia ellos.

- La voz de la Hokage se oía desde el pasillo, y ya nos hemos enterado de lo que pasa.- respondió Temari entrando junto a su hermano al despacho y cerrando tras de sí. Gaara había cruzado los brazos sobre su pecho, su rostro serio oculto por el sombrero.

- Da igual.- Tsunade se sentó y dio un resoplido. Aquello se estaba complicando, pero quizás la ayuda del pelirrojo le sería útil.

- ¿Cómo es que Naruto está desaparecido?- volvió a preguntar el ojiverde.

Los allí presentes se dieron varias miradas hasta que la Hokage hizo un gesto de cabeza.

- No sabemos nada seguro. Naruto no ha aparecido, no está en su casa, ni en el Ichiraku, ni en ninguna parte de la aldea. Y no tiene ninguna misión encomendada.- dijo Kakashi con su tono eternamente despreocupado, leyendo un tomo de Icha Icha Paradisse.

- Entonces, ¿ha marchado o...se lo han llevado? - preguntó Temari. La primera opción no le parecía muy probable. Sabiendo que el rubio quería ser Hokage, el marchar de la aldea equivalía a ser considerado desertor.

- Ese crio...- remugó la Hokage dando un puñetazo en la mesa.- Como haya ido a buscar al Uchiha juro que lo moleré a golpes en cuanto lo vuelva a ver.- abrió un cajón violentamente y sacó una botellita de sake que bebió casi de un trago.

Gaara la miró ceñudo, Temari miró asombrada a la otra rubia y Shizune sólo negó con la cabeza. El resto no hizo ningún comentario ante aquella escena.

- Ese no es el único problema.- Anko, que había permanecido apartada dio un paso hacia delante.- No es el único que ha desaparecido. Hyuga Hinata tampoco ha vuelto de su misión dentro de la aldea. Nadie la ha visto por ningún lado y han aparecido dos personas muertas. Un ninja en una de las entradas secundarias y un aldeano en un bosquecillo de la aldea.

Las caras de los allí presentes se enseriaron aún más. Aquello cada vez tomaba tintes más oscuros.

- Convocad a todos los jounins que no estén de misión. Quiero que barráis toda la aldea, no dejéis ni un rincón sin mirar. Quiero que los encontréis o que halléis alguna pista sobre donde fueron y quienes se los llevaron. Anko, busca a Kurenai, infórmale sobre lo sucedido y que hable con el jefe del clan Hyuga.

Hubo un asentimiento general y después fueron desapareciendo uno a uno, dejando solos a los dos Kages junto a Shizune y a Temari. La Godaime suspiró y tomó un nuevo trago de sake bajo la mirada reprobatoria de su ayudante. Iba a ser una tarde muy larga, sobre todo cuando el cabeza del clan Hyuga fuera a pedirle explicaciones. Porque de eso estaba segura, vendría a pedírselas, y necesitaba sake para enfrentar todo aquello.

- Bien, Kazekage-sama, te escucho. ¿Que nuevas noticias traes de Suna?- preguntó alzando el rostro, seria.

Gaara también la miró de la misma forma, haciendo a un lado su sombrero. Aunque lo de Naruto le preocupaba bastante, él tampoco traía buenas noticias. De hecho, sus malas noticias se parecían bastante a las misteriosas muertes de aldeanos. Pero en el país del Viento no habían sido sólo dos.

* Fin del Flash Back*

De eso hacía ya tres años. Tres años sin noticias del rubio Jinchuuriki. Pero al menos sabían que no lo habían capturado los miembros de Akatsuki para extraerle al bijuu, como habían hecho con él mismo.

Pensar en aquel incidente aún le hacía fruncir el ceño disgustado. Pensar que lo lograron capturar, extraerle a Shukaku y casi matarlo le hería el orgullo. A pesar del sombrero de Kazekage  que mantenía oculto parte de su rostro, varios aldeanos se alejaron al notar el enfado que ahora mostraba el pelirrojo.

Se obligó a mantener sus emociones bajo control y ver ‘el lado positivo', como había dicho su hermano Kankuro alguna vez.

Al menos ahora no tenía que escuchar la voz de Shukaku a todas horas, y podía dormir sin miedo a causar una desgracia. Aunque sus horas de sueño eran escasas aún ahora que no portaba al bijuu. Demasiados años sin dormir como para que su cuerpo se acostumbrara de la noche a la mañana a desconectar durante las horas nocturnas. Al menos alcanzaba a dormir unas cuatro horas y eso le bastaba para sentir su cuerpo descansado.

Lo que no había visto tan positivo era la pérdida de poder en lo que controlar a la arena se refería. Había realizado extenuantes entrenamientos para volver a su poder de antes, y no sólo había conseguido eso sino que también había desarrollado nuevas técnicas y había aumentado su poder. Trabajo le había costado, pero rehusaba convertirse en alguien débil y tener que ser defendido por otros. "Antes muerto que tener que estar bajo la protección de algún incompetente. El trabajo bien hecho es el que realiza uno mismo."

Ya suficiente tenía con ver las incompetencias con el papeleo que le llegaba como Kazekage, como para dejar a otros su seguridad.

Al menos el control de la arena seguía con él, eso y sus profundas ojeras.

- Buenos días Kazekage-sama.- hizo un gesto de cabeza a los ninjas que le abrieron la puerta y enfiló sus pasos al despacho de la Godaime.

Miró de reojo hacia su izquierda, escuchando unos pasos, sigilosos pero cercanos que lo pusieron alerta. "Las viejas costumbres no se olvidan."

Pronto pudo ver claramente la figura de Hyuga Neji, saliendo de un pasillo lateral y caminando hacia el mismo sitio que él.

Ambos se saludaron con un escueto gesto de cabeza, observándose fijamente el uno al otro antes de reanudar la marcha, ahora caminando el uno junto al otro.

Aún recordaba cuando el de ojos blancos se había enterado de la desaparición de su prima. Estaba hablando con la Hokage sobre la cantidad de aldeanos y viajeros que habían aparecido muertos en el país del viento, todos por la noche y sin pistas concluyentes que pudieran revelar el agresor, cuando la voz del moreno se oyó tras la puerta del despacho.

Neji y su equipo habían permanecido casi un mes de misión y su aspecto lo demostraba. Sus ropas mostraban algún que otro desgarrón y llevaba algunos vendajes en el cuerpo. Había llegado allí para dar el reporte y un par de jounins, pensando que venía en nombre del clan Hyuga por la desaparición de Hinata, lo habían instado a hablar con la rubia.

Al conocer la noticia el casi siempre inexpresivo rostro del Hyuga había mostrado su sorpresa, su preocupación y su rabia. Se habría unido a alguno de los grupos de búsqueda sino fuera porque la autoritaria voz de la Hokage se lo prohibió, ordenándole ir al hospital y tomar reposo, negándole cualquier posibilidad de buscar a su prima hasta que estuviera totalmente recuperado y descansado.

Sonrió mentalmente al recordar la cara de la Godaime cuando esa situación se dio al día siguiente por la tarde. Quisiera o no Neji en un solo día ya estaba suficientemente bien como para empezar con otra misión, y necesitaban a todos los jounins posibles.

- ¿Alguna novedad? - aquella pregunta por parte del Hyuga no le sorprendió. Ya era habitual en ellos cuando se cruzaban, ya fuera buscando pistas sobre el paradero de Naruto y Hinata o cuando se cruzaban camino al despacho de la Hokage. Ocasionalmente el de ojos blancos le había llevado a Suna algún mensaje personal de la Godaime.

No eran amigos íntimos ni mucho menos, pero se respetaban mutuamente y reconocían el trabajo y el esfuerzo del otro en aquella misión común, y no era raro verles compartir una conversación, formal, pero larga.

- Ninguna sobre los ‘objetivos'.- Objetivos. Aquello aún le provocaba cierta hilaridad. Así era como habían comenzado a llamar a la Hyuga y al Uzumaki tres años atrás. Kami sabía que sólo la cabezonería y el mal carácter de Tsunade había evitado que a los dos desaparecidos se les pudiera dar la clasificación de desertores y traidores. Y pobre de aquel que los llamara así enfrente de la rubia. "El último atravesó tres paredes antes de caer inconsciente al suelo."

- ¿Y sobre movimientos extraños? - sus ojos verdosos se posaron unos instantes sobre Neji, comprendiendo muchas de las implicaciones que aquella simple pregunta traía.

- Por lo que sé de mis informantes ahora el país de la Tierra el que debe preocuparse por movimientos extraños y misteriosas muertes. Sin embargo, ha habido algunos indicios sutiles en el país del Viento. No son iguales, y no hay muertes, sólo ataques, pero está siendo investigado.- su voz profunda era un susurro confidencial hacia el moreno.

Ambos compartían  ese tipo de información ‘clasificada' cuando se encontraban. No por camaradería, sino por que ambos buscaban a uno de los objetivos con el mismo ahínco y obsesión. Aunque el ‘objetivo' de ambos fuera distinto.

- Comprendo.- asintió con la cabeza para dar más énfasis a sus palabras.- En las montañas que lidian con el país de la Lluvia también ha habido movimientos extraños que parecen alejarse. Aunque a veces también hemos encontrado otros más puntuales y sutiles que no parecen seguir un rumbo fijo, pero que son bastante difíciles de catalogar.- los ojos blancos del mayor se entrecerraron, un pensamiento unánime instalado en ambas mentes: Habría que tomar más atención a aquellos ataques sutiles.

***

El suave murmullo de unas hojas moverse era lo único que indicaba que allí había alguien, pues el resto del bosque seguía en absoluta calma. Una mano enguantada apartó unas ramas de la misma forma sigilosa en la que se movían al avanzar, para dejar libre la visión de las luces de una aldea.

- Ahí está. Estaremos allí para la hora de la cena.- una voz profunda pero pícara se dejó oír, tan bajo como si fuera el murmullo del viento, mientras unos ojos de cielo brillaban con diversión.- Y tú que no confiabas en mi palabra.

Recibió una sonrisa cálida en respuesta a su broma, antes de que ambos comenzaran a caminar hacia la aldea con el sigilo de un ninja bien entrenado, o como el de los fantasmas, llegando a parecer que las dos figuras que habían estado allí no eran más que una ilusión.

 

 


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