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Y mi nombre es ... Deseo por sherry29

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Notas del fanfic:

Es algo bastante diferente a mi otro fic , pero bueno me gusta la versatilidad, en la variedad esta el placer, ademas es solo un episodio.

Notas del capitulo: Es una historia cortica que muestra un poco algo de resentimiento que tengo contra muchas cosas que me han sucedido ultimamante. espero lo disfruten .

Los tenues haces de luz de una luna sutilmente asomada en el estrellado firmamento se asomaban tímidas por la ventana de aquella habitación, carcomida por los años, la lluvia y  la soledad , permitiendo  vislumbrar dos sutiles sombras que permanecían impávidas una frente a la otra como si se hubieran detenido temporalmente o quizás para siempre.

 

Un sutil movimiento de una de ellas rompió por fin el instante eternizado de absoluta parálisis.

 

-¿Donde lo haremos esta noche? – pregunto un joven de mirada profunda y cabellos desordenados  a su acompañante, quien se hallaba mirándolo fijamente sin musitar palabra alguna desde el instante en que entro a aquella alcoba.

 

- ¿En la cama? – continuo interrogando al  haber obtenido silencio como respuesta   y mirando las viejas colchas ya gastadas por el uso, tristemente  no tanto como su cuerpo mismo.

 

- ¿O prefieres el sofá en el que estas sentado? – su monologo lo hacia sentir que por momentos  forzaba  una situación  no deseada por el sujeto rubio,  quien lo miraba como tratando de fotografiar su imagen en su memoria, para nunca mas olvidarla, para que permaneciera como una huella dolorosa de un destino no elegido.

 

- ¿Aunque quizás pueda ser el piso? , elige lo que quieras, pero con mucho cuidado, porque sabes que será la ultima vez. – lentamente luego de pronunciar estas palabras comenzó su ritual, agachando la mirada, no pudiendo soportar mas los ojos que impregnaban tantos sentimientos es su piel.

 

Alvaro Ramírez observaba ese cuerpo frente al suyo, tan conocido, tan cercano, tan inquietamente familiar…  tan suyo y a la vez tan lejano, tan difícil de reconocer en esos momentos. 

 

- Prefiero la cama, será mas fácil allí. – dejo oír por fin y sus palabras sonaron extrañas en un reciento donde solo reinaba el silencio desde el momento en que Deseo comenzó a permitir que la humedad que se filtraba por las paredes se convirtiera en su nueva vestidura, luego de haberse despojado de las propias.

 

La figura que se hallaba recostada en el sofá abandono su sitio, dejando un calor adherido a las viejas fibras de hilo. Su cuerpo que había estado desnudo todo ese tiempo fue parcialmente iluminado por la cada vez mas tenue luz, pasando por el lado de su amante de una  manera que hubiera sido considerada totalmente indiferente, si no hubiera sido por la casi imperceptible desviación de la mirada durante una fracción de segundo, siendo percibida por el muchacho a su lado como una caricia demasiado feroz, casi destructiva.

 

Se tiro de espaldas al lecho, sintiéndolo tan húmedo como el resto de la habitación, y arrepintiéndose momentáneamente de haber abandonado el sofá.

 

No tardo en sentir como un calor, dolorosamente cercano en esos momentos, tomaba lugar a su lado, imitando su posición. Una mano aun mas caliente que la sangre que recorría su cuerpo de una forma ridículamente veloz, comenzó a subir por su muslo hasta encontrarse con una flacidez no esperada.

 

- ¿Estas nervioso o arrepentido? – pregunto sin dejar de tocar ese falo perfecto que hoy misteriosamente parecía resistente a sus caricias.

 

- Ninguna de las dos – dijo sin retirar la vista del techo que dejaba entrever pedazos de cielo por los múltiples agujeros sin reparar, que en las noches de lluvia permitían el paso de innumerables gotas frías, que queriendo besar la gravedad que las atraía sin remedio, terminaban estrellándose contra sus cuerpos, muriendo sin cumplir su objetivo, de llegar al centro de la tierra misma. Se pregunto si en aquel sitio llovería.

 

- ¿Crees en el destino? – Deseo, sabia que su pregunta no lo sorprendería. Y se coloco a horcajadas sobre el dejándole ver el brillo azulado de sus ojos divinos.

 

- El destino, es un puto como tu. – estas palabras se acompañaron de un paseo casi obligado por las caderas del esbelto y siempre impudoroso pelinegro. Haciendo que su hasta entonces inerte amigo, empezara tomar posición de batalla.

 

- Te dejare tocar mi alma como te lo prometí – sus propias manos se convirtieron en sus nuevas amantes mostrándole el camino que lo llevaría a encender su propio nombre.

 

Los dedos en su boca salieron bañados en esa esencia fabulosa que contenía parte de su aliento,  dejando un hilo de humedad por su cuello, su torso, su abdomen y por último, en ese miembro ahora tan en alto como su adversario de guerra.

 

Alvaro por su parte observaba mudo el espectáculo que a sus orbes miel se les ofrecía, haciéndolas soltar destellos de pasión que por momentos sentía que eran capaces de quemar la piel que sus manos aun no tocaban.

 

Un panorama conocido pero siempre añorado, se coloco ante sus ojos, haciéndolo prestamente abrir su boca haciéndose de ese pequeño soldado  que se le ofrecía en sacrificio como garantía de una ficticia tregua.

 

Por su parte Deseo también se ocupo de la principal arma de su ponente de cama y ambos como si de un solo cuerpo se tratase hundían sus orgullosas virilidades en el campo enemigo, marcando un terreno siempre en disputa.

 

Cuando pensaban que ya no era posible encender mas sus cuerpos una marea de calida satisfacción invadió ambas bocas solo con segundos de diferencia, embriagándolos con el dulce néctar que brotaba sin poder detenerse, haciéndolos pensar que habían quedado tan vacíos como sus esperanzas.

  

La espera duro poco para Deseo, quien se encontraba tendido sobre un lecho que desconocía el significado de frió, ahora era un volcán ardiendo, evaporando las gotas que aun salían de sus miembros, quienes no se agotaban tan rápido como sus conciencias.

 

- Déjame mirarte – le susurro el pelinegro al oído, clavando sus ojos en los celestes.

 

- ¿Qué quieres ver? – pregunto ante este extraña actitud.

 

- Mi nombre en tu mirada.

  

Pasaron varios minutos reconociendo ese sobrenombre que llevaba con orgullo, en los ojos de su amante, mientras Alvaro por su parte reconocía algo de lo que no se había percatado antes; la inocencia disfrazada de experiencia.

 

- Que belleza- alcanzo a susurrar antes de  que su boca se adueñara de eso tibios labios, conocedores de los secretos mas recónditos de su cuerpo, amigos íntimos de su piel.

 

No se conformaría solo con aquella cueva de placer, recorrería todo ese regalo que le fue obsequiado hacia dos años y que hoy perdería irremediablemente.

 

Los dulces gemidos empezaron a pegarse en las paredes de la recamara cómplice de sus pasiones como recuerdo del inmenso sentimiento del que un día fueron testigos.

 

Sus cuerpos cabalgaban abrazados queriendo volverse unos solo cuando Alvaro entro a ese templo de pecado que muchas veces le había abierto sus puertas y en el que hoy rezaría su ultima plegaria , abrazando ese cuerpo lujurioso que nunca le permitió ver mas allá de lo necesario para calmar las ansias del cuerpo se encontró con algo sorprendente que lo hizo sonreír triunfante , mientras una ultima estocada lo hizo dejar la ultima huella evidente en ese cuerpo , satisfecho por no haber sido el primero y mucho mas por haber sido el ultimo.

 

Deseo por su parte dejaba escapar tibias lagrimas que corrían la misma suerte que las gotas de semen, perdiéndose en el ardor de las mantas, mientras contraía hasta la ultima fibra de su ser y dejando en medio de ellos la prueba máxima de su placer.

 

Las respiraciones entrecortadas los trajeron de vuelta a la realidad de donde habían partido minutos antes, recordándoles sus verdaderas intensiones del encuentro.

 

- ¿Lograste tocarla, a que te supo? – pregunto acomodando su cabello, quería verse bien cuando los encontraran.

 

- Me supo… me supo a Deseo.

 

- …

 

- Y el deseo sabe a ti.

 

Con estas últimas palabras el rubio se apodero de su cuello, apretando sin miramientos, ni escrúpulos, no debía dudar, o no seria capaz de hacerlo. Mentira si lo haría, lo supo desde siempre, desde el mismo momento en que se lo pidió, cuando tuvo que aceptar que se había convertido en su esclavo desde la primera vez que lo vio.

 

En sus manos podía sentir como el calor de ese cuerpo antes ardiente comenzaba a enfriarse , su mejillas que habían  permanecido durante todo el acto marcadamente sonrojadas ahora palidecían ante la falta de aire, y su labios se tornaban violáceos, seguramente estaban siendo besados por la muerte de la misma forma que el lo había hecho antes.

 

Permaneció así esperando que de esa boca ansiosa saliera la ultima el suspiro, sabiendo que cuando esto sucediera, su alma también viajaría con el, mezclándose ambos en el roció de la madrugada, tornándolo exquisitamente calido.

  

Y así fue la última exhalación de Deseo, tomo el lama de Alvaro firmemente para que ahora lejos de los tentáculos del puto destino, pudieran realizar lo que les viniera en gana, sin dar explicaciones, sin tener que pedir permiso. Siendo libres.

 

Alvaro soltó el cuello del que alguna vez fue el recipiente de su deseo sintiendo como su cuerpo empezaba lentamente a caer bajo los efectos del veneno consumido horas antes, porque si de algo estaba seguro era que así como había aceptado ser un sirviente sumiso de aquel precioso esclavo de la vida , el no seria el puto del puto destino.

Notas finales: Dedicado a ese bello angel que un dia la vida me obsequio sin merecer , y ahora me quiere arrebatar. Por que al igual que esta historia con su ultimo suspiro , tambien se llevara mi alma. Te amo hermosa , mi alma te pertenece.

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