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Las Cronicas del Sharingan: La Busqueda de Suzaku por TsukiDei

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Notas del fanfic:

Ligero UA. El mismo mundo shinobi, con ninjas y todo, PERO una muy diferente historia.

Tengo escritos (hasta ahora) 9 capítulos. Asi que cuando tenga tiempo colgaré más. Bueno, eso si es que dejan reviews :D

Notas del capitulo:

Este capitulo ha sido editado~!! O:

Naruto no me pertenece.

Decidí colocar el prólogo y el primer capítulo juntos, ya que el prólogo era demasiado pequeño por sí solo.

Ligero UA. El mismo mundo shinobi, con ninjas y todo, PERO una muy diferente historia.

Prologo.

Mi nombre, Itachi Uchiha. Soy un guerrero de elite en la aldea de Konoha. A mis 19 años tengo más condecoraciones que las que la mayoría de los shinobis normales soñarían en tener en toda su vida.

Mi clan es el Uchiha. El clan más poderoso que existe, o mejor dicho existió en Konoha. Ahora están muertos.

Yo estuve ahí. Yo participé en su exterminio. Hace 4 años.

Todavía puedo sentir la sangre fresca escurriendo por mi katana, hasta la punta de mis dedos. Puedo escuchar los gritos, suplicas y sollozos de los pobres diablos que no murieron con un solo golpe de mi espada. Personas que me agarran de los pies y me suplican que las deje vivir, mismas que ignoro y entierro mi sable hasta dentro de su ser.

Escucho a mis padres.

A mi madre, preguntándome por qué lo hacía, cómo podía matar a las personas que amaba y que me amaban.

"¿Por qué...?" pregunta ella... "¿amaban...?" Mentira. No les importaba. Solo era un arma. Un asesino.

Querían que fuera perfecto. Y lo fui. Una maquina de muerte perfecta. Sin sentimiento. Me río de la ironía de su situación. Crearon un shinobi perfecto, para protegerse y ser mejores que los demás. Y los maté... No protección... No superioridad... Solo muerte... Y sangre.

Mi padre... ¡Oh como disfrute su muerte! Más porque yo la cause. Me miró a los ojos. Y yo a él. Y le sonreí...mientras encajaba la espada con lentitud. Disfrutando del dolor que tenía en los ojos...el miedo. La retorcí dentro de él, y gimió un grito lastimero y patético.

Mire a mis alrededores. Sangre. Sangre por todos lados. Dando al ambiente un tinte rojizo. Al espacio un aire pesado y cargado de muerte y odio.

Y entonces lo vi.

Mi hermano menor. Sasuke.

Me acerco a el y me arrodillo a un lado de su forma temblorosa.

-Esto lo hice por ti.

Él entiende. Y si no...lo hará. Lo hice por él. Por el futuro de nuestro clan. El egoísmo y la prepotencia de nuestros familiares nos estaban destruyendo. Lo hice, para que no lo convirtieran, no lo transformaran en algo como yo. Lo hice porque él era el único que estuvo ahí. El único que se preocupaba cuando regresaba del duro entrenamiento que me sometía mi padre. El único que sabía que no era un arma. Era un humano. Su hermano mayor.

Y lo hizo. Lo entendió. Y nos fuimos juntos. Lejos de nuestros pasados. De mi crimen.

Capitulo I:
La leyenda

-Vamos, Itachi... ¡No estás tomándolo en serio!

Un golpe esquivado. Una patada dirigida por el lado izquierdo, detenida por la mano del mayor. Sasuke tampoco lo tomaba en serio. Itachi sabía que su hermano menor quería probarle que era fuerte, pero no era necesario ponerle esfuerzo, pues obviamente el más pequeño de los dos tampoco hacía alguno.

Sasuke se limpió el sudor de la frente con su mano, mientras se ponía de nuevo en posición de combate, dispuesto a seguir atacando a la menor oportunidad. El sol estaba con toda la fuerza que el inicio de la tarde le permitía.

-Cuarenta y cinco minutos. Se acabó, Sasuke. - la fuerte voz del Uchiha mayor avisó.

Itachi dejó que la más breve de las sonrisas (era, si acaso, una media sonrisa) se mostrara en su rostro, al ver cómo su hermano se detenía en confusión, y luego cómo un duro gesto de enojo y disconformidad se asentaba en su cara

Si por Sasuke fuera, tendría todo el día para entrenar. Itachi no necesitaba tanto, pero estaba preocupado por su hermano y se había vuelto una prioridad para él el que se fortaleciera; si es que algún día le llegara pasar algo a Itachi, Sasuke podría arreglárselas él sólo. No es que Itachi estuviera esperando que le pasara algo, pero aún así...

Itachi le había ofrecido a Sasuke treinta minutos al día para entrenar. El menor los había negado, y le había dicho con reproche que era muy poco tiempo. Después de algunas negociaciones, llegaron al acuerdo de cuarenta y cinco minutos al día

El menor miró con odio a Itachi por unos segundos, mientras caminaba hacia sus mochilas. De ellas sacó un par de botellas de agua y le lanzó una a Itachi, quien la atrapó con facilidad en el aire, antes de empezar a tomar el agua.

Los ojos de Itachi se ensancharon, y bajó la botella de sus labios, con el ceño fruncido. Había un sonido entre el ambiente. Itachi observó hacia los árboles que los rodeaban. Alguien estaba aplaudiendo pausadamente, e Itachi se sintió en alerta mientras buscaba el causante de dichos aplausos.

Encima de uno de los árboles, de pie en una gruesa rama, se encontraba la persona que estaba aplaudiendo, apoyada de medio-lado con el tronco del árbol, aparentemente observándolos. Aparentemente, pues no estaba seguro--la figura tenía una máscara naranja, con líneas negras en espiral y con un solo agujero para los ojos, cubriendo su rostro. Ridículo.

Probablemente era daltónico. Pobre. El naranja era un color demasiado llamativo para que alguien en su sano juicio, (un ninja, sobretodo) lo usara. En cuanto a su vestimenta, al menos era la de un ninja normal; todo completamente negro.

Lo que realmente perturbaba a Itachi, era el que éste extraño se hubiera escurrido hasta esa posición sin que se diera cuenta. Sasuke tampoco se percató de su presencia a tiempo. No es que debiera dé, el mismo Itachi no lo hizo.

-¡Una excelente batalla! Su espectador ha quedado complacido...-dijo el extraño, mientras dejaba de aplaudir.

Para ese entonces, Sasuke también se había percatado de la nueva presencia y ahora estaba parado junto a su hermano mayor, en alerta.

-¿Qué es lo que desea?- preguntó Sasuke, con calma para no perturbar al enmascarado.

-Bueno...- empezó el extraño, bajándose del árbol con gracilidad en un sólo salto. Itachi inmediatamente puso sus sentidos alerta a cualquier posibilidad de ataque.-...deseo muchas cosas, pero ahora me conformaría con una gran y caliente taza de té de manzanilla. Dicen que es bueno para aliviar los malestares del estómago, pero personalmente prefiero algo más dulce...

Sasuke parpadeó. De la nada, sale un... ¿joven?... misterioso, con una estúpida mascara, y empieza a hablar de sus preferencias en el té. ¿Era una broma, esto? El menor volteó hacia Itachi, mirándolo con confusión. Itachi le devolvió una mirada igual, antes de volver hacia el extraño.

-... No me importaría uno frío, después de todo saben igual. - terminó de hablar (o al menos, eso es lo que esperaba Itachi). El moreno mayor estaba seguro que, debajo de la mascara, se escondía una sonrisa idiota de autosatisfacción acerca de su monólogo del té.

-Pero...- continuó, moviendo su cabeza ligeramente hacia a un lado.-...esa no era la respuesta que buscaban ¿Cierto?

Bien. Cambien la sonrisa idiota por una sonrisa presuntuosa y burlona. Esa persona estaba jugando al inocente con ellos, y eso no le gustaba a Itachi.

-¿Quién eres y qué es lo que quieres?- preguntó con dureza Itachi, olvidando de antemano la educación. Este tipo no le daba buena impresión, y si quería algo, más le valía que terminara con esto y lo dijera.

-Oh, que modales tengo. ¡No me he presentado!-dijo la molesta voz del enmascarado.- Entonces, puedes llamarme Tobi.

-Y habríamos de suponer que tú ya nos conoces...-Sasuke supuso en voz alta.

El enmascarado, Tobi, rió ligeramente y asintió.

-Tú eres Uchiha Sasuke y él...-volteó su cabeza hacia el mayor-...él es Uchiha Itachi.

Si antes no le agradaba, ahora menos. Había algo en él que simplemente le causaba disconformidad.

-No has contestado a mi segunda pregunta.- exigió Itachi, su voz controlada.

Tobi pareció un momento pensar en lo que iba a decir, mientras se cruzaba de brazos.

-Vengo a pedirte que formes parte de nuestra organización...-le contestó, con una seriedad recién mostrada.

Itachi frunció el entrecejo.- ¿A qué te refieres?

Tobi lo miro un momento, y luego movió ligeramente su cabeza para observar al menor de los Uchihas. Itachi percibió esa mirada, instintivamente dando un paso a un lado, así cubriendo a Sasuke con su cuerpo. Itachi suponía que Tobi deseaba hablar a solas ese tema, pero no iba a dejar a su hermano.

-Él no irá a ningún lado.-dijo con advertencia.

Tobi dio un suspiro largo y dramático, haciendo a Itachi querer rodar los ojos ante su actitud.

-Akatsuki.- respondió por fin.

¿Amanecer?, pensó Itachi. Era un nombre poco común, y le hacía dudar, pero sabía que no debía de juzgar así las cosas. Después de todo, su propio nombre significaba comadreja.

-¿Qué es lo que quieren de mi? -preguntó.

Tobi tardó un momento en contestar.

-Dime, Itachi... ¿has oído hablar de ‘Los Diez Dioses'?

----

Itachi estaba sentado silenciosamente y en meditación, en uno de los sillones de la sala. Sasuke se hallaba sentado del otro lado de la habitación, leyendo un libro despreocupadamente.

-Estás pensando en lo que dijo Tobi...-no era una pregunta. Itachi volteó a ver a su hermano, y observó que Sasuke no había separado sus ojos del libro. Su hermano lo conocía demasiado bien...

Itachi suspiró imperceptiblemente y se recargó completamente en el sillón, cerrando sus ojos y recordando los eventos que habían sucedido más temprano en ese día.

----FlashBack----

-He oído algo...-contestó Itachi, preguntándose el por qué de tan extraña pregunta.

Tobi se recargó en el árbol que estaba detrás de él.

-Hay una leyenda...-comenzó a hablar -...que cuenta la historia de los Diez grandes Dioses, y su gran sacrificio para salvar a la humanidad, hace muchos siglos atrás. Ellos depositaron su alma y poder en un anillo, para que, en un futuro, los humanos se ayudaran de estos anillos para salvarse de nuevo...

La leyenda decía que todos los dioses se trataban con armonía, y vivían en paz en su palacio en la tierra sagrada. Todos ellos, excepto Kūchin, el dios Serpiente. Él no estaba de acuerdo con la forma en la que sus compañeros dioses protegían a los humanos. Él pensaba que eran seres inferiores que no merecían su gracia y protección. Sus decisiones lo llevaron a la búsqueda de poder, queriendo ser la ley suprema en el universo. Esto lo empujó lo empujó a querer apropiarse del poder de todos los dioses. Pero se equivocó cuando empezó con Suzaku, el Gorrión Rojo. Suzaku era uno de los dioses con más poder, uno de los mejores en la pelea. Haciendo presente su poder, Suzaku evitó las intenciones de Kūchin...

Avergonzado, desterrado, y lleno de odio, Kūchin se marchó, dejando la promesa de vengarse por su humillación. Los dioses no tomaron importancia ante esas advertencias, y rieron de él. Pero un tiempo después, Kūchin se volvió a mostrar, esta vez con un ejército grande y poderoso, lleno de horrendas criaturas creadas por su propia mano, quienes ni voluntad ni corazón tenían, y obedecían a ciegas a su amo. Con esto, Kūchin amenazó con destruir a la humanidad...

Al ver esto, los dioses se pusieron en acción e intentaron, en vano, detener el poderoso ataque de la serpiente. Seiryū, el Dragón Azul, preocupado por el futuro de los humanos, entregó su vida, y con su poder espiritual destruyó una gran parte del ejército de Kūchin. Los dioses, motivados ante la heroica acción de su compañero, lo imitaron, entregando así su poder para destruir el resto del ejército. Kūchin murió ante la mano de Rei, el Lobo Plateado, y Suzaku...

Los dioses murieron peleando por los humanos, pero Rei creía que su sacrificio no debía ni era en vano. Con las pocas fuerzas que le restaban, el lobo colocó los restos del espíritu de los dioses en diez anillos, los cuales se encargó de esconder y proteger, esperando que algún día el poder de los anillos fueran liberados, y--

-Es una interesante clase de historia, sin embargo, sigo sin entender por qué desean que me una a su organización.- Itachi lo interrumpió con frialdad.

Tobi dio un suspiro de resignación. -Los anillos...-continuó, sin tomar en cuenta la ruda interrupción.-...fueron escondidos en diversos lugares, y fueron protegidos por el poder del dios Rei. Solamente la persona indicada puede usar el anillo correctamente y abrir el poder que llevan dentro. Tus acciones han hablado por ti, Uchiha Itachi, y me he dado cuenta que tú puedes ser uno de los indicados para un anillo...

Itachi lo miró pensante. Lo que le había contado era muy fantasioso para ser real, pero le sorprendía que le diera cierta curiosidad ante el hecho de que fuera real. El, er, personaje, que tenía frente a sí no le ayudaba con sus dudas. No confiaba en él.

Los ojos de Itachi se deslizaron momentáneamente hacia la mano de Tobi. Ahí, justo en su pulgar, pudo distinguir un anillo.

-Tú tienes un anillo.-dijo, no seguro si estaba preguntando o recalcando.

Tobi asintió riendo ligeramente, levantando su mano izquierda.

-Gyokunyo, la Virgen.-explicó.-No fue tan difícil conseguirlo...-su voz tenía indicios de una sonrisa presuntuosa.

La mano del enmascarado había bajado rápidamente, siendo colocada en el bolsillo de su pantalón. Itachi a duras penas logró distinguir el color blanco del anillo y la vaga forma de un kanji.

-¿Y en qué los beneficiaría a ustedes?- preguntó Itachi. Él no era estúpido, y ya tenía experiencia. Sabía que, en este mundo de gente egoísta, nadie hace las cosas sólo porque si. Tenía que haber algo a cambio.

Pasó un minuto antes de que Tobi le respondiera.

-Cuando todos los anillos estén juntos, el poder supremo de los dioses se liberará. Los dioses volverán a vivir entre nosotros, y cuidarán, una vez más, de los humanos. El poder del que disponemos mientras tengamos el anillo es grandioso, eso debe de ser suficiente para ti. Yo sé que a los Uchihas les interesa el poder...

-Tu no sabes nada.- dijo cortante el mayor, negándose reaccionar ante la discreta provocación. Sasuke había estado silencioso, observando y tratando de entender.

-Créeme, se más de los Uchihas de lo que piensas...

A Itachi no le importaba. Su clan ya no existía; solamente él y Sasuke, y eso era todo.

-Te dejaré para que lo pienses. Nos volveremos a ver pronto...-pausó un momento-... o eso espero, al menos. Es agradable hablar contigo.-terminó con la misma voz que había escuchado al principio y con una risita.

Tobi se despidió infantilmente con la mano, desapareciendo en una nube de humo. Sasuke frunció el ceño, y miró hacia su hermano, que miraba el lugar en donde había estado Tobi.

-¿Nii-san...? -tentativamente preguntó Sasuke.

Itachi no le respondió nada. Estaba ocupado procesando toda la información que le habían dado hacia unos momentos. Cuando por fin volteó, se dirigió a Sasuke y le dijo que era tarde, era hora de volver. Sasuke no fue capaz de contestarle más que un suave asentimiento, guardando sus cosas en las mochilas.

Siguió a su hermano en silencio, en camino a la casa. No quiso perturbar sus pensamientos, pues sabía que estaba analizando las cosas.

----FinFB----

-Sí.- Itachi no podía mentirle a su hermano.- ¿Qué es lo que dices tú?

El menor despegó sus ojos de su libro y lo cerró, colocándolo en su regazo, dispuesto a prestarle toda su atención a Itachi.

Le sonrió levemente.

-Sería...divertido. Una aventura. Por fin saldríamos de este aburrido lugar...

El mayor observó a su hermano con una ceja levantada, y una discreta media sonrisa en su rostro.

-¿Y quien dijo que vendrías conmigo?

Sasuke le envió una mirada de advertencia, antes de continuar.

-No voy a dejar que mi hermano ande por ahí solo. Alguien tiene que cuidar tu trasero de vez en cuando...

-¿Y ese alguien serías tú...? Después de todo, sólo tienes 15 años...

El menor bufó molesto y volteó la cara. Itachi miró eso divertido. Se levantó del sillón

-Iré a tomar un baño.-le avisó a Sasuke.

Sasuke lo ignoró. Por poco e Itachi no esquiva el libro que le lanzó Sasuke, cuando el mayor le dijo que parecía niña cuando estaba enojado.

----

El baño le sentó bien.

Después de una tarde dura de entrenamiento, había quedado sudado y acalorado, y agradecía poder refrescarse al fin. Además, había contado con que alguien viniera contando una antigua y fantasiosa leyenda, dándole la oportunidad de salir de ese lugar, ofreciéndole poder.

Era una oferta muy tentadora, lo admitía. Hace tiempo que no sentía el correr de la adrenalina que provocaba una pelea en su cuerpo. Las peleas con Sasuke no contaban, después de todo era su hermano, y no se lo podía tomar muy en serio.

Suspiró terminando de tallarse su largo cabello, y cerrando la llave, cortando el flujo de agua. Se amarró una toalla blanca a su cadera y agarró otra para secarse su cabello. Salió del baño en dirección de su habitación. Pero, al pasar por la cocina, paró en seco.

Ahí, en la mesa, estaba Tobi. Sintió sus manos convertirse en puños. Estaba en su cocina. Hablando con su hermano menor. Y lo peor de todo, ¡Comiendo su dango!...

Tobi hablaba con Sasuke, haciendo (demasiados) gestos con las manos para enfatizar su historia, mientras deslizaba el delicioso alimento por debajo de su mascara hacia su boca. Itachi estaba enojado. Su hermano se dio cuenta de la presencia de Itachi y volteó a verlo con unos ojos confundidos y suplicantes. No parecía muy cómodo, al tener que escuchar las habladurías de Tobi.

-Si, entiendo que no le agradé a ella, pero no era para que me atacara con un kunai ¿cierto?... ¡Oh! ¡Itachi-san! Estás...-miro al medio desnudo Itachi- ...mojado, huh.

-Sasuke, ve a tu habitación.-ordenó el mayor.

- Pe-...

-Sasuke. -cortó la protesta que venía. Sasuke se levantó de la silla en la que se encontraba sentado y se dirigió, claramente enojado de que lo hubieran corrido, a su habitación. Su vista se fijó en Tobi de nuevo. Luego en su dango.

-¿Qué estas haciendo aquí?

-¡Oh, solamente contándole al pequeño Uchiha acerca de mis emocionantes aventuras!...- contestó chocando sus palmas emocionado.

Itachi se cruzó de brazos, y levantó una ceja. Tobi suspiró, Itachi pudo haber jurado que el enmascarado había rodado sus ojos.

-También quería aprovechar para preguntarte de tu decisión...-le dijo como si fuera lo más obvio.

Itachi no le contestó enseguida. Estaba pensando, tanteando, analizando todas sus opciones, probabilidades. No quería hacer nada que pudiera meterlo a él o a su hermano en más problemas de los que ya estaban, pero la promesa de nuevas aventuras y, para qué engañarse, más poder, lo tentaban completamente. Tal vez no era tan mala idea...

-Está bien.- contestó.

Tobi parecía satisfecho.- ¡Perfecto! Entonces, creo que ya no tengo nada más que hacer aquí, tomo mi salida si no te importa...- Tobi comenzó a avanzar a la puerta.

-Oye...-Tobi volteó sobre su hombro, e Itachi pudo preguntar- ¿Qué se supone que debo hacer? Tengo que encontrar el anillo, lo sé. Pero... ¿Dónde lo busco?

Tobi volteó completamente su cuerpo para encarar al Uchiha.

-No sé dónde está el anillo...-se detuvo un momento, al parecer intentando recordar algo-... pero conozco a alguien que sí sabe. Tendrás que ir con él y pedirle ayuda.

El Uchiha movió su cabeza afirmando. Por dentro no estaba satisfecho; no le gustaba pedir ayuda.

-¿Y...cuál es su nombre?

Debajo de la mascara de Tobi se formó una sonrisa.

-Deidara...

Notas finales:

 

-Los nombres de los dioses son los de los anillos que usan en Akatsuki ;D

Review, onegai!!?


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