¿Puedes sentir como se detiene mi respiración? Esto pasa con tan solo poner mi cabeza en tu pecho, esperando para cavar dentro, muy dentro de ti, hasta llegar a tu corazón y poner mi nombre en él. Y es que sabiendo que me amas, tengo miedo de que el fuego que aparece en ti cuando me miras desaparezca un día.
Quisiera que este momento, donde nos confesamos nuestro amor, durara para siempre; quisiera ser tuyo por siempre.
Me recuestas gentilmente en la cama, cuidándome como si fuera tan frágil que me pudiera romper en cualquier momento y después de eso siento un ligero peso encima mío al ver como te recuesta sobre mi sin apoyar todo tu cuerpo para no hacerme daño.
No puedo evitar gemir al sentir tus labios sobre mi cuello. Tampoco puedo evitar el ponerme nervioso y sonrojarme cuando lo haces. Me sonrojo aun más cuando me dices que te encanta cuando me sonrojo así y dejas escapar una de esas risillas tontas que tienes y que sabes que me encantan.
No se en que momento desabotonaste mi camisa y ahora has empezado a descender de mi cuello hacia mi pecho y ahora tu lengua está jugando con una de mis tetillas para después darle un ligero mordisco con tu boca, lo que hace que gima tu nombre sin poder hacer nada por evitarlo. Como respuesta tu me dices un “Te amo”, y haces que separe ligeramente mi espalda de la cama con tan solo un brazo para poder quitarme la camisa del todo y no sea un estorbo mas.
Ahora has terminado de desnudarme y te empiezas a desnudar lenta y sensualmente para provocarme, no puedo evitar sonrojarme y desviar mi mirada de tu cuerpo, tan solo para levantarla y encontrarme con la tuya, aunque tus ojos son azules, tan azules como el mar, puedo ver en ellos la vista más hermosa de todas. Puedo ver a un volcán haciendo erupción en medio de todo un océano, es una vista hermosa, nada con lo que se pueda comparar. Ver tus ojos llameando es un espectáculo hermoso, es estar en medio del mar y ver fuegos artificiales iluminando el cielo, al igual que iluminan mi vida.
No se cuanto tiempo me perdí en tu mirada que no me di cuenta que ya estabas otra vez besándome el cuello, me muerdo mi labio para evitar que se escapen más gemidos de mi boca, pero es vano y salen de mi haciendo que me vuelva a sonrojar. Después de que terminas con mi cuello subes lentamente y me besas en la frente. Me besas exactamente en el lugar en donde tengo mi tatuaje de “Amor”. Y pensar que aun no le hallo significado a esa palabra, pero aun así sé que te amo, puede que sea difícil de entenderlo hasta para mi mismo pero así es.
Vuelvo a salir de mis pensamientos cuando siento el contacto de tus suaves y tiernos labios sobre los míos, me encanta tu sabor, es una droga que me vuelve loco y que nubla todos mis sentidos. No se como es que un simple roce tuyo me vuelve tan vulnerable, pero creo que he de recibir un diez por la originalidad en que lo demuestro.
Siento algo húmedo mojando mi entrada que hace que me regresé a la realidad soltando un gemido que estoy seguro lo han escuchado nuestros vecinos. Pero, volviendo a lo que tu haces, se siente bien, demasiado bien, que hace que no deje de soltar gemidos. Levanto un poco mi vista y veo que tu cabeza está entre mis piernas. Realizo que es tu lengua la que esta jugando con mi entrada, dando pequeños círculos que hacen que me den espasmos de placer por todo el cuerpo.
Veo como tu mano se levanta y se dirige hacia mi boca, sé lo que viene y acepto tres de tus dedos y los meto a mi boca, chapándolos como si fueran el sabor más exquisito que puede ver, pero no lo son, por que para mí el sabor más exquisito eres tú. Ahora que has sentido que están lo suficientemente ensalivados los sacas para dirigirlos hacia mi entrada. Siento como has quitado tu lengua y hago un disgusto, pero no dura mucho por que siento como es remplazada por uno de tus dedos, con el cual empiezas un vaivén de mete y saca una y otra vez, hace que me sienta algo incomodo pero me gusta mucho. Me gusta lo que me haces por que sé muy bien que lo haces con respeto y siempre esperas a que yo esté listo para continuar. Cuando sientes que estoy listo metes otro dedo más siguiendo el mismo vaivén pero agregándole un movimiento de arriba hacia abajo. El dolor es un poco más intenso pero no es nada que no pueda controlar. Cuando empiezo a sentir placer, siento como introduces el tercer dedo y me da un dolor mayor, haciendo que arquee mi espalda hacia atrás y de un gemido de dolor. Levantas tu rostro hacia mí y me vuelves a besar y me dices que todo está bien.
No es la primera vez que lo hacemos, pero siempre es igual, siempre me tratas como si lo fuera y aun así, me gusta que me trates de esa forma y siento como si en verdad fuera nuestra primera vez juntos.
Creo que has terminado de dilatarme puesto que siento como sacas tus dedos y levantas mis piernas hacia tos hombros. Me sonrojó al saber lo que sigue y por reacción volteo mi rostro hacia un lado, no puedo evitar apenarme. Vuelves a besarme, pero esta vez con un beso más profundo que está lleno de deseo y afecto. Siento como colocas ya tu miembro a todo su resplandor sobre mi entrada y me pongo más nervioso aún. Empiezas a entrar suave y lentamente y no puedo evitar sentir un gran dolor. Te quedas quieto para esperar a que yo me acostumbre a tu miembro, y me vuelves a besar una y otra vez recorriendo todo mi rostro. Me muevo ligeramente, provocando un gemido de placer en ambos, y con eso te doy a entender que estoy listo.
Te empiezas a mover lentamente dentro de mi, haciendo que gima una y otra vez tu nombre, mientras que tu gritas el mío sin pudor alguno. Tus movimientos se empiezan a hacer más salvajes y profundos, cuando de repente siento como ola de placer se expande por todo mi cuerpo. Te pido que por favor vuelvas a tocar ese lugar que me vuelve loco de placer y lo vuelves a hacer haciéndome gemir profundamente. Una de tus manos se vuelve hacia mi miembro, que también esta erecto por todo el place que siento, y siento como lo rodea y lo empieza a masajear lenta y tortuosamente de arriba hacia abajo. Empiezas a masajearme cada vez más rápido, no voy a aguantar mucho y te lo trato de hacer saber, pero en ese instante vuelves a tocar ese punto que se enloquece y haces que me corra en tu mano. Cuando me corro no puedo evitar contraerme y apretar tu miembro, haciendo que derrames tu semilla dentro de mi. Me siento lleno y satisfecho, feliz y amado. Me siento la persona más feliz del mundo por estar a tu lado, y así empiezas a salir de mi interior pero te digo que te detengas y te pido que te quedes un momento así.
Te has dejado caer a mi lado dejándome ver tu rostro y u hermoso cabello rubio, veo como tu respiración se esta normalizando otra vez y te acercas a mi y me besas, y me susurras al oído lo hermoso que soy, provocándome un ligero sonrojo. Levanto mi rostro hacia ti y me encuentro con tus hermosos orbes, y me pongo a pensar. Dices que lo que te encanta de mí, es mi cabello rojizo y mis ojos aguamarina, mi forma de ser contigo y la forma en que veo al mundo. Dices que soy único en todo sentido de las palabras. Dices que darías todo por mí, y ¿Te digo algo? Confío en lo que dices, creo en cada una de las palabras que me dices.
Ha, y es tan irónica la forma en que nos conocimos, y todos nos decían que estábamos hechos el uno para el otro, pero éramos lo que menos lo creíamos y mira como terminamos. Yo, quien te quería golpear por hacerte el respetuoso y caballeroso y haberme ofrecido tu chaqueta de cuero en un día de lluvia y creía que solo jugabas e intentabas ligarme; y tú, quien decía que solo tratabas de ser caballeroso conmigo y no por el hecho de que te haya gustado a primera vista. Después de eso nos empezamos a llevar bien, recuero cuando un día llegaste a la escuela con tu pelo amarillo pintado de rojo, y me enojé mucho y te pregunté si era algún tipo de broma tu mostraste tu hermosa sonrisa y me dijiste: “No, es solo que quiero conocer a una persona especial y para que me haga caso tengo que ser pelirrojo’’. Me sonrojé mucho puesto a que capté las indirectas a las que te referías y no te volvía hablar durante el resto de la semana por que me daba vergüenza. Y así pasó el tiempo y me di cuenta de que me enamoraste con tus locuras y tu forma de ser y acepté salir contigo.
Naruto, me he dado cuenta de que tú y yo junto somos capaces de eclipsar el sol. Me he dado cuenta de que si me tropiezo, no necesitaré pedir ayuda por que sé que tú me atraparás antes de tocar el suelo. Me he dado cuenta de que la primera vez que me perdí fue en tus ojos, y que es ahí donde me gustaría quedarme por siempre. Me he dado cuenta de que me derrito en tu mirada. Me he dado cuenta de que me gusta que me beses como lo hiciste la primera vez. Me he dado cuenta de que me gusta recostarme contigo en la cama y que nos quedáramos ahí hasta que el sol se apague. Me he dado cuenta de que me gustaría quedarme siempre en la cama contigo para hacer el amor sin parar. Me he dado cuenta de que tus palabras son piedras irrompibles.
Por eso, Naruto, me he dado cuenta de algo maravillosamente especial, que sin duda alguna, para mí es el más grandioso descubrimiento de toda la historia:
HE ATRAPADO EL FUEGO EN TUS OJOS.
Fin.