Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Prométeme que me amaras por Daramyui

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

   Ya he cabreado a muchas fans del kangteuk así que, para no terminar de enfadar a todas las fans de SuJu, este pequeño relato de una de las parejas favoritas del grupo, Eunhyuk y Donghae.

   Disfruten de la única forma que tengo de pasar los momentos de ocioso aburrimiento y no duden en dejar reviews, siempre se agradecen.

 

   Acaricio con suavidad su cabello negro. Al sentir mis dedos abre los ojos sonriendo con dulzura. Me siento afortunado de tenerle a mi lado. Hace tanto tiempo que nos conocemos que nunca pensé que llegaríamos hasta este extremo, donde el pudor y la vergüenza hace mucho que desparecieron para dejar paso a los placeres de la carne. Apenas recuerdo como llegamos hasta aquí. Siempre nos habíamos llevado muy bien y la confianza que logramos nos llevo a convertirnos en amigos casi inseparables. Un día, sin proponérnoslo, nos besamos de pronto y desde entonces no hemos sido capaces de separar nuestros labios. Cada vez que los veo siento la tentación de besarlos pero debo contenerme, no queremos causar ningún problema y, aunque a las fans les guste, los directivos no opinan lo mismo y nuestros propios compañeros tampoco. Al principio nos dolía tener que escondernos de nuestros propios amigos pero, después de que Leeteuk nos descubriese una noche y nos regañara hasta casi exigirnos que no volviésemos a hacerlo, no hemos vuelto a preocuparnos por ellos. Como dijo Leeteuk, pocos de nuestros amigos aceptaran esta relación. Nos duele no tener ningún apoyo más que nosotros mismos pero lo aguantamos. Aunque no sabemos que vamos a hacer ahora. Dentro de unas horas mi amante secreto, aquel al que nunca podré llamar novio ni demostrarle mi amor en público, se marchara del país. No sabemos exactamente cuanto tiempo y la incertidumbre de no saber cuando podremos volver a tocarnos, a amarnos, a abrazarnos, nos mata por dentro.

 

  Mis ojos vagan por la habitación donde nos encontramos. A esto se ha visto reducido nuestro amor, a una cara habitación de hotel donde poder abrazarnos y besarnos sin miedo a ser descubiertos. Este pensamiento siempre me deprime y mis ojos se llenan de lagrimas que hoy no pienso contener. Aquel salado liquido cae silenciosamente recorriendo mis mejillas mientras sigo observando la habitación, nuestras ropas están tiradas por el suelo, los teléfonos desconectados para evitar que la única noche que tenemos para nosotros sea interrumpida por el resto del mundo y un suspiro de resignación se escapa de mis labios al pensar en todo el tiempo que estaremos sin repetir esto.

 

   Siento sus brazos rodearme y cierro los ojos saboreando el dulce aroma que su cuerpo desprende. Limpia con delicadeza las lagrimas que escaparon de mis ojos mientras me susurra palabras vacías que no hacen sino entristecerme. Se que me ama pero las dudas me embargan corrompiéndome. Me jura que pensara en mi todos los días soñando en mi cada noche y, cuando me dice que se tocara todos los días recordando mis manos me echo a reír porque se que es capaz de hacerlo. Me hace gracia que me recuerde el día en que yo estaba de gira con el subgrupo al que pertenecía y me llamo durante la madrugada diciendo que añoraba mi cuerpo y mi voz. Me obligo a encender el ordenador portátil que llevo a todas partes e hicimos frente a la cámara cosas que nunca imagine hacer. Una risa nerviosa le regale cuando me pidió que hiciese un striptease frente a la cámara, aquello me daba mucha vergüenza pero termine cediendo a sus peticiones y, pese a la distancia, fue una noche maravillosa y muy divertida.

 

   Nuestros labios se buscan una vez más con delicadeza, ambos estamos cansados de estar toda la noche sin parar pero no queremos dormir. No queremos que la ultima noche que pasemos juntos sea durmiendo, para algo hemos venido a este hotel, alejados de todos los miembros del grupo y de toda aquella gente que se opone a nuestra relación.

 

   De pronto siento unas energías renovadas y mis manos bajan hasta su entrepierna acariciando con fuerza su miembro. Cada vez que me roza, aunque sea levemente, consigue calentarme hasta límites insospechados. Me sonríe con picardía.

 

   -¿Aun tienes ganas de más?

 

   -Nunca me canso de ti-respondo sin dejar su entrepierna cada ver más erguida gracias a mis caricias.

 

   Sus labios besan mi pecho bajando por el abdomen hasta la zona más sensible de mi cuerpo. Giro en el colchón hasta que mis labios encuentran su entrepierna. Siempre me ha resultado un poco difícil esta postura pues me cuesta mucho darle placer a el sintiendo mi entrepierna en su boca pero me esfuerzo por hacerlo pues se que a el le encanta.

 

   -Dong...Donghae...ahh...para ya-suplico intentando apartarle-estoy... a punto...ya...

 

   Donghae se aparta volviendo a besarme, esta vez con pasión. Beso su cuello cuando se estira para alcanzar el bote de lubricante casi acabado. Me mira con un gesto interrogativo intentando preguntar cual va ha ser de los dos. Le tumbo en la cama boca arriba y me siento encima rozando nuestros miembros. Un escalofrío recorre mi cuerpo seguido de un estremecimiento de placer al notar sus dedos dentro de mi cuerpo. Sin dejar de besarnos mueve sus dedos dilatando mi entrada y preparándola para lo que nos proporcionara a ambos un delicioso pero efímero placer. Su dura y caliente hombría entra en mi cuerpo haciéndome soltar un gemido. Se tumba completamente en la cama y yo me quedo sentado sobre el. Esta postura si que me gusta, aquí soy yo el que manda y Donghae no puede mas que quedarse tumbado disfrutando. Soy yo el que marca el ritmo, la intensidad y la velocidad de las embestidas. Por mucho que hablen de que el pasivo es el que recibe en realidad el pasivo es el que tiene siempre el mando pues es el que decide.

 

   Muevo lentamente las caderas en círculos esperando que mi amante suplique por que vaya más rápido. No tarda mucho en gruñirme como suele hacer cuando se pone nervioso y le obedezco aumentando el ritmo de las embestidas y la profundidad. El día que hicimos la primera vez el amor estábamos los dos un poco desorientados y perdidos, estuvimos buscando información en Internet ruborizándonos ante las imágenes que salían y dejando escapar multitud de risitas nerviosas. Ambos sabíamos que deseábamos hacer esto pero teníamos miedo de no complacernos plenamente el uno al otro. Estábamos tan nerviosos cuando nos preguntamos cual seria el pasivo que creíamos que ninguno de los dos podríamos hacer ese papel. Con mucho cuidado y tranquilidad disfrutamos de nuestra primera vez juntos, nunca habíamos llegado muy lejos, simples caricias superficiales por encima de la ropa y aquello nos estaba poniendo muy nerviosos. Aprendimos juntos a amarnos y a darnos placer mutuamente hablando con total confianza y diciéndonos lo que nos estaba gustando y lo que no. Después de tanto tiempo juntos he logrado memorizar cada rincón de su cuerpo y todas las cosas que le dan placer. Se que le vuelven loco los pequeños besos en las caderas y que sus testículos son muy sensibles por lo que es mejor no tocarlos.

 

   Mi mano y la suya acariciaron mi entrepierna al mismo tiempo. Nos encanta jugar con la entrepierna del que esta siendo el pasivo. Cuando uno masajea toda la extensión el otro acaricia la punta, puse mi mano sobre la suya siguiendo el ritmo de sus caricias haciendo que aumentase la fricción.

 

   Los gemidos ahogados, suspiros y jadeos eran cada vez más audibles. El sudor recorría nuestros cuerpos y escuchábamos el ruido del cabecero de la cama contra la pared ignorando si nuestros vecinos se quejarían por aquello, no nos importaba lo más mínimo, sabíamos que los de recepción no nos molestarían, pues le habíamos pagado una suma extra para ocultar nuestra identidad. En ese sentido habíamos buscado el hotel más discreto y silencioso, nos encontrábamos muchas veces allí y, en todo el tiempo que llevábamos visitando aquel hotel, nunca se había filtrado la noticia de que dos miembros de Super Junior lo visitaban frecuentemente. Siempre teníamos que pagar una pequeña suma extra por ocultar nuestros nombres hasta en los distintos registros que tenían pero no nos importaba pagar un poco más, teníamos la seguridad de que estaríamos ilocalizables durante toda la noche.

 

   Estoy seguro de que gritamos cuando llegamos al orgasmo, lo hacíamos casi siempre. Me tumbe sobre el abrazándonos de una forma tan posesiva que me llegaba a agobiar pero no quería decirlo, no quería separarme de el. Mire la ventana y vi que unos débiles rayos de sol entraban tímidamente, era como si nos pidieran permiso para interrumpir y dar por finalizada aquella noche llena de pasión, lujuria y amor. Al darme cuenta de esto volvieron a salir las lágrimas de mis ojos.

 

   -¿Por qué lloras otra vez?-pregunto secándome una vez más las lágrimas.

 

   -No puedo evitar pensar en todo el tiempo que estaré sin ti-dije apenado notando que mi voz se quebraba al decir lo que tanto miedo me causaba en voz alta.

 

   -Ten el ordenador encendido.

 

   Me rei al escucharle.

 

   -Tengo un regalo para ti-dijo levantándose.

 

   -¿Ahora? ¿Por qué no me lo has dado cuando hemos llegado?-pregunte sentándome en la cama y esperando ansioso le que Donghae buscaba en su mochila.

 

   Saco un paquete alargado envuelto en un llamativo papel de color rojo con monos pintados. El envoltorio no me hizo mucha gracia pero se defendió diciendo que no había otro en la tiendo. Antes de dármelo me dijo que era para que no le olvidase nunca y para llenar el hueco que dejaría durante el viaje a China. No sabia que esperar y lo cogi ilusionadísimo rompiendo el papel como un niño el día de su cumpleaños. Que Donghae me hiciera un regalo no era muy común y eso hacia que fuese mas importante. La caja de cartón no dejaba ver lo que era por lo que la abrí y saque el contenido reprimiendo una exclamación de sorpresa.

 

  -¿Me has regalado...esto?-pregunte incrédulo mirándolo con detenimiento.

 

   Donghae sonreia felizmente. No sabia si alegrarme o enfadarme. Como el mismo había dicho serviría para llenar su hueco pero de la forma más literal posible.

 

   -¿No te gusta?-pregunto con una sonrisa demasiado inocente para el momento en el que estábamos-los hay distintos pero este fue el que mas me gusto.

 

   -Si me gusta....es muy...-¿Por qué no era capaz de encontrar las palabras adecuadas? Seguramente era por lo inesperado del regalo.-es muy... útil.

 

   Donghae pareció decepcionado por mi reacción e intente explicarle el porque de mi escasa reacción. Me miro pensativo y, aunque teníamos poco tiempo, se empeño en que lo usáramos. Después de aquello nunca volveré a dudar de los regalos que me haga.

 

   -Prométeme que solo lo usaras conmigo y, cuando yo no este y lo uses solo, que estarás pensando en mi-me pidió en un tono de suplica que me hizo mucha gracia. Decidí aprovecharme de esto.

 

   -Yo te prometo eso con una condición-Donghae asintió decidido-prométeme que me amaras siempre.

 

   Donghae sonrió al escucharme y me abrazo con ternura.

 

   -Eso no tienes que pedírmelo pues ya lo decidí hace mucho tiempo. Pase lo que pase siempre te amare. Aunque cuando este en China y no nos podamos ver te prometo que nunca dejare de amarte. Y cuando vuelva te lo demostrare todas las veces que haga falta.

 

   No se refería solamente al sexo y eso lo sabia, siempre ha tenido esos pequeños detalles que me decían a gritos lo mucho que me amaba y que me hacían quererle cada vez más.

 

   Ha pasado una semana y le echo de menos más de lo que me imaginaba. A pesar de que hemos pasado largas temporadas separados el saber que estará tan lejos por tiempo indefinido es lo que peor me esta sentando. Cada día, al despertar, recibo un pequeño mensaje de Donghae que me dice, tan solo, que me ama. Eso es más que suficiente para mi. Cuando me acuesto le envió siempre uno diciéndole que yo también le amo y que soñare con el. Encendí el ordenador deseando que haya encontrado un segundo para enviarme un mensaje, aunque sea tan corto como los que me envía al móvil. Ya he recibido un par de ellos durante la semana y me suele contar que tal les va y distintas cosas que me hará cuando vuelva. Una enorme sonrisa ilumina mi rostro cuando veo que me ha enviado un mensaje. Antes de leerlo me aseguro de que esta la puerta cerrada con el seguro y me dispongo a leerlo. No hay texto, solo un archivo adjunto que abro con curiosidad. Mi entrepierna reacciono al instante al ver el video que había grabado para mi. ¿Cómo voy a olvidarle si me envía cosas como esta?

 

   Fin

 

 

 

Notas finales:

 

   Espero les haya gustado, esta vez no fue una parodia XD. Continuo abierta a todo tipo de criticas.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).