Mientras escribo lo que pasó, por mis venas sigue fluyendo la sangre asesina que me incita a seguir con ese impulso de ver su sangre correr por mis labios y entre mis manos. Mis ojos se maravillan ante la sensación y puedo sentir el mayor placer del mundo al ver que sus ojos carecen de vida. Cuando sus músculos se tensen de tal manera y pueda ver su sangre... ese es el momento más feliz de mi miserable vida humana.
Heute treff' ich einen Herrn
Der hat mich zum Fressen gern
Weiche Teile und auch harte
stehen auf der Speisekarte
Y ahora lo mantengo encerrado en un cuarto de quinta, oscuro donde no se puede ver el sol del mundo exterior, que placer es verle sufrir, escucharle llorar, pedir por ayuda, desangrarse en vida lentamente mientras puedo masturbarme con descaro frente a él.
Son las pasiones que matan... son las cosas que me mantienen vivo, ¡No! Son las pasiones asesinas del Marqués de Sade. Pero como me excita verte de esa manera, mi pequeña presa.
Me lamo los labios al pensar que todo Japón te esta buscando, me escita de sobre manera el pensar en la cara de tus seres queridos al darse cuenta de que su querido Hideto ha desaparecido, y los puedo ver a la cara y dar el pésame porque me provoca dulzura el verte sólo conmigo.
Denn du bist was du isst
und ihr wisst was es ist
¿Cómo pudiste ser de otra persona que no fuera yo? Eso me preguntaba siempre que te miraba en el escenario, y después me di cuenta de que yo no te amaba, sólo quería verte morir en mis brazos y sonreír ante la docilidad de tu rostro al estar sin vida. Ah! Como me encantas, como amo imaginarte de esa manera. Mis noches de placer se fueron en imágenes grotescas de lo que pudiera ser una relación entre tú y yo. Tu rostro, experimentando un orgasmo debajo de mi cuerpo sudoroso, ¡ah! Eso me excitaba, y lo sigue haciendo.
¿Por qué me miras con esos ojos? Me miras como si yo no tuviese nada que ver contigo. Mientras cantabas, si, tu sabías que me interesaba tu cuerpo a más no poder, y que no podía controlar mis impulsos... entonces, ¿Por qué? Quiero saber, como es que aquella noche te me ofreciste sin decirme nada.
Es ist mein Teil – nein
Mein Teil – nein
Da das ist mein Teil – nein
Mein Teil – nein
Justo después de aquel concierto, lo recuerdo, llegaste a mi cuarto de hotel como si la temperatura de tu cuerpo se hubiese excedido a niveles exorbitantes. Lo supe en cuanto comenzamos a besarnos, tu cuerpo estaba tan caliente, te despoje de la ropa que traías y te acaricie con morbo, justo como siempre lo había deseado. Tus ojos se cerraban al sentirme cerca, y gritabas tan fuerte, te sujetabas de las ´sabanas blancas que quedarían manchadas y me suspirabas mi nombre en busca de no se que. Estaba extasiado con ese sentir, ¡quería mas! Y tuve más. Tus gemidos escuchándose en lo más profundo de mi retorcido ser y quede maravillado con el sexo que podías brindarme en tan sólo unas pocas horas de tu vida.
Maldita existencia humana, quería más de ti, mucho más.
Die stumpfe Klinge gut und recht
Ich blute stark und mir ist schlecht
Muss ich auch mit der Ohnmacht kämpfen
ich esse weiter unter Krämpfen
¡Hideto Takarai ha desaparecido! Podía leer en los periódicos que compraba, y sonreía radiante, mientras la gente lloraba y yo pretendía que me dolía... podía sonreír y sentir el placer de tu dolor.
Muere lentamente, hermosa flor miserable, crecida con el abono de mierda que siempre te hizo sentir superior a los demás. Y ahora puedes verme desde abajo, donde perteneces. Con esos ojos hermosos que están llenos de coraje, ¡si, enójate! Hazme ver tu enojo antes de matarte dulcemente mi amado Hyde. Déjame sentir el placer de tu impotencia, déjame sentir que eres incapaz de todo y capaz de todo, déjame deleitarme con tus sentimientos a flor de piel.
Como aquel día en que nos excedimos en el cuarto de hotel, me enojé...
-Me casaré- me dijiste cuando estaba encima de ti.
Ist doch so gut gewürzt
und so schön flambiert
und so liebevoll auf Porzellan serviert
Dazu ein guter Wein
und zarter Kerzenschein
Ja da lass ich mir Zeit
Etwas Kultur muss sein
Y la sangre sádica que había estado helada en mis venas, comenzó a llenarme de vida y pasión oscura. Te mordí, te dejé marcas por todo el cuerpo, y lo peor era que yo sabía que lo estabas disfrutando. Entre más daño yo te hacía, más placer te causaba; eso me pone de mal humor. Te mordía, te jaloneaba y tu seguías alcanzado tu clímax, ¡ah! Como me encantas.
Pasaba mi lengua por tu piel, tus zonas más sensibles; que piel más suave. Mi toque por tu cuerpo, mis rasguños que dejaban marcas, y tú te extasiabas, podía verlo en tu erección, y no sólo de tus pezones. Tu lengua buscando la mía, y te mataba de amor, ¡no! Eso no era amor, era sólo el capricho que nos hacía sentir el cielo, aunque mereciéramos el infierno.
Desaparecido... estando encerrado en el pequeño cuarto lúgubre que alquilé alguna vez para torturar a mi querida novia. Mi querido Hideto, te tengo aquí mismo, amarrado de pies y manos en una silla, te mantengo a pan y agua y me muero de la excitación al ver como pierdes poco a poco todo lo que te queda en tu desdichado ser. Esos cabellos lacios que me gustaba acariciar, ahora me gusta jalarlos para hacer que me mires a los ojos.
¿Cómo llegamos a despertar mi lado oscuro?
Te casaste, maldito bastardo. Me mirabas feliz y tratabas de besarme, sabes, no soy juguete de nadie “Tú eras mi juguete predilecto”
Comencé a odiar tus miradas inquisidoras, tu maldita figura perfecta sobre el escenario y esas manos que trataban de rozarme, ¡Diablos! Llegaste a hartarme, quería que ¡Desaparecieras! Tuviste a tu mocoso, y nuestras noches de pasión se intensificaban al punto que llegaban a lastimarte de manera que me hacía muy feliz. Sonreía para la gente y lo sigo haciendo, pero sólo tu sabías lo mucho que necesitaba que me gritaras “Ya no más Tetchan ¡por favor!” mientras te aferrabas a mi espalda sintiendo que todos tus músculos se tensaban.
Fue una de esas noches, que yo me sobrepasé en mi deseo de hacerte pedazos, y te enojaste... ¿Te enojaste o te empezó a dar miedo?
Me leí para mi mismo, todas las pasiones asesinas del Marqués de Sade, y en ellas nunca figuró la pasión que yo tenía por ti. Oh mi angelito de alas caídas, tu tenías que ser mío a toda costa, y tu sangre debía beberse sólo por mis labios sedientos.
Denn du bist was du isst
Und ihr wisst was es ist
-Tetsuya- me dijiste- lo nuestro se acabó.
Y te diste la media vuelta, dejándome a mitad de una sonrisa, que hasta ahora, sólo disfruto más. No se por que, pero ese día en que me botaste de tu vida, yo te hice parte de la mía, y acaricie mi cuerpo en la noche, pensando en ti como solía hacerlo. Sólo que esa noche, te sentí más, y pude gemir con más desenfreno; era el comienzo de mi pasión por tu cuerpo.
Mi obsesión, mi Haido, mi Akuma, mi vocalista, mío, ¡sólo mío!
Me casé con Ayana, la muñeca que habla y hace de comer, tan sólo una colección más. Y me acerque a ti un momento más.
-¿Te acuerdas?- te susurré y te acorralé junto a la pared, haciéndote sentir todo aquello que te volvía loco.
-Ah- gemiste quedo y te sonrojaste- si.
Sólo esa respuesta me bastó para llevarte a ese cuarto lúgubre y tenerte allí como mi preso, “mi pequeña presa ha quedado preso” hermoso elixir de tu vida que se apaga. Me miras todas las noches que voy a visitarte.
-Tu familia se preocupa- me coloco frente a ti jalándote del cabello largo para que me mires.
No me contestaste, tenías esa mirada que me excitaba.
-Vamos a hacerlo- mencioné simplemente al momento que comenzaba a desabrochar mi pantalón y me acercaba lo suficiente a ti- mámalo- una simple orden.
Acataste sin mencionar nada, acariciándome con tu lengua, saboreando todo lo que sabía que te encantaba, tus manos hacían fuerza para desatarse, pero no las necesitabas, tu boca lo había de maravilla. Podía gemir libremente porque usabas tus dientes, un poco más duro y de seguro me vendría.
Lo sacaste de tu boca en una última caricia con tus dientes y lo recorriste con tu lengua al final.
-Basta de tonterías- me retaste- Sólo cógeme
Es ist mein Teil – nein
Mein Teil – nein
Denn das ist mein Teil – nein
Yes it's mein Teil – nein
Tus palabras me incitaron más que nada en el mundo, te desaté, ¡si! Sería la noche en que serías mío por siempre. Te tumbé a la cama y comencé con nuestro ritual en dónde los dos disfrutábamos del sexo morboso y degenerado que nuestras mentes deseaban. Eras mío, ¡Mío de nuevo! Completamente desnudo, observando tu piel mancillada por mis propias manos. Recorriendo aquellas zonas que te causaban un dolor tan placentero al contacto.
Sólo mío; saqué un cuchillo que traía, y mientras lamía tu cuello, iba encajándolo en tu bella piel, ¡Ah! ¡Ah! Tu sangre recorriendo mi propia piel. Gritabas, pero te gustaba, seguías clavando tus uñas en mi piel y yo gemía como nunca antes. Tus piernas rodeando mi cuerpo y ese movimiento sensual que siempre hacías, te veías mejor que nunca en la cama. Candente, apasionado, pidiendo más de la bella tortura que te traería la muerte.
Seguí clavando el cuchillo por tu piel hasta que no pude más, la excitación era demasiada, tenía que terminar o moriría, mi cuerpo no podía sostenernos más. Tus gemidos no podían extasiarme más, quería que callaras de una vez, te quería tanto, quería todo de ti, tu odio, tu amor, TODO.
Pasaste tus brazos alrededor de mi cuello y te aferraste a mí, a punto de llegar al cielo.
-Tetsu, te amo- me susurraste y sonreíste- esto es lo que siempre quise que me hicieras, dese la primera vez- llegaste al orgasmo y el cuchillo que yo traía en mis manos se clavó por completo en tu espalda, causándote la muerte.
Ein Schrei wird zum Himmel fahren
Schneidet sich durch Engelsscharen
Vom Wolkendach fällt Federfleisch
auf meine Kindheit mit Gekreisch
Gemí tanto, me aferré a tu cuerpo sin vida, la muerte había tensionado todos tus músculos, además del orgasmo, y me extasiaste como nunca antes. Solté el cuchillo y pude sonreír al abrazarte cariñosamente, por primera vez en mi vida.
Escribí eso... y aún estoy feliz al verte tan dócil en aquella cama donde yace tu sangre y el hedor de nuestra relación.
“Encontraron el cuerpo del vocalista, desangrado y violado; aún se busca al culpable”
Todos lloran a mi alrededor, y debo fingir que estoy triste de haberte perdido.
-No llores- le dije a Megumi Oishii con aquella sonrisa falsa que siempre me ha caracterizado.
Te puedo ver en el ataúd, y me hace feliz, infinitamente feliz.
-Ahora si Hyde, puedo decirte que te amo.
Le mandó un beso al que fue mi amante y puedo saber que murió feliz, y yo mientras tanto, seguiré sonriendo sabiendo que eres sólo mío.
Ogawa, Tetsuya.