Capitulo 2 – Muerte
La mañana se dejo ver, y unos traviesos ojos azules se abrieron lentamente, dirigiéndose ante la molesta luz que le despertaba, su cuerpo cubierto por una sabana se encontraba muy relajado, se sentó sobre la cama y miro a su lado, y como era de esperarse, Sasuke no estaba.
Se levanto directo al baño, tomo una rápida ducha y se coloco una ropa común, había decidió no ir a la misión, tal vez Sasuke tenia razón y era mejor que el esperara en casa.
En la cocina, se encontraba el azabache sentado sobre la mesa del comedor, acompañado de una taza de café y portando su uniforme de ANBU, se veía que estaba listo para salir, estaba escribiendo. Para cuando Naruto pudo notar eso, Sasuke había terminado, doblo la hoja y la metió en un sobre, se levanto de la mesa y saludo con un suave beso a su novio.
- Buenos días a ti también Sasuke – Sonrió zorrunamente Naruto.
Sasuke le extendió el sobre - Naruto… toma este sobre.
- ¿Qué es? – le miro curioso el rubio.
- ¿Qué no es evidente? Es un sobre uzuratonkachi – jugueteo Sasuke, mirando como el rubio hacia pucheros – Es una carta, si por alguna razón yo no regreso, quiero que la leas.
- pero eso no pasara – Naruto tomo el sobre y lo aventó a la mesa de centro que estaba atrás – por que tu regresaras a mi lado – le abrazo efusivamente - ¿verdad?
Sasuke no contesto, solo correspondió el abrazo, cuando se separaron, le beso apasionadamente.
- Naruto, te amo, nunca olvides eso – la mirada del azabache era seria, como si jamás lo fuera a volver a ver.
- Sasuke, no hables como si jamás me fueras a volver a ver – Sonrió consolador el rubio – Por que eso no pasara.
El azabache sonrió de medio lado, miro el reloj de pared y noto que se le estaba haciendo tarde, y llegar tarde no era una de las cosas que destacaran a Sasuke, así que beso de nuevo al rubio y salió de su casa suspirando. Naruto le miro hasta que lo perdió de vista, para luego entrar de nuevo en su casa, miro el sobre que estaba en la mesa de centro, y decidió ignorarlo, dirigiéndose hacia la cocina.
Había pasado a penas un día, y a Naruto le incomodaba ver aquel sobre encima de la mesita de centro, una parte era curiosidad por ver que le había escrito Sasuke y otra parte era algo de angustia…
Ahora eran 7 los días que había estado ausente el uchiha, y Naruto comenzaba a sentir la ausencia del mismo, estaba sentado en la mesa recargado sobre sus brazos que estaban cruzados, miraba una vez mas aquel abandonado sobre que aun estaba sobre la mesa de centro, suspiro, y negándose a entrar en pensamientos obscuros tomo sus llaves, su monedero y salió de compras.
Catorce, eran catorce los días de ausencia, seguramente pronto vería entrar a Sasuke por la puerta de entrada con su cara amarga, negándose a cualquier muestra de afecto poniendo como excusa que estaría muy cansado. Sonrió ante aquel pensamiento, y camino rumbo hacia su habitación, tal vez debería arreglar un poco la casa antes de la llegada se su querido Sasuke.
Por desgracia, a veces el destino no es generoso con nosotros, a veces, nos hace pensar que, quizás no hemos sido suficientemente buenos para merecer la felicidad…
Una hora más tarde la puerta de la residencia Uchiha sonó con desesperación y fuerza, Naruto corrió a abrir, eran alarmantes los golpes que se escuchaban en la madera de la puerta, al abrir, vio el pálido y agitado rostro de Sai.
- ¿Sai? ¿Qué estas haciendo aquí?... y ¿Por qué estas tan agitado? –el tono en la voz de Naruto era de confusión.
- Es Sasuke – le miro Sai, esperando la respuesta del rubio
- ¿Qué pasa con el? ¿Qué le paso a Sasuke? – Naruto se abalanzo sobre Sai tomándolo del cuello de su torera - ¿Dónde esta Sasuke?
Sai se deshizo del agarre, y con su rostro sin expresión alguna comenzó con la breve explicación – Sasuke y el resto del equipo tuvieron dificultades, a penas lograron enviarnos una paloma mensajera para avisar sobre su situación, Tsunade a pedido que tu, yo y otros ANBUS acudamos lo antes posible a su refuerzo.
Naruto no tuvo tiempo de pensar, entro de nuevo a su casa, tomo su uniforme y salió de su casa, con la ropa medio puesta y a toda velocidad se dirigió al despacho de la Hokage, ahí, mientras recibía las indicaciones terminaba de vestirse. Y una vez dadas las órdenes salió disparado hacia el país de la niebla.
La información no era nada esperanzadora, como le había dicho desde un principio, Akatsuki había interceptado al equipo de ANBUS de konoha y habían luchado para quitarles el pergamino, Sakura, la medico del grupo estaba muy mal herida y no podía hacer mucho por el resto que se encontraba en iguales o peores condiciones.
Mas pronto de lo que su mente se lo permitió procesar, ya estaban en el país destruido de la niebla, entre escombros y con cautela comenzaron a buscar, esta vez el equipo era conformado por: Yamato, Kakashi, Kurenai, Ino, Chouji, Hinata, Sai y Naruto. Siendo estos Jounins y ANBUS de gran experiencia.
Habían pasado un par de horas, y los nervios del kitsune estaban disparados, no podía dejar de buscar, debajo de cada roca, buscaba aquellos dominantes ojos. Los buscaba por todos lados pero no lograba encontrarlos, su preocupación estaba al 100% y además de eso un cierto grado de culpabilidad le invadía.
Sin esperarlo, se escucho una explosión no muy lejos de donde estaba, y una gran cantidad de chakra pudo ser detectada por el kitsune, quien, sin pensarlo se dirigió hacia aquel sitio, pero unos metros antes pudo escuchar un grito desgarrador que provenía de los labios dela pelirrosa, aquel grito contenía un nombre que hizo derramar una lagrima de angustia al rubio, y este nombre era nada mas y nada menos que: Sasuke.
Al llegar a aquel lugar pudo ver una escena aterradora, repleta de sangre, por un lado estaba Sakura, con lagrimas sobre sus mejillas con un brazo roto y sangre sobre su ropa, después, estaba shikamaru junto a neji ambos jadeantes arrodillados mirando la escena, un poco mas adelante ino y Hinata atendiendo las heridas de kakashi y kurenai, mas adelante yamato, tirado de lleno en el suelo, con un visible charco de sangre, y justo frente a el, un miembro de Akatsuki, y justo frete a é, Sasuke, quien tenia una espada atravesándole el pecho. Naruto derramo un par de lágrimas, antes de aventarse hacia el agresor. Desenvaino su espada y sin ningún tipo de piedad le corto la cabeza aventándola un par de metros atrás.
En ese momento apareció Sai, quien analizo con ojo critico la situación, miro el cuerpo, y después a Naruto que sostenía el cuerpo de Sasuke, quien aun respiraba, pero cada vez lo hacia con menos frecuencia.
- Este era un reemplazo – Sai se acerco al rubio para tranquilizarle – Naruto, tal vez deberíamos…
- cállate!!! No me digas lo que deberíamos hacer, alguna de ustedes…- se dirigió hacia ino y Hinata – revisen a Sasuke rápido!!!
Aquella orden llena de desesperación por parte de Naruto movilizo rápidamente a Hinata, quien dejo un momento a Kurenai para ir hacia donde estaban los chicos.
- No te preocupes Sasuke, te vas a poner bien – tranquilizo Naruto
- Dobe – Contesto débilmente Sasuke – no… olvides…leerla…
Naruto abrió a mas no poderlos ojos, iba a preguntarle y cuestionarle muchas cosas cuando en ese momento las manos medicas de Hinata separaron el cuerpo del azabache del de Naruto para analizarlo.
Pasaron varios minutos, y Hinata aun seguía trabajando, miraba minuciosamente con su byakugan todo el cuerpo del Uchiha, y después de unos momentos desactivo su ojo blanco, suspiro y miro sumamente triste a Naruto
-lo… lo lamento mucho Naruto, pero… - Tartamudeo un poco antes e continuar – Sasuke esta muerto…
Aquellas palabras habían sido infinitas puñaladas para el kitsune quien no pudo ni siquiera parpadear, solo noto como sus ojos comenzaban a derramar una cantidad increíble de lagrimas incontrolables, no podía ser verdad, tenia que ser mentira, que Sasuke, su Sasuke estuviera muerto.
Camino hacia el cuerpo de Sasuke se arrodillo ante el, dejo caer su cuerpo al suelo, y lo miro, su rostro tan tranquilo yacía ahora sobre la tierra llena de escombros, y el… no podía hacer nada para salvarle, si tan solo el hubiese ido desde un principio a la misión como había sido su deber, Sasuke... No estaría ahora muerto.
Y con un fuerte y desgarrador grito que llevaba el nombre del azabache, la noche se hizo mas profunda, y con ella, la desgarradora escena se perdía entre la espesa niebla.