AMANTES NOCTURNOS
-Ah... Ethan... ¡!- se arqueaba contra el otro cuerpo; embebido de tanta pasión, disfrutando con cada partícula de su cuerpo ser poseído por aquel otro.
Esa criatura tan salvaje, tan fuerte; pero increíblemente suave y generosa al estar con él; al hallarse en esa situación tan íntima y llena de emociones como en éste instante...
-Damián...- con la voz enronquecida de pasión, musito el nombre de su amante, al oído de éste; sintiendo el cuerpo de ese perpetuo ser entregarse por completo, reconociendo con cada fibra de su cuerpo a aquel a quien había poseído tantas veces, poseía en ese instante...
No sería nunca bien visto que ese ser a quien amaba, le correspondiera en la misma forma. Aun y cuando las enemistades habían sido puesta en tregua hacía ya buen tiempo...
Un gemido ronco escapó de su garganta, cuando su amante; al haberle alcanzado en el punto exacto en que el placer se volvía oscuridad, chispas multicolor tras los párpados y vorágine de sensaciones que estremecían y deleitaban su ser; se aferrara con mayor fuerza a su cuerpo, arañándole con desespero la espalda. Mientras él, le embestía con más fuerza sintiendo los espasmos, que antecedían al orgasmo de su amante, sobre su miembro; en tanto su pareja se arqueaba contra él, boqueando gemidos y jadeos contra su cuello, algunos gritos apenas contenidos... Sintiendo sus finos incisivos arañar si piel; siendo invitado por la mano que se enterró entre sus cabellos, a hacer lo mismo al pálido cuello.
-¡Ethan...!- gimió-gritó, arqueándose nuevamente, cuando su amante; riéndose con malicia a su cuello; le penetró con más rapidez y más fuerza, pero guiándole las caderas a sostener ese enloquecedor ritmo e impidiéndole cualquier escape a ese rito...
Que, de ninguna manera, tenía pensado en detener.
Una de esas poderosas manos le tomó por la nuca y volvió a acercarle a ese palpitante y caliente cuello; de piel clara, con un ligero bronceado, donde cabellos cobrizos y oscuros tenían adheridas algunas hebras por el sudor...
Podía sentir el olor y calor de esa poderosa sangre; fluyendo por todo él...
-Bebe...- con la voz aun enronquecida, y sin dejar de mantener el ritmo, instó a su pareja -Tómame cuanto desees y quieras... Porque yo no dudaré de tomar lo que ya es mío...- susurrándole con lascivia al oído, aspirando su embriagador aroma y estrujando con ligereza los castaños y cenizos cabellos. Las manos de aquel enredados en el suyo propio, mientras la boca hambrienta le besaba el hombro y la unión de éste con su cuello...
-Hazlo... Porque te pertenezco a como tú me perteneces...- respondió con pasión; estremeciéndose por lo cerca que se encontraba ya de culminar esa agonía de placer, y sintiendo los labios que besaban y mordisqueaban con demanda su cuello... Los filosos caninos tanteando la suave piel...
-Te amo...- Ethan en un susurro; enterrándose con profundidad en el cuerpo de aquel, al mismo instante en que hincaba los colmillos en la fina piel, sintiendo el sabor de esa fragante, mística y poderosa sangre deslizarse por su lengua, hasta llegar a su garganta; dejándole la sensación de calor que avivó aun más sus ansias. Sabiendo que el clímax ya estaba por llegar.
-¡!- con un gemido ahogado, Damián clavó sus colmillos en aquella piel tan resistente y fragante; en el mismo instante que sintió los actos de aquel; llenándose con ese sabor salvaje, de secretos y poderes primitivos que inflamaron aun más sus sentidos, sacando imágenes de encuentros parecidos de la memoria de esas células. Sintió los espasmos de placer de su pareja, así como los suyos propios, más profundos y pronunciados; el final inminente.
En esa vorágine de sensaciones y placer, vertieron sus esencias; uno terminando dentro de su amante, y el otro entre los vientres de ambos. Pero incapaces de detener la inercia de sus caderas o apartar aun los labios de aquel elixir que les compenetraba aun más que el simple acto que acababan de consumar...
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Tumbados entre las mantas de la cama, en la habitación que compartían desde hacía ya tiempo; mientras la noche se escurría con facilidad entre las manecillas del reloj de la ciudad; se colmaban de suaves y significativos besos y caricias... Probando la sangre de uno y otro de la boca que más conocían y degustaban...
-Te amo...- murmuró Damián contra sus labios; mientras aquel lo estrechó en un abrazo fuerte contra su cuerpo. Y se dejó hacer, disfrutando cada contacto...
-Está por amanecer...- Ethan, en suaves murmullos, besando el rostro de su pareja; los parpados que se cerraron al contacto de sus labios y que volvían a dejar al descubierto la aguamarina mirada al apartarlos; conectándose con la amarillo ámbar de los ojos de él -¿Quieres que me quede a velar tu sueño?- le preguntó, con sonrisa maliciosa, dejando que aquel viera las imágenes lujuriosas y obscenas que discurrían en su mente; sabiendo de todo lo que haría, menos el de permitir que aquel descansara en realidad.
Ávidos labios rieron con suave malicia; ya habiendo disfrutado de esas ideas de su amante; que antes ya habían empleado en realidad. Le encantaban los fieros ojos que brillaban como oro ambarino, que le miraban con ese hambriento e insaciable deseo.
-…sta noche tenemos que reunirnos en el consejo...- Damián le recordó; mientras palpaba la marcada piel de su pareja; contorneando viejas cicatrices con sus dedos, y sintiendo la imitación del gesto en su inmaculada piel.
La sonrisa predadora que aquel le dirigía siempre le harían flaquear de deseo; no tenía duda.
-Odio esas reuniones.- Ethan, reclamando sus labios nuevamente -Prefiero estar enredado entre tus piernas que seguir con ese asunto que se suponía ya solucionado.- con afán de instarlo a que le dejase hacer realidad lo que ya se había planteado.
La risa que sintió contra sus labios, y que hizo eco en su mente le dijeron que no había ganado la batalla, pero tampoco perdido la guerra del todo.
-No podemos faltar... Lo sabes...- Damián, estremeciéndose ante las traviesas y habilidosas manos que acariciaban sus caderas y cintura, de manera rítmica -Pero podemos repetir todavía...- jadeó; abriendo las piernas en una invitación que aquel no dudó en aceptar... Entrando en contacto sus caderas y sus labios, con la fogosidad y candencia de siempre -Si empezamos ahora..., podré soportar los primeros rayos del sol de la mañana... Tu sangre me ha hecho más resistente a él...- gimió, apremiando la acción como si hubiese pasado mucho tiempo de haber estado en íntimo contacto, pese a que sólo habían sido algunas pocas horas (dos a lo sumo); pero es que ambos tenían ese apetito desmedido e insaciable de estar con el otro. Y que solo entre ellos mismos podían aguantarse ese ritmo.
Ethan se rió con perversa soltura, friccionando sus caderas con las de su amante; mientras sus cuerpos se encendían de pasión nuevamente y sus vigores despertaban a tan placentero roce.
-Mi ingenioso y bello Vampiro...- Ethan le susurró contra el cuello; mordisqueándole donde antes había clavado sus canino; y que había dejado la única marca en la piel que, de cualquier otra u otro tipo de herida se hubiese recuperado sin dejar indicios de lo que le hubiese pasado. Sintió el placentero estremecimiento, como el gemido que de aquel escapó -Si empiezo... Ten por seguro que no me detendré... Aunque eso signifique desplazarme, estando en tu interior, hasta el sótano; para no dejar de poseerte...- mordió con más fuerza; pero sin hacer sangrar aquella deliciosa piel, escuchando el ahogado grito y la risa que se soltó en aquel por esas sensaciones que a ambos encendían.
-Lobo lujurioso y pervertido...- masculló, Damián, sintiendo la fricción de las caderas de aquel contra las propias; mientras enredó sus dedos en los cobrizos cabellos de su amante -Discutiría contigo si no me atrajeran esas propuestas tuyas...- gimió, remordiéndose el labio; al sentir las poderosas manos que le atendían con sabiduría en el brindarle placer.
-Lo sé...- Ethan, con malicia; acariciando la entrepierna de su amante...
-Más vale que empieces... - Damián instó a su pareja; sintiéndose demasiado deseoso de volverlo a tenerle dentro; ganándose la sutil y perversa risa de su amante, muy pegada a su oreja; hundió el rostro entre el cuello y hombro de aquel, lamiendo y succionando el lugar donde sus colmillos se habían clavado antes, para después dedicarle atención similar a la oreja a su alcance -Muero por comprobar lo hábil que tendrás que ser para conseguir lo que me has dicho...- en tono sensual, susurró a Ethan, antes de dejarle ver en la mente la idea de aquel poseyéndolo de camino a la habitación que le resguardaba de las horas de sol.
El Lobo le abrió más las piernas, dispuesto a romper con cualquier preámbulo; ya que era lo que menos necesitaban en esos momentos; clavando su predadora mirada ámbar en la seductora aguamarina, con una sonrisa sensual y perversa...
-Oh... Ya lo verás...- Ethan, con un sarcasmo lleno de erotismo; antes de reclamar los labios que le esperaban impacientes.
-¡Te amo...!- le susurró en la mente; arqueándose de placer al sentir a su amante lobuno enterrarse en él, con esa candencia y fuerza abrumadora...
-También yo...- y aquel le contestó en ese enlace mental con el que su vampiresco amante había dispuesto para ambos... Disfrutando del ansioso cuerpo que le pedía, en sensuales movimientos, comenzar a trabajar...
La reunión se iría por un tubo en ésta ocasión. Ellos tenían cosas más importantes que hacer; aunque hablaran mal de su unión.
Ya habrían otras reuniones a las qué asistir después.
~. By: LumeWolf .~