Sentía como si se hubiera caído del edificio mas alto de toda Inglaterra, le dolía su cuerpo y casi no lo podía mover.
-Amo – escucho dos voces provenientes de la entrada de su puerta - ¿Puedo pasar?- dijeron de nuevo al unísono sus dos mayordomos, uno vestido elegantemente de color negro, el otro y mas nuevo, vestido de color plata que se veía elegantemente. No podía pedir otra cosa, al fin se encontraba donde pertenecía, pero podía observar claramente las miradas asesinas que se mandaban sus dos sirvientes.
-Pueden pasar – dijo simplemente, se le había ocurrido un plan para que su amor por fin fuera solo de el.- Sebastian quiero que le enseñes mis gustos a Dimitry ya que el a partir de ahora te suplirá – dijo mostrándose serio pero por la cara que su amor puso, comenzó a reír internamente y antes de que Sebastian le replicara o se salvara dijo – Es una orden.
-Yes my lord –dijo entre dientes el mayordomo negro, para comenzar a “entrenar” al nuevo mayordomo de su amo.- mira, primero tienes que despertar al amo de manera calmada pero como ya estaba despierto cuando llegamos entonces no cuenta – dijo para ir a un gran armario de madera fina y comenzar a buscar lo que le iba a poner a su joven amo- Tienes que buscar la ropa adecuada para el amo, un buen mayordomo siempre escoge lo mejor.- intentaba buscar algo poco provocador ya que la mayoría de la ropa de Ciel era provocadora y no quería arriesgarse ya que era Su niño y ese imbecil no se lo iba a quitar tan fácilmente.- Ya que tienes la ropa del joven amo , te tienes que disponer a llenar la bañera con agua tibia y esencias de naranja, fresa y menta para nuestro amo- dijo mientras abría dos grifos de agua en el baño para que la dichosa bañera se llenara, agarro tres botecitos chicos y comenzó a echar la fragancia en el agua. – Mientras la bañera se llena tienes que descambiar al joven amo, con mucho cuidado y evitando cualquier acercamiento desintencionado que pudieras tener – esa era la parte mas difícil para el , ya había buscado la ropa , llenado la bañera , solo iba a desnudar a ciel , a su niño – Amo le voy a quitar su ropa – dijo tragando saliva y haciendo un gran esfuerzo de autocontrol, desnudo a Ciel , primero la parte de arriba y sus rozados pezones quedaron al descubierto, ahora faltaba el pantalón de pijama que le resultaba lo mas difícil – Sebastian , quiero que Dimitry continúe – dijo el niño sonrojado ya que con solo sentir el aliento de su mayordomo negro en su pecho desnudo, le causaba muchos escalofríos.
-Yes my lord -.dijo Dimitry que con gran agilidad y aprovechando el estado de shock en el que se había puesto Sebastian, empujo a este con delicadeza pero con firmeza para tomar el puesto que el otro ocupaba.
-Amo- dijo cuando se dio cuenta, miro con enojo como la habitación del cuarto de baño se cerraba y a Ciel, a SU Ciel estar desnudo en los brazos del otro.
Salio de la habitación de su niño, se encontraba enojado, no por las decisiones erróneas de su amo, si no más bien por la intervención del “nuevo” mayordomo, que vestía de un ridículo color plateado, tal vez era momento de saber de donde provenía aquel idiota que no dejaba en paz a su niño.
Escucho un ruido en la entrada principal, luego los gritos de los sirvientes, hizo que caminara con rapidez hasta llegar ahí.
-Paliducho- dijo un hombre de cabello negro azabache con una gabardina roja como la sangre.
- Tu...- no recordaba bien, era como si una parte de su memoria estuviera bloqueada, recordaba ese estupido apodo, que ahora sabia que no se lo había puesto Grell.
-Por lo visto tú no recuerdas y eso que eres un demonio – no sabia muy bien que pasaba pero se alegro que los demás sirvientes de la casa, se encontraran desmayados.
-No, la verdad no recuerdo pero tu rostro se me hace conocido- escucho como unos pasos se acercaban con mayor rapidez.
-Dimitry – dijo el de la gabardina roja, corrió hasta abrazar al mayordomo. - ¿Por qué me dejastes? – dijo con tono lastimero mientras que intentaba que el otro lo mirara a la cara, quería ver esos hermosos ojos que tanto lo gustaban, ya que reflejaban el azul mas puro que pudiera existir.
-Terry yo ya no- comenzó a temblar su cuerpo, tenia sus ojos fuertemente cerrados – Me traicionasteis y yo no lo soporto – al fin sus miradas se cruzaron pero las del mayordomo plateado mostraba lagrimas, era un llanto insoportable.
-Yo, no quería pero era la única forma – nunca revelaría que su hermano de su niño lo obligo si no la vida de este iba a correr un gran riesgo.
-¿Única forma para que? – dijo intentando zafarse del abrazo pero sin éxito alguno.
-Perdóname, yo no te lo puedo decir pero – lo abrazo lo mas fuerte que pudo no quería soltarlo – Yo te amo como no tienes idea y solo quiero que estemos juntos, soy un maldito insensato – El de gabardina roja lo abrazaba cada vez mas y mas fuerte, no quería soltarlo, no le importarse que el otro lo intentara.
-No- sus ojos azules comenzaron a ponerse opaco, para luego cambiar a un color rojo fuego, sus cabellos azules cambiaron a un color negro azabache.
Ciel había escuchado una pequeña discusión y antes de eso los gritos de sus sirvientes y se pregunto internamente que estaría pasando, mando a su nuevo mayordomo para ver que pasaba, pero ya había pasado mas de quince minutos, ahora el iba a ver que pasaba.
Se vistió lo mas rápido con las ropas que Sebastian le había buscado, bajo por las escaleras para ir hacia el alboroto. El cabello color azul cambio drásticamente a uno color negro, presentía que eso era una mala señal.
-Sebastian sepáralos- fue lo único que repetía una y otra vez su mente, lo único que podía ordenarle a su mayordomo negro.
Sebastian se movió con gran agilidad para acercarse y empujar a Terry, pero un gran viento que comenzó a emanar del de cabello negro lo empujo a gran distancia, intentaba mantener el equilibrio.
-Sebastian-el grito de su niño, hizo que se moviera lo más rápido posible para atraparlo.
-Nosotros ya no queremos volver contigo – subió la mirada mostrando esos ojos color fuego- Terry tu, nos traicionasteis- intentaba zafarse pero le era cada vez mas y mas difícil para el otro sostenerlo.
-Yo no, tu eres mi amor, eres mi vida – un puñetazo en el estomago hizo que lo soltara de improvisto. – Dimmy eres cruel pero de todas formas yo te amo a ti y a mi querido Dimitry
-MENTIROSO.- su voz resonó por toda la mansión de los phantomhive, la temperatura bajo drásticamente.
-Dimitry – se acerco Ciel intentando calmar a su amigo pero una ráfaga de aire lo elevo a un metro de distancia, Sebastian golpeo al “nuevo” mayordomo en la cara, haciendo que este perdiera toda la concentración y que Ciel cayera pero lastimándose.
-Ciel- el grito del mayordomo negro, hizo que los ojos rojo fuego se volvieran violetas y el cabello negro paso a uno café claro.
-Dimitry, yo no te quería traicionar pero era necesario si no te iba a perder – era lo máximo que podía decir.
-Yo no quiero lastimar a nadie y ni quiero que me lastimen – sus ojos violetas pararon a un hermoso azul al igual que su cabello. – Yo te amo como no tienes idea Terry pero mi otro yo me dice que no te de una segunda oportunidad pero yo, este que vez te la quiere dar, además lastime a mi pequeño amigo – un suave llanto se hizo presente, el de gabardina roja lo abrazo de manera reconfortante.
-Yo tengo miedo de perderte Dimitry, tu eres un ser especial, en cambio yo tengo casi la misma categoría que un demonio – rió de manera irónica- pero tu en cambio eres mas que un ángel , eres un todo para mi y no cualquiera puede estar a tu lado.
-No, yo te quiero nada mas a ti y te escojo a ti para compartir toda mi vida – dijo mientras se acercaba lentamente a Ciel, el mayordomo negro estaba desconfiado a que se le acercara pero con Terry se le hacia un poco mas fácil acercarse al niño
-Gracias Ciel – dijo mientras que lo cargaba en brazos y una energía los envolvía a los dos – Mientras el tiempo que estuve contigo, comprendí varias cosas pero… – se detuvo ante la puerta del cuarto del pequeño, una ráfaga de viento la abrió – aun te falta a ti aprender varias cosas y tienes mucho tiempo por delante – lo dejo acostado en su cuarto para luego dirigirse de nuevo hacia el salón principal
-¿Qué le hicisteis?- El mayordomo negro se encontraba realmente enfadado.
- No te preocupes demonio, yo solo lo lleve a su cuarto – vio como en los ojos de aquel mayordomo había furia – Además yo ya me voy y solo me quería despedir de el, por favor no lo despiertes por que dudo que lo haga aurita – dijo mientras abrazaba a Terry y luego en un humo oscuro desaparecían los dos.