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SPELL por Marieth

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Notas del fanfic:

Full Metal Alchemist es propiedad de Hiromu Harakawa

Notas del capitulo:

^0^ Hola de nuevo a los que aun me leen XDD

Esta vez vengo a publicar un fic que hice especialmente para una persona que aprecio ^^ Padmenvy, cumplo tus deseos navideños.

Les explico, el fic se lo hice hace dos días (XD) y le dije que solo lo publicaría si así lo quería... bien, ya conocen su decisión xD

Los dejo para que disfruten ^0^

NOTAS ANTES DE LEER: Este fic se situa en dos realidades, la que vive Ed todos los días y lo que ve en sus sueños, la letra cursiva indica que Ed esta soñando.

^^ es todo creo, espero lo disfruten.

 

Como siempre aquel mercado estaba abarrotado de gente deseosa de obtener objetos únicos y bellos, cuadros hechos por personas que llevaban años muertos, vestidos confeccionados a mano y con diseños fuera de lo normal, joyería sin aparente valor, pero de belleza inigualable.

Esas son las cosas que me gustan, las que llenan mi habitación e invaden el estudio de mi padre, varias veces ha amenazado con tirar todos mis tesoros, pero solo es cuestión de lavar su coche y hacerle una buena cena para que lo olvide.

Justamente hoy vengo a conseguir algo nuevo, pero no logro encontrar qué es lo que quiero para que adorne el poco espacio que he conseguido al limpiar mi habitación... lo se, no soy muy ordenado que digamos, es una de las razones por las que mi progenitor me amenaza con tirar mis cosas, no lo he permitido nunca pero es mejor andarse con cuidado de vez en cuando con él, no quisiera que mis cosas terminaran en algún basurero hechas trizas, menos con lo raras que son.

Como siempre voy al lugar de siempre, entre todos los puestos tengo mi favorito, la chica que atiende el lugar es un tanto rara, pero sabe que es lo que me gusta tener entre mis posesiones; su nombre es Shiezka, tiene cabello castaño, corto y peinado de forma diferente a lo que cualquier chica acostumbraría, tiene los ojos verdes, pero a veces no los puedes ver bien por culpa de los lentes que usa.

-¡Hola Edward! ¿Qué te apetece llevarte hoy? -Me pregunta cuando me paro frente a ella, siempre tan animada, la verdad no sé cómo es que puede soportar estar entre tanta gente y bajo el sol por horas.

-Buen día -Dije sonriéndole y agachándome para ver mejor los objetos sobre la mesa -Pues no sé, la verdad solo vine a ver que me gustaba.

-Entonces creo que te vas a llevar todo el mercado a tu casa -Levanté la mirada para verla reírse.

-Muy graciosa -Solo porque cuando vengo me termino media quincena... lo sé, no es muy sano para la cartera, pero darse gustos de vez en cuando no mata.

Shiezka me dejó para atender a otro cliente en lo que me decidía a llevarme algo, revolvía ropa, juguetes, cuadros, botellas y adornos cuando vi una cajita negra, el diseño era sencillo pero lindo, se notaba que estaba tallada y pintada a mano por todos los detalles que se podían observar, parecía estar sujeta por enredaderas plateadas tan reales que hasta me sorprendió. Quería llevármelo, esa sensación tuve al tocarlo, quería tener ese objeto, pero como siempre me gusta inspeccionarlo de todo a todo, abrí la caja encontrándome con un broche de tamaño mediano, el adorno en si era algo sencillo pero no por eso menos bello: un cuarzo grisáceo rodeado de alambres de plata que se sujetaban a un marco circular del mismo material, los detalles hacían ver a los alambres como sogas y el marco simulaba en su relieve ser de madera.

-¿Te gusta? -Me sobresalté al escuchar a la chica, estaba demasiado concentrado en la pieza que había llegado a mis manos.

-Está bien hecho -Dije restándole importancia -¿Qué sabes del broche?

Shiezka siempre sabía o se encargaba de investigar la historia de fondo de los artículos que ponía a la venta, le interesaba mucho saber si estaba vendiendo un objeto maldito o con propiedades mágicas, he de decir que siempre me entretengo escuchando sus historias y los resultados de sus investigaciones.

-Pues lo único que he sabido que es cien por ciento cierto es su nombre -Ciertamente eso era un poco decepcionante, pero no puedo exigirle mucho de todas formas, no creo que tenga el tiempo del mundo como para dedicarse a indagar sobre un brochecito -Se llama Cloître, un poco raro para una pieza así, pero en fin...

-¿Es todo? -Le miré esperando su respuesta, podría ser que este objeto hubiera sido usado en ritos satánicos o que sirviera para atraer hadas, que se yo.

-Pues un tipo por ahí me dijo que trae buena fortuna en cualquier cosa que quieras, pero a cambio debes perder algo preciado -Eso sí que me llamó la atención -Busqué el broche en internet para ver si de pura casualidad me encontraba algo...

Su expresión apasionada e ilusionada me decía que había encontrado algo sumamente interesante y, probablemente, sobrenatural.

-¿Y bien?

-Pues por ahí decía que ese broche había sido usado por un demonio y que aun guardaba algo de su poder, es por eso que cumple los deseos del que lo posea y logre desencadenar su poder, eso sí, debía pagar con algo igual de valioso a lo que iba a recibir.

Esa historia había sido lo que me decidió a comprarlo, solo le pregunté el precio del broche y me lo entregó con todo y caja deseándome un feliz día una vez que se lo hube pagado, me costó casi todo lo que llevaba encima, pero valía la pena o eso creía yo.

Me la pase en la calle casi toda la tarde y solo llegué a casa a cenar con mi padre y con mi hermano, mamá estaba de visita con una de sus primas, cuando le mostré a mi padre la nueva adquisición casi me arroja la vajilla en la cara y me dijo que si me hacía falta dinero que se lo pidiera al broche pues él no me daría un quinto cuando me hiciera falta, no le hice caso de nuevo y me fui a mi habitación a acomodar el estuche para poder mantenerlo siempre abierto y mostrando su contenido.

Como no tenía mucho espacio disponible lo tuve que poner en el buró al lado de mi cama, no me quejo de ver algo de esa calidad siempre que me acueste o vaya a la cama... hablando de eso ya se ha hecho hora de apagar las luces, mañana por la mañana debo ir a trabajar, así que solo me desvisto y me acuesto entre las sábanas, como siempre la pijama queda arrumbada en una silla pues me ha dado flojera ponérmela, cerré los ojos y relajé el cuerpo.

Caminaba por un prado grisáceo, las plantas carecían del verde que deberían tener... ¿dónde demonios se supone que estoy y cómo llegué aquí? Decidí investigar y comencé a caminar hacia la cima de una pequeña colina que por ahí se levantaba, con la poca altura que me proporcionaría el lugar pudiera ser posible que encontrara una casa o algo, subí para ver mejor y no me equivoqué, ahí justo en la entrada de un oscuro bosque había una enorme casa de campo, casi llegaba a ser una mansión, cualquiera que viviera ahí debería tener dinero suficiente como para no tener que preocuparse por nada. Quizá en ese lugar me podrían orientar hacia donde tengo que ir para volver a mi barrio, no tengo idea de cómo es que llegué hasta aquí, pero no creo que deba preguntar.

Toqué la puerta cuando llegué a la entrada pero no hubo respuesta, el lugar de eso un viento helado me envolvió haciéndome estremecer, ese viento llevaba consigo un embriagante aroma, no sabría describirlo, solo que era algo deleitante y tan suave que me hacía querer volver a percibirlo; la puerta terminó por abrirse sola dejando ver un interior sombrío, los muebles de color oscuro y las cortinas abiertas solo lo necesario para dejar entrar la luz daban un ambiente tétrico al lugar, eso sin contar con la presencia que se podía percibir en el ambiente, no sé cómo decirlo, pero el lugar transmitía cierta melancolía, cada adorno y cada mueble dejaban que te llenaras con ese sentimiento.

-¡Hola, disculpe por entrar así, pero creo que me he perdido! -Dije al aire para ver si alguien me respondía y aparecía, miraba hacia cada puerta que había por ahí esperando ver una persona por lo menos, pero nadie apareció. -¿¡Hola!?

Al no recibir respuesta a mi llamado decidí buscar a alguien, se que se molestarán conmigo, pero es su culpa por no contestar cuando traté de ser educado llamando antes de entrar como si estuviera en mi casa. Los pasillos estaban más oscuros que las habitaciones y la decoración tenía el mismo estilo. Ya me estaba por rendir y seguir buscando afuera cuando escuché una voz en una de las habitaciones:

"¿Por fin ha llegado el día?"

Quise ver al dueño de esa voz, así que entré de golpe y sin preocuparme de pedir permiso, encontré una habitación extraña, mas parecía un invernadero, todas las paredes estaban llenas de enredaderas verdes y espinosas que subían por los pilares de piedra, la pared que daba al exterior era reemplazada por ventanales tan limpios que daba la ilusión de que podrías atravesarlos sin problemas. Justo en una esquina había una especie de silla de piedra también, no se veía bien, pero noté que en el reposabrazos había una mano.

-Disculpe, lamento haber entrado así, pero... -Me había acercado hacia el mueble para hablar con esa persona, pero cuando llegué solo había una rosa solitaria, de un color imposible, era una rosa azul, sobre la flor había una nota, la tomé para leerla:

"Dar lo que con fervor te piden y recibir lo que más anhelas... conceder dos deseos en uno solo... esa es la llave de la cadena"

Ni idea de qué significaba eso, pero guardé la nota en uno de mis bolsillos y ahora quise tomar la flor, pero en cuanto lo hice una de las espinas se me clavó dolorosamente en el dedo y...

...Abrí los ojos, estaba en mi cama, lo más probable es que aquello que había visto fuera un sueño, pero comencé a dudarlo cuando vi que en mi mano yacía la herida que me había hecho con la espina... y aquella hermosa pero extraña rosa junto a mi almohada, en el buró estaba aquella extraña nota pero ahora había algo más escrito ahí, no entendía lo que decía, parecía estar en otro idioma... eso es extraño, muy extraño.

Ese día había transcurrido como cualquier otro, iba a la escuela y saliendo me iba a mi trabajo de mesero en una cafetería pequeña, el sueño me había estado perturbando todo el tiempo, le pregunté a viarios amigos sobre el texto incomprensible pero no había nadie que me supiera decir que era lo que decía o en qué idioma estaba escrito, simplemente raro, no voy a negar que me interesa eso si.

Esa noche caí rendido sobre mi cama, ni siquiera había cenado pues prefería tirarme en la cama y no despertar hasta el día siguiente, esa noche me acosté de lado viendo hacia mi broche, era linda la luz que le llegaba al cuarzo, hacía que brillara más y se viera plateado en lugar de gris.

De nuevo me encontraba en esa mansión, casa de campo... ya no se cómo llamarle, pero eso es lo de menos ahora. Esta vez había aparecido en el interior de la vivienda, justo en la última habitación que viera en mi sueño, solo que ahora algo era diferente, no había silencio esta vez, ahora resonaban en las paredes las notas emitidas por un piano, la música era tan tranquila y aun así tan melancólica, como si estuvieran tratando de llegar hacia una persona en específico, al menos yo las percibía como una especie de lamento, una petición que había sido negada.

Caminé por los pasillos solitarios hacia donde se escuchaba esa tonada, llegué hasta una especie de salón, en el centro se encontraba el origen de tan bello sonido, un piano de cola finísimo y había algo más ahí... una persona.

La música se detuvo al momento de que me acerqué a ver quién era el que tocaba tan bella melodía, la persona que lo tocaba era un hombre joven algo extraño, su ropa parecía haber estado de moda hace poco más de un siglo o dos, cuando se levantó pude comprobar que era más alto que yo, eso no es difícil pues soy un poco... em... bajo, como sea, ese hombre no parecía sorprendido o molesto por mi presencia en su casa, al contrario parecía haber estado esperando por mí.

Se acercó con lentitud a mí, no me moví por la impresión que me había causado, aun así no creo que sea una amenaza. Sus manos tocaban con delicadeza mis cabellos rubios y largos, sus ojos se clavaban en los míos color oro, su piel pálida contrastaba con la mía que era ligeramente morena. Terminado su escaneo se inclinó como ante mi como si lo estuviera haciendo ante una señorita, ignorando mi mueca de molestia por su acto me tomó de la mano y se paró frente a mi,  sujetando mi mano izquierda con su mano derecha y la mano que le quedaba libre la posó sobre mi cintura comenzó a moverse con elegancia como si estuviera bailando en una fiesta de la alta sociedad. ¿Por qué lo dejaba hacer eso si recién lo conocía? No tengo la más mínima idea.

El sonido de nuestros pies era lo único que se escuchaba en la casa él me dio una vuelta en medio de la danza, cuando se supone debía volver a sus brazos él se había esfumado...

De nuevo estaba en mi cama, estaba enredado entre las sábanas.

Los sueños continuaron noche con noche, en todos ellos aparecía él, al principio pensaba que era coincidencia, pero por mucho que tratara de convencerme de ello no podría ser que todas las noches sin falta lo viera ahí con esa sonrisa ladina o esa mirada intensa sobre mi cuerpo; no creo estar soñando el tacto de su piel fría y suave o ese aroma tan embriagante que desprende... aunque al pasar del tiempo esos hechos dejaron de importarme, sentía cada vez mas la necesidad de su presencia junto a mí.

Esas noches él siempre me espera en alguna parte de la casa con la misma ropa y la misma sonrisa, al principio pensé que ese hombre que solo aparecía en mis sueños era una especie de demonio que se divertía a mi costa, pero tiempo después descubrí que intentaba distraerse del tedio de permanecer en un solo sitio, me he dado cuenta de que no puede dejar esa mansión en la pradera, pues una extraña fuerza se lo impide, me mostró que cada que intenta abrir una puerta hacia el exterior éstas no ceden un milímetro, en cambio si yo lo hago abren de inmediato, si le abro la puerta para que abandone la estancia las enredaderas que crecen afuera le cierran el paso.

He tratado de indagar por fuera para poder conocer la identidad de esa persona, a lo mucho que he llegado es a enterarme que la mansión se encuentra en alguna parte de Francia... o al menos se encontraba pues hace más o menos cuarenta años quedó reducida a cenizas por un acto de vandalismo . De los habitantes no he logrado saber mucho, lo más relevante que he encontrado es que el primer dueño se había vuelto loco y se había encerrado para siempre en ese lugar pues no había soportado la pena de perder a su prometida, lo más raro del asunto es que ese broche que tengo en mi habitación es el mismo que la prometida fallecida usaba el día de su muerte.

Esta noche estamos sentados en el suelo de la biblioteca, él se ha recostado en mis piernas, es algo raro que estemos de esta manera pero decidí que no me importa siempre y cuando pueda estar a su lado, su piel siempre se siente helada, como si estuviera muerto... no importa, así tengo un pretexto para abrazarlo, solo basta decir que quiero quitarle el frío a su piel; la primera vez que se lo dije soltó una risa discreta y negó con la cabeza.

Me ha dado un libro y se ha retirado solo un momento, o eso quisiera creer. Comencé a hojear el pequeño volumen que me entregó, era una historia corta o algo así:

"Hubo una vez un hombre que siempre había sido sonreído por la suerte, poseía una fortuna envidiable, salud y una hermosa prometida, pero no siempre la vida puede permanecer generosa, ese hombre lo comprobó de una forma en extremo cruel: su prometida le fue arrebatada por una enfermedad de la cual no estaba enterado y que tenía postrada a tan bella flor en la cama de forma tan repentina.

Estaba destrozado, pero no vencido aún. Hasta el momento solo el médico que la había atendido y él sabían de la tragedia, pidió al médico salir de la habitación y no divulgar la noticia pues ya se encargaría él de darla a los familiares de la chica y a la nana.

Cuando el doctor hubo abandonado el recinto aquel hombre triste suplicó a todo aquel ser que lo escuchara un solo deseo:

-¡Devuélvanme a mi amor, por lo que más aprecien háganlo y les daré lo que me pidan, solo quiero estar con ella por toda la vida!

Se decía que la mansión estaba construida en un lugar mágico donde cualquier criatura sobrenatural o diabólica podía escuchar los deseos y cumplirlos, ese hombre no había creído las historias, no las creía de hecho cuando había lanzado aquella petición al aire, pero haría cualquier cosa gustoso si así podía recuperar a su prometida, no estaba dispuesto a perderla a sólo un día de casarse.

Sus súplicas fueron escuchadas y una mujer de cabello corto, ojos violetas, mirada fría y sonrisa maliciosa se le apareció sosteniendo en brazos el alma de la desdichada chica.

-Dime una vez más tu deseo, el precio lo conocerás una vez cumplido tu anhelo. -Dijo posándose al costado de la cama.

-Quiero que mi amada vuelva a la vida y que recupere la salud para que pueda ser feliz, quiero verla ser feliz.

-El precio por revivir a un humano es elevado, pero que así sea -La mujer depositó el alma sobre el cuerpo, al instante la bella muchacha abrió los ojos viendo hacia el hombre que ahora no cabía de la alegría.-Ya luego conocerás el precio de tu anhelo -Aquella mujer desapareció sin ser escuchada, menos porque el hombre apretaba a la frágil muchacha entre sus brazos.

Al día siguiente y como estaba previsto la pareja se casaría, el novio estaba que irradiaba alegría, pero cuando quiso abandonar la casa simplemente no pudo, las puertas se negaban a abrirse y las ventanas aun menos, intentó usar una de las puertas de servicio que se encontraban abiertas, los criados la habían dejado así porque constantemente entraban por cosas que hicieran falta en donde se llevaba a cabo la ceremonia, en cuanto el novio intentó abandonar la vivienda las enredaderas que adornaban las paredes le cerraron el paso.

Mucha gente estaba asustada, pero aún así y por petición del novio, la ceremonia se celebraría dentro de la mansión, en una habitación que poseía enormes ventanales que reemplazaban una pared, el suelo y las paredes de piedra hacían que el lugar pareciera mágico, así como si fuera parte de un pequeño castillo, era la habitación más solitaria pero bella y estaba en la planta baja.

Pasaron las horas y la novia no se presentaba a su propia boda, muchos de los invitados ya estaban hartos de esperar, pero no se iban por insistencia del hombre enamorado. Ya cerca del anochecer llegó un mensajero con una carta para el novio. En cuanto la leyó se dejó caer de rodillas en el frío suelo derramando lágrimas... su prometida le comunicaba que acababa de irse a otro país con el hombre del cual verdaderamente estaba enamorada y que la perdonara por todo el dolor que le pudiera causar, le anexaba un pequeño espejo de plata para que se viera el rostro y que recordara que era apuesto, que encontraría a alguien que verdaderamente lo pudiera amar.

‘Muchas gracias por amarme tanto y perdóname por no haber podido darte todo el cariño que te merecías'

Esa fue la última frase que veía en la carta de despedida. Los invitados salieron de la propiedad pues no querían importunar, además la ceremonia ya no se llevaría a cabo, no había necesidad de ver a un pobre diablo llorar amargamente por una mujer que nunca lo quiso... incluso la servidumbre se había marchado para dejar solo a su patrón, cuando se molestaba podía ser peligroso, más aun ahora que estaba herido, mejor decidieron salir.

Ya estando completamente solo, aquel hombre dejó salir un lamento desgarrador.

-¿Qué es lo que te pasa? -Preguntó aquella mujer extraña que le había devuelto a su amada, había aparecido como la última vez, de la nada.- ¿No te gustó el precio?

-¿Qué has hecho? -Preguntó con voz fría y clara furia en sus ojos -¿¡Esto no es lo que yo quería!?

-¡Oh, pero claro que lo fue! -Dijo sonriente aquella mujer -Tu deseaste que la devolviera a la vida y... ah ya, sé que es lo que te falta.

Tomó el espejo de las manos del desdichado y le sopló ligeramente, luego se lo mostró al hombre joven; ahí estaba su prometida en brazos de otro hombre, se les notaba felices ahí recostados en esa cama... parecían haber consumado su amor.

-¡¡Basta, no quiero ver eso!! -Desvió la mirada pues no soportaba ver a su querida prometida de ese modo y no ser él quien estuviera a su lado.

-Vaya con los humanos, ya no saben lo que quieren -La mujer negaba con la cabeza al ver al joven hombre apartar la vista del espejo -En fin, no he venido a eso sino a explicarte cómo es que me he cobrado el favor.

Silencio fue lo que recibió como respuesta, pero no le importó mucho ese hecho.

-El precio por la resurrección de tu amada es tu libertad, nunca podrás salir de nuevo de esta casa -Se sentó en una de las bancas de piedra del lugar -Y el pago por ver feliz a tu prometida... bueno me doy por bien servida, no sabes lo guapo que te veías llorando patéticamente por alguien que nunca te quiso.

Más silencio recibió por sus crueles burlas, aquel hombre no estaba dispuesto a darle el gusto de verlo enfurecido.

-Si es todo lo que viniste a decirme ya te puedes ir retirando -El hombre se puso de pie y arrojó al suelo la carta que lo hiciera tan desdichado, el espejo estaba por ahí tirado y no planeaba recogerlo.

-No hay prisa, verás, eres una persona atractiva en realidad, no sé por qué la estúpida de tu prometida te abandonaría, pero yo estoy dispuesta a convertirte en algo como yo a cambio de que te quedes conmigo, no tienes que pensarlo, imagínate poder vivir para siempre y atormentar a los humanos utilizando sus mismos anhelos, simplemente hermoso

-...Concedido... pero el quedarme contigo también tiene un precio, en fin, ya lo sabrás cuando sea el momento. -Dijo sin pensarlo un solo segundo.

Aquel nefasto trato terminó mal pues el hombre se había cobrado con aquel demonio con forma de mujer, le dejó moribunda al tercer día de estar con ella. Aquel demonio femenino estaba furiosa  al momento de que su vida se le escapaba de las manos, maldijo al hombre a estar al lado de su amada, viéndola ser feliz en brazos de otro, ahí la vería desde el broche que un día le había regalado y que usaba siempre, aún después de que la muchacha muriera el hombre quedaría atrapado hasta que alguien más deseara con fervor verlo libre de toda atadura deseando lo mismo con la misma intensidad, de otra manera quedaría atrapado para la eternidad..."

Cuando terminé de leer comprendí todo, la historia escrita en aquellas páginas era la suya, ese hombre desdichado era el mismo que había sido engañado por aquel demonio, no se que ganaba contándome todo o al menos dejándome saberlo. Salí de aquella habitación para buscarlo, lo busqué en cada una de las habitaciones hasta que me encontré una que llamó mi atención, dentro había un espejo enorme que no reflejaba nada, al contrario, mostraba una imagen diferente... ahora que lo veo mejor la imagen que me regresa el espejo es MI habitación... ¿cómo lo puedo saber? Sencillamente porque me veo a mi mismo, o a mi cuerpo más bien, descansando en la cama. Lo que me lleva a pensar que esta es la habitación de mi anfitrión.

Me olvidé de eso por el momento y salí en su búsqueda de nueva cuenta, ahora que me ponía a pensar las cosas... ¿habría pasado todo el tiempo viendo como su prometida era besada y acariciada por otro? Horrible destino para alguien que, creo yo, no lo merecía. Llegué hacia la habitación de piedra y ahí lo encontré, miraba hacia afuera dándome la espalda, en cuanto estuve lo suficientemente cerca él...

-Dime cuál es tu deseo -No lo creía, por fin me había hablado, ese joven por fin me dejaba escuchar su voz.

Me quedé pensando en su petición, no se a que venía eso o qué era lo que estaba pasando en realidad.

-¿Para qué quieres saberlo? -Al no escuchar lo que quería se acercó hasta posarse frente a mí, esos ojos me habían hipnotizado, se me antojaba verlos todos los días, tenerlo siempre a mi lado y que me haga feliz como hasta ahora lo ha hecho, con su sola presencia me basta para sonreír sinceramente, ni todos los objetos en mi habitación me sacan ni una pizca de la dicha que él me proporciona con su sola presencia... quisiera...

-Anda, dilo.

-Que estuvieras siempre a mi lado fuera de estas paredes. -Se acercó aun mas a mí, si es que era posible y me susurró al oído, su aliento chocaba con mi oído haciéndome estremecer.

-Dile adiós a este lugar porque no lo volverás a ver.

Sentí sus brazos rodeándome y acercándome a su cuerpo, sentí su cuerpo, pero lo sentía tan cálido que no me importó lo que pasaba a mi alrededor... no me importó que la casa estuviera siendo consumida por aquellas llamas purpureas...

-¡¡¡Hermano ya despierta!!! -Al escuchar tan fuerte grito caí de la cama.

-¿¡Por qué demonios me despiertas de esa manera!? ¡Podías simplemente haberme movido un poco -Me levanté del suelo juntando las sábanas de pasada -¿Qué es tan urgente como para tirarme de la cama?

Mi hermano estaba ahí de pie frunciendo el ceño mostrando una cara de enojo que en su rostro casi infantil se veía adorable, esos ojos plateados que a menudo parecían café oscuro por la ropa que usaba, su cabello un poco más oscuro que el mío lo usaba corto como a mamá le gustaba cortárselo, mi hermano era menor que yo por un año.

-Te buscan en la puerta. -Solo dijo sin dejar su cara de molestia. -No dijo nombre, solo dijo que tú lo estabas esperando.

Ya no me dijo nada, solo salió de mi habitación para dejarme vestir a gusto, lo hice tomándome mi tiempo, si era un desconocido que esperara, yo no le mandé estar mintiendo en mi casa, que yo recordara no había quedado con absolutamente nadie para nada. Cuando por fin me digné a bajar no creía lo que veía, ahí estaba él, solo con unos cuantos cambios en su apariencia, ya no era aquella ropa vieja la que vestía, ahora venía completamente de negro pero sin perder ese aire que lo caracterizaba, el cabello largo y de ese color tan peculiar que siempre solía traer atado con una cinta de seda ahora estaba suelto salvo por la banda que traía en la cabeza para que el cabello no se le fuera a la cara por completo, esos ojos violetas me miraban con la misma intensidad que siempre, pero no comprendo una cosa ¿qué hace aquí?

-Hijo -La voz de mi padre me sacó de mis cavilaciones para hacerse notar, veía de mal modo a mi inesperada visita -¿Me presentas a tu amigo?

Me acerqué a donde estaba parado él, mi padre esperaba mi respuesta, no sabía que debía responder puesto que ni yo sabía su nombre, estaba por contestarle cualquier idiotez para salir de esa cuando de pronto escuché una especie de susurro.

-Se llama Envy -Dije sonriendo, ahora volteaba hacia él -Envy, él es mi padre.

-Un gusto -Mi padre le tendió la mano más por cortesía que por otra cosa mientras que mi visita le correspondía un poco nervioso. -¿A dónde planean ir si es que puedo saber?

-Quisiera llevar a su hijo a tomar un café si es que me lo permite usted claro -Creo que hay cosas que no se le van a olvidar.

-No te preocupes, a mi papá no le molesta, nos vemos luego -Salí jalándolo conmigo y sin dejarlo decir nada.

No dejé de jalonearlo hasta que estuvimos en un parque un tanto abandonado, como no había lugar para que los niños jugaran pues estaba más solo que el de la siguiente calle, aquí seguramente no interrumpirían, él solo me miraba confundido.

-¿Qué sucede?

-¿Cómo es que estas aquí?...Para empezar dime tu nombre ¿quieres? -Dije ya algo fastidiado, me alteraba no saber qué demonios ocurría.

-El nombre ya me lo pusiste, un tanto extraño pero supongo que está bien si así te gusta -Dijo alzando los hombros y sonriendo divertido -Y estoy aquí porque mi castigo se ha terminado.

A ver, aquí ya dejé de comprender...

-Explícamelo todo porque no comprendo absolutamente nada -Me senté en una de las bancas que había por el lugar, él hizo lo mismo que yo y nos quedamos en silencio por unos minutos.

-"Dar lo que con fervor te piden y recibir lo que más anhelas... conceder dos deseos en uno solo... esa es la llave de la cadena" -Esa es la frase que venía en la nota que había encontrado antes, pero no entendía que tenía que ver eso aquí -Sabes lo que eso significa ¿no es así?

-Pero lo que yo pedí no fue pensando en ti, sino en mi... yo solo -Me calló poniendo sus labios sobre los míos y acercándome más a su cuerpo, cuando nos separamos por falta de aíre el mordió mi labio para después susurrarme.

-¿Y quién dijo que yo no pedí lo mismo que tú Edward Elric? -Era extraño que conociera mi nombre, pero ¿qué era normal ahora que pasaba todo esto? Nah, de todas formas ya no importa -Deberé pagar el precio de que tu hermano y tu padre me odien pero bien vale la pena. ¿Sabes lo que he tenido que aguantarme cada que te veía cambiándote de ropa?

-...Idiota -Eso fue lo único que atiné a decir, creo que lo prefería cuando no hablaba -Y no creo que te odien, solo estarán enojados porque como siempre no les cuento nada.

-Al menos llámame por el nombre que me diste -Dijo casi riéndose.

Envy... no creo acostumbrarme pronto al nombre, pero a su presencia... eso no será problema, después de todo es lo que pedí con todas mis fuerzas y estoy dispuesto a aprovecharlo.

Notas finales:

^^ Eso ha sido todo chicos y chicas espero que lo hayan disfrutado. Envy-chan ya estas servido!!!! ^0^

Aprovechando el espacio les informo sobre un juego de rol que se esta organizando en el foro origamis (^^ Elyon ya le dio la propa pertinente) será un mega crossover para que puedan rolear a gusto ^0^ y tendrá otra modalidad muy distinta a la que se ha estado manejando, pero si quieren saber más pasen por el foro, no cobramos ni mucho menos porque vayan a ver si les gusta ^^

XD no les explico todo porque el espacio no es suficiente, pero ahi en el foro podremos sacarlos de dudas ^^

http://cluborigamis.mundoforo.com/index.php

Se cuidan!!!!


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