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Las idas y vueltas del amor por Varda

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Capítulo 8: Lágrimas

Ikki tardó en despertar; de a poco los rayos del sol comenzaron a encandilarlo. Dio la vuelta en la cama, tapándose con las sábanas como para seguir durmiendo, así fue como choca con su brazo algo tibio y blando. Abre los ojos y ve una mata de cabello rubio y corto. En ese momento de dio cuenta de que no estaba solo en el lecho. Trataba de preguntarse que hacia Hyoga en su cama, al segundo lamentó hacerse esa pregunta pues un desfile de dolorosas imágenes fueron apareciendo en su mente.
- ¿Pero qué...? - quiso preguntarse Ikki, mientras observaba a Hyoga dormir -
Se hundió entre las sábanas como queriéndose esconder del mundo que lo rodeaba. Un terrible dolor de cabeza lo estaba matando, una vez más se había pasado con la bebida Intentaba disipar la imagen de Shaka haciendo el amor con los gemelos, mas no podía, era imposible. Inconscientemente deseaba torturarse.
Shun se despierta temprano esa mañana - al contrario que la mayoría -, mucho más contento que de costumbre, Después de meditar varias horas en su cama anoche decidió que ni bien viera a Hyoga correría tras el y lo besaría tiernamente, ¿Pero por qué tardó tanto en tomar una decisión?. La respuesta era muy sencilla, era por su hermano Ikki. No le parecía correcto que después de haber estado Hyoga con su hermano, estuviese con él después. Sin embargo el amor lo puede más y Shun realmente amaba al ruso, y dado que el amor era mutuo, ¿Por qué no intentarlo?. Muy alegre - pero aun con algo de sueño - se levanta y se dispone a desayunar. Decide prepararle su desayuno favorito a Ikki, para darle la sorpresa a éste llevándoselo a su cuarto.
Cargado con la bandeja golpea la puerta de la recámara de Ikki y entra.
- ¡Hermano! ¡Te traje el desayuno! - la alegría se notaba en su voz -
Pero lo que ve tras abrir la puerta lo deja completamente paralizado. Su hermano en ese momento se estaba despertando, pero éste no se encontraba solo en su lecho. De pronto el estrepitoso ruido provocado por la bandeja tras resbalarse de las manos de Shun rompe el silencio.
Ikki se asusta al ver la expresión en el rostro de Shun, de cuyos ojos comenzaban a caer lágrimas silenciosas. Por el ruido Hyoga se levanta sobresaltado y pone una terrible cara de susto al ver a su amado Andrómeda viendo la escena.
- Hyoga... - con la voz entrecortada - ¿Co-cómo pudiste? - sintiendo una opresión en la garganta -
- Shun, espera, no es lo que crees - intentando levantarse el rubio -
- ¡Eres una basura! - gritó sollozando, para luego salir corriendo -
Ikki observaba todo sin comprender, tratando de adivinar que era lo que ocurría allí. El ruso atina a levantarse y correr tras el joven, pero siente que lo detienen agarrándole fuertemente el brazo.
- ¡¿Pero qué demonios ocurre aquí?! - dijo Ikki, casi gritando -
Hyoga dirigió su mirada al Fénix, quien lo miraba furibundo. No sabia como explicarle, ni siquiera sabia que hacía en su habitación.
- ¿Qué demonios pasa con mi hermano? - zamarreando a Hyoga -
El ruso sintió como su lengua se paralizaba de los nervios. "Estoy en un grave aprieto", - pensó -.
- Yo... - sin saber como expresarse al ver la mirada asesina del Fénix - Estoy enamorado de Shun - confesó -
Ikki abrió los ojos de sorpresa, no esperó que su ex amante le dijera algo así.
- ¿Qué? - completamente incrédulo -
- Lo que oíste Ikki - muy asustado - le dije a Shun que lo amaba y ... eso es la verdad - bajando la mirada -
- ¡¡¡Insensato!!! - queriendo golpear al rubio, pero éste logra esquivarlo - ¡¿Y qué diablos haces aquí entonces?! - con furia -
- ¡No tengo idea! ¡No me acuerdo de nada! - intentando explicarle a Ikki -
- ¡Si llegas a lastimar a mi hermano te juro que te mato!
- Ikki, espera, déjame explicarte - esquivando los golpes del Fénix -
- Más vale que arregles esto con Shun - logrando al fin agarrarlo del cuello -
- Ikki, me ahorcas - hablando con dificultad -
- ¿Cómo pudiste poner así a mi hermano? - con mucha ira -
Hyoga escapa del intento de ahorcamiento de Ikki para luego salir corriendo del cuarto, debía ir tras Shun para darle una buena explicación sobre lo que acababa de ver.
- ¡Eres hombre muerto Hyoga! - gritó Ikki al salir al pasillo viendo como Hyoga se iba corriendo -
Algunos de los caballeros se asomaron al corredor para ver que pasaba, pero como el que gritó era el Fénix decidieron que lo mejor era no molestarlo.

Shaka despierta con algo de dificultad. Lo primero que ve tras abrir los ojos es un enorme desastre de sábanas y frazadas desparramadas sobre el piso. Siente frío, estaba desnudo y no tenia nada encima que lo cubriera. Intentó moverse pero siente el cuerpo muy adolorido. ¿Qué había pasado la noche anterior?. No tardó mucho en recordar y más cuando vio ropa suya desgarrada en el suelo de su habitación. Le costó levantarse, no solo porque sentía como si un camión con acoplado lo hubiese atropellado sino también por un espantoso dolor que taladraba su cabeza, "¿Qué demonios hice anoche?", - se preguntó el rubio -.
Como pudo comenzó a levantar las cosas tiradas. Se sentía pésimo, no solo físicamente , también anímicamente. Estaba mal y lo sabia. Poco a poco un remolino de imágenes desfiló por su mente, así recordó todas las cosas que hizo con los gemelos esa noche. Hubiese querido que el alcohol lo ayudara a olvidar todo aquello, mas las cosas no fueron así. Un sentimiento de culpa lo empezó a molestar en el corazón. ¿Con qué cara iba a mirar a Ikki ahora? . Tenia miedo de que el Fénix se enterase de lo que hizo con Saga y Kanon.
Estaba mal, se sentía sucio por dentro y por fuera. ¿Cómo pudo caer tan bajo? Tan solo esperaba que el agua helada de la ducha pudiese limpiar su cuerpo y que las lágrimas que caían de sus ojos lograsen limpiarlo por dentro.

La noche anterior había sido fuerte para más de uno. Todos los que participaron en la "fiesta" terminaron o descompuestos o con fuertes dolores de cabeza, producto del exceso de bebida. Y por más que lo intentara, Saori ya nada podía hacer con sus regaños. De hecho, decidió ignorar cada vez que veía el patético espectáculo de los caballeros sufriendo el síndrome "post noche alocada". Menos mal que se suponía que Shion debía controlarlos, el gran patriarca no resultó ser más que un fiasco. "En el fondo son buenos muchachos", - pensaba la chica, tratando de autoconvencerse -.
Bien sabido era que el alcohol podía provocar reacciones distintas en las personas, desinhibirse era una de ellas. Eso fue lo que Aioros usó como excusa. El caballero dorado de Sagitario despierta casi al mediodía con algo de cansancio. Al abrir los ojos se dio cuenta de que ese no era su cuarto, preparándose para lo que se venia con algo de temor observó hacia su derecha. Allí vio a Shura quien dormía plácidamente y apenas cubierto por las blancas sábanas. Ambos estaban completamente desnudos. El corazón de Aioros comenzó a agitarse hasta el punto de poder oír sus propios latidos. No deseaba moverse, no deseaba respirar; en realidad no podía, estaba completamente paralizado. Shura se movía entre sueños y seguía durmiendo. "¿Cómo le voy explicar esto?" - se preguntaba -, "¿A quien quiero engañar?. Si fui yo quien se abalanzó hacia Shura" . Y así era, Shura estaba completamente borracho bailando cuando Aioros toma su rostro y lo besa. Había aceptado un par de tragos, pero estaba bastante consciente cuando hizo eso. Ahora bien, ¿Cómo explicaría todo?. Sin embargo, su corazón ya no daba más, debía confesarle todo a Shura. "¿Y si me rechaza?" - pensaba -. Pues entonces tendría que aceptarlo. Los nervios lo estaban afectando, se sentía descompuesto y un sudor frío empezaba a cubrir su cuerpo. Aun así, más allá de lo que ocurriese luego, el nunca podría olvidar esa noche, en la que ambos hicieron el amor durante largas horas.
Aioros observaba el techo, quiso dormirse pero no pudo. No se da cuenta cuando Shura abre los ojos y lo observa, tras pasar algunos segundos Aioros siente que toman su mano. Completamente asustado y muy sonrojado dirigió su mirada hacia Shura, quien le sonreía dulcemente.
- Buen día - dijo el español mientras se desperezaba -
- Buen... buen día - casi tartamudeando -
Aioros casi pega un grito cuando Shura se le acerca, toma su rostro y le da un apasionado beso. No podía creerlo, ¿Estaba soñando?. No, era real. El caballero de Capricornio lo estaba besando, Shura, su mejor amigo. Aioros lo abrazó, pudo sentir la cálida aura de su amigo, algo que siempre había querido sentir. Pues ellos eran amigos y no compartían más sentimientos que los de una hermosa amistad, pero ahora las cosas parecían ser distintas. Ambos caballeros se miraron, tan solo pasaron algunos segundos aunque les pareció una eternidad; el caballero de Sagitario estaba completamente absorto, no sabía que hacer ni que decir pero no podía dejar las cosas como estaban, tenia que explicarse.
- Shura, yo... - comenzó a decir Aioros -
- Shhhhh - poniendo su dedo índice sobre los labios de su compañero -, no digas nada. Déjame disfrutar este momento.
- Pero... Shura, déjame explicarte...
- ¿Explicar que? - le preguntó el español con una sonrisa -
- Bueno... - sintiéndose nuevamente algo descompuesto por los nervios -, tu y yo... aquí...
- Bueno, podríamos echarle la culpa al alcohol y todo estaría bien, ¿No lo crees? - sin dejar de sonreír -, pero yo creo que todo esto pasó por algo más - acercándose al caballero de Sagitario -, ¿Me equivoco?
- Ehhhh... - sin saber como empezar -, yo... ¡Yo te amo!
Aioros se esperó una expresión de sorpresa por parte de su amigo, sin embargo no fue así. Shura le sonrió y tomó su mano.
- Yo también te amo Aioros - con una mirada franca -.
- ¿Co-cómo? - incrédulo - ¿Pero si tu estabas con... DeathMask?
- Así es - interrumpiéndolo -, y tardé demasiado en darme cuenta. Yo creía que... bueno, que tu y yo estabamos destinados a ser solamente amigos. Si, estaba con DeathMask, pero nunca lo amé, ni él a mi. De todas maneras nunca hubo algo serio entre nosotros, es más yo se que él está enamorado de otra persona aunque no quiera reconocerlo - se reía -
Aioros no creía lo que estaba ocurriendo, era como si estuviese en un sueño. Shura lo amaba, ¡Shura lo amaba!. Después de tanto tiempo era feliz y podía sentirse tranquilo.
- Yo nunca me atreví a decirte nada, pensé... pensé que nunca entenderías - casi con lágrimas en los ojos -
- Que tonto, ¿No? - riéndose - Los dos pensamos lo mismo. Me tomaste por sorpresa anoche Aioros.
- Si... bueno... este... Quizá tomé de más y...
- Si, si, seguro - a las carcajadas -, vamos, te conozco desde hace años. Digamos que te hiciste el valiente con la excusa del alcohol - en tono de burla -
- ¡Hey no te burles! - haciéndose el ofendido mientras tomaba una almohada y se la lanzaba -
- Así que quieres guerra, ¿Eh? - tomando la otra almohada para tirársela a Aioros -
Luego de una improvisada guerra de almohadas ambos terminan abrazándose y besándose apasionadamente confirmando sus sentimientos.

Un cansado Saga se dirigió hacia el comedor, ya eran las doce y media del mediodía y salvo por Shiryu, ninguno de los caballeros se habían levantado o al menos no habían hecho acto de presencia por allí. Tomó algo de jugo de la heladera y fruta, ese sería su desayuno. Mientras comía pensaba en lo ocurrido la noche anterior, y vaya que noche fue esa. Lo disfrutó, de eso no había duda alguna. El rubio le gustaba, pero estaba empezando a dudar. Quizá, después de todo el también buscaba solo una cosa de Shaka: llevárselo a la cama. Su hermano menor era mucho más directo con las cosas, y eso lo demostró anoche muy bien. Absorto en sus pensamientos no se da cuenta cuando alguien le palmea la espalda.
- Hola hermanito, veo que te has levantado antes que yo - con una horrible cara de dormido -
- Contigo quería hablar - poniéndose serio -, te pasaste anoche Kanon.
- Que bueno estuvo - con una sonrisa pícara -
- Veo que no me has comprendido Kanon, te pasaste, fuiste muy brusco.
- ¿De qué te quejas? - con una sonrisa socarrona - Bien que no dejabas de proveerle alcohol a Shaka.
- Aun así, se te fue la mano. No creo que este muy contento cuando se levante.
- Si se levanta hoy - riéndose -, pues como lo dejamos...
- Como lo dejaste, querrás decir - mirándolo de mal modo -
- ¡Hey! Lo que pasó anoche es tanto culpa tuya como mía en todo caso, además la pasaste muy bien, no te quejes.
Dirigió una mirada furibunda a Kanon mientras éste se iba de la cocina dejándolo solo nuevamente. Era cierto y recién ahora medía las consecuencias, se pasaron de la raya con Shaka, en realidad fue Kanon quien cometió ese error pero al fin y al cabo la culpa era de ambos. Literalmente se aprovecharon de la embriaguez del rubio de Virgo, y en cierta manera Saga se estaba sintiendo culpable. Una vez más Kanon lo arrastraba a hacer cosas de las cuales luego se terminaba por arrepentir.
Como no sabría enfrentar al caballero de Virgo si se lo llegaba encontrar allí prefirió irse de la casa, pues no quería tener problemas. Lo que más bronca le daba era haberle seguido la corriente a su hermano. Shaka estaba tan ebrio que se dejó hacer cualquier cosa, al principio era divertido pero Kanon tomó las riendas de la situación dejando a Saga mirando desde afuera. Debió haber controlado a su hermano pues cuando Kanon tomaba demasiado se ponía muy violento. En su intento de "escaparse" por un rato de la mansión sin que nadie le hiciera preguntas, sus planes se ven interrumpidos al encontrarse con alguien que no planeaba.
- Buen día Saga - lo saludó el caballero de Aries -. Vaya, te ves muy cansado.
Saga hubiera jurado que esa última frase de Mu tenia un dejo de ironía.
- Ah, buenos días Mu, que temprano te levantas - ríe para disimular -
- Si, bueno, la partida de póker con Shion, Dohko y Milo duró hasta tarde - bostezando -. ¿Y el resto?
- Solo vi a Shiryu, y a mi hermano - si muchas ganas de mencionar a Kanon -, el resto debe estar durmiendo.
Mientras hablaba con Saga, Mu pensaba en la actitud del caballero. Recordó muy bien como él y Kanon se llevaron a Shaka de la reunión, todos estaban muy ebrios. ¿Pero cómo debería sentirse?. Quizá con algo de celos, pero Shaka era libre de hacer lo que quisiera y eso debía respetarlo. Aunque secretamente en el fondo hubiera querido que Saga se lo llevase a él y no al rubio. ¿Estará interesado realmente en Shaka?. Tenia que averiguarlo de alguna manera, el tema era como.
A Saga no le hizo mucha gracia encontrarse con Mu, la ex pareja del caballero de Virgo. Aunque no deseaba reconocerlo, temía la reacción del caballero de Aries si se enteraba de lo que hizo con Shaka.
- Dudo que se pueda comer algo decente a esta hora - mirando el reloj -, planeaba ir a desayunar algo afuera, ¿Vienes conmigo? Yo invito - le preguntó Mu con una sonrisa -
- Pero...
- Oh, vamos, yo invito. Gastemos lo que les saqué a esos perdedores - guiñándole un ojo -
Se sorprendió un poco que Mu lo estuviese invitando a él. Si le decía que no seria sospechoso - eso pensaba Saga -, pero Mu le sonreía, así que decidió aceptar.

No podía pasarle a él, no era posible. Justo cuando cree que el amor le da una oportunidad, se da cuenta de que ninguno de sus sentimientos valieron la pena. Se había ilusionado demasiado con el hecho de estar con Hyoga, ¿Cómo pudo engañarlo de esa manera?. Le creyó cuando le dijo que entre él e Ikki no había nada, que habían roto. ¿Por qué? ¿Por qué le pasaba esto a él?. Eso fue lo que constantemente Shun se preguntaba. Se había encerrado en su habitación, estaba hecho un ovillo en su cama y lloraba a lágrima suelta. Que injusta era la vida, después de tanto esperar cuando pensaba que se le iban a dar las cosas se da cuenta de que todo era un malvado engaño. Se preguntó si Ikki sabia algo de eso, o también estaba siendo engañado por ese miserable. En eso escucha que tocan la puerta insistentemente.
- ¡Shun! ¡Shun! ¡Ábreme por favor! - grita Hyoga con desesperación -, ¡Déjame explicarte!
- ¡Vete! ¡Déjame solo! - sollozando -
- ¡Shun! ¡Por favor! - gritando -
Shun se levanta, se seca las lágrimas con el puño de su buzo y abre la puerta. Observa a Hyoga que estaba a medio vestir y con una mirada suplicante.
- Shun, por favor. De veras puedo explicarte - con lágrimas en los ojos -
Shun le dirige una mirada fría y a continuación le da una bofetada.
- ¡¿Cómo pudiste?! ¡¿Cómo pudiste mentirme así?! - sin poder impedir que algunas lágrimas cayeran de sus ojos -
- ¡Yo te amo Shun! Te amo, siempre te amé.
- ¡¿Y qué hacías con mi hermano entonces!? - gritando de bronca -, ¿Acaso a él también lo engañaste?
- No, no fue así - sin saber como calmarlo -, yo no tengo idea de como llegué allí..
- ¡¡¡Idiota!!! ¡¡¡Eres un idiota!!! ¡¡¡Lárgate!!! - cerrando la puerta de golpe para luego caer al suelo y llorar -
Debido al alboroto varios se acercaron a ver que pasaba, algunos se rieron por lo bajo y susurraron algo como "pelea de pareja".
- ¡¿Qué demonios miran?! - gritó enfurecido Hyoga al darse cuenta -

Después de haber estado casi una hora debajo del agua helada de la ducha salió, un poco más tranquilo. Pensaba en Ikki, se moría de ganas de verlo. "Me dijo que me amaba, el me va a entender", - pensaba esperanzado -. Se dispuso a bajar al comedor, si estaban almorzando o desayunando de seguro allí lo encontraría. Desde las escaleras vio la silueta de Ikki yendo hacia la puerta de entrada de la gran casa, corrió tras él.
- ¡Ikki! - tratando de alcanzarlo, en eso ve que Ikki se detiene - ¡Espera! - agarrándolo de la cintura -
Ni bien Ikki siente que Shaka lo agarra, voltea y toma los brazos del rubio, separándolos de él bruscamente para luego darle un fuerte golpe. Shaka queda tumbado en el suelo, muy sorprendido y sin poder comprender nada.
- ¿Pero que te pasa Ikki?
El Fénix le dirige una mirada capaz de congelar el fuego; en sus ojos podía leerse una terrible expresión de odio, furia y dolor.
- Nunca más te vuelvas a dirigir a mi persona, me das asco Shaka.
De golpe Shaka sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas.
- ¿Por... por qué? - la angustia se sentía en su voz -
- ¿Y aun me lo preguntas? - con una voz fría -, ¿Después de lo que hiciste anoche? Desde este momento para mi estas muerto Shaka.
Ikki se fue, dejando al rubio de Virgo llorando en el suelo. Le costó el alma decir esas últimas palabras al caballero, pues más allá de todo lo sucedido aun lo seguía amando.

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