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Las idas y vueltas del amor por Varda

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Capítulo 9: A corazón abierto

"... me das asco Shaka", fueron las palabras de Ikki que resonaron en la mente del caballero de Virgo. Completamente devastado se levantó y volvió a su habitación, lugar del cual no debió haber salido nunca. Ya no tenia apetito, y no importaba. Sólo deseaba recostarse en su cama y no despertar nunca más. ¿Cómo pudo enterarse? ¿Acaso los había visto? Que más daba, ya todo estaba perdido. Sentía culpa, ahora más que nunca. Pero era injusto, pues el nunca haría algo así, no conscientemente. Lentamente subió las escaleras, volviendo tras sus pasos con la mirada perdida. "No voy a llorar, no voy a llorar", - se decía con fuerza -. En el fondo era orgulloso, y no quería que nadie lo viera así. No podía darse el lujo de perder esa aura de paz y tranquilidad llena de misticismo que tanto lo caracterizaba, no podía convertirse en alguien normal. Estaba por abrir la puerta de su habitación cuando le llama la atención la conversación que sostenían algunos de los caballeros a la vuelta del pasillo, se detuvo a escuchar.
- Una pregunta, ¿Alguien sabe quién provocó tanto alboroto esta mañana? - preguntó Dohko mientras bostezaba -
- No sabes lo que te perdiste Dohko, algo muy gracioso - Dohko miraba a Milo con curiosidad -
- ¿Y que pasó? - preguntó Aioria quien se agregaba a la conversación -, pues yo escuché muchos gritos.
- Al parecer, al menos eso creo, que Shun encontró a Hyoga en la cama con Ikki y el chico se puso furioso - riéndose -, no se como fue la cosa pero Ikki se puso bravo, le gritó de todo a Hyoga.
- Ahhhh, pelea de pareja, ya comprendo - comentó Dohko -
- Y después Hyoga fue a rogarle a Shun pero éste se puso peor que su hermano, es más fiero que Ikki, se los aseguro.
- ¿Más fiero que Ikki? Bromeas - dijo Aioria -
- Les juro que sí - contestó Milo matándose de la risa -.
Shaka entró a su cuarto sin dar crédito a lo que acababa de oír. "¿Ikki pasó la noche con Hyoga? No puede ser", - pensó Shaka -. De golpe todo ese sentimiento de dolor y culpa se transformó en ira y odio, ¡El también lo había engañado!. "¡Que basura! Es una basura...", - se repetía constantemente en su cabeza -. ¿Con qué derecho le reclamaba si en también hizo exactamente lo mismo?. Shaka tenia ganas de salir y golpearlo, se lo merecía. ¡¿Con qué derecho lo juzgaba?! ¡¿Quién demonios se creía que era?!.
- ¿Por qué? ¿Por qué justo ahora que me había enamorado de él? - casi susurrando mientras las lágrimas salían de sus ojos -

No era posible que Shura tuviera razón, no iba a reconocerlo tan fácilmente. ¿Pero por qué era tan terco DeathMask? ¿Si él mismo era el que estaba prácticamente encima del caballero de Piscis?. "¿Enamorarme? ¿Yo? Ni loco", era lo que siempre le decía a Shura. Que gran mentira, pues nadie estaba exento al amor. Afrodita no solo era bello, era extremadamente hermoso. Tenia una gracia y una chispa que lo hacían único, y siempre lograba sacarle una sonrisa al gruñón de DeathMask. A sus ojos quizá le parecía algo delicado y tímido, quizá por ello lo molestaba. En realidad nunca supo como tratarlo y DeathMask siempre fue muy brusco con todos; muy pocos caballeros sabían que detrás de él había una buena persona - entre ellos Shura -. Muchas veces el italiano se sintió culpable por tratar mal sin querer a Afrodita, pero nunca le había importado demasiado. Ahora todo era distinto, después de darse una oportunidad y empezar a tratarlo más se dio cuenta de muchas cosas, el caballero de la última casa era fascinante. No le quedó más remedio que reconocerlo: se había enamorado perdidamente de Afrodita. Cada vez que lo miraba el se ponía nervioso y se sonrojaba, y ni decir de las veces que se quedaba observándolo sin que se diera cuenta. Que fácil era perderse viendo el bello rostro de Afrodita. En cierta manera eso le molestaba, odiaba estar atado a alguien; pero a la vez se moría de ganas de abrazarlo y besarlo. Toda esa confusa mezcla de sentimientos contradictorias lo estaba cansando, debía decidir que hacer: enfrentarlos u olvidarse de ellos.
Le parecía ridículo imaginarse a él mismo declarándosele a Afrodita, pero debía enfrentar sus sentimientos sea como sea. ¿Pero cómo? El no era nada romántico, es más, esas cursilerías le revolvían el estómago. En todo eso pensaba mientras caminaba junto al caballero de Piscis por la playa. Como demonios había ido a parar allí con él era un misterio. Sólo recordaba haberle mencionado la idea de ir a almorzar algo, dado que ese día todos se levantaron a cualquier hora. Ambos terminaron almorzando a las tres de la tarde en el centro comercial, y luego sus pasos los llevaron hasta aquel lugar. La tarde caía y el sol estaba por ponerse. Afrodita insistió en quedarse a observar la puesta del sol desde la playa, por arrastre, DeathMask lo acompañó y se sentó junto a él sobre la arena a metros de la orilla. El cielo sin nubes matizaba de dorado a rojizo, era hermoso debía reconocerlo. La brisa estaba algo fresca y se sentía más porque estaban quietos, cosa que provocó que Afrodita se estremeciera un poco. No supo exactamente porque pero instintivamente DeathMask abrazó a Afrodita y lo atrajo hacia sí. El caballero de Piscis no dijo nada, y DeathMask tampoco. Era incómodo pero a la vez era como si estuviera esperando la oportunidad, el momento justo para hacerlo. Tenía la necesidad de abrazarlo, su mente era una terrible contradicción de acciones y pensamientos. Al menos Afrodita no se separó de él, lo cual significaba que... ¿Qué significaba?. Eso era lo que se preguntaba mientras ambos observaban como el sol caía mientras aparecían tímidamente las primeras estrellas del cielo. En un momento ambos se miran sin decirse nada, Afrodita estaba muy sonrojado y sus ojos denotaban sorpresa. DeathMask por su parte estaba paralizado, se había jugado y no podía echarse atrás. "¿Y ahora que hago?", - se preguntaba -. No quería equivocarse, pero tampoco echar a perder la situación. Aun no caía, no comprendía como pudo enamorarse. Después de todo Shura tenía razón. Sin dejar de mirar al caballero poco a poco fue acercándose más y más, y como si fuera empujado por algo o alguien lo besó.
"¡Me está besando!", - pensaba Afrodita mientras sentía los labios de DeathMask -. No lo podía creer, y aunque albergaba secretas esperanzas en realidad no lo esperaba. En ese instante recordó las palabras que Shura le dirigió días atrás, "Entonces si tenía esperanza...", - se dijo -. Era hermosa la sensación de ser abrazado por quien tanto amaba, había tanta pasión y ternura en ese beso...
Lentamente se separaron, el corazón del italiano latía apresuradamente y sus mejillas se tiñeron de un rojo carmín. Afrodita lo miraba con ternura pero sin decir nada, como si tuviese miedo de romper la magia del momento. El sol se había ido, tan solo quedaba un rastro de su luz en el horizonte, la única luz era la de las titilantes estrellas plateadas en la noche clara. De pronto Afrodita siente como DeathMask lo abraza y lo atrae hacia él.
- Te amo - dijo DeathMask susurrándole al oído -
El caballero de Piscis no pudo contener las lágrimas, no dijo nada, pero no fue necesario pues luego de escuchar esas tiernas palabras abrazó más fuerte a DeathMask. El italiano sonrió, su amor era correspondido.

Ikki regresó ya bien entrada la tarde. Caminar le ayudaba a distraerse, además debía hacer algunas cosas para la fundación, a pedido de Saori. Generalmente siempre se escapaba cuando la mujer le pedía ayuda para algo, pero esta vez aceptó pues quería distraerse. Trató de no pensar en Shaka, lo que le preocupaba en ese momento era su hermano Shun. Después de lo ocurrido esa mañana no había tenido oportunidad de hablar con el y aclarar las cosas. Encuentra a Shun en su alcoba, toca la puerta y espera que le abra.
- Ikki - abre Shun la puerta sin levantar la mirada -, pasa por favor.
Era obvio, su hermano estaba muy mal. Ni bien saliera de allí mataría a Hyoga. Había estado llorando hasta recién pues se le notaban los ojos rojos e hinchados. Verlo así le apenó mucho, tenía demasiadas cosas que hablar con él. En cierta manera Ikki se sentía culpable, si bien siempre protegió a su hermano nunca fue muy comunicativo con el.
- Shun - sentándose en la cama algo revuelta -, dime que pasó exactamente entre tu y Hyoga.
Shun tardó en contestar, las palabras no le salían fácilmente. Nunca pensó en decirle a su hermano lo que sentía por el ruso y menos ahora, pero dada las circunstancias era hora de sincerarse con su hermano.
- Ikki, yo... Yo estoy enamorado de Hyoga - algunas lágrimas volvían a salir de sus ojos -
Ikki se sorprendió de la sinceridad y franqueza de las palabras de su hermano, no lo esperaba realmente pero ya se lo imaginaba.
- ¿Por que nunca me dijiste nada Shun? - le preguntaba con voz tranquilizadora -
El joven Andrómeda se esperaba una reacción distinta por parte de su hermano mayor pues siempre creyó que nunca aceptaría una relación así.
- Pues... - desviando la mirada - Como estaba contigo... No quería interferir.
- Comprendo, y entiendo tu reacción. Pero me hubiese gustado que me lo hubieras dicho antes. Entre él y yo jamás hubo amor Shun, si me lo hubieras dicho...
- No Ikki, no era correcto - interrumpiéndolo -, además tu te veías tan feliz que pensé... - secándose las lágrimas - No quería meterme entre ustedes, así que me guardé mis sentimientos.
Ikki sonrió, definitivamente Shun era la persona más noble que había conocido en su vida.
- Ahora bien, entonces, ¿Qué pasó entre ustedes?
- Hyoga me dijo que ustedes habían roto pues te habías enamorado de alguien más - dijo sin notar la expresión de dolor en los ojos de su hermano al decir aquello -, y me dijo que... ¡Me dijo que me amaba! - sollozando - ¡Y yo le creí!
Tras escuchar eso a Ikki le empezaron a cerrar algunas cosas. Sabia que en el corazón de Hyoga había algo, pero nunca supo que. Ahora lo entendía.
- Pues creo que es hora de aclarar algunas cosas, y creo ser yo el culpable de algunas - dijo Ikki -
Shun levantó la mirada, expectante.
- Es cierto que hasta hace poco Hyoga y yo estabamos juntos, pero no éramos más que amantes, nada más. El nunca me amó Shun - con franqueza -, ni yo a él. Conozco a Hyoga muy bien y no es mala persona, es cierto que casi lo ahorco hoy... - un atisbo de sonrisa asomó por sus labios -. Bueno, no es el punto. Sabes como me pongo cuando alguien quiere hacerte daño - al ver la mirada de reproche de Shun - El hecho es que Hyoga no te mintió, ya no estamos más juntos.
- ¿Entonces? - preguntó con una expresión de confusión en su rostro -
- Anoche estabamos completamente borrachos y yo... - sin saber como explicarle - Bueno, terminamos en la cama.
Esas palabras tan directas de su hermano le causaron un gran dolor al joven. Al darse cuenta de ello, Ikki no tuvo más remedio que contarle toda la historia.
- Pero te aclaro que fue mi culpa, no suya. Conozco muy bien a Hyoga, puede que beba y que no le haga nada, pero cuando bebe demasiado luego no recuerda las cosas que hace.
- No te entiendo Ikki - le dijo Shun -
- Déjame terminar; ¿Te contó Hyoga de quien me enamoré? - poniendo una expresión triste -
- No, no me lo dijo. Me gustaría escucharlo de ti.
- Pues lamentablemente me enamoré de Shaka - bajando la mirada -
- ¿Lamentablemente? - dándose cuenta de que las cosas no estaban muy bien -
- Si, y cuando me di cuenta de ello le dije a Hyoga. Habíamos hecho una promesa: el primero que se enamorara de alguien lo diría, y así dejaríamos de estar juntos, cada uno estaría libre para seguir su camino. Yo cumplí con ella y le dije, y a partir de allí tan solo seríamos amigos. Pero...
- Ikki, pasó algo malo, ¿No? Lo leo en tu mirada - acercándose y abrazando a su hermano -
- Pasaron muchas cosas... A resumidas cuentas Shaka me dijo que me amaba, pero yo estaba dolido pues lo encontré besándose con Saga.
- ¿Saga? - preguntó Shun extrañado -
- Si, sus palabras me parecieron sinceras al principio. Cuando decidí que era hora de aclarar nuevamente las cosas, anoche exactamente cuando regreso, me dirijo hacia la habitación de Shaka... - la voz de Ikki se quebraba - Y allí lo veo haciendo el amor no solo con Saga, sino con Kanon también.
- ¡Hermano! - abrazando con más fuerza a Ikki -
A Shun le dolía en el alma lo que le pasaba a su hermano, lo quería demasiado y no pensaba permitir que nadie se burlara de él.
- Por eso yo terminé desquitándome con la bebida anoche y terminé borracho. Así fue como de venganza quizá, aunque ahora me pregunto contra que exactamente, me terminé llevando a Hyoga, que estaba peor que yo.
- Ikki, no estuvo bien eso. El alcohol no te ayudará a olvidar - reprochándole pero sin dejar de mirarlo dulcemente -
- Ahora entiendo después de todo, creo que actué mal con Hyoga. Le debo una disculpa, ¿Sabes algo? - sonriendo -, creo que ese pato si te ama Shun.
- Pero...
- Y que siempre te quiso, pero tenia miedo de mi reacción, que tonto. Ahora lo entiendo. Shun - levantándose para irse -, dale una oportunidad, ¿Si?
Shun le sonrió, si su hermano se lo decía era por algo.
- Ikki, gracias.
- Gracias a ti Shun - abriendo la puerta -
- Ikki, ¿Y tu que harás? - sintiendo pena por su hermano -
- ¿Yo? - encogiéndose de hombros -, ¿Qué más da? Ya le dije todo lo que tenía que decirle.
Tras esa últimas palabras Ikki deja el cuarto de su hermano; Shun lo observa hasta que desaparece sin saber que hacer por él.

Al principio se sintió algo incómodo con Mu, no porque le cayera mal, al contrario. El tema es que tenia un gran cargo de conciencia por haber estado con su ex pareja. Dudaba si Mu sabía algo sobre ello, pero ni loco se lo preguntaba directamente, no quería quedar mal con él. Recién logró disfrutar su compañía cuando pudo dejar de lado - al menos por un rato - sus pensamientos sobre Shaka. Ellos habían sido siempre buenos amigos, pero desde que el caballero de la primera casa se puso de novio con el rubio la relación no fue la misma, ambos se distanciaron un poco. Al ver la alegre sonrisa del caballero le recordó que tiempo atrás - antes de estar con Shaka -, el había estado enamorado de Mu, pero jamás tuvo el coraje de confesar aquellos sentimientos. En vez de lamentarse prefirió pensar que era algo platónico y pasajero. El tiempo pasó y se olvido de aquello, pero ahora esos recuerdos le volvían y lo hicieron pensar. Irónicamente culpó a su hermano de ser como es cuando el también actuó igual que él, estuvo con Shaka sólo porque le atraía, pero nada más. Ahora comprendía que lo que sintió por Shaka no se comparaba con lo que había sentido por el caballero de Aries en aquel momento. En lo profundo de su corazón lamentó no haber sido valiente aquella vez y decirle lo que sentía a Mu, ahora éste estaba libre otra vez... ¿Volverían a ser las cosas como antes?. "Que extraño, quizá el tiempo me esté dando una nueva oportunidad", - pensó el caballero de Géminis -.
Mu buscaba su oportunidad, quería recuperar aquel tiempo que ambos pasaban juntos. Tuvo que reconocer que Saga le volvía a gustar, tal como antes de enamorarse de Shaka. "...Y los dos son tan distintos...", - pensó mientras caminaban por el parque -. Mu no quería estar solo, en cierto sentido extrañaba a Shaka pues con él había pasado agradables momentos, pero se resignó a que todo aquello quedara en el pasado y aceptando la decisión del rubio. ¿Saga se fijaría en él? Por razones obvias lo dudaba, aun así tenía que luchar por él mismo. Entonces, ¿Cómo daría el primer paso?. Esa sería la gran cuestión; desde ese mismo instante el sólo se preocuparía por su felicidad.
Ambos volvían caminando a la casa, la noche ya había caído. Mu notó que Saga no le hablaba desde casi una hora, su mirada estaba perdida y parecía nervioso por algo.
- Oye Saga, ¿Te encuentras bien? - algo preocupado -
Saga se detiene y mira al caballero, ¿Qué le iba a contestar?, ¿Cómo le decía que su corazón era un caos de sentimientos?. No entendía por qué su corazón era tan cambiante, hasta ayer estaba detrás de Shaka y hoy se interesaba por Mu, ¿Por qué le sucedía aquello? ¿Y si ese preciso instante era el momento oportuno para hacer algo?. Y sin saber por que, al segundo siguiente Saga hizo lo que debería haber hecho mucho tiempo atrás: toma el rostro de Mu y lo besa. El caballero de Aries se sorprende ante tal reacción, disfruta de los labios de Saga pero no comprende porque lo besó. ¿Sentirá lo mismo que él?. Eso le parecía totalmente imposible, demasiada casualidad. ¿Estaría jugando con él?. Saga tenía sus cosas pero no era una mala persona, aunque el hecho de haber estado él con Shaka la noche anterior no le jugaba a favor.
- ¿Estás jugando conmigo Saga? - pregunta Mu al separarse del caballero de Géminis -
Saga observa los verdes ojos del caballero, no había enojo en su mirada.
- Yo solo... - sin saber como expresarse -, sólo hice algo que debería haber hecho mucho tiempo atrás. Discúlpame - retomando la caminata hasta la mansión -
"¿Algo que debió hacer tiempo atrás?", - se preguntaba Mu -. Seguía sin entender su reacción, ¿Será que...?.
- ¡Espera! - deteniendo a Saga del brazo -, dime... dime por favor por que lo hiciste.
- Que tonto soy, no entiendo porque perseguía a Shaka cuando estabas tu - sonriéndole a Mu -. ¿Sabes? Hoy, al verte sonreír recordé que hace tiempo yo te amé.
Mu se sonrojó, ¿Acaso Saga estuvo enamorado de él? ¿Cómo no se dio cuenta? No podía creer lo que escuchaba, se quedó absorto mirando el rostro del caballero. Su mirada era triste y melancólica.
- ¿Por qué nunca me dijiste nada Saga? - preguntó Mu -
- Pues... - mirando los ojos verdes del caballero de la primera casa - Yo... nunca tuve la esperanza de que me amaras - sonrojándose -
- Eres un tonto - sonriendo - Yo también te amaba Saga.
Saga abrió los ojos de sorpresa, esa sí que era toda una noticia.
- Y yo tampoco me animé a decirte nada - prosiguió Mu -, yo también fui un tonto. Si hubiéramos sido sinceros con nuestros sentimientos...
- Las cosas hubieran sido distintas - continuó el caballero de Géminis -
- Exacto - asintió Mu -
- ¿Aun tengo una oportunidad Mu? - esperanzado -
- Que el tiempo decida, ¿De acuerdo?
Saga quedó más tranquilo; que Mu le dijera que sí hubiera sido demasiada casualidad, de todas maneras se contentó al saber que quizá el destino le devuelva el tiempo perdido. Con un poco más de tranquilidad en sus corazones ambos regresaron a la mansión llegando justo para la cena.

Capítulo 10: Te amo demasiado

La vacía casa se volvía a llenar para la hora de la cena. Seiya ya estaba sentado esperando a que sirvieran la comida, mientras se comía el pan de las paneras. Saori lo miraba de soslayo completamente resignada, "Debería ponerlo a dieta", - pensaba la reencarnación de Athena -. Esa noche la cena estuvo a cargo de Shaka y Shun; el primero en ofrecerse fue el rubio de Virgo y luego Shun con la intención de investigar un poco más al caballero dorado. Mientras estaban los dos solos en la cocina el joven Andrómeda observó que la mirada de Shaka era triste y melancólica. Tuvo que reconocer que su trato para con él fue un poco frío y distante, dado que en el fondo le molestaba que Ikki estuviese mal por su culpa. De todas maneras Shun no comprendía porque alguien como Shaka haya hecho algo así, y más conociéndolo. "Me pregunto como habrán sido las cosas...", - se decía para sí mismo -. El caballero de Andrómeda bastantes dilemas tenia en su cabeza como para uno más, aun dudaba con respecto a Hyoga. Lo amaba, eso era muy cierto, pero por otro lado no sabía si perdonarlo. Las cosas estaban muy calientes todavía como para hacer algo.
Los caballeros estuvieron muy tranquilos esa noche, sobre todo por el hecho de que se enteraron que Saori tuvo una "agradable" charla con Shion sobre el deplorable comportamiento de los caballeros. De todas maneras ya estaban acostumbrados por los regaños de Saori. Muchos se sorprendieron al ver nuevas parejas en el grupo, en especial Aioria cuando sorprendió a su hermano besándose con Shura; y también cuando después de la cena vieron llegar a DeathMask tomado de la mano con Afrodita.
Saga se pasó toda la cena pensando en aquel beso que le dio a Mu, ese gesto fue un eco del viejo amor que se habían tenido y que nunca se atrevieron a confesar. Fue hermoso sentir sus labios y se moría por sentirlos de nuevo, deseaba tenerlo una vez más entre sus brazos. Ahora tenia todo el camino por delante para lograr sus sueños pero aun le quedaba algo por hacer: borrar ese sentimiento de culpa por lo ocurrido con Shaka. Le debía una disculpa al rubio. Pero, ¿Con qué cara iría a disculparse después de lo que Kanon le hizo?. Su hermano si que se había pasado, aunque el no estaba en condiciones de detenerlo después de todo pues de tanto tomar quedó fulminado.
Después de la cena Shaka se encerró en su habitación, le dolía lo sucedido con Ikki a la vez que sentía bronca por su actitud. No era justo que lo haya tratado así, no podía dejar las cosas de esa manera: Ikki tendría que escucharlo. Tomando aire y valor salió de su cuarto, tuvo suerte al encontrar a Ikki solo en su habitación. Cuando el caballero de bronce abrió atinó a cerrarle la puerta en la cara pero Shaka le ganó de mano, logrando entrar empujando a Ikki hacia atrás y luego cerrando la puerta de golpe.
- ¡Maldito idiota! ¡¿Con qué derecho me juzgas?! - la ira se veía en el rostro del rubio -
- ¡¿De qué demonios hablas?! - a los gritos - ¡Vete de aquí!
- ¡Tu eres el que me da asco! - dándole otro empujón a Ikki - ¡¿De que te quejas de lo que haya hecho si tu mismo pasaste la noche con Hyoga?!
Una inesperada expresión de sorpresa apareció en el rostro del Fénix. "¿Cómo se enteró?" - se preguntaba -.
- ¡Lo que yo haga es mi problema! - le gritó - ¡Y tu...! - vacilando de ira - ¡Tu te revolcaste con esos dos como si fueras una ramera barata! - gritó el Fénix lleno de furia -
Odio, ira, bronca, sentimientos que Shaka sabía que debía controlar. No podía, aunque se contuviera, no era justo lo que le pasaba. ¿Por qué ese amor lo lastimaba tanto?. Un segundo más tarde un golpe por parte del rubio sorprende a Ikki, ese fue el desquite por lo que le había hecho unas horas antes. Los ojos de Shaka se llenaban de lágrimas, una vez más intentó arremeter contra el caballero de bronce pero este lo esquiva agarrándole ambos brazos y fuertemente lo empuja contra la puerta. "Esta llorando", - se dijo el Fénix -. No quería ser brusco con él, no deseaba lastimarlo más allá de que el rubio si lo había hecho con él. Shaka quería zafarse, tenía que controlarlo de alguna manera.
- Tranquilízate Shaka - bajando el tono de voz -
Shaka no quería entrar en razón, ambos forcejearon hasta que el rubio logró quedar libre. En el forcejeo sin querer se rasgó la camisa de Shaka quedando el torso de este al descubierto, Ikki notó algo que lo preocupó.
- ¿Dónde te hiciste eso Shaka? - al ver arañazos y magulladuras recientes -
Shaka esquivó la mirada de Ikki tapándose la herida para luego intentar salir de allí, mas Ikki se lo impidió.
- ¡Shaka! ¿Quién te hizo eso? - en tono preocupado -
Shaka no contestaba, se limitó a bajar la mirada y dejar que sus lágrimas cayeran al suelo.
- ¡Mírame Shaka! - tomando el rostro del caballero y obligándolo a mirarlo - ¿Cómo dejaste que te hicieran eso?
- No lo se... No me acuerdo... Yo... - su voz se quebraba - tomé demasiado y... - sollozando - Solo recuerdo que estuve con Saga y con Kanon anoche, y que hoy me desperté así.
Toda la rabia que sentía Ikki se triplicó tras oír las palabras de Shaka. No comprendía porque éste no hizo nada, de seguro alguno de los gemelos o los dos se habían pasado de la raya con el rubio, aprovechándose de él. La expresión en el rostro del Fénix hubiera hecho temer hasta el mismísimo demonio.
- Esto no va a quedar así - dijo Ikki -
Abrió la puerta y salió en dirección hacia el comedor, donde había visto por última vez a los gemelos.
- No hagas nada Ikki - dijo Shaka intentando detenerlo -, déjalo, ya pasó.
El Fénix hizo caso omiso al rubio de Virgo retomando su camino. Bajó las escaleras corriendo, desde allí divisó a Kanon en el vestíbulo, estaba en un costado bebiendo algo. Para cuando ve venir el puño de Ikki fue demasiado tarde: el menor de los gemelos sale volando hacia atrás por la fuerza del golpe haciéndolo atravesar el cristal del ventanal que estaba detrás de él. Ikki pasa por encima de los vidrios rotos y agarra a Kanon del cuello.
- ¡¡¡Maldito infeliz!!! ¡¡¡¿¿¿Cómo te atreviste a hacerle eso a Shaka???!!! - conteniéndose para no matarlo -
- ¿De que hablas? - hablando con dificultad -
- ¡No te hagas el idiota! - apretando más el cuello - ¡He visto lo que le hicieron!
- Solo nos divertíamos - con una sonrisa socarrona e intentando zafarse -
En eso llega Saga y se sorprende al ver a su hermano en el suelo limpiándose un hilo de sangre que manaba de su labio. De pronto siente cuando Ikki le da un gancho al hígado provocando que se echara al piso doblándose del dolor.
- ¡¡¡Maldita basura!!! - gritándole a Saga -
- ¡¿Qué diablos te sucede?! - le preguntó muy adolorido -
- ¿Qué? ¿Ya se olvidaron de su diversión de anoche? - irónico -
- ¡Eres un idiota Kanon! - le gritó su hermano mayor - ¡Te dije que te habías pasado de la raya! - ahogando un gemido de dolor -
- ¡¿De qué me hablas si tu también te aprovechaste?! - con un dejo de sarcasmo - ¡Eres exactamente igual a mi!
Ikki estuvo a punto de volver a golpear a Kanon cuando siente que lo agarran de atrás.
- ¡Deténganse! - gritó Dohko - ¿Qué diablos sucede aquí? - preguntó -
De a poco algunos de los caballeros que quedaban despiertos hicieron acto de presencia en el jardín, el ruido del ventanal roto se había oído desde todos lados.
- ¿Qué pasa aquí? - preguntó Shion - ¿Quién empezó todo?
- Ikki me golpeó - contestó Kanon haciéndose pasar por víctima -
- ¡Maldita basura! - dijo Ikki intentando arremeter de nuevo contra Kanon aunque Dohko se lo impidió -
- ¡Cállate Kanon! - irrumpió Saga - La culpa fue nuestra - levantándose, aunque con algo de dificultad pues Ikki lo golpeó duramente -
- ¿Alguien puede explicar por qué pasó esto? - preguntó Shion nuevamente pero más calmado -
Ikki no contestó, no pensaba ventilar lo sucedido para no perjudicar a Shaka. Kanon le dirigió una mirada de burla y luego otra de odio a Saga; el Fénix deseaba matarlo en ese mismo instante pero tal cosa no le iba a ser posible. Luego ve que Saga se acerca a Shion y le dice algo al oído, éste asiente y se retira. Recién cuando Ikki logró calmarse un poco Dohko lo suelta; algunos de los caballeros lo rodean e intentan preguntarle que fue lo que sucedió con los gemelos pero no le contestó a nadie, tan solo se limitó a poner su típica cara de pocos amigos y se retiró del lugar. Ahora todo estaba más claro, si bien los dos cometieron sus errores debía comprender que Shaka fue la víctima de la situación pues los gemelos se aprovecharon de él esa noche. Se sintió culpable al recordar lo que ocurrió ese mediodía, lo trató muy mal sin merecerlo, y digamos que Ikki tampoco fue muy leal que digamos. Era hora de tranquilizarse y enmendar las cosas.

Shun se acostó a dormir temprano, quería pensar sobre su situación. "¿Qué estará haciendo Hyoga en este instante?", - pensando en su amado ruso -. Shun no se podía quedar allí solo, pensando. Debía ir a enfrentarlo y mirarlo a los ojos pues si lo que Ikki dijo era cierto, la culpa no era de Hyoga. Bueno, quizá si tuvo algo de culpa, pero ninguno de los dos estaba en sus cabales. Tenia que ir y hablar con él pero esta vez escucharía al caballero. Tras buscarlo en su habitación - y no encontrarlo -, recordó que éste suele ir en las noches a mirar las estrellas desde la terraza del segundo piso. Y no se equivocó, allí estaba. Shun entra tímidamente, el cisne voltea y lo mira. Sus ojos se llenaron de luz al ver entrar al joven caballero de Andrómeda.
- Hyoga... - mirando a Hyoga directo a los ojos -, yo... ¡Discúlpame! - corriendo a sus brazos -
El ruso abraza fuertemente a su amado, no podía creer que Shun lo estuviese entre sus brazos en ese mismo instante.
- Soy yo el que debería disculparse - sus ojos se llenaban de lágrimas -, me comporté como un idiota.
- Te juzgué mal, mi hermano me contó todo - viendo la triste expresión en los ojos del ruso - Me dijo todo lo que había pasado.
- Me dejé llevar... No debí comportarme así, nunca fue mi intención lastimarte. Te amo demasiado como para hacerlo - acariciando la blanca piel del rostro de Shun -
Shun se hundió más entre sus brazos logrando sentir el delicioso perfume de su piel. ¿Por qué habría de dudar si lo amaba tanto? Era tan placentero sentir el calor del cisne de hielo, que ironía.
- Quédate conmigo para siempre - le susurró Hyoga al oído -
Shun le sonrió, ahora era él el emocionado, sus ojos brillaban a la luz de las estrellas. Hyoga tomó su rostro y lo besó, así pudo sentir los dulces labios del joven Andrómeda, labios que había deseado desde ya hacía mucho tiempo. Ahora era realmente feliz.

Aprovechando que Ikki era asediado por algunos de sus compañeros dorados, Saga aprovechó esa situación para escaparse y hacer algo que tenía planeado: ir y pedirle disculpas a Shaka. Esa sería la única manera de quitarse ese cargo de conciencia dado que le pareció extremadamente patética la actitud de Kanon. Dudaba que su gemelo le importara arreglar las cosas, pero al menos él lo intentaría. Subió las escaleras y encontró a Shaka en el pasillo, al parecer se dirigía hacía su habitación.
- Shaka - se acercó Saga tímidamente -
- ¿Qué quieres? - dirigiéndole una mirada fría -
- Yo... Quería pedirte disculpas, tu sabes, por lo de anoche. Nos comportamos pésimo - tratando de ser lo más sincero posible -
Shaka lo observó, podría haberlo golpeado para desquitarse, pero el no era así. No era de naturaleza violenta, bueno, salvo lo sucedido con Ikki pero eso lo enojó mucho más que lo que Saga y Kanon le habían hecho. Después de todo, el se dejó llevar por la bebida y eso era responsabilidad suya.
Saga se esperaba alguna golpiza más esa noche, esta vez merecida. Sin embargo Shaka parecía tranquilo aunque logró vislumbrar un semblante de tristeza en el rostro del caballero de Virgo.
- Dejémoslo así, ya pasó y nada cambiará las cosas - encogiéndose de hombros -, agradezco tu sinceridad de todas maneras.
Rogó que Mu nunca se enterase de ese lamentable acto, aun así estaría listo para enfrentar cualquier cosa pues había cumplido con su promesa autoimpuesta, pedirle disculpas a Shaka. Así terminó por comprender que era lo realmente importante en su vida y, si el destino se lo permitía, recuperaría el tiempo perdido.
Ikki de deshace como puede del grupo de chismosos y corre tras Shaka, desde lejos ve a Saga en el medio del pasillo junto con el rubio, parecía que estaban hablando.
- ¿Molestando de nuevo? ¿No tuviste suficiente? - agarrando a Saga del cuello de la camisa -
- Déjalo Ikki, solo vino a pedirme disculpas - intentando que Ikki suelte al caballero de Géminis -
- ¡¿Disculpas?! - con sarcasmo - ¡¿Después de lo que te hizo?! - soltando a Saga -
Los ojos de Shaka se cruzaron con los de Ikki, había una mirada suplicante en ellos. Luego el rubio volteó y se fue dejando a ambos en aquel lugar. El Fénix olvidó a Saga y siguió al rubio hasta su habitación. Shaka había cerrado la puerta de un golpe, cosa que asustó un poco a Ikki. Aun así debía hablar con él, tenía que enfrentar ese problema si quería ser feliz.
Ikki abrió la puerta y entró al cuarto del rubio, quien estaba de pie observando el cielo a través de la ventana. Pudo ver que algunas lágrimas surcaban el blanco rostro del rubio, aun así su mirada era serena con un dejo de melancolía. El Fénix cerró la puerta y se acercó.
- Si me hubieras dicho lo que paso... - comenzó a decir el caballero de bronce sintiendo bastante culpa -
- Vete - tratando de controlar su voz haciéndola sonar fría -
- Shaka... Por favor - sintiendo un dolor muy profundo en su pecho -
- ¿En algún momento me diste la oportunidad de decírtelo? - le preguntó, sin dejar de observar el cielo a través de la ventana -
El reflejo del rostro del rubio se reflejaba en el vidrio, a Ikki se le rompió el corazón al ver el semblante triste de su rostro.
- Lo siento Shaka - sintiendo un nudo en la garganta -
Ikki estaba dolido, se portó muy mal con Shaka.
- Me dolió lo que dijiste Ikki, me dolió aquí - señalando su corazón viéndolo ahora directamente a sus ojos - Y más cuando me enteré que tu pasaste la noche con... Hyoga - su voz vacilaba -, me dolió que me hayas mentido.
- No te mentí Shaka, entre él y yo no hay nada.
Ikki intentó tomar al rubio del hombro pero éste se aparta, había reproche en su mirada.
- Y aun así me juzgaste, que injusto eres Ikki - le reprochaba -
- ¿Y qué quieres que te diga? ¡Dime! - exasperado - ¡¿Qué me tenga que tragar el hecho de verte con esos dos idiotas en la cama?! - sintiendo sus ojos humedecerse - ¡¿Que de celos y bronca me haya terminado desquitando con todas las botellas que encontraba?! ¡Maldición! ¡¿Qué hubieras hecho en mi lugar?! - su voz se quebraba - ¡Dímelo!
Shaka sintió como si un puñal se le clavaba en el pecho, tal fue el impacto de las palabras del Fénix en su corazón. Realmente no tenía idea de que Ikki los había visto, eso debió haber sido muy duro para él.
- Lo siento... No sabía que tu...Yo... yo estaba dolido... - quebrándose de nuevo - ¡Desconfiaste de mi! - secándose las lágrimas - Me dolió que no me creyeras - bajando la mirada -
- ¿Y por eso terminaste con esos idiotas? - intentando contener las lágrimas pues odiaba llorar -
- Ya te dije lo que sucedió, pero eso no justifica tu actuar... - bajando la mirada de pena -
En eso Ikki no se contiene más, abraza fuertemente a Shaka y lo besa. Al principio el caballero dorado sorprendido se resiste, pero se da cuenta de que tampoco puede contener esas terribles ganas que tenia de volver a sentir los labios de fuego del Fénix.
- Los dos nos equivocamos - dijo Ikki en tono suave y sin despegar sus labios de los de Shaka -, y no quiero perderte por un estúpido error, te amo demasiado como para ello.
Shaka no dijo nada pues comprendió que Ikki hablaba con la verdad, estaba siendo sincero con él. Tan solo lo abrazó fuertemente hundiéndose en el cálido pecho del Fénix.
- Empecemos de cero, ¿Qué te parece? - acariciando suavemente los dorados cabellos del caballero de Virgo -
- ¿Realmente me amas tanto? - preguntó con un tono muy suave y tierno -
- Como a nada en el mundo - tomando el rostro blanco del ángel para mirarlo directamente a esos ojos azul cielo -
- ¿Me perdonas Ikki? - sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas - ¿Me perdonas por todo lo que te hice sufrir?
- Tu perdóname a mi, Shaka - abrazándolo fuertemente como si temiera que se le fuera a escapar -, me comporté como un idiota, debí haberte escuchado antes...
Shaka pone su dedo índice sobre los labios de Ikki, para que callara a la vez que le sonreía.
- No digas nada, tan solo déjame disfrutar de tus labios una vez más - acercándose cada vez más al Fénix -
- Y los disfrutarás por siempre... - con voz susurrante -
Y así fue como una vez más sus labios se unieron entrelazando sus corazones, después de todo ambos realmente se amaban y eso era lo que en verdad importaba.

Fin

By Varda Elentári

(Terminado el 5 de agosto del 2004)

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