¿Será que de verdad me gusta llorar?
Al acabar el día me siento agotado y no es de extrañar, me paso la mayor parte de mi tiempo entrenando, la única salida que me evade de esta mierda de rutina. Llega la noche y me siento en el tejado, si quizás sea raro, pero la sensación del viento rozando mi cara me tranquiliza, me hace sentir un poco mejor. Cojo mi cuaderno y en el se dibujan letras inconscientemente, mi mente lo hace por mi, ella es la única que sabe todo lo que siento, todo lo que sufro.
Podríamos decir que soy un chico corriente, intentando lo que todos en este mundo ¿Ser feliz? o quizás algo mas ¿Ser aceptado? Demasiadas dudas en mi cabeza como para tan pocas respuestas.
Mis padres murieron al poco de nacer yo, así que ni los conocí, aun así me han comentado que eran los mejores padres que hubiera podido tener. Nose muy bien cual fue la causa, pero la mayoría de la gente me ve como un marginado y un niño repelente a causa de ese suceso. He llegado a comprender que sus frases vacías y despreciables no puedes tocarme, antes dolían...dolían mucho.
Ahora he crecido, me he vuelto más maduro y no solo físicamente, todo ese horror forma parte de mi pasado, las heridas siguen aun, se que no sanaran del todo pero casi no las siento. Una vez alguien me dijo que la felicidad esta en un mismo, que si logras llegar a ella nadie jamás podrá herirte, nadie te lastimara, deseo más que nunca encontrarla. Creí haberlo echo al descubrir una soledad compartida en un amanecer, fue el día en que le vi, un día que jamás olvidare.
Estaba sentado cerca del agua, mirando hacia la nada, con semblante triste y serio, incomprensible para un niño de su edad. Todos deberían estar jugando y riendo antes de que sus vidas se volvieran adultas y empezaran a oscurecerse a causa de la gente y los tontos problemas. Pero sabia que él era diferente, lo era, nosotros dos lo seriamos al encontrarnos. Me miro fastidiado, con rabia como si yo tuviera la culpa, sus ojos me dieron a entender que allí sobraba y mi reacción en ese momento no pudo ser peor. Volver a sentirme rechazado en quien había puesto mi atención no es algo bonito que recordar.
Se lo tonto que fui al desaprovechar la oportunidad de hablarle, acercarme a él, consolarle, preguntarle como se llamaba...Si, tenia tanta curiosidad por aquel extraño que solo había observado una vez y desde lejos, era una sensación realmente extraña de explicar.
Poco después me entere en el colegio de quien era su familia y como no hacerlo si todo el mundo le conocía, era la mas rica, poderosa y prestigiosa de la aldea, solo que yo ajeno en mi mundo no me había enterado.
¿Os a pasado alguna vez esa sensación de quedar como un tonto? A mi demasiadas veces, la que mas recuerdo con vergüenza fue cuando lo tuve delante de mis narices mirándome con superioridad ante la mirada de nuestro sensei. Quede como el mas baka de los bakas, admito que parte de mi culpa tuve pero no era justo, ese estúpido concurso de lanzar kunais...Los acertó todos, ya os podéis imaginar que yo ninguno y que las risas de mis compañeros de aula no tardaron en aparecer, él ni se inmuto, tampoco se rió, pero quizás su gesto me enfureció mas que ninguno.
Tenia una personalidad terrible, no aceptaba la ayuda de nadie y mucho menos que se le acercaran. Fue un reto para mi hablar con él, no habíamos empezado con muy buen pie, pero que mas podía perder, si ya no tenia nada.
-¡Hola! - Ingenioso ¿Verdad? Me salió del alma, tenia preparado un buen discurso, pero al verle de frente no salió mas de mi boca que esa simple palabra.
Por unos momentos pensé mil y una forma en las que seguramente me enviaría al diablo, me insultaría o me pegaría. Mi corazón se encogió al presenciar que nada de eso ocurría y que contrariamente de lo que mi mente se había imaginado me contestaba.
-¿Porque siempre estas solo? -Soltó sin expresión alguna.
Admito que me dejo a cuadros, no me esperaba esa pregunta y mucho menos pronunciadas con ese tono de voz suyo el cual pocas veces dejaba que otro escucharan. Volé, volé lejos, mi piel sintió un fuerte escalofrió y mi cuerpo se estremeció por completo. Me quede estático sin mediar palabra y al ver que no respondía se fue yendo con su misma pose indiferente.
-¿Porque lo estas tu? -Logre preguntar antes de que huyera totalmente de mi vista. Supe que esta había sido una buena pregunta al ver que reaccionaba ante ella y se paraba de espaldas contestándome al poco rato.
-Porque este soy yo -Cuando mi cerebro proceso esas palabras no las entendió, aun ahora no logro comprender la totalidad de ellas pero las comparto. Lo hago porque hay un hilo invisible que une nuestras vidas, nuestro pasado, nuestra soledad. Me atrevería a decir que somos iguales, dos almas en cuerpos distintos ¿Suena fantástico?
Desde ese día fuimos inseparables, rodeados de gente vacía, juntos nos sentíamos llenos. El cielo nos sonreía cada día con su dulce azul celeste y yo sonreía con él. Las palabras se me quedarían cortas para plasmar la libertad, la plenitud y paz sentidas en momentos donde no existe nadie mas, no importa nadie mas...
¿Serias capaz de atreverte a amar así? No, no estoy loco...Y si se lo que piensas, el amor esa una forma sadomasoquista de sufrir en la vida, pero yo me atreví y no me arrepiento.
Si te preguntas como llegue a enamorarme tan fácilmente de alguien al que apenas conocía la respuesta es fácil; no lo hice. Nací unido a él, le pertenecía desde un principio, me costo encontrarle, al verle le reconocí enseguida, ángel caído...fuiste mi salvación.
Es curioso como los recuerdos inundan mi mente en momentos melancólicos, puedo notarlo como si fuera ayer. La primera vez que estreche tu mano, la primera vez que me viste llorar, reír...para todo hay una primera vez, incluso para las despedidas.
-¡Adiós! - ¿En serio creías que con eso bastaría? No, después de lo que pasamos, no después de todo lo que me hiciste sentir.
Rogué, suplique y hasta me arrodille para que no te fueras, pero tu decisión estaba tomada y era firme como una dura roca, la cual aun con todo el amor que sentía hacia ti me era imposible de romper. En esos momentos me hubiera vendido al diablo con tal de retenerte, hacerte cambiar de idea o lo que fuera. Si algo desee en ese instante fue morir, porque sin ti sabia perfectamente que lo haría, mas lentamente pero el resultado seria el mismo.
El cariño nunca fue tu punto fuerte pero te esforzaste por hacerme sentir mejor y te lo agradezco y al mismo tiempo lo aborrezco, ya que hiciste mas difícil ese momento.
Si alguien pretende que dejes de sentir el calor al que estas acostumbrado en solo segundos, si pretende que borre u olvide tanta calidez, le respondo que no me pida imposible, mas no quiero hacerlo.
Decidí ser fuerte y por ti lo he sido, pero a veces me caigo, no me rompo pero poco me falta, soy humano ¿sabes?. Debería estar prohibido quererte de esta forma, porque mas que esto, obsesión, delirio, locura, ya no se...Por momentos pierdo la cabeza. ¿Será de tanto extrañarte? ¿De tanta sed tuya?
Me canse de contar los días, solía hacerlo antes pero al pasar el tiempo comprendí que era en vano. Me pregunto si puede pasar una eternidad en un instante y toda un vida en años, estos que he estado sin ti, lentos, pesados, me recordaban día a día el peor de mis sueños; tu ausencia.
Quiero volver a cerrar mis ojos y tenerte enfrente, callándome con tu silencio, alegrándome con tu seriedad. Quiero tanto que exploto por dentro al no poder tenerlo y vuelvo a lo de antes...A ser el niño miedoso y rechazado, vació y maltratado. ¿Volverás a salvarme una vez más?
Salpico mi cabeza en intentos de mantenerme sereno ¡no volveré a llorar, no lo haré! Entonces... ¿Porque me contradecís, jodidas lagrimas?
Vencido, cansado, parezco un viejo recordando sus últimos años, solo que yo sigo en la adolescencia. Espero. Y sigo esperando. Como si fueras a aparecer.
Me estas consumiendo, lo se y si me vieras lo reafirmarías. Trate de odiarte, no lo niego, la rabia me obligo, no pude...Trate de olvidarte, el dolor me arrastro, no lo logre...
¿Que mas quieres? ¡¡Dímelo!! ¡Dímelo y te lo daré! ¡Seré lo que tu quieras! ¡Lo que me pidas!
A quien pretendo engañar, sigo aquí esperándote...
-No esperes más - Ignoro las lagrimas de mis mejillas, mis piernas temblado, ignoro al mundo.
Tu...eres tu no hay duda de ello, diferente aspecto pero igual expresión, jamás confundiría mi alma.
-¿Ahora qué? ¿Nos perdonamos? ¿Nos juramos no hacernos daño? ¿Celebramos mi regreso? -
Un paso, dos pasos y regresa la luz a mi cuerpo, como lluvia rozando la tierra dándole lo que busca, calmar su sediento interior.
Frente a mi sus penetrantes ojos negros, entre sus brazos mi cuerpo ¿Es esto a lo que llaman felicidad? ¿Es esto lo que tanto anhelaba?
-Te he echado de menos - Puedo escucharlo tan dentro, tan cerca, no esperaba palabras tan sinceras...
-Moría por ti... -Vuelves a acallarme como antaño y lo disfrute sumergiéndome entre tus labios.
Ni el mas dulce de los caramelos, ni el mas exquisito de los manjares tiene comparación a tu sabor, es único, perfecto. Tu olor me invade, tibio, suave, directo...
Me acurruco entre tu pecho como haría el perro deseoso de caricias de su amo.
-Lo siento, te amo -
Si, realmente me gusta llorar. Llorar de felicidad es un placer cuando se trata de ti;
Uchiha Sasuke.
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