Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

AMIGO DE TODOS por arandanofea

[Reviews - 218]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este es un SaiGaa en una romántica historia alternativa.

Hola, para empezar debería decirles que este es el primer fic que escribo, inspirado en una one-shot que leí hace tiempo y por supuesto, en una de mis parejas favoritas. Solo espero que la disfruten tanto como disfruto escribiendola.

Gracias.

 

El primer día... 

Se encontraba sentado en el borde de su cama mientras observaba por la ventana junto a esta la pacífica calle, preguntándose cuando tiempo pasaría para acostumbrarse a ese lugar si es que podría acostumbrarse.

Si, así era siempre para Sai, pues apenas empezaba a acostumbrarse a un nuevo lugar, cuando ya tenía que mudarse de nuevo.

Se había levantado temprano ese día, no tanto por la emoción de asistir a su primer día de clases a una escuela nueva, en una ciudad diferente y con compañeros nuevos, si no por los gritos histéricos de su madre desde muy temprano y sus interminables sermones de "madre preocupada".

-SAI!!!! , Que demonios haces que no bajas ya - se oyó el grito de la mujer desde la planta baja - sabes perfectamente que no puedo llegar tarde, te quiero aquí ahora!!!!

Sai  suspiro cansado sin contestarle nada, con un claro gesto de fastidio en su rostro por el escándalo de la mujer.

Se levanto su cama y agarro su mochila que estaba sobre un pequeño sofá antes de salir de su habitación, bajando sin ninguna prisa las escaleras y con su típica cara inexpresiva solo para encontrarse con su madre al pie de las escaleras zapateando molestamente con el pie derecho en señal de espera y dirigiéndole una de sus miradas asesinas que tanto conocía Sai.

Kurenai, la madre de Sai era joven, había tenido a su hijo a los 17 años, y desde entonces vivió con el padre de este, hasta su muerte. Era alta, delgada, tez clara con unos hermosos ojos avellanas, cabello negro que le caía por debajo de los hombros, y vestida siempre con ese típico atuendo de elegante mujer de negocios. Sin duda era una mujer ocupada, más sin embargo eso le encantaba.

Buenos días para ti también mamá - dijo Sai con una sonrisa sarcásticamente indescriptible en su rostro.

- Déjate de tus jueguitos y vámonos, ¿estás listo cierto? - Sai solo asintió, mientras se acercaba a su mamá  y esta le acaricia la cabeza desordenándole un poco sus cabellos.

Y es que así era siempre, no era que Sai y su madre se llevaran mal, no para nada, en realidad a pesar de la vida tan ajetreada que siempre se preocupaba por conseguirse, Kurenai también era una madre muy dedicada, y siempre estaba pendiente de las necesidades de su hijo. En cuanto a Sai, a pesar de que le molestaban mucho la vida imparable de su madre sabía lo mucho que ella se preocupa por él, y en el fondo siempre agradecía por todas esas muestras de cariño poco sutiles de la mujer, porque sí, eso eran, todos eso gritos y pleitos infantiles que provocaban entre ellos no eran más que la manera de decirse todos los días que se querían.

 

Llegaron a lo que parecía ser su nueva escuela, Sai bajo del auto y antes de entrar se paro frente la ventanilla de su madre.

- Sai, por favor ve directo a casa después de clases, ¿si? Llegare algo tarde a casa hoy pero creo que podremos comer juntos, y por favor no hagas ninguna estupidez quieres - mientras le sonreía maliciosamente  y dicho esto último acaricio la cabeza del chico con ternura, mientras que Sai mantenía su gesto inexpresivo.

- Si, lo hare, descuida - dándose media vuelta y levantando su mano izquierda ya de espaldas le soltó un - adiós mamá.

 

Sai encontraba en la dirección esperando por su nuevo sensei, mientras la directora le miraba detenidamente como tratando de encontrar en el chico algo que lo hiciera delatar su carácter antes de tiempo.

En ese momento entró un hombre alto, moreno, con el cabello recogido en una coleta de expresión muy cálida, y con una cicatriz que cruzaba su nariz horizontalmente que sin duda le pareció algo graciosa al muchacho.

- Lo siento Tsunade-sama, ya estoy aquí - dijo el sensei algo sonrojado para luego dirigir una mirada al muchacho - aaah así que tu eres el nuevo estudiante eeeh? - le dijo sonriendo.

- Así es Iruka sensei, el es Uchiha Sai y desde hoy estará en su clase, por favor llévelo para que se integre de inmediato a las clases.

- Esta bien, un gusto Sai, por favor sígueme.

Ambos salieron y comenzaron a caminar a lo largo de un pasillo, antes de llegar a su destino; el joven maestro era muy agradable cosa que a Sai le hizo sentir aliviado, por lo menos ahora sabía que su nuevo profesor no era un viejo gruñón que se empeñaría en hacerle los días pesados, ahora solo faltaba conocer a sus nuevo compañeros, cosa que en realidad no le preocupaba mucho, ya estaba por mucho acostumbrado a todo aquello.

Llegaron al salón de clases en donde antes de que el sensei entrara había un gran escándalo y algunos alumnos se encontraban en grupos platicando de lo que parecía algo muy entretenido.

Al notar la presencia del sensei que entraba acompañado de Sai todos  se volvieron regresando a sus lugares poco a poco, algunos aun riendo.

- Bien, bien, guarden silencio ya por favor, quiero presentarle a su nuevo compañero de clases, su nombre es Uchiha Sai y a partir de hoy será parte de esta clase - dijo el joven sensei con una gran sonrisa mientras colocaba una mano sobre el hombro derecho de Sai - por favor todos denle la bienvenida.

Sai echo un vistazo al grupo, no era muy numeroso y pudo notar que había más chicos que chicas en su clase, dirigió una de sus singulares sonrisa a sus nuevos compañeros - "esta escena me parece familiar" - pensó antes de soltar un simple pero sincero - encantado de conocerlos.

Todos miraban a Sai, unos sonriendo y otros tantos indiferentes. Todos excepto un muchacho pelirrojo que estaba sentado al final de la última fila agachado apoyando su cabeza sobre sus brazos cruzados sobre su mesa, simplemente ni cuenta se había dado de todo aquello.

- Veamos - dijo  buscando un lugar para Sai - puedes sentarte por allá, indico el maestro señalando un lugar libre al lado del pelirrojo - mañana te entregaran tus libros, mientras tanto... Gaara -  el aludido levanto su cabeza algo sorprendido, no tanto por la orden si no porque lo había sacado de sus pensamientos

- déjalo mirar de tu libro, pongan sus mesas juntas - termino el sensei.

En ese momento Gaara se percató de la presencia de Sai en el salón, le observo rápidamente antes de contestar, y se sonrojo un poco cuando notó que dicho chico lo estaba observando también.

- Bueno - dijo Gaara con su impasible tono de voz, serio y cortante antes de levantarse de su asiento.

Por otra parte Sai miró hacia Gaara tratando de identificar quien era la persona a la que le hablaba el sensei, encontrándose con un chico pelirrojo, de tez muy blanca y de unos hermosos ojos aguamarina que en conjunto le daban una apariencia tierna y algo despreocupada, eso por lo desordenado de sus cabellos, lo siguió hasta encontrarse con la mirada de Gaara y camino en dirección a su lugar mientras que este se levantaba torpemente moviendo su mesa para acercarla a la de Sai.

Sai seguía observándolo, ahora mientras terminaba de acomodar la mesa - "bueno, tengo que sentarme junto a  él...bien entonces seamos amigos "- pensó.

- Gracias - le dijo dirigiéndole una sincera y hermosa sonrisa única en Sai.

Gaara se sintió algo inquieto y se sonrojo un poco al ver como Sai le sonreía; mirándolo un tanto incrédulo y con un gesto indiferente se giró rápidamente respondiendo un simple - Si.

 

Se sintió extraño, más que incomodo se sentía extraño, ese chico lo hacía sentir extraño, y es que hacía tanto tiempo que alguien no le hablaba sin mirarle de forma extraña y mucho menos sonreírle, sobre todo de esa manera en que él lo hacía, tan sincera y tiernamente. Ese chico...

Al ver la reacción tan tajante de Gaara, Sai enarco una ceja mirándole un tanto confundido - "qué demonios le pasa a este chico" - pensó mientras se acomodaba resignadamente en su lugar y sin más se preparaba para escuchar la clase.

No era la primera vez que sentía el rechazo de otros chicos que lo trataban con indiferencia por ser el "nuevo del grupo".

Gaara acerco el libro hacia Sai mientras lo observaba por el rabillo del ojo discretamente, se sentía algo  inquieto, no estaba acostumbrado a tener a una persona tan cerca de él, a pesar de que no era mucha, pero el  chico era así, simplemente no le gustaba la cercanía de otras personas, inclusive la de sus hermanos, razón por la cual se mantenía casi siempre alejado del resto y algunos de sus compañeros le consideraban raro.

Observaba a Sai en silencio, como tratando de estudias sus facciones, le llamo la atención la expresión de tranquilidad que reflejaba en su rostro, y la graciosa forma el que su cabello cubría un poco su frente, provocando un enorme contraste con su pálida piel; sus ojos eran muy oscuros lo que le daba un aspecto de seriedad e indiferencia, haciéndole recordar la forma en que este le había sonreído, pues hacía pensar a Gaara en dos personas completamente diferentes.

-  "es raro, este tipo es raro" - pensaba mientras observaba una vez más a Sai.

- "vaya, que libro tan sucio... está lleno de garabatos" - pensaba Sai mientras trataba de ponerle atención al sensei al frente de la clase.

 

Y así transcurrió la mañana para esos dos chicos, donde el silencio y los pensamientos solo eran interrumpidos ocasionalmente por un curioso Sai, quien en un intento de ganarse la confianza del "pequeño pelirrojo" como se le  había ocurrido llamarlo hasta ese momento, de cuando en cuando se giraba hacia él para preguntarle por alguna trivialidad relacionada con la clase, o cualquier otra escusa, recibiendo siempre monosílabos como única respuestas por parte de Gaara.

A pesar de eso, a Sai no parecía importarle mucho la reacción de Gaara, ya que continuó intentando la manera de entablar una conversación más profunda que esos "si", "no", "no sé" y demás que siempre salían de la boca de lo que hasta el momento le parecía a Sai un chico antipático.

Como sea, Sai nunca temía hacer nuevas amistades, en realidad eso se le daba muy fácil, tenía un carácter muy afable a pesar de las primeras impresiones que podía dar, no se sentía incomodo o algo así,  en realidad pensaba que solo era cuestión de tiempo para conseguir llamar la atención del pelirrojo; por demás estaba acostumbrado a ese tipo de situación.

 

 

continuará...

Notas finales: Gracias por leer, espero que les haya gustado, nos vemos pronto.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).