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LA BROMA por Shaka_Rubi

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Notas del fanfic:

Mi primer fic de Death Note xD!

Ojalá que les guste, esta historia no me la podía sacar de la cabeza y apenas recupere mi compu me puse a escribirla como loca.

Los personajes de Death Note no me pertenecen, le pertenecen a los genios Tsugumi Oba y Takeshi Obata.

Notas del capitulo: Pues aqui inicia la cosa, este capi es la presentación de los personajes principales.

Eran exactamente las 6:40 a m según marcaba el gran reloj de la universidad más prestigiosa de Japón, que en esos precisos momentos recibía de nueva cuenta a un gran número de jóvenes, los cuales se encontraban ansiosos por el inicio del periodo otoño-invierno en dicho instituto.

 

Como era costumbre del país nipón, en cada nuevo ciclo, los chicos vestían un traje formal con el icono de la escuela en su costado derecho a la altura del corazón, todos peinados y arreglados de manera impecable, listos para escuchar las palabras del honorable director, deseándoles el mejor de los periodos y pidiéndoles que se esforzaran al máximo.  Los chicos se limitaban a juntarse en sus pequeños grupos consolidados de amigos, claro, los que ya estaban en semestres avanzados, en cambio los de nuevo ingreso, se sentaban en las banquitas de la entrada, apartados de los demás, apenas y hablaban entre ellos.

 

El gritito de algunas chicas hizo voltear a más de uno, tal alboroto se había generado porque a unos cuantos metros de la entrada, se encontraba el semi-dios adolescente que volvía locas a las chicas, y era la envidia de la mayoría de chicos.

 

A paso lento y despreocupado, se aproximaba aquella maravilla humana hacía sus amigo-seguidores, tenía la mano derecha metida en el bolsillo del pantalón y en la otra sostenía una carpeta negra. En el corto camino dedicaba sonrisas a las jovencitas de nuevo ingreso, las cuales casi mueren en su primer día de universidad. ¿Pero que chica en su sano juicio se podía resistir a el encanto de aquel joven?  Cabello castaño, ojos miel, facciones angelicales, cuerpo de Dios, amable, misterioso, orgulloso y con IQ de 170, simplemente la perfección hecha hombre, ese era Light Yagami.

 

Una rubia de grandes ojos verdes salió disparada hacía la dirección del joven Yagami, no aguantó más la impaciencia al no tenerlo cerca.

 

-¡LIGHT, MI AMOR!-Chilló la líder del club de teatro y elegida señorita del año, Amane Misa, ese era su nombre, y era la novia oficial del pseudo-dios juvenil.

 

El castaño rodó los ojos en una señal clara se molestia por los gritos y ridículo comportamiento de su estúpida novia.

 

-Hola Misa -Fue todo lo que se dignó a decir, ni siquiera un casto beso le regalo a su tontorrona novia.

 

Pero la chica no iba a conformase con ese saludo simplón, tenía que demostrarle a todas esas novatas que ella era la única dueña del amor del castaño, y sin más se colgó del brazo de Light, cual sanguijuela hambrienta.

 

-¡Misa-misa te extraño Light! Misa-misa te ama…

 

-¿Misa-misa se podría largar un rato y dejarme en paz?- El japonés le corto de golpe su retahíla de idioteces, con esas palabras llenas de sarcasmo y fastidio.

 

La rubia no dijo más, solo bajo la cabeza, para que Light no la viera sufrir, estaba acostumbrada a ser la alfombra del castaño.

 

-Hola chicos- Saludó a su grupo de amigos, que estaba integrados por 3 chicos y dos chicas, incluyendo a Misa.misa. La otra joven era una pelinegra bastante guapa e inteligente que, para variar moría por Light, este lo sabía, y con alevosía y ventaja la abrazó eufóricamente, obsequiándole un largo beso cerca de los labios, provocando el nerviosismo en la chica, sus mejillas más rojas no podían estar, Light sonrió satisfecho- Takada… Te extrañé, has crecido-Dijo mirando disimuladamente el tenue escote de la chica.

 

-Yo… yo también te extrañe Light…- Apenas pudo formar esa escueta oración.

 

Un fuerte tirón en su brazo derecho lo obligó a separarse de la pelinegra, Misa-san lo había jalado con todas sus fuerzas, los ojos verdes refulgían llenos de furia y claro esta, celos. Los demás se limitaron a reír compulsivamente debido al infantil comportamiento de la rubia.

 

-¡Light, no debe besar a nadie que no sea yo! –Gritaba la lolita gótica, al tiempo daba sonoras patadas al suelo del campus.

 

-Misa, Takada es nuestra amiga-Decía sin inmutarse el castaño.

 

-Será tuya porque a mi me cae muy mal ¡BUAHHH!-La guapa chica se  hecho a llorar en el pecho de su novio, el cual suspiraba harto de esa irreal situación.

 

-Esto promete, jeje- susurró uno de los amigos del estudiante modelo al tiempo que le daba un golpecito con el codo a otro de los chicos.

 

-Seee, Misa será guapa, pero es tan estúpida…

 

Y se echaron a reír los cuatro, porque incluso Takada escuchó aquellos murmullos y ella no perdía la oportunidad de burlarse de Amane.

 

*

 

 

 

A unos cientos de metros de ahí, en el interior de una elegante limosina negra que rememoraba los gloriosos años 50s, se encontraba un nerviosísimo pelinegro mordiendo de forma ansiosa su pulgar. Era la primera vez en su vida que asistía a una escuela con jóvenes de su edad. El muchacho de cabellos negros estaba tan entretenido mordisqueando su dedo y sumergido en sabrá Dios que razonamiento, que ni siquiera se dio cuenta que el vehículo estaba a unos pocos metros de la entrada de su nueva escuela, fue en esos momentos cuando Watari, el hombre que estaba conduciendo frenó de golpe el auto, asustando al chico inglés.

 

-¿Qué pasa Watari-san? –Preguntó asustado.

 

-Elle, ¿estas bien? Si tú quieres podemos regresar a casa, incluso podemos regresar a Inglaterra y ahí podrás estudiar de forma privada en la Wammy's House.

 

-Watari-san no se de que estas hablando, yo tomé esta decisión y no voy a dar marcha atrás, nunca lo he hecho, quiero estudiar en una escuela pública, por una vez en mi vida deseo tener la clase de vida que tienen los chicos de mi edad.

 

-Pero...

 

-Ningún pero Watarai-san-Le sonrió con dulzura a su protector, el peliblanco no podía resistirse a esa expresión.-Vámonos ya, no quiero llegar tarde a mi primer día de clases.

 

-Entendido Elle, discúlpame.

 

Tardaron unos minutos en recorrer los escasos metros que los separaban de la entrada de aquella Universidad.

 

Un generalizado “¡OH!” se escuchó resonar en el patio de la escuela cuando semejante belleza de auto se estacionó en la entrada, instintivamente todos habían volteado, incluso los que nunca prestaban atención, incluso Light Yagami.

 

Todos esperaban expectantes la salida de la persona que había llegado a la escuela en aquel vehículo tan bonito y ostentoso. Las murmuraciones no se hicieron esperar. Las chicas habían empezado a cavilar acerca de que quizá algún famoso actor hollywoodense bajaría del vehículo, ya se veían siendo cortejadas por semejante galán, llevadas a los mejores sitios en aquella limosina. En cambio los chicos tenían la esperanza de que tal vez una súper modelo descendiera y les hiciera realidad sus fantasías más sucias…

 

Si, eran unos escasos segundos de expectación pero la mente de estos jóvenes viajaba más rápido que celebridad ebria perseguida por la justicia.

 

En el interior de tan aclamado auto, un ojeroso muchacho se despedía de su tutor.

 

 

-Elle, aquí estamos al fin.

 

-Si, Watari-san…-El chico notó la preocupación en el vejado rostro del mayor.-No te preocupes, todo estará muy bien, vamos que yo seré el gran L,  estoy seguro de que podré lidiar con un grupo de adolescentes.

 

-Lo se, pero ya sabes que si se presenta algún contratiempo estaré disponible para ti en cualquier momento.

 

-Ujum…- El muchacho suspiró largamente, cerró los ojos unos instantes, tomó su carpeta, sujetó la manija de la puerta del auto y la abrió a continuación, pero antes de salir dirigió nuevamente su rostro hacía Watari-san- Dile a los niños que les deseo un gran primer día de clases y que estaré bien.

 

Los jóvenes estudiantes no dejaban de mirar hacía la limosina negra, todos tenían su atención puesta en ella. La puerta se abrió, Misa-misa casi barría el piso de la escuela con la quijada. Y sin más, el chico que se encontraba en su interior se dejó ver al mundo.

 

Fue en ese momento que un generalizado “¡Ahhhhhh!” de decepción se dejó oír, a continuación un mar de murmullos seguidos de unas chocantes y pesadas risas, llegaron de inmediato a los oídos del pálido pelinegro, que avergonzado bajó la cabeza.

 

-¿Esto es una broma? ¿De donde salió ese mugroso?-Se escucho entre la multitud.

 

-No puede ser miren esas ojeras, parece un panda-Gritó un rubio

 

-Si uno con anemia-Concluyó un pelirrojo.

 

-Kyaaaa, es horrendo, no lo puedo creer-El chillido de Misa-misa hizo retorcerse de la risa a todos, incluso a cierto castaño que miraba al pelinegro con asco y lástima.

 

-¿De que circo habrá salido ese fenómeno?-Las palabras crueles seguían saliendo de la boca de los universitarios, que poco les importaba lo que estuviera sintiendo el muchacho recién llegado.

 

Watari-san, que aún estando en el interior de la limosina había escuchado todo, no permitiría que esos desgraciados siguieran ofendiendo a Elle, sin más tiempo que perder salió a toda velocidad del auto y dirigió sus pasos hacía el futuro L.

 

-Ryuuzaky, vámonos de aquí-Le ordenó a su protegido, el cual le regaló una mirada cargada de enojo.

 

-No- Le dijo de forma cortante -No me iré Watari-san, yo me atengo a las consecuencias de mis decisiones te lo dije en el auto, un grupo de tontos universitarios no harán mella en mí, te lo aseguro, y ahora si me disculpas tengo que irme, ah, te recuerdo que tienes que llevar a los niños al colegio, ellos te esperan.

 

-Pero…

 

-Pero nada, vete, es una orden-Era la segunda vez que cortaba de forma tajante a su amigo y protector- Esta bien Elle-Dijo aquel nombre en voz muy baja y sin más se dio la media vuelta y se dirigió de nuevo al interior del auto, en el camino se encontró con un muchacho que le preguntó si era el papito del “raro”, Watari-san estuvo a punto de golpearlo, pero se contuvo por Elle, no quería perjudicarlo aún más. Al poner en macha el auto escuchó claramente como esos infelices gritaban “Hay al niño lo cuida su papito” y un mar de risas le siguieron a la estúpida burla.

 

L vio como el auto de Watari se alejaba, y, sin tenerlo previsto un sentimiento de tristeza y pérdida invadió los sentidos del frio muchacho, simplemente metió una de sus manos en el bolsillo de su gastado jean y se dirigió al interior de su nueva escuela.

 

Se sentía extraño, más de lo común, no le gustaba en absoluto sentirse observado por esos orates que se hacían llamar los mejores estudiantes de Japón. El acongojado chico caminaba con la mirada dirigida hacía el suelo, no quería ver los rostros burlones de sus nuevos compañeros, aún no, debido a esta distracción no se fijó hacia donde se dirigían sus pasos lo que provocó que chocara con un cálido cuerpo, que para su desconcierto olía sumamente rico, instintivamente levantó la cabeza y lo vió…

 

Era la belleza personificada.

 

Su inexperto corazón latió más a prisa de lo acostumbrado y su boca solo pudo balbucear una incoherencia, sacudió enérgicamente la cabeza para aclarar su mente y pedir por los menos una disculpa entendible.

 

-Lo siento…-Pero su emoción se fue por el caño cuando vio los perfectos rasgos de aquel bello joven distorsionarse por la furia.

 

-¿Lo sientes? Además de friki -Levantó la ceja con despreció y añadió- ¿Eres terriblemente torpe? ó ¿Retardado mental? –Light Yagami se había encargado de utilizar el tono de voz más hiriente que pudo encontrar en su garganta.

 

-No tienes por que ser grosero, yo solo te estaba pidiendo disculpas- Aclaró el pelinegro, lo que menos quería era tener problemas el primer día de Universidad.

 

-Escucha friki, basta con que no te vuelvas a acercar a mí.

 

El joven de las ojeras observaba fijamente a Light, esta mirada puso un poco nervioso al japonés, y dejo a los amigos de este a la expectativa esperando la respuesta del inglés.

 

-No lo haré, no te preocupes-Y no queriendo prestarle más de la debida atención al castaño, simplemente se dio la media vuelta y a paso lento comenzó a alejarse de ese desagradable grupito de presumidos, más sin embargo no pudo contenerse, cuando, a sus sensibles oídos llegaron los gritos perturbadores de una chillona voz.

 

-Kyaaaaa ¿Se han fijado que sus jeans son horrendos?  Deben tener más de cien años, ¡Apuesto a que ese apestoso ni se baña! ¡Kyaaaa!-Si, era la idiota de Misa-misa quien había pronunciado dicha oración llena de sabiduría y complejidad, tanta que hasta Aristóteles se quedaría anonadado ante esta mujer.

 

El excéntrico muchacho se paro de golpe, y sin voltear a verlos, añadió.

 

-Vaya, noto por qué esta escuela es tan prestigiada, esta llena de intelectuales incomprendidos.

 

La cosa podría haber terminado ahí, más sin embargo, cierta rubia pechugas de plástico decidió desplegar más de su indiscutible “genialidad”.

 

-¡¡¡¡Kyaaaaaa!!!! ¡Me ha llamado intelectual incomprendida! ¡Misa-misa es una genio! ¡Y tu siempre dices que soy una bruta Light amor!-Dijo mirando furiosa a su novio, el cual la miraba lleno de pena ajena.

En cambio Elle, se había quedado casi en shock al escuchar esa respuesta tan estúpida salida de la boca de aquella chica, la curiosidad invadió al pelinegro al escuchar “Light amor”, ¿acaso Light sería el fanfarrón que lo agredió hasta hace unos momentos? Pero no se quedaría con la duda, no sabía exactamente por que, pero decidió averiguarlo.  Volvió a posicionarse frente a ellos, solamente estaban separados por unos escasos metros, así que podían escucharlo.

 

-Vaya, me imagino que tu novio debe de ser tan inteligente como tu –Dijo fijando la vista en Light, ya que era el único con el que había hablado, y no sabía cual de aquellas dos muchachas había hecho el anterior comentario.

 

-Si, friki, ¡Yagami-kun es tan inteligente como yoooo!- Al soltar semejante grito, se colgó del brazo de Light, el cual había entendido perfectamente el sarcasmo de Ryuuzaki.

 

El pelinegro no pudo contener una risa, aún cuando se llevó una mano a la boca para disimularla, esta acción la hizo aún más notoria.

 

Light estaba que se lo llevaba el infierno, con un moviendo brusco apartó al molesto armatoste que tenía pegado en el brazo.

 

-¡Ay! –Chilló el armatoste.

 

-Ya basta subnormal, te dije que me dejarás tranquilo- Gritó el castaño, con los ojos ya inyectados de furia.

 

-Yo no he dicho nada malo Yagami-kun-“Hehe ya hasta se el apellido de este pesado” pensó nuestro pelinegro favorito- No se por que te has puesto en esa actitud tan desagradable.-Y como si fuera la criatura más tierna e inocente del planeta Tierra, se llevó el dedo pulgar a la boca, poniendo carita de ángel. Aquel acto desconcertó sobremanera a Light, el cual muy a su pesar se sonrojó violentamente.

 

“Que mierda me pasa” Se dijo a si mismo el japonés. Y recobrando la calma, se dispuso a quitarle a golpes si era necesario ese gesto infantil y ¿adorable? a aquel tipejo. El oriental caminó dando sendos pasos, en cuestión de segundos ya tenía al inglés a pocos centímetros de su rostro.

 

La tensión estaba en su punto, los demás universitarios ya estaban muy al pendiente de aquel encuentro. ¿Sería tan buena su suerte que verían a Yagami moler a golpes a un friki el primer día de clases? Esperaban que la respuesta fuese un “si”.

 

Mientras tanto cierto pelinegro miraba intensamente los ojos color miel del japonés, no estaba dispuesto a retirarse de ahí hasta acabar con aquella discusión. El nunca cedía y mucho menos ahora, no le tenía miedo a un niñato mimado con cara de niño bueno.

 

-Pídeme disculpas por compararme con esa tipa-Ordenó el castaño al pelinegro, sin dejar de mirar los ojos de este.

 

-Nunca-Fue la rotunda respuesta del ojeroso.

 

Light no estaba para tonterías, y no sabía muy bien porque, pero ese despojo humano le hacía perder la paciencia como nadie. No midió las consecuencias de sus actos y sin esperar más, sujetó con violencia el cuello de la camisa del inglés, casi levantándole del piso, el otro muchacho a pesar de ser muy delgado poseía una fuerza brutal, y, de un fuerte empujón se lo quitó de encima. La fuerza de aquel moviendo fue tanta, que casi tira al suelo al dios juvenil, el cual no iba a permitir semejante sacrilegio.

 

El pelinegro se puso a la defensiva.

 

Los murmullos se arremolinaban en los oídos de ambos jóvenes, que en esos momentos tenían la adrenalina y testosterona al máximo, cada unos analizando al enemigo, ambos esperado el ataque del oponente.

 

Hasta que…

 

-¡¡¡¡ ¿Que sucede ahí?!!!!-Aquella voz resonó en todo el campus.

 

-¡¡¡¡El director!!!!!-Chilló uno de los compinches de Light.

 

El castaño no cambió su posición de pelea, es más ni siquiera escuchó ninguno de los gritos, al contrario del pelinegro, el cual lo que menos quería era meterse en líos en el inicio de aquella “nueva etapa” de su vida.

 

Fue hasta que Misa-misa tomó por la espalda a Yagami que este reaccionó, y volteó hacía la chica, para observar el preocupado semblante de esta.

 

-Light, amor ya basta el director viene.-Fue lo único que pudo articular la molesta rubia.

 

Light al escuchar esto, cayó en la cuenta de que no valía la pena perder el título de estudiante perfecto por una estúpida pelea provocada por un desagradable flacucho venido a más, ya se encargaría de hacerlo pagar, claro que si, por algo era Light Yagami, y nadie se burlaba de él sin recibir su merecido. El tumulto de estudiantes se iba disipando poco a poco a medida que el director se acercaba a la pareja de “peleadores”.

 

-A un lado.-Decía el hombre cuarentón al tiempo que con sutileza quitaba a los chicos que se interponían en su camino,  y se sorprendió enormemente al observar que el protagonista de semejante escándalo era su estudiante favorito: Light Yagami.

 

-Director Kanoe…-Murmuró asustado el de ojos miel.

 

-Light, ¿pero que paso? ¿Porqué el alboroto?-Preguntó asombrado.

 

-Yo…

 

Un grito extrañamente femenino interrumpió la poca convincente explicación que el castaño estaba apunto de dar.

 

-¡AH! ¡¿Qué rayos es “eso”?!-Si, era el honorable director Kanoe el que había chillado como si hubiera visto a un fantasma -¿”Qué” eres tú?-Señalaba con el dedo índice a cierto pelinegro que lo miraba indiferente.

 

Para alegría estudiantil otro relajito se estaba armando…

 

-Yo no soy una cosa señor director, soy un estudiante de esta escuela- Las palabras de L habían sonado llenas de apatía.

 

-¿Y porqué rayos estas vestido así? ¿Qué no sabes que el día de hoy tenían que venir vestidos con un traje formal?-El tipo aquel miraba a L de arriba abajo como si se tratara de un pordiosero pidiendo limosna.

 

Y Elle, siendo Elle, no permitiría que ese “viejo” lo mirara de esa manera, así que decidió refrescarle la memoria frente a todos.

 

-Visto así, porque estoy en mi derecho de hacerlo, Japón es un país libre y dudo mucho que usted tenga el derecho de coartarme los míos.

 

-Estas faltándome al respeto…

 

-No, usted me faltó a mi primero al llamarme “eso”.

 

-Estas empezando muy mal muchacho, me gustaría que me acompañaras a mi oficina ahora mismo.

 

Yagami estaba más que satisfecho con aquella disputa, las cosas no podrían haberle salido mejor, definitivamente Dios estaba de su lado, ese apestoso estaba recibiendo su merecido y el no había tenido ni que gastar energías en ello.

 

-Dudo mucho que a Watari-san le agrade esto…-Dijo L despreocupadamente.

 

Por el contrario el señor Kanoe sintió una descarga eléctrica en todo su cuerpo, comenzó a reír nerviosamente y a sudar copiosamente.

 

-Wa… ¿Watari-san dices?-El hombre jugueteaba compulsivamente con sus dedos, su nerviosismo se incrementó notablemente al escuchar ese nombre.

 

L sonrió satisfecho.

 

A Light se le borró la sonrisa.

 

Los demás chicos prestaron más atención que nunca.

 

Una nueva neurona falleció en el cerebro de Misa-misa…

 

-Flash back-

 

 

Cierto día de Mayo, en una de las universidades más prestigiosas de Japón, una importante junta se celebraba en la oficina del director de dicha escuela.

 

-Realmente sería un honor para nosotros recibirlo…-Decía emocionado un hombre de cabellos canosos y ya entrado en su cuarta década.

 

-Me agrada escuchar eso director Kanoe, estoy seguro de que no se arrepentirá de recibir en tan honorable escuela a Ryuuzaki.

 

-¿Como podría negarme con todo lo que me ha dicho? Tiene un IQ de 170, es un gran deportista, ha sido educado en Inglaterra y según me cuenta tiene un futuro prometedor como investigador, aunque claro no me ha dejado muy en claro ese asunto jeje…

 

El director de la Wammy's House carraspeó incómodo.

 

-Lo lamento pero es un asunto secreto, más sin embargo le aseguró que de la formación y desarrollo intelectual de Ryuuzaki dependerá el bienestar de la sociedad.

 

-Vaya, que interesante, usted a despertado mi curiosidad y ya quiero conocer a ese ramillete de talentos.

 

-No se impaciente ya lo tendrá frente a usted muy pronto-El peliblanco hizo una pequeña pausa, tomo un vaso con agua que se encontraba en el escritorio, bebió un pequeño sorbo, y prosiguió-De hecho quiero hablarle justamente de la personalidad de Ryuuzaki.

 

-Claro, claro dígame Watari-san.

 

-Ryuuzaki no es como los demás estudiantes, no solo por su evidente inteligencia, si no que también por su apariencia, él no sigue las reglas de la moda ni ningún estereotipo…

 

Y fue así como Watari-san le describió todos y cada uno de los vicios y manías del pelinegro, el director Kanoe habría más y más los ojos y la boca a medida que Watari-san le relataba las extrañas excentricidades de su protegido.

 

-Entiendo… Yo no le causaré contratiempos a su chico, y hablaré con los maestros para que ellos tampoco lo hagan.

 

-Gracias.

 

-No tiene nada que agradecerme, pero eso si, le advierto una cosa-Dijo muy serio aquel hombre.

 

-¿Qué?-Preguntó sorprendido el mayor, debido al tono tétrico utilizado por su interlocutor.

 

-Yo puedo controlar a los maestros, pero a los alumnos no.

 

-¿A qué se refiere? –Cuestionó de nueva cuenta el inglés, fingiendo no haber entendido.

 

-Los jóvenes pueden ser muy crueles…-Fue lo único que añadió, con eso bastaba para darse a entender.

 

Watari-san suspiró abatido, tardó unos segundos de más en responder.

 

-Bien, creo que lo he comprendido, estoy seguro de que Ryuuzaki podrá controlar la situación, usted encárguese de lo suyo.-Concluyó con esa orden.

 

-Si, si no se preocupe.

 

-Y ya sabe director Kanoe… Yo seré muy generoso económicamente con esta institución si usted se comporta a la altura-Sonrió maliciosamente sabiendo de sobra que la ambición era el talón de Aquiles del sujeto que tenía en frente.

 

-Si…si…

 

-Su universidad no solo recibirá dinero, si que también muchos premios de festivales científicos y deportivos gracias a mi chico, usted saldrá ganado al doble Kanoe-sensei.

 

-Lo se,  confío plenamente en los talentos de Ryuuzaki jeje- Otra risa nerviosa.

 

-De igual manera confío en usted Sensei.

 

Ambos hombres se estrecharon fraternalmente la mano, diciendo con ese gesto “trato hecho”.

 

-Fin del Flash back-

 

 

Si, tenía que ser él, el famosísimo Ryuuzaki era ese muchachito extraño que él había ofendido. El pobre hombre tragó grueso. Pero todavía no era tarde para corregir su falta ¿Verdad? Se dijo a si mismo.

 

-¿Tu eres Ryuuzaki?-Preguntó con voz peculiarmente amable.

 

L arqueó una ceja incrédulo y solamente asintió.

 

-¿Qué carajo pasa aquí?-Murmuró Light.

 

-Oh, Ryuuzaki, lamento haberte levantado la voz y por supuesto haberte llamado “eso”, por favor acepta mis disculpas- Dijo mientras hacía un sin número de reverencias, la escena era graciosa, como para grabarla y burlarse del director a cualquier hora.

 

-Disculpas aceptadas-Fue todo lo que añadió el pelinegro.

 

-Gracias, gracias…

 

Y las risas estallaron de nuevo en aquel extraño día, habían pasado tantas cosas que ni siquiera se habían fijado de la hora y los chicos de nuevo ingreso que tenían los nervios de punta ya se encontraban mucho más relajados.

 

Fue en esos precisos instantes que las campanadas del gran reloj universitario anunciaron las 7:00 a.m. en punto.

 

-Chicos pasen todos a la sala audiovisual, ahí se llevará a cabo la ceremonia de bienvenida.-Gritaba agitando los brazos el señor Kanoe.

 

-Ryuzaki, espero verte seguido, pero en otras circunstancias-Dicho esto, le dedicó una agradable sonrisa al más joven.

 

-Si, yo espero lo mismo.

 

Cierto chico apuesto estaba casi en estado catatónico, y no es exageración por primera vez en su vida las cosas no habían estado a su favor.

 

-Y usted Yagami-kun modere su vocabulario que no estamos en un penal-Le ordenó el director con voz severa.

 

Light ni contestó.

 

Ryuuzaki que aún estaba por ahí al pasar a su lado hizo un gesto bastante curioso, sacó la punta de la lengua burlonamente mientras hacía con la mano derecha el gesto de “Loser”.

 

El pseudo-dios apretó los puños hasta dejar las palmas de sus manos blancas.

 

Misa-misa que detestaba ver así a su novio se acercó a él para consolarlo, pero un doloroso rechazo no se tardó en llegar.

 

-A un lado-El furioso chico empujó a la joven con tanta fuerza que la hizo caer al piso, y por supuesto no se molestó en ayudarla a levantarse. La muchacha lloró desconsolada.

 

Light estaba se que ahogaba en su propia bilis, ese año había empezado de forma nefasta, la llegada de ese monstruoso despojo había sido la peor de sus pesadillas.

 

Se paró en medio de la plaza, cerró los ojos unos instantes y suspiró audiblemente, tenía que recobrar la calma, las cosas no se podían quedar así, tenía que vengarse, si, definitivamente lo haría, y sería una venganza terrible… Pero ya tendría tiempo de pensar en algo, por ahora se conformaba con no tener que ver de nuevo a aquel tipejo el resto del día.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales: Espero que les haya gustado!!!!
Les prometo que no tardaré en actualizar... Sin más que decir.
¡Salu2!

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