Todo empezó dos meses antes, cuando papa aviso que nos íbamos a mudar Tokio por culpa de su trabajo. Nos mudaríamos así que empezara el nuevo curso escolar, y como no en nuevo centro, cosa que no me hacía nada de gracia. No quería dejar atrás todos mis amigos.
Al principio trate de oponerme, pero como suponía estoy sentado en el coche rodeado de maletas y cajas.
-Akiharu! ¿Has visto? Ya hemos llegado! ¿Es precioso no crees?
Mi madre era un poco estresante, no se que llego ver papa en ella…
Miré a mi alrededor, todo eran edificios altos, y había poca vegetación. Ya empezaba a echar de menos el aire fresco y la verdor del pueblo… pero tendría que acostumbrarme lo quisiera o no.
En el primer mes estuvimos colocando los muebles y poniendo todos los paquetes en orden. Durante el segundo mes conocí a mi vecino Yuuki el cual sería mi compañero de instituto en breve, ya que pocas vacaciones me quedaban.
Como el rubio supuso en breve acabaron las vacaciones y empezó el nuevo curso…
-No quiero ir!-Gritaba el rubio zafándose a las sabanas-
-Akiharu Tsukiyama levántate ahora mismo!
-No quiero!
-Levántate ahora mismo! No quieras que me enfade!- Gritaba su madre desde debajo de la escalera-
-*Pues suerte que no estas enfadada*- Pensó- Ya voy…- Se levantó haciendo pucheros-
Al rato llamaron a la puerta, la madre de Miku fue a abrir, mientras este tomaba el maletín y salir tras su madre en busca de su loco y nuevo vecino. Pero para su sorpresa no solo estaba Yuuki, sino que también habían otros dos chicos.
Los dos eran castaños, uno era bastante más alto que el otro y llevaba el pelo a media melena, el más bajito llevaba el pelo mas cortito.
-Buenos días!- Gritaba el mediano tras la verja tras ver que Miku se asomaba por la puerta-
-Que tengas un buen día- Se despidió u madre dándole un beso en la mejilla-
-Mama! Te he dicho mil veces que no hagas eso! Ya no soy un niño.
-Encima que lo hago por que te quiero- Dejando caer la lagrimilla-
-Miku llegaremos tarde!- Replicaba impaciente el mediano-
-Ya voy! Adiós mama!
El rubio salió de la casa reuniéndose con Yuuki y los otros dos.
-Esto Miku quiero presentarte a Teruki y Takuya.
-Encantado de conoceros.
-Lo mismo dijo- Respondieron los dos a unísono, cosa que sorprendió a Miku-
-Son hermanos…
-*Ahí el misterio*-Dijo Miku para si mismo-
-… viven cuatro casas más arriba, también van a nuestro instituto.
Todos miraron a Yuuki con cada de “no me digas llevamos el mismo uniforme ¬¬” pero este hablaba por los descosidos sin darse cuenta de las miradas de sus compañeros.
Durante el camino hacia el instituto estuvieron hablando sobre lo que habían hecho durante el verano. Teruki y Takuya habían viajado a Europa para visitar a unos parientes, Yuuki se las había pasado en casa viendo animes y cosas de estas con Kanon un compañero y Miku se las había pasado llevando cajas de un lado al otro.
Al llegar al instituto fueron cada uno a sus respectivas aulas, Takuya era un año menor que Miku y Yuuki y Teruki un año mayor que ellos. Al entrar Yuuki fue a saludar a una chica rubia con dos coletitas que estaba sentada sobre una mesa saludando a la gente que estaba en el patio desde la ventana.
-Buenos días Bou-chan!
Ella que no se lo esperaba por poco más y se cae por la ventana, al recuperar el aliento cogió una mesa y fue en busca de Yuuki que se encontraba tras del rubio.
-Yuuki serás! Anda! ¿Quien es este?
-Este encantado…
-Se llama Miku ha entrado este año nuevo! –Dijo alegremente el ricitos-
Otra vez sus compañeros lo miraron con cara de “¿No fastidies? Si nadie le conoce serà por algo ¿no?” pero como de costumbre él no se enteraba de nada.
-Encantado yo soy…
-Él es Bou!- Gritaba otra vez el ricitos-
-Te quieres callar de una vez y dejar hablar a las personas!
-*Él…*- aquella palabra daba vueltas por la cabeza de Miku, no le cuadraba con la realidad -*¿Dónde se encontraba el fallo? ¿Se habría equivocado Yuuki con los pronombres? Este es un instituto masculino, así que mujeres no puede haber ¿Sería en realidad un hombre, una “cosa” tan bella?*- Miku no dejó de darle vueltas al asunto durante las dos siguientes horas, por fin en el descanso decidió preguntárselo sin tapujos antes que Yuuki llegara.
-Este… Bou…
-Dime!- Se giró animadamente-
-¿Eres un hombre o una mujer?!