Su vida desde que su padre falleció fue de mal en peor, ya que mientras iba creciendo se iba dando cuenta de su situación. Vivía solo con su madre, y cuando entro a secundaria se dio cuenta que el debía cuidar de ella y no al revés. Siempre había sido un chico totalmente hiperactivo y despreocupado, se metía en problemas queriendo y sin querer, no era buen estudiante y tampoco era muy popular, cosa que no significaba que no llamara la atención debido a su personalidad; pero a mitad de cursar el primer año de secundaria se dio cuenta que debía madurar, por su bien y por el de su madre. Ella no cocinaba bien, él tuvo que aprender; con las justas podía con las tareas del hogar y el trabajo, así que él se encargaba. De ese modo ella solo se encargaba del rol del padre, traer el dinero al hogar. Quizá esa labor de ama de casa era la causa de que sus compañeros lo molestaran.
…l, un chico alegre, optimista, amable, algo inocente y aun algo hiperactivo, era parte de su personalidad aunque ya había dejado de meterse en muchos problemas. Físicamente, era de estatura promedio, rubio, ojos cielo, con pequeñas marcas en las mejillas que le daban un aspecto zorruno, y piel trigueña.
Un domingo en la mañana de mayo, cuando ya cursaba el primer año de instituto, se dio cuenta que su madre no había regresado.
-¿Dónde estará?- se preguntaba algo preocupado
De repente la puerta del pequeño departamento donde vivían se abrió, entrando una mujer mayor. Pelo largo y mejillas coloradas por el alcohol.
-¡¡Kushina!! ¿Dónde has pasado la noche?- le pregunto el rubio con manos en la cintura como un padre molesto al ver que su hija llega a esas horas.
-Naru- Chan!!...- gritaba la mujer mientras caminaba zigzagueante hacia su hijo intentando abrazarlo. Este esquivaba como podía a su madre.
-Aish…- dijo cuando finalmente esta le cayó encima. Tirados ambos en el piso- ya quítate de encima!!- decía agitando sus brazos intentando salir de debajo de su madre.
-Pero Naru, hijo… te tengo una buena noticia
-No me la puedes decir como la gente civilizada- vio a su madre- al menos como gente… vamos levántate, le…van…ta…te!!- dijo ya habiéndola sentado a su lado- ahora si ¿que paso?
-Mira!!...- dijo enseñándole su mano. Èl se quedo observando el brillante anillo que sobresalía de su dedo con una piedra preciosa.
-…Acaso es que tu… y…
-Sip Naru me propuso matrimonio!!!- gritaba emocionada.
***//***
((Contado por Naru “xxx”))
“Bueno es cierto que me sorprendió la noticia, pero ya era hora de que ella encontrara a alguien. Sé que por muchos años estuvo deprimida por lo de mi padre. Y recién cuando me di cuenta yo estaba cursando secundaria, quizá muy tarde. Este año comencé el instituto, y me viene con esa noticia, de cierto modo me alegra, tendré un papá, o algo así. Además por lo que sé ese señor parece buena persona, además de que dinero no le falta, es el jefe de Kushina. Así que podrá pagar mis estudios y ya no tendré que ocuparme de conseguir un trabajo para pagarlo, las tareas del hogar, y solo dedicarme a mis estudios, ya que no estoy muy bien que digamos”
Ese domingo por la tarde…
-Oye Naruto, supe que tu madre se va a volver a casar- le pregunto un amigo y vecino suyo.
-Si, así es- dijo con una sonrisa
-¿No estas preocupado?
-Por qué debería- pregunto mirando a su amigo arqueando una ceja.
-Bueno, no conoces la gente con la que vas a formar una familia y…
-A no me preocupo, lo único que quiero es una familia normal, una mama, y que se comporte como una- recordando como era su madre- un papa…
-Y si ese hombre tiene hijos…o hijas…- dijo insinuando algo, cosa que el rubio no entendió
-No me importaría tener hermanos, o alguna hermanita…- dijo ilusionándose con la idea de una familia normal y feliz…
En la noche…
“Esa noche mi madre me había dicho que tendríamos una reunión con su futuro esposo y el resto de la familia, al parecer Kiba tenia razón al decir que tendría hijos. Llegue junto a mi madre y en una mesa ya nos esperaban un hombre mayor, de mirada seria pero amable piel blanca y cabello oscuro igual que sus ojos. A su lado estaba un chico alto con el pelo largo y negro, era idéntico a su padre pero mas joven, era lo que llamarían definitivamente simpático; y con una sonrisa en el rostro”
-¡¡Fugaku!!- llamo alegre la mujer mientras con una mano saludaba.
-Kushina, amor llegaste- dijo levantándose para recibirlos- este debe ser Naru- “¿Naru?”- vamos siéntense dijo mientras como todo un caballero acomodaba la silla para que se siente.
-También toma asiento- escucho junto a él. No se había percatado que el chico que antes había visto estaba arrimándole la silla para que se sentara.
-…hummm...etto.- decía sin saber como reaccionar, ya que “…eso solo se le hace a una mujer no?”- je je gracias- dijo finalmente sentándose algo avergonzado. Su madre y su novio estaban tan entretenidos en su mundo que no se habían percatado.
El silencio incomodaba al rubio, y cuando veía a su madre estaba totalmente metida en su mundo junto con ese hombre, y al frente suyo estaba ese chico que no dejaba de mirarlo con una sonrisa en el rostro. Èl solo miraba su plato vacío frente a él. “Tengo que decir algo, cualquier cosa…familia feliz, familia feliz” pensaba idealizando su sueño
-Humm…yo…
-Mi nombre es Itachi- le dijo finalmente con una sonrisa- es un gusto…- haciéndole saber que quería que le dijera su nombre
-Na…Naruto Uzumaki
-Naruto-kun… mucho gusto, realmente…es un placer- dijo con su voz profunda y su mirada penetrante que hizo que el rubio se sonrojara un poco.
-I…igualmente…Ita chi- san
-Puedes llamarme solamente Itachi o… nii-san, total vamos a ser hermanos
-A bueno yo…- de repente se dio cuenta que el dulce semblante que tenia su futuro hermano cambió- ¿ah?...-dijo volteando a ver hacia la dirección hacia donde veía el mayor
Junto a la puerta se dio cuenta de un tumulto que se había formado, al parecer alguien estaba haciendo alboroto para poder entrar al restaurante en donde estaban.
-Padre, creo que él al final decidió venir- dijo seriamente mientras sacaba a su padre del mundo de ensueños en el que estaba
-Oh… parece que si- dijo haciendo una señal al mozo para que dejaran entran al que parecía ser otro chico- me alegro!- dijo con una sonrisa.
Era notoria la razón por la que no lo dejaban entrar, ese era un restaurante formal y algo lujoso, por lo que los presentes iban bien vestidos. Mientras que el chico que acababa de entrar estaba en unos jeans negros, con las manos en los bolsillos, un polo azul oscuro y el pelo negro revuelto, pero se le veía bien; sus ojos igualmente negros que el resto de su familia y la piel blanca, ese halo de misterio y superioridad que lo rodeaban daba algo de miedo y no le daba buena impresión al rubio, parecía esa clase de chico que se mete en problemas.
El chico se paro frente a la mesa y miro retadoramente a su hermano, luego paso la vista por la mujer moviendo la cabeza en gesto de saludo y siguió recorriendo la mirada por su padre y por… se quedó mirando al rubio que destacaba en la mesa. Camino hacia él y lo miro fijamente “’¿acaso tengo algo en la cara?” pensaba algo inquieto por la forma en que lo miraba, mientras intentaba mantener la mirada, no se iba a dejar vencer ((cómo si fuese un concurso de miradas))
-Tu…- dijo acercándose peligrosamente hacia el rubio, hasta quedar centímetros de su rostro-…pareces una chica
Bueno el restaurante estaba en silencio…recalco estaba…
-¡¡¡¡¿¿¿Qué qué???!!!- grito enojado hiriendo su orgullo y levantándose de la silla de un impulso mirando fijamente al moreno frente a el, mirándolo retadoramente, todo rastro de rubor en sus mejillas desapareció.
En ese momento toda la atención estaba centrada en esa mesa un rubio irritado miraba retador al moreno, que no había cambiado su gesto de indiferencia, parado frente a ellos el hermano mayor que también se había parado al sentir un peligro al ver la cercanía de su ototo al rubio, y los dos tortolitos que hacían la vista gorda a lo que pasaba en la misma mesa que ellos.
-Kushinaaa…
-Fugakuuu…
-Ahhh…
“Y mi vida normal, tranquila y feliz…¡¡¿¿Dónde esta??!!”
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