Adiós mi niña
Por: Nan-san
Desde el primer día que la vi no pude dejar de pensar en ella, su mirada, su sonrisa llena de tanta bondad y esa voz tan angelical. Al principio me asuste de sentir esto dentro de mi y más de sentirlo hacia ella, de un imposible, de algo prohibido. Sin embargo no puedo evitarlo, cada día me levanto pensando en ella, escucho sus cantos y deseo volver a verla y que me diga “mi niña”como siempre lo hace o que se ría de cada una de mis tontería y que me dedique una de sus bellas sonrisas o una de sus miradas tan llenas de paciencia cuando me cuesta hacer algo (que por lo regular es muy seguido).
Su perfume y su voz ya se han hecho tan familiares a mis sentidos, tan solo pienso en ella y se hacen presentes.
Sin embargo el mal día tenía que llegar, ella no me había dicho nada que se iría, hasta que un martes lo recuerdo muy bien, después de la misa, ella me pidió hablar conmigo a solas:
-¿Qué pasa hermana?- le pregunte.
-Mi niña tu sabes que yo te quiero mucho, quizás más que a las otras personas con las que he convivido todo este año- me dijo viéndome profundamente a los ojos
Mi corazón dio un salto de emoción, no lo podía creer, sería acaso que aquello que yo consideraba imposible no lo fuera tanto... pero... entonces, porque en sus ojos había tanta tristeza?
-Mi niña tu sabes que el camino del señor nos depara muchos destinos, en los cuales debemos hacer muchos sacrificios y separarnos de las personas que amamos- me dijo sin quitar su sonrisa de su rostro- y hoy me ha tocado a mi.
-¿qué?...no entiendo...- que me quería decir ¿qué se iba?, no por Dios
-Me voy mi niña, mañana... ya no vendré.
-Nooooooo¡¡¡¡¡¡- no me pude contener y sin pensarlo la abrasé, la abrasé muy fuerte, como si no quisiera que se fuera y comencé a llorar- no por favor... no puede... no puede dejarme.
No obtuve repuesta ella solo me abrazo, y así estuvimos... por largo rato, hasta que yo me controlé. Se separó de mi y sin dejarme de abrazar tomó mi barbilla y me miró.
-Quizás... si tan solo nos hubiéramos conocido hace diez años, todo hubiera sido diferente para nosotras- dijo con una lágrima resbalando por su mejilla y antes de que me diera cuenta sus cálidos labios estaban sobre mi, fue rápido y sencillo pero tan lleno de amor y de... adiós...
-Pero el quizás no existe y ahora estoy consagrada al Señor- Se limpió la mejilla, tomó la mía y me sonrió.
-Además hace diez años yo solo era una niña y tu toda una veinteañera-añadí haciendo una cara chistosa, tenía que ser fuerte, además quería que me recordara con una sonrisa. Ella rió y me dijo “siempre te recordaré , mi niña”
De esto hace ya diez años, jamás la volví a ver, no quiso que yo lo supiera, tal vez fue lo mejor. Ahora estoy casada y tengo una niña a la cual bauticé con su nombre, aunque eso nadie lo sabe...
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Este fic fue escrito por Nan-san n__n
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