Hyuga Neji era el típico muchacho engreído y calculador. Popular entre las chicas y chicos por igual; considerado por muchos como alguien de espectacular belleza y de modales secos pero no mal educado. El lo sabía y de eso se jactaba, se sentía especial y admirado; y realmente lo era.
Alto, de piel blanca y cabello largo de color café… aparentemente nada llamativo pero con unos ojos en color gris plateado que a cualquiera dejaría sin palabras. Era popular y recibía a menudo un singular número de cartas así como de confesiones mixtas y una que otra agresión por parte de novios celosos o chicas desesperadas de afecto. Eso a Neji le gustaba, lo hacían ponerse creído y petulante, pero también le aburría de sobremanera, nada lo hacía sentirse emocionado o expectante, pero eso no cabía duda que iba a cambiar dentro de unos días…
Rock Lee era por otra parte un chico popular pero de forma diferente a la de Neji; no es que fuese buenmozo o con un cabello de modelo de shampoo, al contrario de él jamás recibía cartas de amor y tampoco había alguien desesperado por un beso suyo, simplemente era el típico muchacho con muchas amigas pero ninguna novia, muchos compañeros y buenos amigos, pero nada de enemigos. ¿Su complexión? Pues bien, quizás de la misma estatura de Hyuga Neji, cabello negro brillante en un curioso y bizarro corte que parecía basado en un moldecito de batir… unas cejas pobladas (más pobladas que cualquier amigo suyo), delgado y firme gracias a tantos ejercicios practicados por hobbie. Pero eso si, muy amable.
Mientras Neji era el que pasaba junto a ti diciendo un tenue pero seco “con permiso” cuando le estorbabas, Lee decía con una gran sonrisa brillante “¡Oh! Pase usted” y pues si, Lee era conocido como el “¿le ayudo con sus bolsas?, ¿le ayudo a cruzar la calle?, ¿disculpe, se le cayó esto?, y tantas frases de ayuda comunitaria, mientras Neji solo era amable pero bastante prepotente en lo que a enfatización se refería. Ni modos, ese era su carácter pero como se repetía anteriormente “eso” iba a cambiar.
Lee y Neji no compartían clases, sus salones estaban de extremo a extremo, sin embargo, cuando las materias habían sido terminadas, la hora de escuela se daba por finalizada y todos se iban; Rock Lee se dirigía al parque más cercano con amigos y amigas muy dispuestos a tomarse un helado (las salidas cálidas ameritaban ese refrigerio vespertino), desgraciadamente ese día todos tenían que hacer y fue dejado sólo y sentado en un columpio de por ahí… sin sentirse solitario se compró un helado y descansaba plácido recordando que otro día de escuela acababa.
Cerca de ahí estaba Neji sentado en una banca, básicamente de frente a Lee (pero recordemos que ellos no se conocían pero sabían de la existencia como meros compañeros de escuela y nada más) cuando posó su vista en una acción poco usual. Un niño pequeño se tropezó, cayó y estaba llorando. Neji pensaba que un mocoso caído no es nada y que seguro su mama estaría allí de chismosa y que lo iría a recoger. Pues no, quien tuvo la amabilidad de ayudarle y aun más escandaloso para Neji ¡Regalarle un helado y de los grandes! Era ese que sabía que no era nada popular pero que era conocido por sus dotes de amistad… la mente de Neji se puso en blanco y se quedo mirando fijo la escena…
El niñito con la cara húmeda de llorar pero feliz con su helado se fue, cuando eso sucedía Lee sintió que alguien le miraba profundamente, sin pensarlo alzó la mirada y observando a Neji ofreciéndole una enorme sonrisa, unos dientes blancos perfectamente alineados brillaban demasiado, Neji frunció el ceño y se levantó de su asiento para dirigirse hacia Lee que se quedó parado ahí como esperando precisamente esa acción.
-Ese niño pequeño no se lastimó pero por ese susto le regalé un helado…- Le explicó Lee como si Neji necesitase ver lo evidente.
-Lo sé. Fuiste bastante amable. Mi nombre es Neji Hyuga y te conozco pues siempre andas con muchas personas, soy de la clase 3-A.- Extendiendo su mano hacia Lee con una ligera sonrisa.
-Ja, Ja, Ja, yo soy Rock Lee de la clase 3-F y bien yo se que tu eres muy popular y que muchas de mi salón escriben cartas de amor para ti… ¡Mucho gusto Neji!- y con un apretón de manos una amistad estaba desarrollándose…
Neji pensaba que quizás un amigo de ese tipo (no agraciado o sea no competencia) podría hacerle feliz en esos ratos de soledad y sería divertido leer las cartas de las tontitas chicas que las enviaban, o quizás… Lee pensó que ese chico era muy buena persona por querer llevarse con el siendo tan popular, ¿podría ser él la clave para que se le “pegara algo de su popularidad”?
¿Una amistad casual o predestinada por la vida? ¿Situaciones al garete o todo eso y lo demás estaba ya escrito en algún libro?
Una historia interesante estaba por comenzar, o mejor aun… ya había comenzado…
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