Cálidas gotas caían sobre su desnudo cuerpo. Todos sus músculos estaban relajados ante tan agradable contacto.
Pronto un sonido extraño interrumpió la atmósfera.
- cielo, ¿quieres que te ayude? – una voz con un tono sensual, hasta erótico, retumbó entre las paredes del baño.
- ¡Ino! – gritó son sus mejillas tiernamente teñidas de carmín. – al menos déjame descansar en la ducha. – dijo finalmente con un suspiro.
- es que te demoras demasiado. – dijo con una sonrisa incitante mientras se adentraba a la ducha.
- sexópata – refunfuñó mientras rodeaba el cuello de su amante con sus brazos.
- dime que así no te gusto – retó.
La respuesta quedó en la unión de sus labios, la lucha de sus cuerpos por fusionarse y una caricia por sus cuerpos.
- Ino, ¿sabes qué hubiera sido inteligente? – preguntó Sakura una vez sus labios estuvieron liberados.
- ¿qué cosa, frentezota? -
- no me llames así, puerca. – respondió con u puchero.
- lo siento, adoro ver tus pucheros. – juntó su frente con la de su amante mientras dejaba escapar una suave risita. – ahora dime, a ¿qué te referías?
- si sabes qué hubiera sido muy inteligente de tu parte. -
- no – respondió alzando una ceja en una clara mueca de confusión.
- que te hubieras quitado la ropa antes de meterte a la ducha, tu uniforme está empapado. – señala el uniforme escolar que Ino traía puesto en la ducha.
- ¡ARG! ¡Era mi última blusa! – gritó saliendo de un salto de la regadera.
A Sakura se le escapó una sonora carcajada mientras veía las muecas de su novia.
- eres una tonta, Ino. – Sakura cierra el grifo y envuelve su cuerpo con una toalla. – eso te pasa por desesperada. – le saca la lengua.
- no todos los días me quedo a dormir en tu casa. – se excusó con un puchero. – estaba emocionada. -
Sakura se enterneció ante lo último y abrazó a su empapada novia.
- tonta, quítate esa ropa mojada. –
- ¿tu crees que es momento para eso? – sonríe divertida y se relame sus labios.
- tonta – dice sonrojada. – lo decía para que te cambies de ropa, tengo un uniforme extra.
- no lo puedo evitar – ríe tontamente.
- apúrate que mi mamá esta esperando abajo con el desayuno. -
- ok. -
Unos minutos después ambas muchachas salían de la casa de la pelirosa con dirección a su escuela.
- Ino... – llama a su novia.
- dime. – voltea a verla curiosa.
- no estudiamos matemática. – la ve asustada.
El rostro de Ino, de una sonrisa tonta, pasó a ser una clara muestra de pánico.
- ¡Rayos! ¡Esta si no la hago! ¡Todo es tu culpa Sakura! ¿por qué tienes que ser tan sexy? Distrajiste mis pensamientos y no pude pensar en nada más. –derramaba lágrimas de cocodrilo.
- idiota... – suspiró.
Desde entonces Sakura e Ino no volvieron a juntarse para estudiar matemática ni ninguna otra materia ellas solas, y cuando lo hacían terminaban estudiando tan solo la anatomía del cuerpo de la otra.
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