Envuelto en su odio miraba la pistola ya limpiada y lustrada que yacía en sus manos rencorosas, sus ojos negros ya inyectados de vergüenza miraban ansiosos la puerta de madera de su casa, solo siendo presa de sus mortíferos celos y su poca confianza. El hogar estaba obscuro, sin la mínima llama de luz, mientras que él, sentado en su mullido sillón le esperaba ya armado y decidido.
Había una malicia…algo extraño en el ambiente, muchas cosas estaban súbitamente cambiadas, no era ese tierno lecho de rosas que siempre se correspondía con sonrisas y audacias, ya que no había ese delicioso aroma a pollo rostizado que siempre prevenía de la cocina, tampoco habían risas altas testigos de la felicidad y mucho menos altos sonidos de deseos y lujuria, no se había sensaciones despreocupadas y ni un poco de amor u olor a rosas en el ámbito. Había un desdén, estaba ese demonio latiente en su pecho y con sumas pretensiones le esperaba.
Sus manos apretaban la pistola brillosa, la miraba y la detallaba, tan hermosa era aquella arma pero su belleza ilustre que realmente era una falsa visión de lo que realmente era: un objeto de destrucción, de muerte y maldad la que en manos de un ser como lo era Sasuke Uchiha se convertía en el asta del diablo. Sus ojos impúdicos saltaron hacia la puerta pues creyó oír algún sonido proveniente de ella.
Apretó bruscamente su arma y la encaño hacia la puerta, esperando la entrada del odiado Naruto y como recibimiento obtendría una bala en la cabeza. Sasuke se levanto del sillón y como alma embrujada camino hasta la entrada, esperando que abriera, esperando lo que realmente deseaba, esperando matar a su amado…nada…nadie entraba, sus oídos le habían engañado por quinta vez esa noche.
Suspiro, su mente estaba demasiado colapsada, su cerebro demasiado perturbado y todas sus ideas desordenadas. Era por poco algo inocente que comenzara a tener alucinaciones, ya que Sasuke estaba demasiado trastornado y alterado para diferenciar la realidad de la ficción y todo esto por culpa de ese hombre que tanto amaba.
Toda la culpa la poseía Naruto, al que una vez Sasuke le juro amor puro y eterna fidelidad, al que alguna vez Sasuke le juro protegerlo del bien y del mal, al que alguna vez Sasuke le ofreció las mayores riquezas y lujos. Y todo para él, todo Sasuke para Naruto, todo, realmente todo se lo dio, desde el más mísero grano de arena del tiempo hasta las mejores edificaciones de mármol y granito.
Ahora…para ser pagado con la moneda del Cesar.
No lo pude entender, ¿Qué hizo mal? ¿Le olvido en algún momento de desesperación? ¿Le insulto sin reconocer la culpabilidad de sus palabras? ¿Le ignoro cuando su atención era primordial para su estado mental? O ¿Solo le amo demasiado?
Solo quería amor, solo deseaba ser pagado con mimos y sonrisas, solo deseaba tener a alguien para que le robara un beso al despertar, que le diera tardes eternas donde el solsticio le quitase el aliento y que en las noches le diera vuelta al mundo sin salir de su cama. Solo deseaba cariño más no esto, ser traicionado, haber sido víctima de la infidelidad de su amado.
Aun recuerda cuando lo encontró en acciones ilícitas con otro hombre, con otro sujeto, con otro maldito enfermo que le tocaba su cuerpo sin una pequeñísima pizca de amor en sus besos o caricias mundanas. Sasuke pudo mirar como el encantador rubio que le robo su corazón y alma, ahora le rababa las mismas caricias a ese extra y…el dolor tan agudo, la agonía tan eterna que sentía logro llenar sus ojos de lagrimas, logro hacer su visión borrosa y la imagen de su infiel Naruto se comenzó a distorsionar en demonios y horrores.
Lloro durante horas, refugiado en su lecho donde las rosas marchitaban en cada cristalina lagrima de mártir, permitiendo que su orgullo el cual el tanto apreciaba y mantenía a flote se destrozara lentamente y se precipitara a la perdición. Y cuando su orgullo se despedazo por el dolor y la lejana vergüenza se dejo sumir por su casi eterno llanto…otra emoción más cruel y destructora dio imperio en su mente.
Aquel joven que ya muerto por dentro, sin alma y sin corazón, no le importo que el odio hechicero diera revuelco a su mundo, Sasuke se lleno de odio, odio hacia a todos, odio hacia este mundo que le engaño, odio hacia ese extraño que fue el postor de los besos de Naruto, pero más importante, odio hacia ese desgraciado, hacia ese hermoso hombre que le quito tantas veces el aliento y por largos instantes le hiso eternamente feliz para lanzarlo contra el abismo del dolor, rompió y despedazo su corazón…ahora su mente y cuerpo se volvían la dulce y tierna presa de la maldad, lleno de ira y dispuesto a matar.
Y solo algo le consolaría y ese algo era la venganza…
Puede ser precipitado, puede ser espantoso, puede ser horripilante ¿Matar a su esposo por haberle sido infiel?
Pero era demasiado obvio que Sasuke no era una persona de buenas a primeras, pues este hombre muchas veces golpeo y casi asesino a aquellos que se entablaron en su camino, era bastante maquiavélico, orgulloso, ególatra y solo Naruto le suavizo su corazón nefasto de su esposo pero lamentablemente las cosas fueron diferentes, ya que la traición fue inesperada, repentina y completamente destructiva.
Sasuke era demasiado dependiente de Naruto y sabia que sin él su mundo se caería y él moriría y vagaría por los infiernos eternamente ¡pero no dejaría que otro imbécil fuera feliz a su costado, no permitiría que otro hombre le robara a su esposo y fuese tan feliz como alguna vez él lo fue!
Por esta razón lo mataría…
Ya que, si él no era feliz nadie lo seria, si él no tenía a Naruto nadie lo tendría…
-Naruto-susurro en su miseria al oír la perilla de la puerta moverse. Levanto su mirada fría al poder vislumbrar al rubio de ojos azules que entraba tranquilamente en la casa, tenía una leve sonrisa en sus labios y se notaba bastante radiante- buenas noches-comento en voz prepotente y airada.
Un fuerte gemido de pánico dio el joven al enterarse de la presencia de Sasuke ya que todas las luces estaban apagadas y no le pudo distinguir. Rápidamente prendió la luz de un solo movimiento y miro un poco impresionado al Uchiha, que sentado en el mullido sillón con sus piernas cruzadas, le miraba fijamente con cierto desprecio y locura.
-Sasuke, pero que susto me distes-comento con una pequeña sonrisa divertida ya que no se había percatado de las reales intenciones de su esposo-¿Qué haces levantado? Te dije que llegaría tarde-fue entonces que una mueca retorcida vislumbro en el rostro del otro, el cual solo permanecía inmóvil y lleno de ira contenida.
-si claro, lleva algo de tiempo acostarte con tu amante- dijo con desprecio y odio a lo que Naruto palideció y tembló, sorprendido de tales palabras, sorprendido de que Sasuke se hubiese enterado de su aventura y sobretodo, apenado de él mismo- maldito desgraciado…todas estas noches en las que llegas tarde, todas las veces que me negaste en la cama…-la voz de Sasuke comenzaba a subir de tono paulatinamente y el joven rubio comenzaba a asustarse, concia bien a Sasuke, quince años de matrimonio era demasiado tiempo para enterarse de todo- ¡todas las malditas veces que no llegabas a la casa era porque te revolcabas con este maldito!-grito y fue cuando empuño su revólver brilloso.
Naruto amplió sus ojos como platos al ver el arma, el pánico reinaba en su cabeza asi mismo como el odio imperaba en Sasuke. Sus ojos se humedecieron al ver las tremendas intenciones de su amado, podía observar cómo se iba acercando a él hasta pegarle contra una pared y posar el arma en un lado de su cabeza.
-Sasuke…por favor-pidió con terror absoluto ya que el poseedor del arma tenía más que planeado matarle- perdóname…perdóname-trato de escapar pero el Uchiha le tomo por el cuelo de la camisa y le estampo nuevamente contra la pared blanca. Los ojos negros del enloquecido Sasuke destilaban el odio y la ira, la traición y la vergüenza sentida en su corazón le estaba llevando hasta lo peor, se estaba convirtiendo en algo espantoso y no había vuelta atrás- no me mates-rogo sollozando en rubio sin lograr apiadar a ese hombre.
-¡cállate!-le grito golpeando la mejilla del rubio con su arma teniendo como resultado las gotas de sangre que resbalaron por sus labios- ¡puta de mierda! ¡Cómo te atreves a serme infiel!-le grito golpeando nuevamente su rostro con el caño de la pistola. Estaba lleno de ira, no se podía controlar y solo pararía cuando dejara de sentir esa punzada en su pecho-dime Naruto ¿Eres una puta?-le pregunto mirando el rostro del mencionado: tenía los ojos cerrados llenos de lagrimas, su boca sangraba tanto que manchaba la camisa blanca que poseía y su rostro estaba con algunos moretones por los golpes- ¡contéstame!- otro rudo golpe con el arma hiso reaccionar al Uzumaki.
-no-dijo tenebroso, casi balbuceando aquella simple palabra, mas Sasuke solo rio bajo y volvía a golpearle solo que esta vez le lanzo al suelo frio- ¡ahh!-grito Naruto por el dolor y con dificultad trataba de pararse, pero fue entonces cuando Sasuke jalo el gatillo de su arma y la bala llena de pólvora impacto en su pierna, evitando asi cualquier movimiento- ¡ahhh!-el grito de dolor agudo salió de sus labios al sentir como la hirviente bala rompía su piel y musculo hasta impactar con su hueso.
Un dolor espantoso sintió, podía sentir como la bala caliente había mal herido su pierna derecha, dolía demasiado ya que la bala estaba hirviendo y esta había malogrado varios nervios y músculos. La sangre se escapaba por aquella agujerada herida hecha por su esposo y no negaba que esto le había causando un espantoso sufrimiento.
-¡yo creo que si eres una puta!-grito aquel demonio que no paraba de mirar al adolorido rubio, sin sentir remordimientos por causarle tal daño, mejor dicho estaba satisfecho y “alegre” al verle llorar- ¡te acuestas conmigo y te cuestas con otros!-dijo airado y sin sentimientos piso la pierna herida obteniendo gritos y lagrimas del otro- ¿Cómo se siente esto putita?-pregunto maquiavélico, para disparar nuevamente pero esta vez hacia su hombro.
-¡ahhh! ¡Sasuke basta!-pidió a gritos y lagrimas, sintiendo ahora como su hombro había sido herido al igual que su piernas que era aplastada por el pie del Uchiha- ¡ahh! ¡Te lo ruego!-pidió tratando de detenerle más solo recibió otro disparo y este fue en su mano derecha.
Naruto estuvo gritando por varios minutos en los que Sasuke sol se entretenía disparándole aleatoriamente en su cuerpo. Sintiendo una morbosa felicidad al verle llorando y sangrando, siendo presa de una maldición y embrujo desequilibrado, solo siendo la presa del odio y la locura, deseando verle gritar y llorar pues solo con el sufrimiento del joven Naruto el se sentiría aliviado y recuperaría su orgullo al igual que su nefasto ego.
Después de todo…la alegría de un hombre es la tortura de otro.
Naruto se revolcaba de dolor con cada disparo, la espantosa agonía de las balas entrando en su cuerpo, rompiendo y quemando sus músculos hasta golpear contra sus huesos y la forma tan cruel en la que Sasuke le insultaba y seguía con su afán de ocasionarle ese mártir. Las lagrimas ya no eran suficientes y lo mismo sus gritos de agonía, ya no importaba cuanto deseara detenerle, nada le detendría.
Después de nueve disparos, Sasuke se arrodillo hasta llegar al ensangrentado Naruto que perdía sangre por montones y las hemorragias se volvían mortales, la piel del rubio estaba pálida y las pupilas de sus ojos dilatadas al máximo, la muerte estaba rondándole y la parca pronto llegaría a buscar almas.
-Naruto…-susurro en su oído- solo quiero que sepas, que después de matarte yo me suicidare-anuncio con una sonrisa enloquecida-¿Me escuchaste?-pregunto pues el rubio en pocos minutos moriría por la pérdida de sangre pero el Uchiha deseaba ser quien le matara- adiós, mi Naruto-después de esas palabras un beso frio fue dado en sus labios.
El rubio lleno de sangre le miro ahogado en su propia sangre, aun sentí ese beso de Judas sobre su mejilla. Una lágrima callo por sus ojos y delineo el lugar donde el beso traicionero fue dado y después de un último aliento despechado, la perfecta bala rompió su cráneo dándole una muerta segura.
Sasuke le miro fijamente, le había matado…
Fue entonces cuando el asesino comenzaba a recordar los hermosos días al lado de su amado, evocando los besos y las palabras dulce del occiso joven. Sabía que ya no habría mañanas con besos eternos, sabía que ya no habría tardes eternas bañadas por el sol y no habría más nunca noches pasionales y amorosas. Sabía que mas nunca tendría un final feliz y que su vida se había despedazado a sus pies y lo peor era, que él mismo lo había hecho.
Naruto, su esposo, su hombre, su amado…estaba muerto a sus pies, su corazón y su alma estaban despechados en el suelo ensangrentado. Las húmedas lagrimas cayeron de su rostro, sabía bien lo que había hecho, su egoísmo y su odio lo llevo a una dirección precipitada, saber que había sido el aniquilador de su amado, saber que ahora en adelante tendría como título “asesino” y saber que mas nunca vería esos ojos azulados mirarle con cariño, saber que mas nunca estaría a su lado…saber que su vida estaba condenada.
Sasuke solo lloro en silencio hasta trasladarse a su mullido sillón, miro una última vez a su antiguo amado, ahora entendía porque Naruto le había sido infiel, ahora reconocía el tipo de persona que era él, francamente…no lo cuestionaba.
Seco sus húmedas lagrimas y tomo su arma llena de sangre. La eterna noche con su hermosa luna escarlata permitió alumbrar el obscuro corazón del Uchiha, pero la luna se sintió apenada por tales destrucciones a la carne y la luna se escondió tras las nubes blancas junto con el manto estrellado de la noche, dejando que el obscuro Uchiha se volviera a sucumbir en su tristeza, no había vuelta atrás… el arma aun tenía una bala y las acciones habían sido dadas
-adiós…Naruto-
FIN