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El orgullo de una madre por Necoco_love

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Notas del fanfic:

Hola! De nuevo yo aquí… xD

El resumen esta cagado xD pero espero me entiendan, no tenía muchas ideas… xD

Bien, antes que nada, debo decir que este fic tenía pensado hacerlo algo divertido y sin sentido, situaciones estúpidas y el típico sentido del humor que parezco tener xD (todo simple xD), pero comencé a escribirlo y me di cuenta que era todo menos divertido. Así que, pues creo que esta vez no pude escribir algo gracioso, pero sin embargo me ha gustado, aunque el final no termina de convencerme xD alguien me comentó que este fic era estupendo para el día de la madre… xD

Este fic se me ocurrió un día en la escuela (que novedad ¬¬ xD) y de hecho se me ocurrió pero con la idea de hacerlo humorístico, sin embargo, lo dejé inconcluso por que en el momento no tenía la inspiración suficiente. Hasta este fin de semana que tenía ganas de escribir algo, lo recordé, y me puse a escribir y salió mucho más dramático de lo que lo tenía pensado xD

Espero sinceramente que les guste! :3

Disclaimer: los personajes de Naruto no me pertenecen, son obra del señor Masashi Kishimoto.

Notas del capitulo: Pues nada, disfruten el fic :3
Kyubi, el demonio zorro de las 9 colas, era, por instinto, un demonio cruel y sádico, amante de la destrucción absoluta de bonitas aldeas. Amaba destruir todo a su paso y asesinar gente a sangre fría y sin miramientos, con mera intención de divertirse. Y era, además, de entre los 9 bijus, él más poderoso de todo el mundo… y eso Kyubi lo sabía.

Por eso, cuando había tratado de ir a destruir la bonita aldea de Konoha, Kyubi se sintió coléricamente frustrado cuando apareció Yondaime ante sus furibundos ojos y utilizó una técnica prohibida para encerrarlo dentro del cuerpo de su propio hijo que acababa de nacer. Y no solo tuvo que soportar la frustración de ver sus planes fracasar, la humillación de no poder salir del cuerpo de un niño recién nacido nadie se la quitaría por el resto de su vida.

Aún así, Kyubi admiró profundamente a Yondaime. No todos los días alguien era capaz de detenerlo a él, él temible y todopoderoso zorro de las nueve colas.

Pero siguió detestando su aberrante y torturante situación, encerrado en un simple chiquillo.

Sin embargo, contra todo pronostico, conforme pasó el tiempo, Kyubi se dio cuenta que, en el fondo de su demoníaco ser, tenía un lado absurdamente tierno que no había conocido nunca antes: un lado maternal que jamás sería capaz de admitir ante los otros 8 demonios por que sencillamente nadie imaginaba a Kyubi haciendo de mamá.

Pero Kyubi se sentía mamá. Y era madre del niño Uzumaki, a quién había adoptado como su pequeño cachorro.

Kyubi jamás admitiría esto ante nadie, por que mientras al principio había odiado al niño Uzumaki por ser su jinchuriki, Kyubi, con los años, había empezado a tomarle un cariño especial.

No es que de pronto Kyubi se hubiera convertido en toda una madre amorosa que velaba por sus hijos todo el tiempo, no; él solo había estado observando con el paso del tiempo al niño Uzumaki, había escuchado sus pensamientos y había sentido como si lo que vivía su pequeño cachorro era lo que él mismo estuviera viendo. Y así, había sido inevitable que, a su cruel y burlona manera, había comenzado a apreciar al niño Uzumaki.

Conforme pasaba el tiempo, Kyubi se tomaba cada vez más en serio su papel de madre con su cachorro Uzumaki. Sin embargo, era poco lo que podía hacer por él. Si bien, terminó odiando la aldea que despreciaba a su niño Uzumaki, la aldea por la que el verdadero progenitor de su cachorro había dado la vida, Kyubi sabía que lo que no te mataba te hacía más fuerte.

Su niño Uzumaki, a quién comenzó a respetar como un digno ninja de Konoha, era mucho más fuerte de lo que a simple vista todos podían ver. No era tan fácil soportar un odio que la aldea irradiaba hacía con él.

Por eso, cuando al niño Uzumaki se le metió en la cabeza la idea de ser Hokage, como años atrás había sido su padre, Kyubi fue el primero quién tuvo fe en él rubio, él primero que supo que su pequeño cachorro llegaría algún día a superar a su propio padre.

Kyubi tenía todo el derecho de autonombrarse madre del niño Uzumaki. …l, como nadie más, había estado siempre con él, escuchando sus pensamientos como si fuesen suyos propios, mirando aquél dolor que carcomía el alma de su cachorro por dentro y aquellos sueños que de momento se veían lejanos, pero que llegarían a cumplirse algún día como que su cachorro se llamaba Uzumaki Naruto.

Kyubi sabía que, a pesar de lo poco que había hecho anteriormente por su cachorro, era una buena madre.

Y, cuando él niño Uzumaki se enteró de su existencia dentro de él, las cosas comenzaron a mejorar para su pequeño cachorro. Se había ganado a pulso el cariño del siempre simpático de Iruka, así como también del viejo Sandaime y el amor puro y verdadero de la niña Hyuuga, cosa que, por supuesto, su pequeño cachorro jamás notó.

Pero así como también las cosas mejoraron, su cachorro fue creciendo rápidamente, cosa de la que, como toda madre, Kyubi no se percató.

No obstante, al menos siempre estuvo ahí para ayudarle cuando su cachorro le necesitó más que a nadie. Cuando su cachorro estuvo a punto de morir en su primera gran misión y fue el niño Uchiha quién le salvó, Kyubi hizo su primera aparición, dando un poco de su chakra a su cachorro para que vengara la muerte de quién hasta ese momento había sido su mejor amigo.

Después de ello, él niño Uzumaki empezó dejar de ser simplemente un niño hablador y decidió hacer algo para alcanzar aquél sueño que tenía ya muy arraigado en si: ser Hokage.

Kyubi quería a su cachorro y si salvaba en ocasiones al rubio no era ni por puro egoísmo o cualquier otra cosa que a los demás se les ocurriera; como toda madre, Kyubi simplemente quería ayudar a su cachorro por que le quería.

Y, sin embargo, como toda madre que no quiere ver que su hijo está creciendo, Kyubi comenzó a desarrollar un odio irracional hacia el niño Uchiha, un odio alimentado por los celos.

La primera vez que su cachorro y él niño Uchiha se habían besado accidentalmente por primera vez, Kyubi quiso destruir al niño Uchiha. Realmente, Kyubi no tenía ningún problema con los Uchiha. De hecho, el niño Itachi le caía bastante bien por ser el causante de la matanza del clan Uchiha, matanza de la que solo el niño Uchiha Sasuke se salvó. Y blasfemaba contra el niño Itachi de no haber asesinado también a su hermano menor, niño que le estaba causando grandes problemas a sus enfermizos celos de madre.

No solo odiaba al niño Uchiha Sasuke por que después del primer beso accidental que se había dado con su cachorro habían seguido infinidad de besos, acosos sexuales por parte del niño Uchiha, peleas, sentimientos arraigados el uno por el otro a los que se aferraban cada vez más y un amor infantil puro y verdadero, si no por que sabía más que nada que él niño Uchiha no era precisamente la persona con quién quería ver a su cachorro.

Prefería verlo con el niño Gaara, jinchuriki del Shukaku, demonio con él que le gustaba jugar, al que gustaba de aplastar y del cual se burlaba, sabiéndose obviamente superior. Y Kyubi sabía que, después de la pelea que su cachorro había mantenido con el niño Gaara, el portador del Shukaku había desarrollado una clase de lazo con su cachorro, además de haber desarrollado un amor puro hacia con el rubio, cosa de la que, como sucedía con la heredera del clan Hyuuga, la niña Hinata, su pequeño cachorro tampoco se dio cuenta.

Pero comprobó tiempo después que el niño Uchiha no era la persona con quién quería ver a su cachorro Uzumaki cuando éste abandonó la aldea para irse con el viejo y pedófilo de Orochimaru. Si el niño Uchiha amaba tanto a su cachorro como Kyubi podía ver a través de sus negros y fríos ojos, ¿Por qué intentaba abandonar a su cachorro? ¿Por qué? Se preguntaba Kyubi.

Fue así como, en el valle del fin, cuando el niño Uchiha no quiso razonar mediante las palabras de su cachorro, Kyubi estalló en furia. No importaba si junto a su cachorro tenía que romperle brazos y piernas para traer de vuelta a Konoha al niño Uchiha, Kyubi lo haría.

Y Kyubi lo haría sencillamente por que, a pesar de que odiaba al niño Uchiha por todo lo que hacía sufrir a su pequeño cachorro, sabía al mismo tiempo que nadie como el niño Uchiha haría plenamente feliz a su cachorro. Y Kyubi, como toda madre, lucharía hasta el fin del mundo, mataría a quién se interpusiera en su camino, solo para traer de vuelta a Konoha al niño Uchiha, solo para que su pequeño cachorro fuera feliz.

Toda madre busca siempre la felicidad de su propio hijo a costa de todo lo demás. Kyubi quería la felicidad de su niño Uzumaki. Y como que lo haría, Kyubi estaba, junto con su cachorro, llevando la ventaja al niño Uchiha en la pelea.

Pero resultó, al final, que Kyubi no pudo hacer mucho por su pequeño cachorro. Cuando el niño Uchiha utilizó el poder que le había sido otorgado por parte de Orochimaru con el sello maldito, la batalla llegó a equilibrarse de tal modo que al final, fueron él y su cachorro quienes se vieron en una notable desventaja.

Y Kyubi lloró desesperadamente en su interior, por que a pesar de todo lo que intentaba ayudar a su cachorro, no había sido suficiente. Quería, por sobre todas las cosas, romper aquél sello que le impedía salir de su cachorro y matar hasta la destrucción, despedazar y desmembrar cada parte del niño Uchiha. Lo odiaba con toda la desesperación con que odia una madre cuando ve ante sus propios ojos que alguien lastima lacerantemente a su propio hijo y no puede hacer nada para evitarlo. Al final, habría sido mejor que matasen a su cachorro y a si mismo también lo matasen a él. Si no podía hacer feliz a su cachorro, Kyubi no quería ni le encontraba sentido a seguir viviendo.

Kyubi le aborreció más intensamente cuando el niño Uchiha no fue capaz de matar a su cachorro por él único motivo por él cual también abandonaba la aldea: por que el niño Uchiha amaba, por sobre todas las cosas, a su cachorro Uzumaki.

Pudo ver, a través de los ojos del niño Uchiha que miraban con amor y tristeza el cuerpo tendido bajo la lluvia de su cachorro, que si huía de la aldea no era solamente para buscar venganza de Itachi, si no por que también amaba al rubio y sabía que le haría mucho más daño quedándose en la aldea que desapareciendo de su vida por completo.

…l niño Uchiha lo sabía: era mejor cortar todo lazo con el rubio, mejor que olvidara todos aquellos buenos momentos que juntos habían pasado, impregnado de cariñosos insultos y risas frescas que solo ambos habían compartido. ¿Qué tenía para ofrecerle a su cachorro Uzumaki? ¿Una venganza? No, el niño Uzumaki merecía una mejor vida y eso el niño Uchiha lo sabía. Por eso también huía.

Y lo que Kyubi más detestó en aquél momento fue que el niño Uchiha no era capaz de darse cuenta que a su cachorro no le importaba nadie más que él, que si el niño Uchiha deseaba huir y buscar venganza de su hermano su propio cachorro estaba dispuesto a huir junto con él, siempre y cuando fueran solo ellos dos por el resto de sus vidas.

Pero el niño Uchiha era demasiado ciego, demasiado inmaduro para darse cuenta de aquellas cosas. Y así, Kyubi vio al niño Uchiha alejarse para siempre.

Tres años después, Kyubi no era capaz de perdonar que él niño Uchiha hubiese abandonado a su cachorro.

Gracias a eso, cuando él y su cachorro se encontraron cara a cara de nuevo con Orochimaru, toda la furia contenida había explotado como una bomba, permitiéndole a Kyubi utilizar ello como vía para convertir a su cachorro en una copia miniatura de su ser, sacando 4 colas que, aunadas a la ira y el odio contenido hacía ese viejo pedófilo, hicieron a su cachorro el ser más peligroso en aquél momento.

No le importaba si la niña Haruno moría intentando detener desesperadamente a su cachorro, no le importaba si el niño Sai sufría el mismo destino y todo a su alrededor era destruido, Orochimaru tenía que morir a como de lugar.

Y, justo cuando estaba por dejar de jugar con el sanin para matarlo de una buena vez, fue el capitán Yamato quién se metió en su camino y lo detuvo con su habilidad de controlar jinchurikis.

Fue así como también el capitán Yamato, preocupado por el poco control que tenía su cachorro cuando la cuarta cola era sacada y por el grave daño que el propio poder del Kyubi le ocasionaba, que decidió hacer consciente al niño Uzumaki que podría lastimar a alguien mientras estaba en ese estado de inconsciencia dominado por la furia y la de Kyubi.

Cuando el niño Uzumaki se decidió a dejar de sucumbir ante el enojo y permitir una vía de escape a Kyubi para convertirlo en su copia miniatura, que lo hacía ver como su verdadero cachorro, Kyubi se sintió ofendido y despreciado, como si su cachorro viera el poco beneficio que lograba traerle y, decidiera por cuenta propia, hacer algo por traer al niño Uchiha de vuelta.

Kyubi pensó que Yamato, aconsejado por el viejo Jiraiya y la vieja Tsunade, intentaban boicotear su intento de traer de vuelta al niño Uchiha a la villa, así fuera de la manera más poco ortodoxa posible. Y se sintió profundamente olvidado por su pequeño cachorro.

Pero al final, cuando había tenido la seriedad suficiente para pensarlo como Kyubi y no como la madre sobre protectora que estaba siendo con el niño Uzumaki, se dio cuenta que su cachorro estaba creciendo a costa suya y, que si deseaba ya no depender de él era simplemente por que Uzumaki Naruto estaba madurando poco a poco y deseaba ya no ser un niño nunca más para traer al niño Uchiha a Konoha de vuelta por sus propias manos y no dependiendo de él. Por que si no lo hacía por sus propios medios, su cachorro no merecía llegar a ser Hokage.

Fue ahí que Kyubi se dio cuenta de la cruda realidad, que su cachorro quería volverse grande y maduro y dejar de depender de él como anteriormente lo había hecho. Pero vio también al Uzumaki Naruto adolescente que pronto se convertiría en todo un hombre y que, con un poco más de esfuerzo, traería a su amado niño Uchiha de vuelta a Konoha y llegaría a ser el mejor Hokage que Konoha habría tenido jamás, superando con creces a los anteriores, incluyendo a su propio padre.

Y Kyubi, como nunca antes, se sintió profundamente orgulloso de su cachorro, aquél legado que Yondaime había dejado quince años atrás cuando lo había encerrado en su hijo recién nacido y él cual Kyubi había cuidado, ayudado y enseñado durante su vida.

Así fue que Kyubi aprendió todo el trabajo que conlleva ser una madre, y, entre dolor, lágrimas conoció lo que es el mayor orgullo de toda madre: ver crecer a sus hijos satisfactoriamente.
Notas finales: Como dije anteriormente, el final no terminó de convencerme -_-U la verdad es que lo escribí pero no tenía planeado un final, así que cuando llegué a la parte del final como que no supe que escribir y al final salió esto xD. Sin embargo, me ha gustado escribir el fic. No digo que sea la gran cosa, pero para ser el primero en el que Kyubi es el protagonista, creo que no me quedó tan mal.
Quizá quedó algo irreal o poco creíble, (vamos que Kyubi jamás en la vida podrá tener un instinto maternal, sobre todo por que es un él y no un ella xD) con eso de que le sale la maternidad a un macho (tengo la manía de llamar hombre a toda cosa, planta o animal que sea hembra o un ella, y a si mismo llamar mujer a toda cosa, planta o animal que sea macho o un él xD … que raro! xD) pero bueno, somos yo y mis locas y estúpidas ideas xD
Si alguien quiere matarme por escribir esto, felicitarme, darme críticas constructivas, todo eso y bla bla bla, dejen reviews, siempre lo agradezco :3

Gracias por leer!

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