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¡SERÁS MIO! por Lalamy

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Notas del capitulo:

Agradecimientos a Krolinna quien siempre me ha apoyado, la quiero muchisimo, y esta historia tambien es gracias a tí, al igual que Café amargo - me odio por nunca haber publicado esto antes, ya sabes "soy tan olvidadiza".

Disfruten.

 

Era nuestra primera presentación, y estaba muy emocionado, pues jamás me he colocado siquiera frente a muchas personas para dar una simple información. La obra era bastante extraña, para ser sincero me leí el guión entero sin comprender de qué iba al final, pero bueno, aquello no era tan importante, con tal de que me supiera mis líneas todo bien.

 

Me encontraba muy nervioso.

 

Y era estúpido estarlo, era sólo caminar hacia un costado de los protagonistas, oír lo que ellos decían, y luego de que estallara el pleito corriera enérgicamente diciendo “socorro”, desapareciendo de la escena. Creo que lo que me ponía nervioso era que mis conocidos me verían haciendo algo tan intrascendente y aparentemente ridículo como eso. A pesar de lo insignificante que esto podría ser, pensé mucho la manera en como iba a gritarlo, como correría, entre otras cosas, pero la profesora resultó ser una arpía, puesto que a última hora colocó a dos extras más, tapándome del público, es decir, mi voz entre un millar de voces sería el único registro de mi existencia en la obra.

 

Para mi desventura Bastián fue a verme, le advertí que sería una perdida de tiempo, pues no alcanzaría ni a pronunciar siquiera una carcajada, debido a mi sorprendentemente flash aparición, pero me aseguró que aquello le haría reír aún más, Gonzalo dijo lo mismo, no se nota que son amigos…

 

Estábamos tras el telón alistándonos, cuando me detuve a analizar a mis compañeros. La protagonista, Macarena, usaba un vestido muy colorido, en el se suponía que debía llevar todos los malditos colores del arco iris; Jaime era el héroe, aquel recién llegado- como yo- obtuvo el papel protagónico de inmediato, pues era un tipo talentosisisisisimo, lo que me pateó el estómago, está bien, está bien, no debo de ser envidioso, se lo merece, tiene talento ¡Pero igual! Simpático, inteligente, amistoso, talentoso ¿No es mucho para una persona? Yo con suerte respiro.

 

Y por último el villano, es decir Néstor. Mis compañeros más cercanos del taller, me comentaron  que no había villano que no fuese interpretado por él, le fascinaba, y a su vez lo hacía de una forma “magistral” – patrañas-. Según ellos tenía  ese aire de antagonista, de cualquier tipo, desde el maquiavélico hombre obsesionado con la infelicidad de su enemigo, hasta el tipo frío y calculador, que le importa una mierda el mundo entero. En este caso, interpretaría al típico malvado que desea raptar a la princesa, usando una gran capa negra que le cubría todo el cuerpo, y un antifaz blanco de plástico que le conseguí con mi papá.

 

Ja… ¿Les dije que era una obra para niños?

 

Sí, así es. Así que el griterío era horrible, no se como Bastián y Gonzalo  se la ingeniaron para verme, si era en sus horas de clases. De todas formas me juraron que eso no se lo perderían por nada…      

 

“Ay, si Bastián pese a todo lo idiota que es conmigo, nunca falta en las ocasiones especiales. Siempre se a caracterizado por estar al pendiente de lo que hago, apoyándome, y mofándose de mi, pero bueno esto último no tiene la menor importancia” pensé mientras me arreglaba mi camisa malgastada, pues era un simple campesino.

 

Al abrirse el telón un silencio colectivo dio paso al nerviosismo de todos, y si bien eran sólo niños, esa sensación no hacía diferencia en edades, se sentía y ya.

 

Cuando me detuve a ver a mis compañeros, que ya habían iniciado la obra, noté que los tres principales lo hacían de maravilla, incluso mejor que en los ensayos. Me sabía por completo sus básicos diálogos, lo que me hacía apreciar aún más los detalles. Jaime irradiaba carisma, y derrochaba talento, perfectamente si olvidaba una de sus líneas, podía improvisar sonando igual de espectacular, ¡y que decir de Magdalena! aparte de hermosa, era una maestra.

 

Los odio.

 

Cada vez que se cerraba el telón, los que no hacíamos nada, colocábamos unas cuantas chucherías para cambiar el escenario, y al abrirse volvíamos a escondernos tras las sombras del anonimato, eso me gustaba, hasta podría decir que resultaba ser bien adrenalínico, pero a causa de esto también tuve varios roces con ciertos coléricos perfeccionistas, que se emputecían más rápido que eyaculador precoz ¡Histéricos! ¡A mi nadie me da órdenes!

 

 

-         ¡¿Pero qué hace?!- oí después de un rato- ¡Saquen a este hombre de mi taberna!

 

Era la señal, corrí en compañía de tres tipos más al centro del escenario, y esperando a la palabra “hechizo” por parte de Néstor, me quedé observando fingiendo estupefacción.

 

-         ¡Se van a lamentar por desconocerme!- gritó este con voz grave-  ¡Me vengaré con un hechizo!

 

Y salí corriendo despavorido, olvidándome de gritar “socorro”…

 

…soy un asco…

 

 

Al finalizar todos lo niños le aplaudieron emocionados a la cliché historia, en donde el malvado moría, y ganaba el humilde trabajador, quien se ganaba también  el corazón de la princesa. La profesora me preguntó la razón por la que omití mi gran palabra, en fin, a la próxima me encargaría de obtener un papel de árbol, a ver si así podría interpretarlo decentemente.

 

Al salir de clases me pregunté si Gonzalo y Bastián me habrían visto, pues no me detuve a mirar si estaban dentro del público como infiltrados, pedí que no fuese así, ya que correr, quedarme varado y arrancar,  no era algo de lo que quería presumir.

 

-         ¡Ahí está nuestro actorazo, listo para ganar el premio Altazor!- se mofó el desgraciado de Gonzalo cuando salí del auditorio, a minutos de finalizar las clases.

-         Lo conmoviste hasta las lágrimas- agregó Bastián-. Aunque como es de llorón, no es de sorprenderse. Igual estuviste espectacular.

-         ¡Genio!

-         Ídolo….

-         ¡Maestro!

-         …y eso.

 

Yo los ignoré, tomando a Nami-chan del brazo para irnos a casa. Ella no pudo asistir, pese a que éramos del mismo curso, tenía que terminar un trabajo en grupo- trabajo que yo quise hacerlo solo.

 

-         De verdad, Lea…- oí decir a Bastián tras de mí- no puedo creer que me haya aguantado veinte minutos sólo para verte correr como…

-         Un mariconcito- interrumpió Gonza.

-         Él lo dijo, no yo- murmuró mi hermano-. Creí que al menos dirías algo.

-         ¿Qué? ¿Acaso no dijiste tu línea?- Naomi me miró sorprendida.

-         Se me olvidó- sonreí avergonzado en tanto continuábamos caminando hacia el paradero.

-         ¿Y cual era esa gran línea?- preguntó  nuestro primo.

-         “Socorro”

 

Mejor ni les explico como se lo tomaron los imbéciles y la reconchetu…. ¡ah! ¡Da igual! Y no conforme con eso, Naomi me dijo que iría al mall –un centro comercial que poseía una estructura estrafalaria- con sus amigas, que la estaban esperando cruzando la calle, y Bastián me informó que comería en la casa de Gonzalo y que yo no estaba invitado, pues al estar en el mismo nivel, le enseñaría química.

 

 

Así que apesadumbrado suspiré, de todos modos tenía que terminar una maqueta para Historia, estaría solo en mi casa, sin ninguna distracción acosándome.

 

De camino a casa reflexioné mi situación con Bastián, en tiempo de nada nuestra relación volvió a ser similar a lo que era originalmente, sin embargo, me abatía la idea de no haber conseguido absolutamente nada con mi riesgosa declaración de amor, siéndome horriblemente difícil aparentar sólo cariño fraternal a mi hermano. Inconscientemente deseaba llamar su atención todo el tiempo, y él de la misma manera involuntaria me la otorgaba.

 

Ya no tenía idea como lidiar con ello…

 

Es decir, mi plan era dejarlo tranquilo para luego atacar, pero surgió en mi un miedo de perderlo todo a la hora de retomar mi juego, resultando ser un riesgo doble. También pensaba que solía exagerar, y que la situación no era tan terrible como la armaba.

 

“Admitámoslo, no soy, ni nuca seré una víctima” me dije “Así que no me empeñaré en sufrir en silencio para darme lástima”

 

Al llegar a casa me llamó la atención que la puerta estuviese sin llave, quizás Lein había llegado temprano de las grabaciones de su nuevo proyecto, comprenderán que esas cosas no tienen horario fijo. Arrojé mi bolso marrón claro al sillón, llamándome la atención el espantoso ruido que había en la cocina, como si estuviesen pateando uno de los muebles. Un tanto asustado por tal violento ruido, caminé sigiloso hacia la cocina, asomándome por la puerta con pensamientos fatalistas y temerosos, divisando sólo a mi padre quien intentaba abrir aquel mueble que se trababa con facilidad. Iba a reírme de su insólito ataque energúmeno, pero luego observé bien la situación; él no se veía bien.

 

Se sentó en la baldosa cubriéndose el rostro con ambas manos, no emitió sonido alguno, manteniéndose así por largos minutos.

 

-         ¿Papá?- dije con suavidad caminando hacia él, este se descubrió el rostro y me miró sorprendido.

-         ¿Saliste temprano?- preguntó.

-         No, a la hora de siempre- contesté confundido, él su puso de pie con pereza, comenzando a buscar algo en la alacena-. ¿Pasó algo? Es raro que estés tan temprano en la casa.

-         Me echaron del trabajo- respondió cortante.

 

Abrí los ojos con sorpresa.

 

-         ¿Te despidieron? Pero… ¿Por qué?

-         El piloto no cumplió con las expectativas. Se me olvidaba que en vez de cerebro tienen una gran cantidad de grasa en la cabeza.

-         ¡Pero tu proyecto era bueno! ¡¿Qué se han creído?!

 

Él sacó una fuente de vidrio, apoyándolo sobre el mueble, y sin decir nada, tomó un tomate recién lavado, fijando su vista en él, mientras lo pelaba con lentitud.

 

-         ¿Y te despidieron por eso?

-         Ya no quiero que me menosprecien, me harté, y se los dije- hizo una pausa-. A decir verdad dije muchas cosas.

-         Y me parece bien- dije acercándome-. Sólo te explotaban en ese canal, y siempre modificaban todas tus ideas al punto de parecer irreconocible, tú no necesitas de ellos…

-         Eso creo- murmuró.

-         ¿Qué tienes pensado hacer ahora?- pregunté tratando de hallarle la mirada.

-         Vacaciones, supongo…

Nunca lo había visto tan desanimado al pronunciar esa palabra.

-         Quizás un cambio de chip te haga bien- intenté animarlo-. Ya andabas muy estresado, quizás con esto nuevas ideas pueden... no sé, reforzar tu idea inicial.

-         Sí, puede ser.

-         ¡Claro que sí! Que se pudran con su convencionalismo, tu idea es genial, me encanta, estoy harto de la visión superflua con la que generalizan a todos los adolescentes, dividiéndolos en populares o nerds ¿Qué es eso? Creo que es hora eliminar  esas ideas clichés y arcaicas- hice una pausa-. Ese trabajo tuyo saldrá a la luz pública igual, eso te lo doy por firmado, y te va a ir excelente.

 

El sonrió levemente, y me miró con calidez, acariciándome la cabeza con suavidad. Yo no iba a soportar ver a Lein derrumbado sólo porque la gente es estúpida, abriendo más sus bolsillos que su mente.

 

En el almuerzo me contó una noticia bomba, Ángel, mi amado, adorado y alabado Ángel,  sería profesor en nuestra escuela ¡EXCELENTE!, pero luego Lein me hizo reflexionar mi alegría, pues… mi tío es bastante jodido. Su pasión era tal, que llegaba a parecer irracional, un profesor no debía serlo, pero por desgracia justo me tocó conocer la excepción a la regla.

 

Ángel: (mirada destellante) Alumnos, el arte ¡Es una pasión! ¡Es interpretación, sueños, SANGRE! ¡Ustedes no manifiestan su alma en cada uno de sus trabajos, MERECEN QUE LOS MATEN A APUÑALADAS!

 

 “Uy, que miedo, espero que no reemplace a la Profesora Marcela”

-         No seas exagerado- Lein interrumpió mi fantasía-. Ángel no es nada nuevo, es el típico profesor desgraciado, que no acepta retrasos, gusta de trabajos pulcros, originales, tiene un humor surrealista, y ama el sufrimiento ajeno. Es de esos mierdosos que por una línea microscópica te baja décimas.

 

Eso suena a que es peor de lo que me imaginaba.

 

Me encontraba caminado por el patio del colegio, cuando de repente sentí que algo caía violentamente sobre mi cabeza, cuando éste luego de rebotar sobre ella, se desplomó en el suelo, noté que era un avión kamikaze hecho de papel. Como no me interesaba su procedencia, aparenté que no me importaba, avanzando unos pasos con indiferencia.

 

-         ¡Levántalo, tarado! – oí que me gritaban desde arriba.

-         ¿Eh?- miré, era Néstor desde un salón en el segundo piso, obedecí dudoso, preguntándome acaso quería que se lo devolviese, mostrándoselo para verificar.

-         ¡Léelo!

 

Y deshice el avioncito de papel, tratando de estirarlo para leer su contenido, componiéndose de una sola palabra.

“Chúpamelo”

 

Hice una mueca de desagrado, y miré hacia arriba desafiante, pero fue inútil, él ya no  estaba asomado por la ventana ¡¿Pero que pasaba por la cabeza de ese imbécil?! ¡¿Ah?! ¡Desde que entré se le frunció hacerme bromitas así!  ¡Debía hacer algo al respecto!

 

…pero iba a hacerlo después, en el taller, puesto que no tenía ni la más mínima gana de discutir y hacerme el ofendido por esa pendejada. Así que mientras esperaba ese momento  hice miles de cosas interesantes…

 

…y eso… súper interesantes…

 

Y bueno, lo encaré después de clases, no había taller hasta en una semana más, y temía que mi ira fabricada se disipase, así que ignorando a su enorme grupo de amigos “alternativos”, me acerqué con mi desplante acostumbrado y lo agarré del brazo arrastrándolo hacia el otro extremo del corredor, siendo cuestionado por todas las miradas interrogantes de su manada.

 

El sujeto este, que usaba un gorro negro, que aplastaba su largo flequillo,  me miró molesto  preguntándome “que mierda pasaba”.

 

-         Esto, mijito, es lo que me pasa- le mostré el papel arrugado,

 

El sonrió, desviando la mirada hacia otro lado, lo que me molestó aún más, no mirarme a los ojos era una ofensa.

 

-         Mira, ocioso- dije arrugando el papel-,  si quieres burlarte de mí, está bien. Si quieres arrojarme papelitos maricones con mensajes subliminales o directos, está súper bien. Si quieres de paso ridiculizarme ante todos tus amigos, me parece excelente. Pero te advierto una cosa; lo que empiezas lo terminas. Si quieres molestar a un homosexual, porque lo soy, atente a las consecuencias- y le arrojé el papel en la cara, provocando que todos los mirones dijeran “Uh…”  y que este sonriera con fastidio-. Chao.

 

Me di media vuelta y me fui porque soy digno, sobre todo cuando mi repertorio está perfectamente elaborado.

 

No saben cuanto pensé en esas palabras, en incluso, se me olvidó ciertas partes que eran más fuertes.

 

Bastián, quien estaba mirando, me preguntó lo que me había escrito, yo no le respondí, no era tan grave, pero tampoco era para publicarlo, sólo le dije que debía pararle los carros en seco, para evitar ser a largo plazo el muñequito de ese arrogante.

 

A mi “hermano” no le pareció gustarle la situación, lo pude notar en su rostro impasible, él, a diferencia de la gente normal, mientras más molesto se encontraba, más inexpresivo se veía.

 

 

-         ¡Lira!- oí que gritaban, como es mi apellido miré hacia atrás.

 

Era Néstor.

 

-         ¿Qué quieres ahora?- pregunté a lo lejos, y me lanzó un avión kamikaze de nuevo, y sin importar cuanto me alejé, la mierda cayó sobre mi igual.

 

Con mucha curiosidad lo abrí, y observé que había tachado el maldito mensaje anterior, escribiendo abajo “Como si no lo hubiese sabido”. Lo miré, pero nuevamente desapareció, al igual que la manada.

 

-         Chúpamelo; como si no lo hubiese sabido- oí que alguien decía a mi lado.

-         ¡No leas!- le grité a Bastián quien me miró con seriedad

-   Que simpático tú amigo- ironizó.

-         No es mi amigo.

 

Y así comenzó a molestarme ese maldito ocioso, en un principio fue algo más… aceptable, me tiraba papeles, me empujaba, lo típico para llamar mi atención, porque sí, admito que lo hacia porque yo le gustaba.

 

No se me ocurre otra razón…

 

¿Pero no podía demostrar su adoración hacia mí, de otra manera más… normal? Ah, recuerdo que se lo dije.

 

-         ¿No puedes demostrarme tu adoración hacia mí de otra manera más normal?-fue una pregunta que le disparé antes de iniciarse el taller.

-         ¿Mi adoración hacia ti? ¿De donde sacaste esa mierda?

-         ¡Por favor! Esa táctica me la sé de memoria, “Quien te quiere te aporrea gaymente”, eso se ve hasta en las más simples series de televisión, en los mangas, y… ¡En todos lados!

-         Necesitas urgente una vida.

 

Todos comenzaron a reír y Néstor también,  derrotándome automáticamente, pues si él disfrutaba de la guerra entre nosotros, en el fondo era como odiar solo.

 

Y ese mismo día, en unos ejercicios que se hacían en parejas, me obligó a  estar con él, ¡Estaba obsesionado! Yo no estaba tan acostumbrado a la excesiva atención, y él no paraba de prestármela, ¡Quería espacio! Y no contento con ser una piedra en el…el… zapato, cuando la profesora nos hizo sentarnos en el suelo para hablarnos acerca de una actividad de relajación, Néstor quien estaba tras de mí, se acercó a mi… muy débil oreja, y me susurró “Me encanta tu olor”.

 

Me ruboricé, y tímidamente le dí un codazo en la costilla con brutalidad.

 

“Esto terminará en abuso sexual” pensé en un atado de nervios.

 

Y no se contentó con las palabras, recurrió a las acciones ¡Me acarició la mano! ¡Yo la quitaba, la quitaba, pero el sabía como hallarla! Estaba apunto de estallar, y lo peor de todo es que no podía evitar disfrutarlo.

 

Era la primera vez que alguien hacia  esas cosas conmigo, aunque fuesen con la sola intencionalidad de molestar, el contacto físico, sin que yo lo forzase, era nuevo para mí.

 

Y para que dejase de molestar, mantuve mi mano quieta para que la tocara, y así lo hizo, entrelazando mis dedos con los huesudos de él con gran disimulo. Él no hizo nada al respecto, y sentí mi estómago en la garganta.

 

La profesora nos ordenó arrojarnos al frío  e incómodo suelo, cerrar los ojos, y dejarnos llevar por sus palabras, internándonos en el amplio espacio de nuestra imaginación, divisando los infinitos lugares por donde nos guiaba.

 

Bueno, habría hecho eso, sino lo hubiese reemplazado por lo que me estaba sucediendo.

 

Había soltado la mano de Néstor pero no podía dejar de cuestionarme muchas cosas. Lo que sentí era similar a cuando Bastián me abrazaba para mi cumpleaños, o cuando hacia esto mismo, deseándome feliz año nuevo, también cuando nos dimos aquellos dos míseros besos en los que canté victoria antes de tiempo.

 

No quería dejarme seducir por el falso encanto de ese buen actor.

 

Al finalizar la clase me fui directo a una montonera de bolsos para sacar el mío, Néstor se puso a mi lado sacando también el suyo, completamente rayado con nombres de bandas musicales que desconocía. En ese instante no me dio el cuero para decirle algo, era mejor fingir amnesia.

 

-         Ladras mucho, Lira, pero a la hora de actuar eres un pajarito.

 

“Hijo de perra”

 

-         Aún espero ansioso a tu venganza- continuó-, aunque pensándolo bien… admito que me gustó que me tomaras de la mano. Deseo saber que más podrías tomarme.

-         Vete a la mierda- dije a regañadientes, sin mirarlo.

-         De verdad, demuéstrame que tan gay puedes ser conmigo- sonrió con mirada ladina, que él quisiese experiencias homosexuales no implicaba que YO se las tenía que dar, habían cientos de gays a nuestro alrededor, tanto de closet, como de carnaval ¿Por qué me tenía que molestar a mí?

 

Pero como el silencio a veces es la mejor palabra para evadir un acoso, lo miré detenidamente contemplando sus no muy particulares ojos cafés, y su rostro tosco que alguna gracia tenía, pero que en ese momento no le hallé.

 

Este sonrió aún más.

 

-         ¿Ustedes son pareja?- oímos decir de la nada, era la tipa del nombre árabe que siempre se me olvida,  quien comenzó a reír en compañía de otros más-. Ay ¿Por qué esas caras?

 

Ante tal pregunta, caí en cuenta que ambos reaccionamos como dos animales ante el ataque de un depredador, quise reír, pero eso le quitaría toda seriedad al asunto y de paso el poco respeto que me tenían. Iba a decir algo, pero Néstor se me adelantó:

 

-         Sí ¿Te importa?- espetó con brusquedad, todos se vieron sorprendidos, yo incluido, pero recapacité por un momento.

 

Pero no recapacité el modo en que lo mandaría a volar por los cielos, romperle los tímpanos de un grito, o rajarle el abdomen a punta de lápices.  Algo tenía que aprender de la televisión: Si se te da la oportunidad de provocar celos,  pues tómala.

 

No, no era así…

 

 

 

 

 

Notas finales:

Lamento la tardanza, me costó escribir, de verdad... y para que vean que el capitulito no fue de alto impacto, prometo hacerlo mas interesante, esta mas que nada fue introduccion (siento como si ya lo hubiese dicho antes)

Ni modo, eh... oh, si siento que plagie una idea mia, que patético ahora me plagio, pero bueno no fue del todo, solo un trozo, no es la primera ni la ultima vez que me copio.

Espero que hayan disfrutado este capitulo en que nuestro hijo de la televisión y documentales de animales encontró nueva "diversion", solo se espera que disfrute... ya algunos me conocen, EJJJJJEM....

Tambien deseo agradecerle la cantidad considerable de comentarios que escribieron ¡me emocioné! sobre todo que apoyen esta historia que nada de "lemon" ha mostrado ¡jo! si, tenía que decirlo, realmente muchas gracias por hacer que, intentar marcar una mínima diferencia, sea provechoso. 

Cuidense, e intentaré demorarme menos, es que de verdad, la  la inspiracion no esta conmigo (paso por mala racha creativa), ademas que intento actualizar otras historias... ya ven, por golosa ahora me lamento jaja

 

Saludos!

 


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