Hugo Mendoza, un joven atlético y apuesto llegó a Piedra Blanca, una comunidad rural, cerca de la selva Lacandona del Estado de Chiapas, Méx. Como Coordinador de asistencia Escolar visitaba escuelas de esa región.
Algunos alumnos de la escuela secundaria empezaron a distraerse por la llegada del visitante, cuando Antonio (el director a cargo) se dio cuenta de lo que sucedía, Hugo ya pasaba el umbral de la puerta del aula donde él impartía sin esmero la clase de Historia. Platicaron, salieron al patio, lo presentó a los alumnos comentándole al recién llegado que la profesora del grupo de segundo había sido comisionada a otra escuela, se dirigieron luego al grupo de tercero cruzando el patio, Antonio le informó que la maestra que le iba a presentar tenía un mes de haber llegado a la comunidad, pero Hugo no puso mas atención a la charla, ya la veía a lo lejos, la maestra explicaba a los alumnos un tema interesante de ética, él se prendo de su irradiante belleza, tez morena, ojos grandes y tiernos, el cabello oscuro y con ondas, oía la voz, que para el fue como una dulce melodía. La profesora se aproximó a ellos, Antonio cortésmente presentó a Hugo, quien no perdía de vista ni un instante a la hermosa mujer.
-Mucho gusto, soy Aneth, - dijo ella sonriendo,
-Aneth… - repitió Hugo casi en susurro.
-Visito la región para conocer la situación de algunas escuelas de esta zona, haré algunas encuestas, llenaré unos formatos y recopilaré datos estadísticos- dijo Hugo con un tono un poco agitado, por la cercanía de aquella escultural belleza.
El coordinador (Hugo) le preguntó a la joven maestra de dónde era originaria, ella contestó rápidamente que de la Capital del Estado, esperando que él lo anotara en algún documento, a lo que él sonrojado contestó que sólo hizo la pregunta por curiosidad.
-¿Podemos charlas más tarde, por algunos datos que necesito? –preguntó él,
-Claro- contesto ella sonriente.
A la hora de la salida Aneth se dirigió hacia la dirección, Antonio se encontraba llenando los formatos que solicitaba Hugo.
- Coordinador- dijo Aneth. - Dime Hugo- contestó él. Después se pusieron a platicar sobre el trabajo que realizaba ahí y le pidió que lo acompañase a la escuela primaria a dejar una información. Estuvieron juntos toda la tarde, terminaron de hacer la labor que lo había llevado a él hasta ese precioso lugar que aunque muy apartado de la civilización, a Hugo le parecía un paraíso.
Unos niños los llevaron a conocer una cascada cercana. Era extraordinario lo que se veía, el agua recorría un tramo muy singular, desde su nacimiento debajo de una gran roca, se desplazaba hacia una caída de cinco metros, formaba una blanca espuma que luego se difuminaba dejando pequeños lagos de color turquesa. La pareja brincaba por las piedras que formaban un pequeño puente, parecían dos chiquillos desbordantes de energía, seguían el curso del agua, se reían, se mojaron de tanto jugetear, fue algo muy mágico (amor a primera vista).
Ya obscurecía cuando llegaron a la casa del maestro Antonio, quien los recibió molesto, los invito a pasar les indicó que la cena ya estaba lista, pero que debían cambiarse las ropas o podrían enfermarse. Aneth fue a su cuarto, tomó un baño y cuando llego a la cocina Hugo, ya aseado, agradecía la amabilidad de Antonio, luego cenaron, platicaron poco, las miradas de Aneth y Hugo se cruzaban a cada instante, Antonio preguntó a Hugo donde vivía, el dijo que era de México Distrito Federal, pero que residía en Ocosingo (Chiapas), que en un mes se casaría con una chica de ese lugar y tenían planeado formar su hogar ahí.
Para Aneth todo lo vivido horas antes se convirtió en una pesadilla, Hugo había sido tan gentil, cariñoso, hasta se podría decir que “romántico” y ella no había puesto resistencia, se dejó llevar pensando que podrían formar un porvenir juntos.
Terminada la cena ella agradeció y se dirigió a su cuarto, Antonio sonreía, Hugo mortificado intentó detenerla pero no pudo ni despedirse de ella.
-¿Estas enamorado de Aneth?- pregunto Hugo a Antonio, -¡No!, soy gay- contestó para asombro de Hugo. – Ella me contó que su novio la dejó, ya tenían planes de boda, pero prefirió irse con una millonaria a casarse con una maestra de escuela rural- profirió el maestro. Para Hugo lo dicho fue como si una bomba estallara dentro de él, no podía creer lo que esa hermosa chica había vivido y como añadidura la tarde en que él le hizo pensar que era la mujer de su vida.
Hugo partió del lugar en el transporte de la madrugada, la cual le parecía muy sombría y triste, como si nunca más volvería a salir el sol…
Aneth se levantó muy temprano, imaginando que todo lo vivido el día anterior fue solo un sueño
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