La puesta de sol, adornada con diversos tonos naranjas, amarillos y rosas, estaba resultando mucho más magnifica de lo que cabría esperar. Al menos eso fue lo que pensó Naruto, ensimismado en sus pensamientos mientras caminaba junto a Sasuke por las templadas y solitarias calles de la ciudad.
Sasuke, igual que Naruto, tenía sus propias cavilaciones. Aunque no eran tan vagas como las de su rubio amigo, que a veces parecía perderse demasiado mientras pensaba.
— ¿en que piensas? —le preguntó Sasuke.
—la puesta de sol se ve demasiado romantica, ¿no crees?
Sasuke alzó la mirada, divisando por entre las casas apenas unos cuantos rayos de luz que alcanzaban a llegar. Rara vez se quedaba observando con parsimonia los atardeceres, le resultaban muy detestables por que, de cierta manera, cuando solo los miraba él, le hacían darse cuenta de su soledad.
—No lo sé… —respondió el azabache— ¿Por qué lo preguntas?
—en realidad tampoco lo sé—respondió Naruto.
You never know how much I really love you
You'll never know how much I really care.
¿Cuánto tiempo llevaban caminado sin rumbo alguno por las calles de la ciudad? Sasuke había perdido la noción del tiempo, como siempre hacía cuando se encontraba con Naruto. De cualquier manera no le importaba. Eran esos pequeños momentos junto a él lo que le hacía darse cuenta que quizá y solo quizá, no estaba tan solo como creía estarlo. Y eso nadie se lo podría quitar.
Naruto comenzó a parlotear sobre algo que los oídos de Sasuke no alcanzaron a escuchar, pero que a fin de cuentas tampoco querían escuchar. El azabache miraba de reojo como el rubio exageraba sus expresiones al hablar, sonriendo internamente por que de verdad aquello se sentía realmente bien.
— ¿me estas escuchando, Sasuke? —preguntó el rubio, al darse cuenta que éste no le había estado escuchando.
—por supuesto que no—respondió Sasuke burlonamente. Naruto frunció el ceño.
— ¡¿sabías que es de mala educación no escuchar a las personas cuando te hablan?! —chilló el rubio, irritado por la poca atención que aquél día estaba recibiendo de parte de Sasuke.
—da igual, tampoco es como si estuviera interesado en escucharte.
— ¡al menos podrías fingir que me escuchas!
— ¿por qué? —Sasuke enarcó una ceja.
—Se siente peor cuando solo me ignoras descaradamente —dijo Naruto, frunciendo el ceño mientras hacía un mohín de enfado y volteaba su rostro para no mirar a Sasuke.
Si Naruto no hubiera volteado, bien se habría podido dar cuenta de la dulce sonrisa que afloró en los labios de Sasuke. El azabache escondió sus blancas manos en las bolsas de su pantalón, dirigió una última mirada al hermoso atardecer del día y, sin perder la sonrisa en su rostro, murmuró un simple «dobe» que, tal como había pretendido, acentuó el puchero de Naruto.
En la siguiente esquina doblaron tranquilamente, siguiendo el camino que los llevaría a ambos a casa. Naruto miró de reojo a Sasuke, preguntándose por que precisamente ese día el azabache había resultado estar mucho más pensativo y ausente de lo que normalmente solía estar.
— ¿en que piensas? —esta vez fue Naruto quién pregunto a Sasuke, preocupándose ligeramente por que su mejor amigo actuaba de manera algo extraña.
Sasuke solo suspiró, dejando una abierta respuesta a la pregunta de Naruto que el rubio no supo interpretar. Quizá Sasuke no estaba de humor para hablar de esas cosas, a todo el mundo solía pasarle.
Al cruzar la siguiente calle, Naruto sonrió al ver frente a sus ojos un bonito parque de juegos que solía encontrarse muy desolado a esas horas del día, cuando todos los niños volvían a casa para la cena. Inmediatamente se entusiasmó, concibiendo una idea que le pareció realmente grandiosa.
Tomó a Sasuke del brazo sin decir nada, sonriendo juguetonamente en el momento. Corriendo, llegó hasta un par de columpios que se mecían con lentitud a la par de la brisa diurna. Soltó a Sasuke, quién le miraba desconcertado por su reciente impulso. Sin dirigirle ni una sola palabra se sentó en uno de los columpios aferrandose a las cadenas que lo sostenían, empezando a mecerse suavemente mientras la brisa acariciaba su rostro. Naruto sonrió mirando a Sasuke.
El azabache enarcó una ceja, preguntándose por que es que Naruto lo había arrastrado hacía aquél lugar. Quizá era que, debido al atardecer, Naruto se había puesto algo nostálgico de pronto.
— ¿recuerdas? —Preguntó suavemente el rubio— ¿recuerdas cuando veníamos a jugar aquí todas las tardes? ¿Recuerdas cuando solíamos ser unos simples niños que peleaban por nada y se divertían con pequeñeces?
Sasuke miró hacía un punto muerto, evocando aquellas dulces memorias que con cariño había estado guardando muy dentro de su corazón. Si, claro que lo recordaba perfectamente. Aquél había sido uno de los mejores tiempos de su vida, cuando el mundo solía ser una utopía perfecta para ambos y eran felices en su pequeño mundo, jugando y riñendo, siempre juntos.
Agachó la cabeza con una sonrisa melancólica en el rostro. Impasible, se sentó en el columpio junto a Naruto, meciéndose tan lentamente que a penas parecía que se movía. Sus manos se aferraron fuertemente a las cadenas. Y, sin decir nada, miró de soslayo a su rubio amigo.
Listen, do you want to know a secret?
Do you promise not to tell?
— ¿lo recuerdas? —insistió el rubio sonriendo sinceramente—Itachi y Deidara solían venir a molestarnos, a burlarse de nosotros, o de vez en cuando a jugar. También solía venir a jugar Gaara junto con Sai, pero a ti nunca parecieron agradarte en absoluto. Ni ellos ni nuestros hermanos, como si fuera mucho más fácil y divertido jugar solos tu y yo.
Sasuke asintió, evitando a toda costa mirar a Naruto. ¿Cómo olvidar los mejores recuerdos de su vida? era simplemente algo que nada ni nadie podría quitarle; el tiempo podría seguir su curso sin interrupciones, pero las memorias, esos bellos recuerdos nadie se los podría arrebatar.
—Después las cosas cambiaron—prosiguió el rubio—tus padres murieron e Itachi tuvo que hacerse cargo de las empresas Uchiha. Deidara se marchó al extranjero a estudiar arte y Sai terminó por mudarse, aunque después de algún tiempo volvió igual que Deidara. Pero las cosas no volvieron a ser las mismas… cambiaron definitivamente. Dime, Sasuke… ¿Por qué la vida se complica así de fácil…?
Al azabache le habría gustado decirle que, aunque el tiempo y las cosas cambiaran, el recuerdo seguía latente en sus corazones. Le habría gustado decirle al rubio que la vida siempre había sido así de complicada, solo que por el hecho de haber sido unos niños no se habían percatado de ello. Le habría gustado decirle que sin importar nada, él estaría siempre a su lado para apoyarlo, siempre.
Woh, woh, oh closer,
Let me whisper in your ear
Say the words you long to hear
I'm in love with you, ooh
Pero en lugar de decirle un sin fin de palabras alentadoras acerca de lo realmente bella que podía llegar a ser en ocasiones la vida, Sasuke no lo hizo. Y no lo hizo por que sencillamente en aquél momento tenía algo mucho más importante que decir y que no quería reprimir más. Algo que era mucho más alentador que cualquier otra cosa que se le hubiera podido ocurrir.
Lentamente, giró para observar a Naruto de frente. Aferrandose a las cadenas del columpio, se acercó más a él, llegando a rozar su oreja con sus labios. Naruto se estremeció al sentir el cálido aliento de Sasuke rozar su oreja, más no trató de apartar al Uchiha. Su corazón comenzó a latir lentamente para después ir aumentando los latidos poco a poco.
—te amo—susurró Sasuke.
Para Naruto, el tiempo se detuvo en ese momento. Quedó atrapado en la eternidad del instante en que Sasuke dejó salir en casi un suspiro aquella simple frase que había detenido todo su mundo. Que bellas habían sonado aquellas palabras de labios de Sasuke.
I've know a secret for a week or two
Nobody know just we two
Sasuke volvió a alejarse de Naruto, con las mejillas arreboladas por lo que acababa de decir. Su oscura mirada se clavó en la tierra a sus pies, evitando mirar la reacción del rubio por temor al rechazo. Sin embargo y contra sus propios deseos, Sasuke no pudo impedir que, obligado internamente por sus deseos de saber la reacción del rubio, mirara de reojo al chico que a su lado se mecía lentamente.
Los azules ojos de Naruto que miraban de reojo a Sasuke se clavaron en las orbes negras que de soslayo se posaron en él. Las mejillas de Naruto estaban coloreadas de un tono carmesí que a Sasuke no le paso desapercibido, aunque el azabache se encontraba en las mismas condiciones. Naruto entonces volvió su mirada al frente, sonriendo más tiernamente que hacía unos momentos.
Sasuke había esperado mucho tiempo para decir aquello. Quizá la mayor parte de su infancia y lo que estaba siendo su adolescencia. De cualquier manera, había sido realmente satisfactorio decirlo; se había sentido completamente desahogado respecto a ese aspecto en su vida. Había amado a Naruto desde que habían sido solo unos niños que correteaban por el parque; y lo seguiría amando con la inocencia de un niño, pero con todo el corazón con que ama un adolescente que progresivamente se esta volviendo todo un hombre.
Listen, do you want to know a secret?
Do you promise not to tell?
Woh, woh, oh, closer,
Let me whisper in your ear
Say the words you long to hear
I'm in love with you, ooh
Sasuke no lo pensó dos veces cuando se dejó guiar por sus impulsos. Volvió a acercarse a Naruto lentamente, mientras el corazón comenzaba a latirle en una irremediable necesidad por rozar sus labios con los del rubio. Lo tomó suavemente por el cuello, obligándolo a mirarle. El rubio le miró desconcertado y sorprendido al mismo tiempo, pero cuando notó el cálido contacto de sus labios juntarse suavemente con los del azabache, cerró lentamente los ojos y comenzó a corresponder cariñosamente el beso.
Las manos de Sasuke se enterraron en las hebras doradas de Naruto, haciendo evidente la gran necesidad que tenía de él. Naruto se dejó hacer en el cariñoso beso, admitiendo interiormente que igual o tanto más que Sasuke, él también había necesitado durante mucho tiempo aquella muestra de amor. Las lágrimas de felicidad comenzaron a brotar de sus cerrados ojos, sin que eso tuviera que interrumpir aquél primer beso en que ambos se transmitían palabras silenciosas que eran mucho más alentadoras que cualquier otra cosa.
Finalmente Sasuke rompió el contacto, juntado su frente con la de Naruto mientras cariñosamente limpiaba las lágrimas que corrían por las mejillas sonrojadas del rubio. Cerró los ojos pacíficamente, sintiéndose realmente bien como en años no se había sentido. Incluso si el mundo terminaba en cualquier instante, él podía morir plenamente feliz. Amaba a Naruto y eso era lo que realmente le importaba en aquél eterno instante.
El rubio abrió los ojos para observar con claridad la pacifica expresión que había aflorado en el rostro del Uchiha. Se abrazó a él, preguntándose como es que aquellos sentimientos que sentía por Sasuke habían nacido desde que habían sido unos niños. No importaba de todos modos, no importaba el tiempo que habían esperado para aquél momento o todo lo que habían tenido que pasar o que tendrían que pasar. Tan solo importaba ese momento y punto.
—Te amo, Sasuke…—susurró el rubio, aferrandose más al abrazo en que Sasuke lo estaba protegiendo.
Cuando ambos se miraron fijamente esta vez, el atardecer había terminado dando paso a un bello cielo que se oscurecía y donde comenzaban a aparecer las primeras estrellas de la noche. Se sonrieron mutuamente y, sin palabras, volvieron a acomodarse en sus respectivos columpios, meciéndose lentamente mientras la brisa nocturna volvía a acariciarles el rostro.
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español