Solo faltaba un día. Los noticieros habían pronosticado que seria un día lluvioso. Eso acabo con los planes que tenia Goku. El menor había planeado prepararle una cena privada y romántica a su príncipe al aire libre pero en un lugar privado. Ahora Goku estaba sentando al borde de la cama mirando tristemente el suelo. De pronto unos golpecitos en la puerta lo sacan de sus pensamientos.
-Adelante –dijo sin leer el ki de quien estaba afuera. No tenía ánimos de nada. Sus planes habían sido destrozados. Chichi entró y saludó a Goku sentándose a su lado.
-Hola, Goku. ¿Cómo estas?
-Deprimido.
-¿Qué te pasa? No has bajado a comer.
-Es que se arruinaron mis planes. Quería prepararle una cena a Vegeta al aire libre pero mañana va a llover y ahora no se que otra cosa regalarle para San Valentín.
Mientras tanto en el comedor Vegeta hablaba con Bulma.
-Tengo un serio problema, Bulma. Se lo importante que es para Kakaroto el día de mañana pero la verdad no se que darle, los de mi raza nunca se regalaban nada y no tengo ni idea de que le gustaría tampoco.
Bulma se quedó pensando un momento.
-Yo tengo una idea. A Goku le gustan las cosas tiernas: los osos, las flores, los globos, los chocolates, los detalles Vegeta. Pero regalarle estas cosas serían un regalo muy sutil y yo se que tu quieres darle algo que signifique más. Como le gustan las cosas tiernas, ¿por qué no le regalas un cachorro?
Vegeta la miró analizando la idea. Regalarle una mascota a su pareja. Era cierto, a Goku le gustaban las cosas tiernas tal vez este regalo le gustara.
-Es una buena idea. Selecciona un por mi, ¿quieres?
-Bien, para mañana tendrás a tu cachorro.
El resto del día ambos se la pasaron entrenando cada quien por su lado. Al otro día Vegeta fue el primero en levantarse e irse a encontrar con Bulma. Esta lo iba a estar esperando en su casa en Corporación Capsula. La pareja tenía su propia casa y la tenían en el campo lejos de todos incluso de la casa de Chichi. Les gustaba vivir solos, sus secciones de entrenamiento eran bastante ruidosas y destructivas.
-¿Lo tienes? –preguntó Vegeta algo nervioso
-Si, lo tengo.
Bulma abrió una caja que contenía un cachorro color crema. Este tenía un hocico largo y su cola enrollada.
-Es un ChowChow –dijo Bulma- Se que la raza es lo menos que te importa. Procura tener cuidado al llevarlo a la casa, ¿quieres?
Vegeta asintió y tomó la caja. Colocó la tapa que tenia varios hoyos y monto vuelo. Voló lentamente para no lastimar al cachorro que se le escuchaba llorar de miedo. Cuando el príncipe llegó se dirigió al cuarto de ellos donde sentía el ki de su pareja. Abrió la puerta pero todo estaba oscuro. Sujeto la caja con una mano y encendió la luz casi dejando caer la caja por lo que veía. Su pareja estaba acostado en la cama con las piernas abiertas y usando sus brazos de apoyo para poder ver a Vegeta a la cara. Sus pezones, ombligo, pene, testículos e incluso su entrada estaban cubiertos por chocolate derretido.
-¿Qué es eso que tienes en la mano? –preguntó Goku mirando la caja mientras su cola se meneaba de ansiedad
-Es tu regalo pero es nada comparado con lo que veo.
Vegeta dejó la caja en la mesa de noche para luego acercarse a su pareja.
-¿Qué es?
-Lo sabrás después.
El menor trató de ver que era a través de su conexión mental con el mayor pero este lo tenía bloqueado impidiéndole ver lo que el príncipe pensaba. Vegeta se desnudo para luego tomar un pezón de chocolate con su boca haciendo al menor echar su cabeza hacia atrás en placer. El mayor siguió jugando con los pezones de Goku hasta que estos quedaron limpios del chocolate. Luego bajó a lamer el chocolate del ombligo de su amante haciendo al menor morderse los labios. Cuando terminó con su ombligo tomó el semi-erecto pene del menor y lo metió en su boca para comenzar a lamer todo el chocolate de este haciendo gemir a su amante a viva voz.
-Vegeta, más, dame más.
El príncipe sonrió al escuchar a su amante gemir con sus caricias. El mayor bajo entonces a sus testículos chupándolos, mordisqueándolos, lamiendo todo el chocolate en esa parte. Su mano subió al húmedo pene de su amante para masturbarlo mientras su insaciable boca iba por la entrada del menor para lamer el delicioso dulce mezclado con el sabor de su amante. Esto era delicioso. Vegeta metía y sacaba su lengua de la entrada de su amante.
-Ah, si, AH, Ah, Nhh, Mmm si. Vegeta ¡¡METELA YA!!
El príncipe sonrió y puso su propio pene en la boca del menor para que este lo ayudara a terminar de levantarse. Pronto el príncipe gemía mientras su miembro se endurecía en la boca de Goku.
-Kakaroto…basta…me vengo…
El menor se detuvo dejando a un príncipe respirando con dificultad. A los pocos segundos el mayor se estaba acomodando entre las piernas de su amante penetrándolo de un solo golpe haciendo gritar de placer al menor. El ritmo iba en aumento. Ninguno ascendía, querrían disfrutar del momento lo mas sutilmente que pudieran.
-Ah, Kakaroto, Ah –el príncipe no podía evitar gemir. Su amado apretaba su entrada para hacérselo mas difícil al mayor pero a la vez más placentero.
-Vegeta…mmmm que rico eres ahhhh
Ambos se movían uno pegado al otro. La cama se movía al ritmo de ambos. Pero el príncipe ya no quería esperar más. Aumento el ritmo haciendo que Goku volviera a gritar de placer. Masturbó al menor con su mano y este no tardó mucho en venirse. Al mayor le faltaba un poco más. Goku sentía como su amado entraba y salía de el un par de veces más antes de gritar su nombre viniéndose en su interior. Vegeta cayó sobre el menor exhausto respirando agitadamente. Tras unos minutos el menor hablo.
-¿Qué ahí en la caja?
-Ya te dije, tu regalo.
-Muévete, quiero verlo.
Vegeta salio de adentro de Goku perezosamente tirándose boca arriba en la cama aun tratando de recuperar el aliento. El menor tomó la caja y la abrió y se emocionó cuando vio al cachorro. Lo tomó con cuidado en sus brazos y este comenzó a lamerle.
-¿Te gusta?
-Mucho. ¿Cómo supiste que me gustaban los perros?
-No lo sabía, Bulma me dijo que darte.
-Que sincero.
-Como quiera te hubieras enterado al entrar en mi mente.
En ese momento Goku sintió como Vegeta habría el vínculo de nuevo y sonrió.
-Pues te tengo que confesar que mi plan no era darte esto. Yo quería darte una cena romántica al aire libre y luego hacerlo pero no así de bueno.
-¿Quién te dio la idea entonces?
-Chichi me preguntó que me pasaba cuando me vio triste –dijo mirando afuera- Esta lloviendo, habían pronosticado lluvia para hoy y mi plan se había arruinado. Entonces ella me dijo de esto. Me dijo que podía embarrarme de chocolate y acostarme en una pose sexy justo antes de que tu entraras.
-Vaya, jamás hubiera imaginado eso de Chichi.
Goku se acostó junto a Vegeta dejando al cachorro jugar sobre su estomago pero se terminó acurrucando entre ellos, durmiéndose.
-Te amo, Vegeta.
-Yo también te amo, Kakaroto.
La pareja se movió para darse un beso. El cachorro se salió chillando al por poco ser aplastado por ellos. Ambos rieron tras haberse besado.
-Hará desastres sino lo metemos en algún cuarto –dijo Vegeta
-Metámoslo al baño.
Goku se puso de pie y tomando al cachorro se fue a la ducha lo dejo allí en el baño encerrado. Pero le había dejado sabanas y casi una cama con ellas así que el perrito solo se acurrucó en estas y se quedo dormido. El menor regresó junto a Vegeta quien luchaba por no dormirse y esperar a su pareja. Este se acostó a su lado y se abrazó al mayor acostando su cabeza sobre su pecho y posando su mano en su estomago respirando el fuerte aroma varonil de su pareja. Ambos se quedaron dormidos pensando en lo maravilloso que había sido el regalo de su pareja.