Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

CHOCOLATE PERDIDO CAUSA MALENTENDIDO por aoi_and_yuel

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

este fic fue hecho con gran amor para ustedes tanto Aoi como yo, yuel, hemos creado este fic para ustedes para que se entretengan y un regalo por el dia de de los enamorados yupi

Notas del capitulo:

 

Yuel: Los que aparecen en este fanfic no me pertenecen, les pertenecen a… yo los utilizó con fines… emm… bueno para materializar mis más pervertidos pensamientos.

Por primera vez he escrito algo diferente a un SasuNaru, ñam. En fin debo aclara que este fic no lo he escrito yo sola, sino que ha sido Aio o candycan quien ha colaborado en él por lo tanto gracias candy y felicidades por adentrarte al mundo  del yaoi, etto bueno que comience el fic ne?

 

 

 ০l6;◊l6;০°O°০l6;◊l6;০°O°০l6;◊l6;০°O°০l6;◊l6;০° O°০l6;◊l6;০°O°০l6;◊l6;০°O°০l6;◊l6;০°O°০l6;◊l6;০° O°০l6;◊l6;০

 

La chica temblaba como una hoja al ver venir a su amado, ya se había armado de valor para dárselo, pero era él, ¿Cómo reaccionaria cuando se lo diera? Paseó su mirada por todo su alrededor pidiéndole a Dios que nadie estuviera allí. Se acercó como si nada, su corazón se aceleraba con cada pisada que daba y allí estaba tras él, quien miraba la biblioteca de central, parecía sumido en una reflexión, quizá tratando de recordar algún libro o algo importante, a decir por su mirada.

-Hola Ed- saludo cantarinamente agitando una mano y escondiendo otra tras de si.

-Hm, hola Winly-Dijo sin darle mucha atención.

-Etto…Ed- dijo en susurro, lo suficiente para ser escuchado. El nombrado viró su mirada a la chica un tanto sonrojada lo que lo dejo sorprendido.

-¿Qué pasa Winly?-cuestionó preocupado; quizá, la chica tenía fiebre o algo por el estilo, porque no parecía estar bien.

La rubia en el acto estiró su mano izquierda que escondía y en ella apareció una pequeña cajita roja –Para ti- dijo cerrando los ojos.

El rubio de coleta tomo esa cosa rara que Winly le acercaba y con una sonrisa un tanto nerviosa la acepto.

-Etto…gracias- dijo apenado, al momento de tomarlo de las manos de la chica, ésta salió corriendo a prisa desvaneciéndose en el horizonte -¿Eh?- quedo extrañado, ella nuca actuaba así a menos que fuera una bomba que le ordenaron llevarle, estaba en peligro, lanzó esa cosa y se tiró boca abajo, tapando su cabeza con sus manos.

…10 segundos y nada, 1 minuto y todo estaba igual… con algo de temor se acerco a ‘eso’. Lo miró con desconfianza, pero después de no ver y escuchar nada lo tomó y abrió la susodicha cajita roja.

Su sorpresa fue encontrar envuelto en papelitos blancos un chocolate en forma de él. Miró el chocolate, miró hacia donde se suponía se había ido Winly. Lo hizo sucesivas veces hasta que miro a todos lados desconfiado, ¿Sería una broma? Quizá… quizá no. Lo metió a su bolsillo y siguió su camino hacia la biblioteca.

Sheska que observaba todo acto de Ed desde un árbol, paso el mensaje a Winly que Ed había aceptado su chocolate y por lo tanto sus sentimientos, ambas suspiraron con alivio… misión cumplida.

Después de encontrar lo que había ido a  buscar, Ed salió rumbo a la oficina del coronel Mustang para empezar pronto su nueva ‘misión’.

Como todas las veces que iba ver a ese hombre mujeriego tuvieron su discusión de rutina. Al final Ed terminó sentado en el sofá a lado del escritorio, mientras que Mustang daba toque final a sus pendientes.

-¿Y bien?, en qué te puedo ayudar pe-que-ño- finalizó con una media sonrisa burlona.

En la frente de  Edward creció una enorme vena palpitante, esta vez el coronel se había pasado y debía pagar por su comentario, se lanzo al pelinegro con iniciativa a romperle por lo menos unos cuantos huesos, pero Mustang lo evadió fácilmente. Ed se levantó para volver a golpearlo pero esta vez la mano que daría en la cara del mayor fue detenido por este.

-¿Qué pasa Ed? Parece que estás perdiendo condición- se burlo de nuevo.

-Tu bastardo- quiso soltar una patada, pero de nuevo fue detenida y como consecuencia cayó al suelo, llevándose consigo a Mustang.

Su cara de dolor y su cabello medio desordenado y ese color carmín de vergüenza y coraje pintada en sus mejillas dejaron un tanto salido de si al pobre coronel que quedo sumido viéndolo como si viera algo tan irreal.

-Oye idiota, no piensas soltarme- bufó molesto el rubio.

-A si, verdad-dijo algo ido todavía. Deshizo el agarre y se paró, quedo pensativo y despertó de ello cuando escuchó es portazo que había dado Ed al salir a prisa de allí.

Se sentó en su escritorio, divagando entre sus fantasías y confusión de porque había sentido un no se que cuando vio esa imagen casi prefecta de el rubio. No supo cuanto tiempo estuvo así, ni supo cuando la teniente Hawkeye entró a la oficina, ni cuando lo quedó mirando raro cuando paso enfrente de él con una caja de papeles y lo dejó frente él, ni mucho menos cuando se quedo parada mirándolo.

-El coronel parece un idiota… me pregunto ¿Qué ocupara su cabeza esta vez?- pensaba la rubia mirando como su jefe parecía estar ausente.

-*cough, cough* Coronel Mustang- llamó con voz fuerte, haciendo que el mencionado la mirará con una mirada llena de ternura.

-Riza… y… ¿Los Elric?-dijo mirándola ya normalmente.

-Pues están en la casa de Shou Tucker señor… al parecer la pequeña Nina quería celebrara el día del amor y la amistad con sus hermanos mayores-dijo despreocupada.

-Ahora lo recuerdo Tucker me había invitado hace algunos días, debería ir- dijo levantándose de la silla y con rumbo a la puerta más un disparo que paso cerca de él hizo que parara en seco.

-Lo siento señor, pero usted no irá a ningún lugar si no termina estos documentos- señaló la montaña llega de papeles que aprecia nunca acabaría, o al menos no para hoy.

-Teniente…-

-Si señor-

-Nada… será mejor que me apresure- volvió a su silla para empezar con la montaña y terminar pronto. Riza quedó shockeada para hablar. Si en definitiva el coronel tenía algo raro. Camino hacia el sofá para cuidarlo no fuera hacer que eso de sr tan obediente fuera una de sus tretas para escapar.

En la casa de Tucker los hermanos mayores de la pequeña Nina eran ayudados por gracia para que el almuerzo que habían organizado estuviera listo cuando los amigos, invitados llegaran. La pequeña Nina jugaba con Elisa.

-Por fin llegaron pensé que se tardarían una eternidad- dijo Gracia cuando Sheska y Winly regresaron son las compras para terminar su guiso especial. La rubia parecía nerviosa al entrar a la cocina y ver a Ed, quien sacaba, al parecer, una lasaña del horno.

-Huele estupendo nii-san- habló Al desde la sala donde acompañaba a las dos pequeñas.

- Espero les guste- comento Ed asomándose un poco a la sala y darles una sonrisa, haciendo que la rubia, que no se perdía ninguna acto, se sonrojara.

 

La teniente diviso una cajita roja en el piso, ¿Qué podría ser? se preguntaba, la recogió y al abrirla descubrió a Edward en chocolate con una nota azul tras el.

“Tengo sentimientos fuertes por ti, te quiero Ed” se escribía ¿Era para Edward? O ¿Era de Edward para alguien?... ¿Ella? Era imposible Ed seguía siendo un niño y ella no lo podía verlo de otra manera. Miró al coronel, ¿sería para él este chocolate? Recuerdos sobre las situaciones en las que había encontrado al Coronel Mustang y al chiquillo hicieron que todo quedará claro, Ed había hecho ese chocolate para el coronel a quien amaba en secreto y ella seria la encargada de que el pobre chiquillo fuera correspondido o moriría en el intento. Ella llevaría el regalo de Ed a la cena y allí animaría al pequeño a declararle sus sentimientos a ese pedazo de roca llamado Roy Mustang.

Y bueno el coronel estaba algo, raro quizá Ed había hecho algún movimiento y dejo confundido al coronel; todo era posible pero era seguro que esos dos tenían algo que ver.

-Coronel será mejor que le ayude con ese papeleo- y su plan empezó se puso en marcha.

 

Pronto la noche cayo y cada uno de los invitados fueron llegando a casa de Tucker, mientras que en la puerta Al y Winly los recibían.

Todos lo invitados aprecian felices charlando de hace cuanto que no tenían una reunión y no se que tantas cosas.

El timbre de la puerta sonó y fue Al quien abrió la susodicha, quedo  anonadado cuando vio entrar al coronel  vestido de gala y  a la Teniente Riza con un vestido de noche que marcaba sensualmente su figura. El coronel por su parte parecía ansioso pues recorrían la sala de un lado a otro buscando algo… o al alguien y pareció encontrarlo hablando con Havoc. Su mirada se centro en ese punto y la teniente lo notó, sonrió con malicia y corrió a lado de teniente coronel Hughes para infórmele y pedir ayuda, después de todo, aunque el coronel era un Casanova, Ed era un caso especial.

Maes parecía encantado con todo el plan que había armado la teniente, así que conociendo a su querido amigo, lo pondría en evidencia con sólo hacer algunas cosas.

Acercándose con la foto de su hija en mano y mostrándosela a todos, se acerco al par de rubios que parecían entretenidos. Abrazó a Ed con el mismo pretexto, el pequeño rubio estaba molesto y trato de zafarse del ‘acosador’, pero sus esfuerzos fueron en vano.

-Mira, ya la viste… ha crecido mucho, se ve hermosa…será una gran mujer a mi linda Elisa-decía casi ahogando al chiquillo.

La mirada del coronel Mustang parecía arder y querer matar a ese desgraciado que tocaba con sus manos sucias a su… el pelinegro pareció darse cuenta de sus actos y miro a todos lados en busca de algún lugar donde pudiera calmar esos sentimientos raros que había empezado a sentir con solo ver a ese rubio hermoso que parecía un ángel pero con un temperamento del demonio, lo que aumentaba sus ganas de violarlo… ¿Qué? ¿Violarlo? ¿Cuándo se haba convertido en un homo… un homo…homo…? Salió de su trance cuando vio que Hughes llevaba a Ed a algún lugar extraño. De pronto empezó a sentir una opresión en el pecho, algo totalmente desconocido para él, la imagen de rubio bajo el regreso a su cabeza y sintió como si algo le fuera arrebatado.

-Se siente bien coronel- pregunto Winly un poco preocupada por el semblante que tenia.

-Hm, si, no es nada. Sólo estoy un poco cansado – siguió con la mirada a la parejita.

Winly había vuelto a tomar valor para preguntarle a Ed si le había gustado el regalo, pero al no encontrarlo decidió seguir con lo que hacia más tarde podría preguntárselo con calma.

La teniente tomaba nota mental de todas las reacciones que el coronel había hecho y no el quedaba dudas, dios la había elegido para unir a esa pareja tan dispareja.

Ed al parecer nos e había percatado de la presencia de Mustang, pero en su cabeza todavía quedaba ese recuerdo de hacia unas horas, ese bastardo de Roy pagaría el haberlo humillado de esa forma, pero de nuevo ese sentimiento de mariposas en el estomago lo invadió. Era tan raro sentirlo cuando pensaba en él; odio, si seguramente era eso pues no era la primera vez que sentía ese hormigueo. Lo dejo pasar y siguió a Maes para pedirle información sobre algunas cosas.

Riza saco la cajita de su bolso y fue directo al coronel, faltaba que Maes encaminara a Ed y ella se encargaría del coronel, lo cual seria divertido, ya que al parecer ya sentía algo por Ed pero ese algo ya era mucho, pues normalmente esa piedra andante sólo utilizaba a las mujeres como un pasatiempo y ya era hora de encaminarlo hacia la monogamia.

Maes empezó a hablar del amor que se profesaban el día de hoy los enamorados, que era tan romántico que su amada esposa había hecho un delicioso chocolate para él.

-El chocolate- pensó Ed quedando paralizado al instante. Camino presuroso hacia su cuarto para ver en su buscar el chocolate de Winly. Seria maleducado si no le daba las gracias, pero para su mala suerte el chocolate no estaba allí.

 

-…y  esa es la historia  coronel- concluía su narración la teniente, claro no le diría la verdad y quizá exageró la historia, solo un poquito, pero todo era verdad, bueno no todo. En primer lugar Ed no le había dado el chocolate a ella para que se lo diera al coronel, ni se había puesto a llorar cuando la teniente le dijo que el coronel había recibido muchos, ni se había enojado por eso. Si, bueno había inventado la historia pero el resultado lo valía totalmente, ahora sólo faltaba Hughes con su parte.

 

Edward estaba desesperado ¿Qué haría si Winly se enteraba que no había ni olido el chocolate? seguramente lo mataría, ya no compondría su automail. Busco como loco pero no lo encontró asique totalmente derrotado se sentó en la cama.

La puerta del cuarto se abrió de golpe dejando ver la figura de Roy.

-Por fin te encontré-dijo mirándolo con…cómo lo miraba, qué quería. Y el corazón de Ed dio un salto cuando el mayor dio un paso hacia el.  

-Etto…coronel…esta bien…se siente…bien-Estaba nervioso y no podía articular palabras congruentes y su cabeza dejo de funcionar cuando él se postro frente a él.

Algo iba mal parecía que en cualquier momento se le iba lanzar a golpearlo, pero porque a que se debía esa actitud tan…extraña.

-Eres un resbaladizo e-na-no - dijo Mustang con un tono burlón.

El corazón del rubio se paró en seco, era evidente que ese pedazo de idiota solo quería molestarlo y no se perdía ninguna ocasión, esto lo hizo enojar y se hizo evidente pues en su cara apareció una mueca de enojo.

-Me llamas enano en mi cara…ahora si morirás bastardo - replico enojado a punto de tirar un puñetazo pero decidió no hacer nada, sólo le daría gusto si se enojaba.

-Que es lo que pasa… no tienes agallas o qué-lo picaba una y otra vez. Y no es lo hiciera a propósito pero después de la historia que al teniente le había contado salió casi corriendo preguntado por el pequeño, pensando que decirle, como decirle ‘eso’ que ni el sabia que era.

-Recuerde no ser tan cabezota, sea gentil y amable- había dicho la teniente Riza. Pero cómo podría hacerlo si su cabeza no pensaba bien y de su boca salían sandeces que no quería decir.

- Maldita sea…parece que se divierte con mis complejos- dijo el rubio con voz un tanto dolida.

El coronel no dijo nada, sólo se limitó a cercarse un poco más.

-¿Que es lo que pasa Ed?-el rubio quedo sorprendido con esas simples palabras y de repente un calorcito en sus mejillas empezó a invadirlo.

-Na-nada- contestó con voz entrecortada, sintiendo que el corazón lo tenia en la garganta y ese hormigueo en su estomago aumentaba al sentir el calor del mayor muy cerca.

-¿Qué tienes? es que acaso te intimido- preguntó rozando con sus palabras el cuerpo del menor.

-N-no… ¿Por qué debería?- viró su rostro sonrojado y pues no quería que él lo notara y sintió vergüenza por estar así, por tenerlo tan cerca que podía escuchar su respiración.

Mustang lo notó y esa fue la reacción que necesitaba, acercó su cara a la de Ed, la tomo entre sus manos y lo miro fijamente a los ojos luego paso a sus labios  se acerco lentamente y lo beso, un beso ligero, pero trasmitiendo lo que sentía en el momento.

Ed quedo totalmente impresionado pero por alguna extraña razón se dejo llevar por ese roce, que de un segundo a otro se volvió demandante. El mayor acaricio con su lengua el labio inferior y el menor dejo salir un leve gemido que fue aprovechado el otro para introducir su lengua, un reconocimiento lento y lujurioso que los dejo sin aire y tuvieron que separarse no mucho para proseguir. El pelinegro tomó el cabello del rubio acercándolo y la lluvia de besos empezó hasta que ambos dejaron sus labios rojos, y sus respiraciones agitadas. Algo había surgido en el momento, eso era más que obvio.

-Te quiero- susurró el coronel pegándose al hombro del menor, quien abrió los ojos. El coronel lo quería, a él, a Edward Elric. Su pecho se lleno de alegría y sintió que el mundo era hermoso que nada más podría mejorar. Depositó un beso en el cabello del mayor.

-Yo…también-  su cara se tiñó de rojo y aumentó cuando el otro se levantó, lo miro con ternura-Sólo a ti- agregó con dulzura y esta vez fue él quien comenzó a besarlo, acariciando sus facciones y su cabello.

Winly que había seguido a Ed a la habitación y había escuchado todo, bajó la mirada triste y caminó hacia los invitados regalándoles una hermosa sonrisa. Después de todo lo que más importa a las personas que aman es que el ser amado sea feliz y eso mismo pensaba ella. Y era mas que obvio que Ed no correspondería sus sentimientos por lo tanto sería mejor que Cupido encontrará alguien nuevo para ella.

 

°O°০l6;◊l6;০°O°০l6;◊l6;০°O°০l6;◊l6;০°O°০l6;◊l6;০°FIN°০l6;◊l6;০°O°০l6;◊l6;০°O°০l6;◊l6;০°O°০l6;◊l6;০° O°

 

 

Notas finales:

Yuel: Bien por esta vez hasta aquí termina este fanfic es pero les haya gustado y nosotras espero continuar escribiendo más acerca de esta linda y perver pareja.

 

Esperamos almenos meresca un Review XD

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).