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CORAZÓN DE HUMANO por Alhen Lawliet

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Notas del capitulo:

Espero que les guste el segundo capi, lamento si tiene faltas de ortografía, pero mi word no siver y casi no tengo tiempo de checarlo. espero me disculpen por eso.

Su vista se nublaba, todo lo que veía eran sombras, siluetas borrosas que apenas si se lograban distinguir como humanas. Sus ojos se cerraron y todo quedó en tinieblas, tan solo sintió una mano tomando la suya y llevarlo a la superficie, donde pudo respirar el aire puro.

El calor de una braza se podía sentir, un calor muy agradable. Abrió lentamente los ojos y pudo percibir unas cuantas siluetas. Trató de reincorporarse pero al aserlo, una mano firme lo sostuvo, su voz se escuchó tan dulce a sus oídos.

- No te levantes, estas debil.

Sus ojos se abrieron un poco más, poco a poco, aquellas difusas imágenes tomaban forma, era un grupo de jóvenes, una de ellas, vestida de manera diferente a los demás, le hizo recordar ciertas cosas, a alguien llamandolo, una mujer.

- ¿Te sientes mejor?

- Ah... si, gracias.

- Bien, así podrás decirnos por qué intentabas robar el fragmento de la perla.

Esto había sido mencionado por un joven vestido de rojo y cuyos cabellos eran plateados. Aquel comentario lo molestó un poco y trató de defenderse.

- Yo no intenté robar nada.

- ¿Entonces por qué llevas contigo el fragmento.

Tomó sus pantalones y sacó el pedazo de la joya. Ahora que lo notaba, estaba unicamente en ropa interior, los coores se le subieron a la cara y con gran verguenza le arrebató la prenda.

- ¿Cómo te atreves, pervertido.

- No soy eso.

Tras la pequeña discusión Kagome los interrumpe conun "abajo" para Inuyasha. Con una dulce sonrisa se presentó al joven.

- Mi nombre es Kagome, Disculpa a Inuyasha, el que esta tirado en el suelo, suele ser algo impulsivo. Toda tu ropa estaba mojada y por eso estas así, no te preocupes, Inuyasha te salvó.

Al escuchar aquello, se giró para ver al sujeto que molesto, se sobaba la nariz. Un pequeño sonrojo invadió sus mejillas y se dirigió al joven. algo serio y un poco apenado le dió las gracias.

- Gracias por salvarme.

- No fue nada.

Esto lo dijo altaneramente. Kagome al ver que el joven sentia frio le dió una orden a Inuyasha.

- Inuyasha, quitate tu kimono y daselo, alo necesita más que tu.

- ¿Qué?

Al ver la decisión en el rostro de la chica, al mitad demonio no le quedó de otra más que obedecer. se quitó la parte de arriba de su traje y se lo entregó. El pelinegro al ver eso se sonrojó y tomó la prenda con agradecimiento. Al tenerlo puesto, el pervertido del grupo, osea Miroku, no pudo evitar ver a una linda chica, por lo que las ganas de tocar no se hicieron esperar. Puso su manita mañosa en la parte trasera del pelinegro y en un arranque de enojo le tira un puñetazo.

- ¿Qué se esta creyendo, mañoso?

Con una sonrisa de "yo no fui" se escusó el monje pervertido.

- Lo siento, pero no pude evitar tocar, luces como una chica bonita.

Al escuchar aquello, no evitó poner su cara de enojo y verguenza, su rostro estaba totalmente sonrojado. Sango le dió un golpe en la cabeza a la vez que lo reprendía.

- Escelencia, se lo tiene merecido, ¿cómo hace esas cosas?

- Lo siento, no pude avitarlo.

Una bestia había haparecido, Len sabía que lo perseguía a el, pues era una de las vestias de aquella demonio de cabellos púrpuras. Inuyasha cargó al joven junto con el hasta la cima de un árbol, vio que Kagome estaba en peligro, trató de luchar, pero Len corre y salta hasta el otro lado, Inuyasha lo veía molesto.

- ¿A dónde vas, necio?

El pelinegro lo ignoró y siguió corriendo, Inuyasha no le quedó de otra que ir a rescatar a aquel chico torpe. Len sacó una especie de Oz de plata y adornado con joyas. Trató de cortar al animal pero al hacerlo este desaparece en una nube de humo, su arma desaparece justo en el momento que Inuyasha aparece para reclamarle su actitud.

- Oye, ¿qué pensabas? Ese animal te pudo haber matado.

- Yo acabo de salvarlos, esa bestia hiba tras de mí.

- Eh?

Los demás se acercarón a los jóvenes, muy preocupados. Todos se miraron entre si, debían estar muy atentos.

Despues de que todos se relajaran, comenzaron a conocerse. Inuyasha percibió un olor a lob y eso simplemente lo asqueo de sobremanera. Un torbellino apareció y enseguida, las manos de Kagome estaban sujetas a unas ajenas, un apuesto joven-lobo. Eso al hanyo le molesto demasiado.

Kouga comenzó a pelear con el medio demonio, pero entonces se percató del joven que los acompañaba. Curioso dessidió preguntar a Kagome quien era.

- Kagome,dime, ¿Quién es esta chica?

Al escuchar que había ido confundido con una mujer, cerró sus ojos y puso una mueca de molestia a la ves que un sonrojo aparecía en sus mejillas ahora parecidas a manzanas.

Len, al ver al joven lobo no pudo evitar tener un sonrojo aún mayor. Kouga percibió un olor muy peculiar en el joven pelinegro así que decidió preguntarle.

- Hueles a humano y a otra cosa, ¿Eres un Hanyo?

- Eh?

un sonrojo lo invadió, pero trató de negarlo todo.

- No, no soy eso.

- ¿seguro?, por que hueles a...

- Estoy seguro.

Lo miró muy seriamente. Kouga no insistio más, pero estaba seguro que su olfato no lo engañaba. No era por que el chico usara la ropa del perro, ese aroma era MUY aparte de la del hanyo.

La noche era cada vez más fría. Kagome tenía muchas dudas acerca de aquel joven, por lo que quizo preguntarle acerca de su vida. Inuyasha y Kouga no paraban de pelear. Despues de rato, todos estaban ya dormidos.

Al día siguiente, todos comenzaron a caminar, Inuyasha no estaba para nada feliz de que su rival viajara con ellos.

- Kouga, ¿por qué no te largas con tu manada?

- Por que quiero estar un rato con Kagome, además esos bobos deben estar bien sin mí.

- Ja!

Al pasar por un caminó totalmente desierto, descubrieron wue era como un cementerio, donde antes se había librado una feroz lucha, entre humanos y demonios.

Todos se sintieron mal por aquello. Kagome expuso su total disgusto por aquella escena.

- Esto es horrible, no soporto este lugar.

Len, que se había adelantado, pues los demás se quedaron parados, expuso su punto de vista.

- ¿Por qué es horrible? A mí no me parece horrible, al contrario, me es tan común.

Todo aquello lo había dicho sin remordimientos y sin ninguna expresión facial en su rostro frío y sereno. Todos se le quedaron viendo de manera rerobatoria, pues no creyeron que aquel joven no tuviera ni una pizca de corazón como para haber dicho aquellas palabras tan frías.

- ¿Acaso no te importa esto?, ¿no tienes sentimientos acaso?

Inuyasha estaba realmente molesto por el comentario del chico, le dio la impresión de que hablaba igual que su odiado hermano. Ante el reclamo, Len abrio sus ojos y apenado se disculpó con todos.

- Lo siento, no fue mi intención, pero, no es que no me moleste este lugar, me causa lastima. Tantos humanos desperdiciando sus vidas en guerras. Eso es estupido.

Su disculpa se distorcionó ante lo último mencionado. Todos seguian sin poder creer lo que escuchaban. Kouga desidio halar esta vez.

- Sabes, lo que dices son palabras frías y parece que no te importa nada.

Nuevamente, Len se apenó y trató de escusarse.

- Lo lamento, pero es que durante toda mi vida he estado rodeado de muerte, nada me afecta de otra manera que no sea sintiendo lastima.

Ante aquella aseveración, todos miraron sorprendidos al joven pelinegro, no entendían a que se refería con decir que siempre había estado rodeado de muerte.

Esa noche, todos estaban algo callados. El peliplata comenzó una nueva riña con el pelinegro, esta vez por que el mitad bestia queria que se fuera y el otro no quería irse. Kagome, cansada de la tonta pelea de los chicos, decidió ponerle un alto de la manera que solo ella sabia.

- Inuyasha, ¡abajo!

El joven pelinegro, sonrio un poco ante aquello, pues le pareció algo gracios, sin embargo, paro en seco y abrio sus ojos sorprendido, pues algo le había llamado la atención, él mísmo. Todos se le quedaron viendo algo confusos, Kagome decidió preguntar lo que le ocurria.

- ¿Qué pasa?

- Núnca había sonreido antes, es la primera vez que me pasa.

- ¿En serio? ¿Por qué?

- De donde vengo, todo es muy triste.

Miró a Inuyasha y le sonrio con ternura y tristeza. Los ojos de ambos se encontraron. El hanyo no supo por que, pero un sonrojo apareció en su rostro al ver al joven pelinegro.

- ¿Sabes? Tú y yo somo iguales en cierta forma.

Inuyasha no supo a que se refería con eso, su rostro reflejaba duda, al notar eso, Len explica a todos.

- Yo tambien soy mitad hummano.

Todos miraron sorprendidos al joven, pues no creyeron que lo fuera. Inuyasha se sorprendió menos, pues habia captado cierto olor peculiar en el, pero no logró distinguirlo bien. Kouga ya sabia que era hibrido, pero no tenía idea de que clase era. Len comenzó a hablar de nuevo para tratar de explicar todo.

- Veran, yo soy hibrido, no pertenezco aquí, de echo, huí, el lugar en donde yo habitaba era un lugar muerto, no había nada que fuera un ser viviente. Todo era triste y desierto.

- Pero, ¿Qué eres?

Preguntó la joven estudiante. Len no tuvo tiempo de decir nada más, pues un joven había aparecido, uno muy apuesto, era un demonio, eso era seguro, pero había algo raro en aquel demonio, su piel era como el fuego, anaranjado rojizo, con extrañas marcas como rayas, parecía un tigre. Sus ojos era azules y su cabello era rojo con tonos anaranjados y mechones negros. Vestía de un traje conformado conuna túnica a mitad de las piernas. Su pecho esta al descubierto, su voz sono arrogante y con un tono autoritario.

- Que tal, Len, te he estado buscando, creo que es tiempo de irnos.

Todos miraban la escena sin comprender nada. El demonio levantó el polvo al acercarse a una velocidad impresionante, casi como volando, se acercó a len y tomó sus manos entre las suyasy con voz insinuante le hablo.

- Len, vamos, unete a mí, juntos podemos gobernar en este mundo patetico de humanos y demonios totalmente inferiores a nosotros.

El joven, tan solo puso su cara de gran molestia y asco, trató de safarse y le dijo retadoramente al joven.

- Núnca, me das mucho asco, dejame en paz.

Ante aquel rechazo, el demonio se molestó deformando su rostro y entonces amenazó.

- Muy bien, Len, entonces tendré que obligarte de otra forma.

De forma burlona, se acercó a los humanos y se burlo.

- Vaya! Len, no tenía idea de que estimaras a estos humanos, puedo sentirlo en tus ojos, te has encariñado con ellos, muy mal por tí.

El demonio lanzó un ataque encontra de la joven esudiante. Len al ver eso, un montón de recuerdos le llegaron a la mente, todos era de una hermosa mujer que lo llamaba.

Len reaccionó, moviendose a una velocidad increible, protegiendo a Kagome de aquel ser.

- No te atrevas a hacerles daño, Keishyo.

El demonio lo miró divertido y desafiante.

- Vaya, vaya, Len, eres tan predecible.

Notas finales:

esperoque les haya gustado, como ven ha aparecido un personaje más, este sera importante para la trama.


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