Era una noche como las tantas en la cueva de los Akatsukis. Itachi se miraba en en espejo y se decía asi mismo cuanto se amaba y admiraba, Kisame limpiaba a samehada, Deidara y Sasori hacían "arte" ( si saben a lo q me refiero ajaja), Zetzu hablaba consigo mismo, Konan y Pein planeaban como apoderarse del mundo, tobi.....bueno tobi como siempre no hacía nada, y por ultimo nuestra pareja de inmortales discutia en el comedor.
-¡¡¡ joder Kakuzu !!! ¿por que tienes que ser tan avaro? le preguntaba hidan al de pelo oscuro.
Kakuzu se limitaba a guardan silencio, no estaba de ánimo para pelear con el albino; Era el peor día del mes, según él, por que ese día tenía que repartir los sueldos de akatsuki y el solo echo de tener que darle "su dinero" a otros lo hacía caer en la más profunda de las depresiones.
-toma tu dinero y vete- le dijo a hidan sin siquera mirarlo.
Hidan recibío en dinero extrañado, nunca lo veía tan deprimido como en el "día de pago". Se quedó parado al lado de kakuzu revolviendo y contando el dinero, hasta q se le vino una idea a la cabeza.
- he, kakuzu- el aludido levanto la vista- vamos por unos tragos- dijo el albino con sus sonrisa mas sincera.
-vete a la mierda Hidan, no pienso gastar un centavo de mas en ti- repondío el moreno un poco alterado.
-¡¡¡ ateo de mierda!!! ¿que no vez que te estoy invitanto?- gritó Hidan lleno de furia.
el tesorero se levanto de su asiendo y se puso delante de hidan, asiendo notar su diferencia de alturas para intimidarlo.
-anda, vamos- le suplicó el peliplata colgándose del cuello de su compañero y rosando su nariz con la del.
-está bien-respondió kakuzu soltandose del agarre-pero solo uno. termino de decir y así los dos partieron rumbo al bar que ambos ya conocían muy bien.
Ya en el lugar, se sentaron en una mesa alejada de las demás y ahí esperaron hasta que se les acerco el mesero
-¿que van a querer?- Les preguntó amablemente el tipo.
-yo, un ron- Dijo el peliplata.
- a mi, un café, sin azúcar- responddió el avaro sin levantar la mirada.
-ja, no puedes ser tan marica- se burló hidan -traele lo mismo q a mi - le ordenó al mesero que se fue a buscar la orden.
el tesorero de ataksuki ya no podía mas, el peor día del mes y lo tenía q pasar con la persona q menos soportaba en todo el mundo, su novio, su extraño y escandaloso novio. era verdad que lo quería mucho, incluso lo amaba, pero en días como este le daban ganas de sacarle todos sus intestinos y ahorcarlo con ellos. derrepente una idea se le viene a la cabeza-le dare una lección y me gastare todo su sueldo en tragos, para q aprenda a no molestarme- dijo para si mismo sonriendo de una manera diabólica.
-aquí está lo que pidieron- dijo el hombre que les había tomado la orden.
-trae cuatro más- dijo Kakuzu derrepente.
-¿seguro Kakuzu, tu no tomas muy seguido, no vaya a ser q te mmaries?- le pregunto Hidan.
-tu me invitaste y yo pidó lo que quiero- le reprochó el de pelo oscuro.
Hidan le hizo una señal al mesero para que trajera lo ordenado y después tomó un sorbo de su trago y mirándo de manera sospechosa a su compañero, sabía que algo se traia entre manos, ¿pero que? no lo sabía. cuando ya había pasado una hora desde que estaban allí, el tesorero iba por la copa número quince y se veía bastante mal; la broma que le había preparado a su novio ya no le era divertida, mas bien era confusa por que veía todo borroso y le pesaba mucho el cuerpo. intentó pararse pero calló al suelo, la gente se dió vuelta a mirarlo.
- ¡¿ que miran hijos de su puta madre?!- les gritó el peliplata a los chismosos y despúes ayudó a su compañero a levantarse rodeando la espalda de este con su brazo.
Al llegar a la cueva con kakuzu casi a la rastra, el inmortal lo llevó a la habitación que ambos compartían, lo recosto en la cama y le empezó a sacar la ropa lentamente para no despertarlo, pero depronto se vió rodiados por los brazos del mayor que lo atrajeron hacia él, comensarón a besarse lentamente, e hidan subió los pies a la cama subiendosele encima ppara mayor comodidad y así estuvieron un buen rato.
-te amo Hidan- le susurró Kakuzu.
-¡Joder!- dijo el peliplata alejándose y poniendose la mano en la nariz-¡ tienes un aliento de las mil putas!
-¿por que me dices eso, no vez q uo te amo?- sollozó el avaro poniendose de rodillas en el suelo.
Hidan se le quedó mirando extrañado, su amante nunca se comportaba así, y menos lloraba por algo tan insignificante "parece todo un uke" dijo sonriendo divertido.
-oye calmate, no lo dije en serio- le dijo tiernamente mientras se asercaba y quedaba frente a él
El mayor levantó la mirad observando la vista privilegiada que tenía, Hidan era tan bueno con él, y el siempre lo trataba como a una puta, pensó en como recompensarlo por todo lo que hacía por el y se le ocurrió una idea bastante rara
-Hidan- le dijo a lo que este bajo la vista para mirarlo- hoy quiero ser tu uke- termino de decir.
el ojilila se puso como tomate, y no pudo detener la enorme emorragía nasal que tuvo en ese momento. lo que su compañero le había dicho era la clara prueba de que estaba demasiado ebrio como para razonar. "¿yo.....el seme?" se preguntaba en voz baja, mientras babeaba.
Continuará.................
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