Estaba el líder de akatsuki, en su oficina, revisando unosdocumentos. Cuando se abre la puerta y una figura un tanto femenina se deja ver.
-me llamaba líder- le preguntó Deidara, sin ánimos.
-si- le respondió Pein- tienes una “misión secreta” -le dijo asiendo una seña con sus dedos. El rubio reflexionó un momento. Ya sabía de qué misión estaba hablando Nagato.
-¡¡ni aunque me paguen!!- gritó el rubio dejando sordo al pobre Pein.
-por favor Deidara, solo será un rato (-.-) - le suplicó el dios al rubio, agarrándose de su capa. La tan secreta misión no se trataba de otra cosa que cumplir los facinerosos deseos del verdadero líder de la organización. Madara Uchiha –solo será esta noche, además te subiremos el sueldo- le ofreció Nagato de manera juguetona.
-tendría que pensarlo- dijo Deidara- yo no soy una puta- le reprocho a su compañero, al darse cuenta que le estaban ofreciendo dinero a cambio de su cuerpo.
-si como sea- le dijo Pein restándole importancia a la opinión del rubio.
-bueno- aceptó el artista, después de todo estaba acostumbrándose a que Tobi, mejor dicho Madara lo quisiera en su cama.
Desde que el rubio había descubierto la verdad sobre el Uchiha, este no lo dejaba en paz, y todas las noches le decía a Pein que le mandara a Deidara, para poder satisfacer sus pérfidas necesidades con él.
-bien, te esta esperando donde siempre- le dijo el Dios, sacándolo a empujones de oficina y serrando la puerta bruscamente tras el akatsuki. El rubio suspiró resignado y se dirigió a la última habitación del pasillo, con mucho cuidado para que nadie lo viera. Cuando entró en ella, vio a Madara acostado, traía la mascara puerta.
-buenas noches sempai- le dijo el lolipop de manera infantil.
-no finjas- dijo sacándose la capa y la ropa- terminemos luego con esto- le pidió de manera rutinaria. Madara rió, pero esta vez con un tomo masculino y bastante sexy.
-¿estas enojado sempai?- le preguntó abrazándolo por detrás, sacándose la mascara y besándole la mejilla con lujuria. El artista serró sus ojos y disfruto del contacto, aunque se sintiera sucio, no podía negar que Madara era diabólicamente irresistible.
-no es eso- le respondía Deidara, mientras era manoseado por el mayor- no es nada- terminó de decir el, para luego besar a su verdadero líder. Se acostaron en la cama para mayor comodidad, Madara se recostó dejando que el rubio se montará en él.
-¿y que vamos a hacer hoy sempai?- le preguntó acariciándole los muslos. Deidara lo pensó un momento. Si le dijera que en realidad le gustaría irse y estar con Sasori, a Madara le daría un ataque. Sonrió al imaginarse tal escena, pero la voz del Uchiha interrumpió su sueño- ya veo…quieres jugar- dijo Tobi con una sonrisa triunfante. El artista afirmó con la cabeza, entonces el mayor empezó a mover sus caderas para simular cabalgadas.
-¡¡no ha ese tipo de juegos!! Gritó Deidara muy avergonzado, poniéndose como un tomate.
-¿entonces?- preguntó el de ojos rojos, que ya estaba perdiendo la paciencia, pero los suaves labios del artista lo callaron. Tobi disfrutó del momento, pero luego bajo hacia el cuello de su sempai para besarlo y lamerlo. Deidara daba pequeños suspiros tratando de suprimir cualquier gemido que intentara escaparse de su boca. Los Uchiha sabían como volverlo loco y eso le hería su orgullo enormemente. Mientras el mayor lo acariciaba y besaba, el artista trataba de montarse encima del miembro de Tobi, para iniciar ya, y acabar lo antes posible- ahhh que delicia- gimió el azabache al sentir la estreches del otro.
-Ahhh- se quejó el rubio poniendo cara de haber chupado un limón. Eso había dolido bastante, pero de todos modos empezó a moverse.
-Siiiiiiiiii, así- gritaba Madara lleno de placer, mientras que Deidara lo miraba sin expresión alguna. Sinceramente estaba aburrido, y cansado. Lo único que quería era ver a Sasori, pero este había ido a una misión y no volvería hasta dentro de una hora. Así que no le quedaba más, que divertir a Madara por mientras.
-¿te gusta Tobi?- le preguntó el artista, fingiendo gozo. Y moviéndose más fuerte.
-mucho sempai- le respondió el azabache corriéndose al instante dentro del rubio. Deidara se desmontó, se recostó a l lado de Madara y lo abrazó. Si serraba los ojos por lo menos imaginaría que esta con su amado Danna- eres el mejor Deidara- le agradeció el verdadero líder abrazándolo también.
-si, como sea, Tobi- le respondía el rubio algo fastidiado. Los dos se quedaron dormidos.
Ya era de día. Y nuestro artista abría sus lindos ojos azules. Miró a su alrededor tratando de reconocer el lugar, miró a su lado t vio al azabache durmiendo.
-estúpido Tobi. Dijo echándose de nuevo a su lado. Era otro fastidioso día en esa maldita organización, con los sadomasoquistas de Kakuzu e Hidan, con el raro de Zetzu, con el sexy, pero bastardo de Itachi, con el azul de Kisame, con zorra de Konan y con el imbécil de Pein. Pensó el rubio escondiéndose el las sabanas, pero de pronto recordó a la única persona que lo hacía sonreír. Su amado Danna- te amo Danna. Dijo para si mismo, poniendo cara de satisfacción, pero de pronto recordó-¡¡ mierda, Sasori ya debe haber llegado!! Gritó cayéndose de la cama, en un intento por salir rápido. Tobi lo miró algo adormilado.
-¿por que te alteras tanto? Le preguntó finalmente, mientras el artista se vestía con rapidez.
-Sasori llegaba anoche, y ya es de día- le explicó sin dejar de vestirse. El azabache lo miro con tedio, odiaba a Sasori y todo lo que tuviera que ver con él. Volvió a taparse con las sabanas, dándole la espalda a su sempai.
-nos vemos- le dijo Deidara dándole un beso en la mejilla, producto de un auto reflejo típico de despedida, y salió corriendo por la puerta.
Cuando llego a la cocina vio al pelirrojo sentado en la mesa, estaba con una taza de café, y se veía reprimido.
-Sasori no Danna- llamó su atención el rubio y el otro levantó la vista.
-¿Dónde te habías metido?- le preguntó con una pequeña sonrisa su maestro.
Eso no importa- le respondió sentándose a su lado-¿Qué pasa, por que está así?- le preguntó con interés.
-nada, es solo que Kakuzu no me quiere pagar mi sueldo- explicó la marioneta con tristeza. Y yo quería comprar material para mi próxima obra de arte- dijo asiendo círculos con el dedo. Ese maldito avaro, pensó Deidara, apenas ayer lo había visto contando una gran cantidad de dinero y guardándola en su maletín.
-oye tu, no mientas ayer te vi con mucho dinero- le gritó Deidara al tipo que estaba sentado en el sentado mas allá y que había sido ignorado en un principio.
-ese dinero es mío- argumento con tranquilidad- yo me lo gane con el dolor de mi entrada- dijo el tesorero de lo mas relajado. Deidara lo miró con asco, no quería saber tanto detalle.
-No se preocupe Danna, yo le prestare dinero- lo tranquilizó el artista. Sasori lo miró con asombro, según lo que sabía el avaro no le había pagado a nadie aceptó a Hidan (claro para seguir vendiéndose a él ¬¬)- tengo dinero ahorrado- le explicó aparentando tranquilidad. En realidad no tenía ni un centavo, pero sabía como conseguirlo, y aunque no fuera la manera mas grata para él, por su maestro haría lo que fuera
-pero Deidara…- trató de decir Sasori, pero el rubio lo interrumpió.
-ya vuelvo, espéreme aquí- le dijo y salió caminando hacía el pasillo.
-te espere toda la noche- dijo Sasori para si mismo, viendo como su compañero se alejaba.
Continuara?¿……………..