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Best Apart por YasuAmaya

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Notas del fanfic:

Cualquier semejanza con el manga/anime "NANA" y/o distintos programas de televisión donde la trama se desarrolla en un edificio o con un "mucamo" está hecho a propósito.

 

Disfruten de otra locura de Yasu Amaya.

 

Lean y dejen reviews, onegai ^^

Notas del capitulo:

Nyappy Everybody!!! Yasu desu

M: cuántos días pasaron?

Y: eh... más o menos tres, casi cuatro

M: aja... qué estás haciendo acá?!

Y: publicando un nuevo fic, no es obvio?

M: tan rápido?

Y: es que el primer capítulo lo tengo hecho desde hace un tiempo xD

M: así que... nuevo fic de Yasu

Y: so desu... como comenté en mi pasada obra, "Tras bambalinas", estoy devuelta con un nuevo trabajo

M: por fin comedia!!!

Y: nee, que ya tengo fics más o menos cómicos

M: si, pero ya me estaba cansando de ser parte de tus dramones -w-"

Y: jaja voy a tratar de no desviar mucho este fic xD va a tener sus momento serios, como todos mis trabajos, pero es una comedia romántica

M: el toque mágico de Yasu... me pregunto con qué nos vas a sorprender ahora

Y: tal vez sea bastante obvio todo, pero voy a tratar de hacerlo entretenido... así que, sin más preámbulos, que comience la acción!!! x3

M: primer capítulo de "Best Apart"!!!

Con una guitarra colgando en su espalda, cargando una maleta y un bolso, un chico de cabello castaño iba caminando por una tranquila calle residencial cercana a la capital nipona. Revisó un pequeño papel que tenía una dirección escrita. Se detuvo frente a un pequeño edificio al estilo occidental, de siete pisos. Entró, miró para todos lados. Al frente, encontró una escalera, entre medio del ascensor, a la derecha, y un pasillo, a la izquierda. Al mirar a una pared, a su derecha, vio varios buzones de correo. Comenzó a caminar a través del pasillo, hasta llegar a una puerta. Golpeó y esperó que lo atendieran. Unos segundos después, la puerta se abrió, dejando ver a un joven de rizos dorados y lentes de sol negros.

 

-¿Yuuki?- cuestionó.

-¡Takuya!- se dieron un abrazo amistado- Tanto tiempo sin verte.

-¿Cómo has estado?

-Muy bien. ¿Y tú? ¿Cómo está tu familia?

-Estamos todos muy bien.

-Me alegro.

-Lamento el retraso. El tren debió detenerse varias veces.

-Sólo te retrasaste veinte minutos.

-Me gusta ser puntual.

-No has cambiado nada, eh.- le dio unas palmaditas en el hombro- Luego de tu viaje, ¿no te gustaría algo para tomar?

-Si, gracias.

-Bien, pasa. Mi madre se muere de ganas por verte. Puedes dejar tus cosas aquí y luego vamos a ver el departamento.

-De acuerdo.

 

Yuuki y Takuya eran viejos amigos. Solían ser inseparables compañeros en la primaria, se llevaban muy bien. Sin embargo, por diferentes razones, Yuuki debió mudarse cuando estaban en segundo año de secundaria baja. Desde ese entonces que no se veían, sólo podían comunicarse a través de correo y llamadas.

 

Takuya, un joven de veintidós años de edad, se fue a Tokio para estudiar en la universidad. Tardó bastante tiempo en decidirse, pero cuando ya lo tuvo en claro, no dudó en nada. Eligió literatura.

 

-El ascensor no funciona.- le dijo el rizado mientras subían las escaleras- El departamento está en el último piso.

-Un poco de ejercicio no me vendrá nada mal.- ambos rieron.

-Aquí es.- se detuvieron frente a la puerta del departamento 707. Yuuki buscó las llaves y abrió- Adelante.

 

Takuya fue el primero en pasar. El departamento no era ni muy amplio ni muy pequeño, era de tamaño medio. La cocina, el comedor y la sala de estar estaban en el mismo lugar, y aun quedaba bastante espacio. Estaba muy bien iluminado, con una mesa y dos sillas justo al lado de la ventana, en medio de un pequeño pasillo con tres puertas y los sillones.

 

-Tu cuarto es éste.- abrió la puerta que estaba del lado izquierdo, entrando el departamento, en el pasillo- Es bastante amplio.

-Más para mí, no tengo muchas cosas.

 

Entrando al lugar, de frente a la puerta, estaba la ventana, en el medio, la cama, transversal a la puerta. A la mano derecha de quien entrara, había un escritorio y un estante para colocar libros. Frente a la cama estaba el armario. Las paredes eran de color beige y el piso era de madera, al igual que en el resto del edificio.

 

-Por cierto…- habló el castaño.

-Dime.

-¿Por qué aun está amueblado?

-Ah. Eso es porque…- sonó un celular- ¿Hola? Si… ¿Qué?... No… Espera…- le dijo a la persona que lo había llamado- Takuya.

-¿Si?

-Disculpa pero tengo que salir por un momento. Voy a estar aquí afuera. Mientras puedes seguir recorriendo el lugar.

-Está bien.

-OK… ¿Sigues allí?- le preguntó a la persona del otro lado de la línea- Si… Si… No… Ya te lo dije…- se fue.

 

Takuya se quedó solo en ese cuarto, que hubiera estado completamente vacío si no fuera por la cama y el escritorio. Miró un rato por la ventana. Le gustó mucho la vista, daba justo a un parque donde había niños jugando y personas mayores caminando y charlando. Todo le pareció muy tranquilo y sonrió. Luego escuchó un ruido fuera de la habitación; era una puerta cerrándose. Creyó que su amigo había regresado, así que fue a ver.

 

No logró salir del cuarto, se quedó parado debajo del marco de la puerta, paró en seco al darse cuenta que no era Yuuki. Tenía los ojos muy abiertos, no podía creer lo que estaba viendo. Delante de él, dándole la espalda, había un sujeto secándose su cabello castaño claro con una toalla, completamente desnudo. El exhibicionista se dio vuelta y vio a Takuya, quien trataba de no mirarlo mucho.

 

-Hola.- saludó como si nada. El castaño no podía reaccionar- ¿Estás bien?- se le acercó un poco.

-“¡¿Qué clase de broma es esta?!”- retrocedió unos pasos.

-Oye.- estiró su mano para alcanzarlo.

-¿Po… podrías taparte un poco, por favor?

-Ah, ni que tuviera algo que nunca hayas visto.- Takuya lo miró como si tratara de asesinarlo. El castaño claro sólo rió mientras se colocaba la toalla alrededor de su cintura- Qué raro, no nos hemos visto antes, pero me pareces conocido.

-No lo sé.

-¡Oh! Tú debes ser ese chico que está buscando lugar para vivir, el amigo de Yukiki.

-¿Yukiki?

-Yuuki.

-Eh… S-si.

-Bien, te estaba esperando.

-¿Eh?

-Déjame darte un recorrido por el lugar. Éste es el baño,- señaló la puerta que estaba entre medio de las otras dos, en el pasillo- éste es mi cuarto,- señaló la puerta que quedaba enfrente de la del cuarto donde había estado el castaño- y… ya no hay más. ¡Esto es todo!- extendió los brazos, haciendo así que su toalla cayera, dejando al descubierto sus partes íntimas. La vista de Takuya se dirigió al producto que el joven ofrecía.

-¿No te da vergüenza?- le preguntó con la cara roja.

-¿Eh? Ah…- tomó la toalla y abrió la puerta de su cuarto.

-“Parece que no le da vergüenza”- pensó.

-Yuuki me contó sobre ti.- le dijo, aun desnudo, desde su cuarto, mientras buscaba algo en unos cajones- Te llamas Takuya, ¿verdad? No recuerdo tu apellido.

-Es…

-No importa.- del cajón sacó un boxer blanco- Te llamaré Takuya a secas.

-“Qué confianzudo.”

-Tienes veintidós años y viniste a Tokio para estudiar en la universidad.

-¿Cómo… lo sabes?

-Tengo mis contactos.- dijo sonriente, luego de sacar de su armario un jeans.

-“¿Debería desconfiar de este tipo?”

-Dime cuál prefieres.- sacó dos camisetas de mangas largas- ¿Esta o esta?- le mostró una camiseta blanca con algunas cosas escritas en negro y la otra era igual pero a la inversa.

-Esta.- señaló la blanca.

-Me gusta más esta.- eligió la negra. Tiró la camiseta en la cama y se comenzó a poner sus jeans.

-“¡¿Entonces para qué me pregunto?!” Esto…

-¿Si?- le preguntó cuando terminó de subirse el cierre.

-Sabes bastante sobre mí.

-Y sé más cosas: te graduaste con las calificaciones más altas de tu clase, estuviste en el club de béisbol durante la secundaria, los profesores siempre escribían en tu boletín que eras muy trabajador y estuviste tres años para decidirte qué estudiar.

-¡¿Qué?!

-¿Me equivoco?

-N-no… pero… ¿cómo…?

-Ya te lo dije: tengo mis fuentes.- le explicaba a medida que se peinaba frente a un espejo.

-“Esto no me gusta nada”. ¿Y por qué sabes tanto?

-Es un se-cre-to.- el castaño levantó una ceja.

-Como sea… Esto no me huele nada bien.

-Yo no so, eh. Estoy recién bañadito.

-Lo decía en sentido figurado.

-Ah… menos mal.- rió.

-A lo que me refiero, es que tú eres un completo desconocido para mí y sabes muchas cosas sobre mi vida.

-¡Cierto! Qué mal educado de mi parte, disculpa. Bueno, me llamo Akiharu… Tsukiyama, Akiharu. Pero mis amigos me dicen Miku. Mucho gusto.

-Eh… si.- se dieron un apretón de manos.

-Qué suavecita tienes la piel.

-¡¿Eh?!- lo soltó de golpe, ruborizado.

-Ja, ja… Tranquilo, yo no muerdo… no muy fuerte.- dijo con una sonrisa pícara.

-“Esto me gusta menos que antes”

-¿Y tus cosas?

-Las tiene Yuuki.

-Pues ve a buscarlas. Dentro de un rato tengo que salir y no estaré aquí para abrirte la puerta.

-¿Cómo harás para llevarte las cosas?

-¿Qué cosas?

-Los muebles.

-Se quedan aquí, no puedo llevarlos conmigo.

-¿No te los llevarás?

-¿Al supermercado?

-¿Supermercado?

-Si, es donde uno va a comprar alimento y otras cosas que le hagan falta.- le explicó como si de un niño se tratara.

-Ya sé lo que es un supermercado.

-Ah… ¿Y?

-¿Qué no te vas de aquí, te mudas, buscas otro lugar para vivir?

-No.

-¡¿Qué?!

-Dios… Este Yukiki no sirve para estas cosas.

-¿A qué te refieres?

-Te voy a explicar. Este departamento, aunque tú no lo creas, es el más grande de todo el edificio. Es muy espacioso para mí solo, por eso le dije a Yukiki que estoy dispuesto a compartirlo con alguien. Me dijo que no había problema. Además me dijo que tenía un amigo que se mudaría a Tokio para estudiar y necesitaba un lugar para quedarse. Ese eres tú. Al comentarme que eras un estudiante de literatura, no pude negarme.

-¿Por qué?

-Porque me alimento de sangre joven.- dijo con una sonrisa maliciosa.

-¿Debo creerte?

-Qué serio eres. Estaba bromeando. Bueno… es que al ser un estudiante universitario sería como un ambiente más… ¿Cómo decirlo? Familiar.

-¿Familiar?

-Pronto lo entenderás.

-Déjame ver si entendí.

-OK.

-Tú no te vas de aquí, ¿correcto?

-Correcto.

-Y yo vengo.

-Aja.

-Lo que significa que vamos a ser compañeros de piso.

-Si.

-¡Perfecto!

-Claro.

-Voy a matar a Yuuki.- salió del cuarto del castaño claro.

-¿Eh? ¡Espera!- cuando llegó a la sala-comedor-cocina, Takuya ya se había ido- Cada año que pasa, llegan chicos más raros… Hum… ¿Será que se desilusionó al ver mi mercancía?- miró su entrepierna- Pide demasiado.- movió la cabeza como negando- A este niño voy a tener que enseñarle muchas cosas.

 

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

 

-¡¡Yuuki!!- le gritó cuando lo encontró en las escaleras.

-Ah… Takuya, estaba yendo para el departamento ahora mismo.

-Me voy de aquí.- pasó por un lado del rizado.

-¿Qué?

-No voy a quedarme con ese tipo.- señaló al departamento 707.

-Veo que ya conociste a Miku.

-Tuve el agrado de hacerlo.- dijo sarcástico.

-Supongo que te explicó todo, ¿no?

-Si y no quiero saber nada.- bajó unos cuantos escalones.

-¿Y a dónde vas a ir?

-No lo sé. Seguro encontraré algo.

-Te deseo suerte.

 

“¡No voy a quedarme con ese tipo! No tiene respeto por nada, no le importó andar desnudo frente a un total desconocido que, lamentablemente, resulté ser yo”. A medida que caminaba por una calle, sin rumbo fijo, iba sumergido en sus pensamientos. “Voy a tener que buscar otro lugar para quedarme”. Revisó su bolso y encontró una pequeña libreta. “Qué suerte que traje conmigo otras direcciones de residencias estudiantiles por las dudas… Veamos…”, le echó un vistazo a sus anotaciones, “Iré a esta. Espero que tengan lugar”

 

~*~*~*~*~*~ Primer intento ~*~*~*~*~*~*~

 

-Disculpe. ¿Usted es la casera?- le preguntó a una mujer de mediana edad que barría la entrada al edificio.

-Si. ¿En qué puedo ayudarle, joven?

-Estaba buscando hospedaje. Pronto comenzaré mis estudios en la universidad.

-Ah… Lo siento, joven, pero todos los departamentos ya están ocupados.

-Ya veo… “Qué mal”

-Lo lamento.

-No hay problema. Gracias de todos modos.

 

~*~*~*~*~*~ Segundo intento ~*~*~*~*~*~*~

 

-¿Qué tal?- le preguntó un hombre calvo y algo barrigón.

-No está mal. ¿Por qué es tan barato si es tan espacioso y está en buenas condiciones?

-Eso es porq-…- un ruido ensordecedor no dejó oír lo que el casero le dijo.

-¡¿Qué es ese ruido?!- gritó, tapándose los oídos.

-¡¡El tren!!

 

~*~*~*~*~*~ Tercer intento ~*~*~*~*~*~*~

 

-¿Y usted piensa que me quedaré aquí?

-Si.- le dijo un hombre delgado, con la barba un poco crecida, de no muy buena pinta.

-¡No hay cuarto de baño!

-Pero si aquí lo tienes.- señaló un inodoro.

-¡¿En medio de la sala?! Bueno, en medio de todo.

-Vivirás solo. Con cuatro paredes será suficiente.

-Cuatro paredes literalmente.

 

~*~*~*~*~*~ Cuarto intento ~*~*~*~*~*~*~

 

-¿Y?- preguntó una mujer.

-Le falta el techo.

 

~*~*~*~*~*~ Quinto intento ~*~*~*~*~*~*~

 

-¿Qué le parece?

-No está…- cerró la puerta y esta cayó- Olvídelo.

 

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

 

Luego de siete intentos fallidos, se dio por vencido. Regresó al edificio de la familia de su amigo Yuuki, pero no se animó a entrar. Así que fue a sentarse al parque que estaba enfrente.

 

-¿Y… ahora qué?- suspiró- No tengo suerte en estas cosas… “¿Qué voy a hacer? Le dije a Yuuki que no me quedaré con ese tipo… ¿Cómo se llamaba? Aki… algo. Ahora no tengo dónde vivir… Tal vez pueda acostumbrarme al ruido del tren, no estaba tan mal, sólo pasa cada cinco minutos… ¿A quién quiero engañar?- agachó la cabeza- “Todos eran pésimos lugares, uno peor que el otro. Debería reconsiderar compartir piso con ese tipo… Aunque eso podría perjudicar mi rendimiento académico y la convivencia con un sujeto que a penas conozco… Un momento, él me conocía mejor a mí que yo a él. ¡¿Cómo es posible?! ¿No será que… hablaba en serio cuando dijo eso de alimentarse de sangre joven? Hay cada secta en este mundo, no me sorprendería. ¡Tal vez quiera chupar mi sangre! Espero que sólo sea mi sangre… ¡¿Qué cosas pienso?!”

-Oye.

-“¿Quién se alimentaría de sangre en estos días? Habiendo tantos puestos de comida rápida y ramen instantáneo.”

-Oye.

-“Aunque ese tipo debe tener dinero, el departamento estaba bien amueblado y no andaba desalineado… Bah, andaba desnudo, pero eso no tiene nada que ver… Tal vez…”

-Pasemos lista.

-“Tal vez sí sea miembro de una secta y le dan todas esas cosas por ser miembro especial… ¡o el líder!”

-Sato, ¿está presente?

-“Takuya, ¿desde cuándo piensas tantos disparates?”

-¿Yamamoto?

-“Creo que haber pasado por esos lugares tan bizarros me afectó. Seguro fue en esa casa llena de gatos.”

-¿Takahashi?

-“Y también… ver a ese sujeto y sus cosas.”

-¿Takuya?

-Presente. “Pero…” ¡¿Qué?!

-Bienvenido a la realidad, Takuya.

-¡Tú!

-Si, yo.

-Aki… Aki…

-…haru.

-Akiharu-san... ¿Qué...?

-¿Que qué hago aquí?- asintió- Venía de hacer unas compras. Después de que te fuiste, surgieron otros asuntos, así que no tuve tiempo de ir al supermercado. Compré muchas cosas.- le mostró las bolsas, eran como cinco en cada mano- ¿Y tú qué haces aquí? Ya está oscureciendo y hace un poco de frío.

-Estaba… pensando.

-¿En qué?

-Ah… No tiene importancia.

-¿Por qué dices eso? La esencia del hombre es la razón. Al poseer razón, podemos pensar. Los pensamientos son cosas muy valiosas. “Pienso, luego existo”. Debes valorar más tus pensamientos.- Takuya lo miraba incrédulo- Ahora, si me dices que estabas pensando en cosas sucias…

-No.- trató de asesinarlo con la mirada.

-Ja, ja… Oye, ¿eres guitarrista?

-¿Eh? Ah… Sólo es un pasatiempo.

-¿En serio? Yo también toco la guitarra.

-¿Si?- se puso de pie.

-Aunque muchos me dicen que se me da mejor cantar. Deberías escucharme en el karaoke o en la ducha.

-Aja…

-Por cierto, ¿a quién admiras?- comenzó a caminar.

-A Daita-sama.- y Takuya lo siguió.

-Antiguo Siam Shade… Muy bueno.

-¿Y tú?

-Mmm… Pues… A nadie en particular. Empecé con la guitarra sólo por curiosidad y al final me terminó encantando.

-A mí me pasó igual.

-¿En verdad?- asintió- ¿A qué edad comenzaste?

-Como a los quince años.

-Oh, muy joven. Yo empecé un poco más tarde. Lo primero para mí eran los estudios. La guitarra sólo fue algo que usé como distracción, para despejar un poco la mente.

-Ya veo… ¿Estudias?

-No, ya no. Pasé por esa etapa hace un tiempo.

-¿Qué estudiabas?

-Literatura, al igual que tú.

-¿Si?

-Si. Aunque también tengo otros títulos.

-¿Eh? ¿Qué edad tienes?

-Veintiséis.

-Juraría que tienes menos.

-Gracias por el cumplido.- ambos rieron- ¿Sabes? Yo estudié en la misma universidad a la que irás.

-¿Por eso dijiste que si era un estudiante de literatura sería un ambiente más familiar?

-Eh… Digamos que si. Supongo que tendremos algunas cosas en común.

-Tal vez.

 

Llegaron al edificio, aun charlando, y subieron las escaleras.

 

-Maldito ascensor que no funciona.- lanzó un bufido- Se supone que lo arreglaron la semana pasada… Deberías tener cuidado con esa cosa.

-¿Por qué?

-Una vez, se detuvo dejando a un chico encerrado. Estuvimos más de dos horas para tratar de sacarlo de ahí, pero no pudimos. Ahora su espíritu recorre el edificio, asustando a todo aquel que recorra los pasillos a las once y veinticinco de la noche.

-¿Debería reírme o asustarme?

-En verdad eres serio, eh. Era una broma. En fin. Luego de pasadas esas dos horas, llamamos a los bomberos. Fue muy divertido.

-¿Qué tiene de divertido que una persone se quede atrapada en un ascensor?

-Pues, no sé. Yo lo digo porque algunos de los bomberos se quedaron a celebrar después del rescate. Ja, ja… La pasamos muy bien.

-Qué cosas…- llegaron al departamento 707.

-¿Podrías abrir? Tengo las manos ocupadas.

-Ah… Si.- giró la perilla y la abrió- ¿No cierras con llave?

-Supuse que volverías y no quería que te quedaras afuera.- pasó y dejó las bolsas sobre la mesada de la cocina- ¿Dónde te metiste todo el día?- le preguntó mientras buscaba algo en la heladera.

-Estuve dando vueltas por ahí.- se quedó parado junto a la puerta, ya cerrada.

-¿Recorriendo un poco los alrededores?- sirvió un poco de jugo de naranja en dos vasos.

-No exactamente.

-Podrías haberte perdido si no conoces la ciudad. Aquí tienes.- le dio un vaso.

-Gracias.

-¿Avisaste a tu familia que ya llegaste?- terminó de beber su jugo y dejó el vaso vacío sobre la mesada- Permíteme tu bolso… y la guitarra también.

-Ah… Si.- se los dio- Les avisé en la tarde, cuando llegué.

-Menos mal.- entró en el cuarto del menor y éste lo siguió- Tus padres deben estar preocupados por ti. Es la primera vez que te mudas para vivir solo, ¿no?- colocó el bolso y la guitarra sobre la cama tendida.

-Si, sobre todo mi madre. No quería que me fuera.

-Debe comprender que eres lo suficientemente grande para vivir solo.- sacó un poco de ropa del bolso y acomodó las prendas dentro del armario.

-Eso mismo le dije yo. Mi padre, en cambio, fue más comprensivo.

-Los padres tienden a sobreproteger más a las hijas.- seguía sacando ropa y acomodándola- Aunque tú tienes un hermano, ¿verdad?

-Si. Pobre, tendrá que soportar a mi madre.

-Ja, ja… Ah… Los chicos crecen tan rápido.- revisaba el bolso.

-Tal vez.

-Oh… Hasta tu ropa interior es suavecita.- dijo mientras pasaba su mano sobre unos boxers.

-Si, uso suavizante para la ropa.

-Me encanta esta marca de ropa interior.

-Los compré en una oferta: cuatro por el precio de uno. Lo único malo era que uno no podía elegir los modelos.

-Yo tengo unos guales a estos.- le mostró uno que era blanco con corazones rojos.

-¿Si? Pues yo… ¡¿Qué estás haciendo con mi ropa interior?!

-Acomodándola.

-¿Quién te dio permiso?- le arrebató su prenda de la mano.

-Nadie.

-¡¿Eh?!

-Creí que sería un gesto de cortesía ayudarte a desempacar.

-¿No tienes respeto por la privacidad de los demás?

-En principio, fue tu culpa.

-¡¿Cómo?!

-¿No te diste cuenta de lo que estaba haciendo?- silencio. Se escuchó cómo el viento entraba por el pequeño orificio abierto de la ventana- ¿Y así quieres vivir solo? Tienes suerte de que esté yo aquí.- Takuya no dijo nada, sólo dio media vuelta y salió del departamento- Ah, pequeño niño,- dijo al aire- yo seré tu maestro en la materia de la vida.

 

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

 

Golpeó la puerta insistentemente hasta que se abrió.

 

-Oh, Takuya, regresaste.

-¡Revisó mis cosas sin mi permiso!

-Tranquilo, tranquilo.

-¡¿Cómo quieres que me tranquilice, Yuuki?! ¡¡Ese sujeto está loco!!- señaló hacia arriba con la mano que sostenía su ropa interior.

-Lindo boxer.

-¿Eh?- lo miró y lo ocultó detrás de sí.

-No entiendo por qué armas tanto escándalo. Miku es un buen tipo.

-¡¿Buen tipo, ése?!

-Sólo tuviste una primera mala impresión de él. En verdad, es muy bueno con las personas que les caen bien, normalmente es muy amigable y bondadoso, se preocupa por los demás.

-Ahora que lo pienso, había cosas preparadas, como si esperara que regresara… la cama estaba tendida.

-Se preocupó por ti.

-¿Por qué?

-Así es Miku, es impulsivo. Si tiene ganas de hacer algo, lo hace y muchas veces no lo piensa.

-Si es así, ¡puede ser capaz de hacerme cualquier cosa!

-Mmm…

-No me mires así, Yuuki. Sé que no estás pensando nada bueno.

-¿Te dijo lo de chuparte la sangre?

-Si.

-Ja, ja… Eso quiere decir que le caíste bien.

-¿Qué?

-Miku es de hacer ese tipo de cosas a sus amigos.

-Pero no somos amigos.

-Sin embargo, de ahora en más van a vivir juntos.

-No quiero.

-Créeme, te ganaste la lotería con Miku.

-¿Eh?

-Ahora, si me disculpas, estaba en medio de una partida muy importante contra mi rival más grande.

-Yuuki…

-Te deseo suerte. Bye Bye.- cerró la puerta.

-¿Yukiki?

 

“¡Me las pagará!”, pensaba el castaño mientras regresaba al departamento 707. Abrió la puerta, lo primero que percibió fue música y, de a poco, un aroma exquisito pegó de lleno en su nariz.

 

-¿A dónde fuiste?- le preguntó Miku, quien estaba cortando algunas verduras.

-Fui a hablar con Yuuki.- cerró la puerta, apoyando su espalda en ella. Así quedó varios segundos, mirando al mayor.

-Si quieres, puedes ir a darte una ducha mientras la cena está lista.

-Eh… S-si… no te molesta.

-Para nada. Puedes usar el baño cuando quieras.

-Es… está bien… Gracias.

 

“Tal vez… sí sea un buen tipo”. Las gotas caían sobre su cuerpo desnudo. “De cierta forma, le da al ambiente una sensación familiar, como si fuera… eh… ¿un amo de casa? Debe ser porque es mayor… ¡Entonces me trata como a un niño!”. Suspiró. “Siempre creí eso de que de algo malo sale algo bueno… A lo mejor nos llevamos bien.”

 

Terminó de ducharse y se vistió. Salió del baño aun secándose el cabello. Miku ya tenía lista la cena, servida en la mesa.

 

-¿Ya tienes hambre?- preguntó el mayor.

-¿Eh?

-Espero que te guste lo que preparé.- se sentó- Adelante, toma asiento.

-Pero…

-No seas tan modesto. Siéntate.

-Sólo porque insistes.- tomó asiento. El castaño claro sonrió.

-¡Itadakimasu!- se llevó un poco de comida a la boca. Había preparado estofado- No seas tímido. Come.

-Eh… Si.- tomó los cubiertos y se dispuso a comer.

-¿Y?

-Está delicioso.

-¿En serio?- preguntó ilusionado.

-Si.- dio otro bocado.

-Me alegra oír eso.- dijo sonriente- Esta es mi receta especial. Sólo la preparo en ocasiones importantes.

-¿Y qué celebras?

-Nuestro primer día juntos.

-¿Qué?

-Sé que no comenzamos del todo bien, por eso quiero intentarlo una vez más… Mucho gusto. Mi nombre es Akiharu Tsukiyama, pero mis amigos me llaman Miku.- le extendió su mano.

-Yo… soy Takuya.- aceptó su mano y se dieron un cordial saludo.

-Sólo te llamaré Takuya. Tú puedes llamarme Miku.

-¿Miku… san?

-De ahora en más seremos compañeros de piso. Espero que nos llevemos bien.

-S-si. “No está tan mal.”

-Aun debemos llegar a algunos acuerdos.

-¿Acuerdos?

-Si. Ya que vamos a vivir juntos, tendremos que dividir el alquiler. Supongo que no tienes empleo.

-No, pero tengo pensado buscar uno. Por el momento me alcanza para pagar el alquiler.

-Lo pagaremos a medias, así que te sobrará dinero para otras cosas. Como vas a estudiar, necesitarás libros y material de estudio. Veamos… Ah… Te propongo algo.

-¿Qué?

-Yo te doy todo lo que necesites para estudiar, a cambio de que pagues la comida y la luz. De cocinar me encargo yo.

-¿Y la limpieza?

-Bueno, tú estarás ocupado con los estudios y yo con mi trabajo… Lo haremos los dos juntos. DE otros servicios me encargo yo, por lo menos hasta que consigas un empleo más o menos estable.

-Eh… Está bien.

-Perfecto.

-“Quizás… no sea tan malo”.- sonrió para sí mismo y luego se llevó un poco de comida a la boca.

-Si te sientes nostálgico, puedes decirme “mamá”.

-¿Eh?- se atragantó con la comida.

-¿Estás bien?- el menor comenzó a toser- ¡Hijo mío!- se levantó de su asiento y le dio unos golpes en la espalda- ¿Ya pasó?

-S… si.

-Mamá se preocupó mucho por ti, hijo. Creí que te perdería.

-No voy a decirte “mamá”.

-Entonces “papá”.

-“¿Y… así comenzamos?”

Notas finales:

Y: nee, Miku

M: si?

Y: puedo decirte "papucho"? *---*

M: -w-U otra vez a ser acosado por Yasu

Y: este fue el primer capítulo

M: a ver qué tan fieles son tus lectoras xD

Y: veremos... espero que les haya gustado... trataré de actualizar una vez por semana, si puedo más, ya que los profesores se acordaron que tienen que evaluarnos xD

M: estaremos esperando sus reviews

Y: y voy a responder todos!!!

M: cuidense

Y: Bye Nyappy!!!


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