Capitulo 1: Reencuentro.
La luz del dia se empezo a escabullir por las translucidas cortinas que decoraban la habitacion, haciendo que su ocupante se despertara lentamente. El llamado a un nuevo dia es simpre inevitable, pero para el es algo mistico, la facilidad con la que el sol sale cada mañana, la facilidad con que se respira a cada instante, hasta que, cerrando los ojos por ultima ves, se entraba en el sueño eterno de la muerte.
Al menos asi era como pensaba ese monje budista. Cada mañana ese tipo de pensamientos le inundavan el pensamiento, llenandolo de curiosidad sobre la vida, la muerte, la inevitable condicion humanda del sufrimiento, preguntandose si algun dia lo superaremos, si algun dia el lo superara.
La verdad era que siendo monje su vida no era satisfactoria, por mas que meditara e intentara llegar a la iluminacion no lo conseguia. Esa promesa de no sufrir más nunca llegaba, mas por el contrario se asentuaba cada ves que, frustrado, sentia que su lugar no era ahí, como si una fuerza imbisible lo arrastrara, intentando llebarselo a quien sabe donde, simplemente sintiendo el impulso de caminar y salir. Claro que los monjes le enseñaron que jamas se debe dejar llebar por los impulsos y que el desapego a las cosas era fundamental para que lograse su objetivo, aun asi, el ansia por vivir con placeres y pesares era algo que no podia negar.
Es verdad que el budismo le habia traido paz, pero no habia podido llenar el vacio que tenia, no habia podido satisfacer su curiosidad ni darle respuestas a esas dudas que todos los dias le atormentaban el corazon: ¿Quiénes somos? ¿Por qué vivimos? ¿Para que vivimos? ¿Por qué sufrimos?
Se habia acercado a buda en busca de las respuestas, cosa que no habia conseguido, ni con esa religion ni con ninguna (ya se habia hecho catolico, judio, musulma, hinduista, etc.), asi que ahora era tiempo de seguirse a si mismo, algo que, hasta cierto punto, habia intentado evitar.
Se decidio por fin, ese camino no era su camino, independientemente de cuanto le habia enseñado, asi que sin empacar nada, pues no tenia pertenencias, se fue caminado, buscando su camino, siguiendo esa fuerza que lo llamaba, que le hacia seguir en su busqueda, no solo de la verdad, sino tambien del amor.
*flash back*
Se encontraba acostado en una cama, al lado de una figura mayor que la suya, lloraba y entre sollosos se quedo dormido. Su larga cabellera dorada se pegaba a su rostro por las lagrimas que habia derramado, lentamente, una mano se pasaba por esa cabellera, por fin habia logrado que se durmiera. Con las pocas fuerzas que le quedaban pudo articular unas palabras:
-es el amor....- por fin cerro los ojos.
*flash back*
Solo habia amado a una persona por el momento, y en la busqueda de el porque de su muerte se habia internado en le camino del budismo para conseguir respuesta, cosa de la cual ahora se habia salido para seguir su busqueda. Se sentia solo y sin rumbo, no sabia que hacer. Nunca habia trabajado pues nuca lo habia necesitado, pero ahora esa necesidad se hacia evidente, pues ya llebaba mas de tres dias sin comer nada, a pesar de que como monje, estaba acostumbrado a los ayunos.
Intento probar suerte en un restaurant, pidiendo empleo como conserje o lavaplatos, cosa que no consiguio, pues su apariencia no era la mejor. Apenas empezaba a crecer de nuevo su cabello, lo que no le daba un buen aspecto, sumado al hecho de no haberse podido bañar ni cambiar de ropa. Desesperanzado busco de lugar en lugar sin encotrar, llegando incluso a pansar en medigar o algo por el estilo. La verdad nunca habia comprendido el porque las personas trabajaban, porque se enajenaban haciendo cosas que los hacian infelices, solo por sobrevivir, siendo que esta vida de por si ya esta llena de sufrimiento. Por ese moemento se olvido de su pensar, un tanto mareado por la falta de comida, no era tiempo de cuestinarse sobre eso, mas importante aun era esa necesidad de seguir viviendo, no solo por simplemente vivir y que su cuerpo siguiese funcionando, sino para encontrar lo que estaba buscando.
Inexplicablemente se sentia muy debil, ya habia hecho ayunos de mas de un mes y sin embargo ahora la debilidad se apoderaba rapidamente de el. Tal ves era que su espiritu intranquilo consumia mas enrgia, o que ya habia caminado mucho en ves de estar sentado en posicionde loto. Sus pies apenas y funcionaban, por lo que tropezo, la lluvia empeza a caer, y sintiendose totalmente deprimido, empezo a llorar.
Era imposible tener tanta mala suerte. Su vida habia perdido sentido hace mas de 10 años y solo hasta ese momento habia sentido que verdaderamante el destino lo odiaba. Cuan equibocado estaba.
Una mano toco la suya, que aletargada por el hambre tardo en sentir el contacto. Also la vista, era un hombre, de mirada verde y cabellos café. Al ver los ojos del caido su corazon dio un salto. ¿Cómo era posible eso? Los ojos mas azules nunca vistos, se perdio en ellos por un momento, olvidando el porque de su accion. Despertado por unas palabras que llagaban de lejos, por fin salio del transe.
-Creo que necesitas ayuda- dijo con vos profunda y llena de seguridad- asi que ven conmigo.
Parpadeo varias veces antes de comprender totalmente lo que pasaba. Se encontraba caminando bajo la lluvia, abrazado por un joven que no conocia y que dijo que lo llebaria a su casa." Acaso el karma funciona tan rapido", penso mientras llegaban a un modesto departamento, en uno de los barrios pobres de bombay.
No habia dicho una palabra durante todo el viaje, y ya adentro seguia sin saber que decir. Su anfitrion lo sento en una pequeña silla de madera, junto a una destartalada mesa, el se sento en otra ofreciendole una toalla a su invitado.
-mi nombre es aioria- dijo con la misma voz, pero esta ves acompañada por una sonrisa- ¿tu como te llamas?
-soy shaka, mucho gusto- dijo el de mirada azul, sintiendose debil otra ves, despues de que el disparo de adrenalina habia pasado- perdon pero, ¿Por qué me trajiste a aquí?
-pues pense que tenias problemas, no todos los dias te encuentras personas tiradas en la calle llorando. Asi que decidi que te ayudaria en lo que pudiera- dijo sin dejar de sonreir, cosa que no paso desapercivida por el rubio, cosa que le parecia un misterio.
¿Cómo esa posible eso, el estar simepre sonriendo? El rara ves podia hacerlo, y sin embargo, ahora estaba esa persona enfrente de el, que aun trayendo a un desconocido a su casa (que por cierto no se podia decir que fuese gran cosas), se presentaba feliz.
-bueno, creo que has de tener hambre- se lebanto y se acerco al refrijerador. Ese cuarto servia de sala comedor y cocina- aquí tienes- dijo acercandole un plato con frutas- por el momento no tengo mas porque soy vegetariano- se disculpo.
-no hay problema. Esta bien- dijo, decidiendo sonreir. Cosa que le saco otra sonrisa al castaño- ¿vives solo?- fue lo primero que se le ocurrio preguntar para empezar una platica.
-si, aunque antes comparti el departamento con alguien mas, solo que por unos problemas tuvimos que separarnos.
.oh, ya veo.- dijo mientras comia esa sorpendentemente freca fruta.- bueno me marcho- dijo tras terminar de comer.
¿Qué?- pregunto aioria- ¿si tienes a donde ir?- por fin la sonrisa aflojo y dejo entre ver preocupacion en las facciones del muchacho. Cosa que, estrañamente, hizo que le diera una punzada en el corazon a shaka.
-pues la verdad no, pero no quisiera darte problemas, asi que creo que lo mejor es marcharme, gracias por la comida y ....-no pudo terminar la frace.
-pero si no tienes a donde ir, quedate. No hay problema. Ademas parece que necesitas descansar y un baño- lo dijo sin afan de ofender, pero aun asi logro que shaka se ruborizara- en verdad quedate, por favor.
No entendia porque el afan de un desconocido por ayudarlo, porque queria retenerlo, siendo que el podria ser una persona peligrosa, aunque no lo fuera. Un tanto perplejo, decidio mejor marcharse, encontrandose en la puerta a aioria, quie no le permitia pasar.
¿Por qué? -Dijo por fin shaka- ¿Qué te pasa?
-¿nunca has sentido un vacio en tu interior? Algo inexplicable y que no puedes saciar- dijo casi al borde de las lagrimas- pues es lo que he estado sintiendo casi toda mi vida, mis padres nos abandonaron a mi y a mi hermano, y despues de que lo perdi a el, todo dejo de tener sentido, todo hasta que te vi. Al principio pense que serias alguien mas a quien ayudar pero depues lo senti, senti que...
No pudo terminar de hablar. Un temblor sacudio al rubio, quien por el cansancio de los dias pasados y la repentina conmocion de ese momento, mas el letargo que se siente despues de comer, se desmayo. Unas manos firmes y grandes lo lograron sostener, evitando que se estrallara contra el suelo. Lo levanto y lo llevo hasta su cama, lo recosto y lo observo con atencion. Antes solo se habia fijado en esos hermosos ojos azulados, pero ahora que estaban cerrados y no lo distraian del resto de la cara, la observo bien. Una hermosa nariz delgada y algo respingada, unas pestañas largas y rubias igual que el cabello que apenas empezaba a crecer, labios tiernos y rosados, delgados, una tez blanca como el marfil y un cuerpo que aunque delgado, parecia en forma y bien cuidado.
Se sento en una silla al lado de la cama, y poco a poco el sueño y esa figura angelical lo arrullaron. Una anormal paz se apodero de ambos, una paz que ninguno habia sentido antes, al menos en esa vida. Dos almas que antes habian sido de caballeros, ahora eran distintas, habian tenido distintas vidas, paro aun asi, se reencontraban trayendose paz mutua, y quien sabe que mas.