Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Adicto a ti por Astrea

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Disclaimer:  Slam Dunk y sus personajes son propiedad de Takehiko Inoue

.............................................................................................

Hace tiempo subí este fic, pero acabó cayendo en el olvido por obra y gracia de mi ritmo de vida, además de mi dedicación a otras aficiones.

Ahora, estoy dispuesta a resarcirme de haberlo dejado sin terminar y espero que paseis un buen rato con la historia.

Gracias por leer

Notas del capitulo:

El texto en cursiva son los recuerdos de los personajes

Capitulo 1: Dos adictos

Los rayos de sol comenzaban a filtrarse a través de las cortinas azules, dando una gran sensación de paz en la habitación... paz que parecía no ser factible para uno de los jóvenes que yacía en la cama. La luz del recién comenzado día le había desvelado e incapaz de concebir de nuevo su sueño, se había incorporado para sentarse en la cama, para después dirigir una mirada de soslayo a su acompañante en las lides de morfeo.

 –Ryota... ¿qué coño hemos hecho esta vez?– Susurró con la voz rota. Inmediatamente hizo una mueca de dolor por el sonido que retumbó dentro de su cabeza, a la vez, que se echaba las manos para palparse la frente y agarrarse los rojos cabellos exhalando un suspiro.

 ‹‹¡Dios! ¡Que resaca!››

 Sentía explotar la cabeza con apenas respirar y los fuertes ronquidos de su amigo, felizmente dormido, no lo estaban ayudando mucho a sobrellevar el dolor que sentía en la sien, por lo pronto, estaba claro que esta vez habían superado las borracheras anteriores.

  ‹‹Menuda mierda›› pensó el mareado pelirrojo  ‹‹Si esta vez estoy tan mal seguro que pillamos el pedo del siglo››

 Trató de incorporarse pero apenas quedo en un malogrado intento, así que apoyo sus codos en las piernas y restregó sus manos por la cara intentando despejarse.

Estando en esa postura se le pasó por la memoria las veces que habían ido a desquitar sus penas amorosas al bar-karaoke y habían terminado dando un espectáculo en toda regla, además dos componentes del equipo universitario de baloncesto borrachos como cubas cantando “ Vivir así es morir de amor”, no pasaba desapercibido para nadie, sobre todo para el publico femenino y más con el sentimiento que le ponía Ryota, es que no fallaba, en cuanto sonaban los primeros acordes de la melódica canción su amigo se abalanzaba al micro con una porte de seductor frustrado que asustaba y empezaba a entonar... bueno mas bien berreaba con todas sus buenas intenciones y el desamor que habitaba en su alma:

 “Siempre me traiciona la razón

 y me domina el corazón

 no sé luchar contra el amor”

 Claro que la siguiente estrofa tocaba la fibra sensible de Hanamichi, acostumbrado a lidiar con desengaños amorosos por chicas que solo tenían ojos para otros, y de un salto propio del rey de los rebotes, subía al escenario para apropiarse del otro micrófono con un sorprendente, dado el grado de alcohol que llevaba en la sangre, movimiento felino y cantar con ojos de cordero degollado:

 “siempre me voy a enamorar

 de quien de mí no se enamora

 es por eso que mi alma llora”

 Mientras Ryota le miraba con una cara de “yo te comprendo amigo” y después se llevaba la mano al puente de la nariz y negaba con la cabeza con toda su pena, a la vez que Hanamichi le pasaba el brazo por los hombros para animar a su compañero de seguir cantando con pasión, esta vez a dúo:

 “Y ya no puedo más, ya no puedo más

 siempre se repite la misma historia

 ya no puedo más, ya no puedo más

 estoy harto de rodar como una noria.”

 Aún se preguntaba, dado la cogorza que llevaban encima, como eran capaces de cantar en el escenario sin haber perdido el equilibrio ni dar un mal paso y ya no hablemos de pronunciar correctamente todas las sílabas de la canción, claro que no desafinaran... eso ya era otro cantar, nunca mejor dicho.

El pelirrojo frunció el ceño, acabar así era algo muy humillante pero tampoco podía evitarlo, pues sentía como si expulsara toda la exasperación de su interior y como a la mañana siguiente no se acordaba de quien había estado entre el publico presente pues le traía igual, total nadie se enteró hasta el día que fueron las estrellas de la edición matutina del informativo de la universidad y se convirtieron en el objetivo de las burlas y bromas del resto del equipo.

 Ryota y Hanamichi se encontraban en la cafetería de su facultad, todavía les duraba la resaca y se saltaron la primera hora, ninguno decía nada, la situación de compartir residencia y estudios había hecho a los dos jóvenes más inseparables que en sus años de Shohoku, cuando aquella vez que el base le confesó que Ayako no le hacia ningún caso y el autodenominado Tensai sufría una situación igual con Haruko y declararon que aun les quedaba el baloncesto... sólo que en esta ocasión la situación se les quedaba un poco pequeña... ambos tenían un grado de enamoramiento como un caballo, incluso cuando Miyagi irónicamente lo comparo con una adicción, luego les sirvió a ambos para usar esa referencia y hablar en clave de su estado sentimental, porque , seguro que si se enteran el resto de sus amistades serian el hazmerreír del equipo, así que los dos tenían un pacto de silencio sobre como sobrellevaban su enamoramiento y ahogaban su desamor, aunque casi siempre era Ryota quien terminaba arrastrando a Hanamichi al bar, ya que era quien lo estaba pasando peor... él sin embargo como dice el refrán “ojos que no ven corazón que no siente”...Aunque de alguna manera no era todo cierto, pues el pelirrojo estaba al tanto de los medios de comunicación buscando noticias de su amor.

En esto que, cada uno, estaban en sus mundos interiores esperando que amenizara la resaca cuando Mitsui se plantó delante de ellos conteniendo la risa a duras penas y les tiró el periódico universitario en la mesa. Sakuragi que lo que menos ganas tenia era de concentrarse en leer, fue el primero en abrir la boca

 – Ya, Mitsuito, hoy no quiero leer noticias sobre el gran Tensai del baloncesto– susurró con una voz apenas audible

 Mitsui le miro con una expresión divertida para luego estallar en carcajadas.

 Los dos resacosos se miraron con cara de no entender nada y Ryota propinó un golpe a Mitsui en el  estomago para que su risa dejara de ser un eco en su cerebro.

 -Joder, Hisashi, cállate, no ves como estamos

 Mitsui carraspeo y se sentó en una silla libre enfrente de los chicos – Claro que os veo ¿queréis aspirinas?

  Hanamichi soltó un gruñido

 –Por cierto Sakuragi, en el periódico no pone nada del Tensai del baloncesto pero... si del Tensai de la canción– dijo el chico moreno con tono divertido y mirando sagazmente al pelirrojo.

 Ryota y Hanamichi cruzaron las miradas y comprendiendo lo que Mitsui quería decir, se tiraron en plancha a por el periódico pasando las paginas con rapidez... allí estaban... en la página de la crónica rosa, donde veía un articulo con una gran fotografía que les mostraba en todo su esplendor de borrachos felices mientras deleitaban con unos gallos a la sufrida audiencia del show y un titular que rezaba:

 “Pillados con las manos en el cubata y el micrófono”

 El pelirrojo puso la cabeza en la mesa y se la tapó con los brazos para ocultar una cara de vergüenza y desolación que Hisashi Mitsui calificó de antológica, mientras Ryota solo atinaba a repetir

 –joderjoderjoderjoderjoder– con un tono completamente ido.

 –Que chicos, me firman su primer autógrafo– dijo el tirador de triples para romper la incomoda situación.

 Sakuragi levantó la cabeza y le dirigió a Mitsui una furibunda mirada que lo hizo callar, mientras Ryota llevaba mas de cinco minutos repitiendo en estado de shock – joderjoderjoderjoder–, Hisashi preocupado de cómo se había tomado su amigo la noticia, miró a Sakuragi para volver la vista a Ryota y propinarle dos golpes suaves en las mejillas – ¡Eh Ryota! reacciona que no es para tanto, no os van a echar del equipo por emular a Camilo Sexto con unas copas de más– Ryota miro a Mitsui asustado, parecía que no salía de la impresión,  apenas abrió la boca y pudo pronunciar algunas palabras

 –no quiero que Ayako se entere de esto– tomó aire y continuo mirando a Hanamichi– hemos hecho un ridículo horrible, me moriría antes de volverla a mirar a la cara

 Sakuragi sabia lo que pasaba por la cabeza de su amigo, él también se fundiría del calor de la vergüenza si se encontrara cara a cara con la persona que le hacía sentirse eufórico y triste la vez, e inmediatamente dio un profundo suspiro para luego soltar un comentario de cosecha propia:

 –Bhahahaha– profirió su característica  risa para arrepentirse inmediatamente después dado el malestar que todavía tenía –Por lo menos ahora se sabe que el mundo de la música ha perdido a un talentoso como yo

 Su comentario hizo efecto en su compañero de borrachera y una socarrona sonrisa apareció en su cara.

 –Vamos Hana, sabes que es un milagro que no se pusiera a llover dentro del local– afirmó el más bajo de los tres

 Hisashi dio una palmada – así me gusta chicos– miro comprensivamente a Hana –y no os preocupéis Akagi ha dado orden de que desaparezcan todos los ejemplares, apenas habrá gente que se entere de esto, ya sabéis de sobra que no os dejaríamos tirados

 Pero aun así, eso no les sirvió para no ser objetivo de las bromas de sus compañeros que les apodaron para los resto como “El Dúo Dinámico”, de ser castigados a entrenarse más severamente, de limpiar el gimnasio por más de un mes por comportamiento inadecuado para el equipo, y por supuesto juraron y rejuraron que no se volvería a repetir la situación.

Además los redactores del tabloide, alumnos de periodismo, se sintieron censurados e iniciaron una guerra sucia expandiendo rumores contra el equipo de baloncesto, que por suerte tuvieron una corta vida, porque se tuvo que solucionar en el despacho del rector.

‹‹mecagoentó››

 El pelirrojo era consciente de que habían faltado a su palabra y esta vez si se llegaban a enterarse no serian tan benevolentes. Así que, se propuso tranquilizarse y estar lucido, a la vez que rogaba que en esta ocasión, al menos, no se les haya ocurrido dar el do de pecho. Para después, obligarse a recordar.

 Un olor nauseabundo que le desagradó enormemente se estaba metiendo por su olfato y le hizo percatarse de que llevaba la misma ropa de ayer. Cogiéndose de la camisa, la acerco a su nariz para olisquearla. La mezcla de alcohol, sudor y vomito que se filtró por su nariz le producía nauseas y al momento le dio la incomoda sensación de devolver los restos de comida que llevaba en el estomago, de inmediato se llevo las dos manos a la boca, y moviéndose pesadamente se levanto de la cama para  dirigirse al baño. Mientras los sucesos de ayer volvían a su mente, en el momento que se habían saltado su promesa de no volver a emborracharse...

 Hanamichi estaba intentando estudiar cuando la puerta del apartamento se cerro estrepitosamente, así que se levanto y fue a mirar que pasaba... se encontró a su amigo y compañero de residencia tirado en el sofá y  llorando desconsoladamente.

 ‹‹de fijo que otra vez ha ido a ver a Ayako››, el pelirrojo se arrodillo junto a su amigo, sabía por experiencia propia que su compañero no tenía ganas de hablar y de nada servirían sus bromas e ironías, así que se limito a acunarlo esperando que su cercanía lo reconfortara y para que al menos no se sintiera solo. 

 Ryota lloró un buen rato y cuando sólo sollozaba y se intentaba limpiar los mocos con las mangas de la camisa, empezó a contar el motivo de su pena – Ella– miró Hanamichi como si el mundo se hubiera acabado, tomó aire para continuar y soltó el motivo de su desgracia –tiene noviooooooo– gimió con tristeza para luego volver a romper a llorar

 – ¿cómo? – Dijo el pelirrojo sorprendido –¿no será que te has confundido?, antes los celos te han jugado malas pasadas

 – no, esta vez no– balbució Ryota– he oído los comentarios de que son la pareja de moda en su campus... él es un niño de papa y yo soy una mierdaaaaaa– sollozó desgarradamente.

 Así que bajo la tristeza del enésimo desamor, y seguramente definitivo, de Ryota Miyagi por causa de Ayako,  Hanamichi Sakuragi había accedido a regañadientes a salir a desquitarse con Ryota, en parte por lo que paso la ultima vez y en parte por que su corazón  estaba más tranquilo que de costumbre pues hacia un mes que no hablaban de uno de los tres jugadores que jugaban con gran proyección en la NCAA y que los medios habían convertido en ídolo de las nuevas generaciones.

 Sólo puso como condición: no ir a los sitios de siempre para evitar ser pillados in fraganti, así que esta vez el infeliz Miyagi, deseoso de olvidar y ahogar sus penas el alcohol, no se le ocurrió otra cosa que llevarle al barrio con más mala fama de toda la ciudad.

Con esto en mente, el pelirrojo recorrió el camino del baño a duras penas y con unos movimientos de perfecto zombi abrió el grifo del agua y se mojó la cara para refrescarse. Había recordado la zona donde fueron pero no recordaba los locales donde bebieron, y un pensamiento fugaz de que habían ido de bar en bar agotando las existencias de todo lo que incluyera alcohol le asaltó, incluso se acordó que terminaron chupando una botella de tequila como un niño un biberón cuando les echaron del último local... pero había algo que se le escapaba...

 ‹‹ Bah, seguro que sería que se nos acabó el dinero y pasamos de pagar››se convenció a sí mismo.

 Se volvió hacia la ducha para dejar el agua correr y se dispuso con torpes movimientos a quitarse la ropa, mientras se desnudaba pensaba en decirle a Ryota de volverse completamente abstemios de sus adicciones amorosas, no podían seguir así... aunque era consciente de que ya habían intentando olvidar, para después resignarse y aceptar sus sentimientos. Pero esta vez había sido fatal para Ryota y tenía que ayudarle de alguna manera, así que si hubiese que olvidar él también lo haría, aunque en el fondo no quisiera perder sus sentimientos:  ese enamoramiento loco que le hacía sentirse lleno de vida e intentar superarse cada día, esa adicción que lo hacia querer saber de él a todas horas a pesar de estar separados por kilómetros de distancia.

 Se metió bajo la alcachofa de la ducha y al instante sintió la quemazón del agua templada en su pectoral izquierdo, sorprendido se llevó la mano y dirigió la vista para ver que era lo que sucedía y se quedó perplejo.

 ‹‹ No, no puede ser ››

 Salió de la ducha instintivamente, olvidándose de apagar la llave de agua. Poniéndose frente al espejo, comprobando que estaba lleno de vaho, se apresuro a limpiarlo con el antebrazo para comprobar que lo que había visto no era producto de su imaginación.

 ‹‹ No puede ser ›› Era lo único que acertaba pensar, hasta que recordó aquello que se le había pasado por alto, a Ryota parado en la puerta de un local de mala muerte con un grado de ebriedad considerable y repitiendo como un poseso  –¡no la olvidare, lo juro!–  rugiendo con un tono que envidiarían hasta los mas sufridos galanes de telenovelas.

 Y estaba claro que él tampoco podría olvidar. Estupefacto se llevó la mano a la altura del corazón y contempló, en el reflejo que le devolvía el cuadrado espejo, una figura de un pequeño zorro de enigmáticos ojos azules que parecían estar diciéndole –Do´aho–, y que estaba pintada sobre su bronceada piel.

 Exasperado Hanamichi se llevó la mano a la cabeza y sólo acertó a pensar:

 ‹‹Ahora si que si, tengo que fundar Rukawadictos anónimos ››

 

 

 

 

 

Notas finales:

Aclaraciones: 

La canción “Vivir así es morir de amor” es del peculiar cantante español Camilo Sexto.

La NCAA  son las siglas de la liga de baloncesto universitaria de los EEUU.

Nos leemos el próximo domingo en el capitulo 2: Cuando la distancia no es olvido


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).