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El Amo del Rey por Kiane

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Notas del capitulo:

 

Wenaaasss!!!

Acá estoy, trayendo este segundo capitulo. Realmente dudaba en publicarlo, lo releí varias veces, y le he agregado cosas, pero es como si le faltara “algo”. Supongo que es debido a mi limitada forma de expresarme, con el tiempo aprenderé a hacerlo mejor (ténganme paciencia!!!)

Advertencia: Nada O.O

No tenia pensado hacer capis sin alguna alusión al sexo, pero se me extendía demasiado he iba a tener que cortar el lemon, así que decidí dejarlo ahí, y en recompensa el capitulo siguiente es todo lemon jojojo

Y la otra razón es que quería volcarme de lleno ahora en hacer un buen lemon, el primero que voy a hacer de forma explicita.

A leer! Hay aclaraciones al final XP

Este capitulo fue beteado por el equipo de SoloHumo

 

 

Déjà vu.

Era la única manera que Sasuke encontró para describir esa situación. Ya había vivido eso antes. Años atrás su madre (asumiendo que un chico de trece años no tenía mucho que ocultar) había entrado a su habitación sin llamar y lo había encontrado metiéndose mano. Pero en ese momento no llevaba pantalones, y no había acabado todavía.

¿Qué había dicho en ese entonces? ¡Ah!, sí...

—Puedo explicarlo.

—¡Sasuke! —gritó el rubio levantando los brazos—. ¡No puedo creerlo! ¡Eres tú! —con una sonrisa que hubiera alumbrado al día más oscuro se abalanzó hacia él y lo abrazó con fuerza—. ¡Oh, Sasuke! ¡Cuánto tiempo ya! —apretó más el agarre—. No puedo creerlo, no puedo creerlo.

El olor de Naruto lo agarró con la guardia baja, embriagándolo completamente. Pero aún le quedaba un poco de sentido común y con disimulo usó la mano que había quedado entre ellos para abrocharse el botón del pantalón. Se quedó inmóvil con los brazos hacia los lados. Sentía el calor del rubio... como su pelo le acariciaba la mejilla y su aliento le hacía cosquillas en el cuello mientras susurraba lo bueno que era encontrarlo de nuevo. ¿Cuántas veces habían estado así antes? Antes...

Sasuke cerró los ojos, dejándose llevar, y lentamente fue levantando los brazos para corresponderle.

Antes...

Apretó más los ojos. ¿Cuántas veces le había provocado a Naruto los mismos gemidos que había alcanzado a escuchar desde la puerta? ¿Cuántas veces él mismo esperaba hasta escuchar el orgasmo del rubio para poder permitirse perderse en el suyo? Justo como había pasado ahora. ¿Había podido ser posible que su cuerpo lo hubiera reconocido de alguna manera?

Y otra vez, como en otras tantas, el calor de Naruto lo perdía. Parecía como si no hubiera pasado el tiempo. O como si la ausencia hubiera intensificado las sensaciones. Sensaciones de las cuales había sido privado por diez largos años. Pero que hasta ahora no se había percatado de su ausencia. Y ahí estaban, igual que antes.

Antes...

Cerró los puños. Antes de que todo terminara.

Antes de que el rubio lo humillara.

—Aléjate de mi, maldito hijo de puta —sintió el cuerpo del otro tensarse, y una cruel satisfacción recorrer su cuerpo al percatarse de la confusión del otro—. ¿Necesitas que lo repita? —el abrazo finalizó.

El rubio se fue alejando hasta tenerlo justo en frente de él. Lo miró con seriedad y dolor. Para luego cerrar los ojos y asentir con la cabeza.

—Entiendo... Perdón, me dejé llevar —el pecho de Sasuke se infló de orgullo. Había invertido una situación que hubiera sido muy vergonzosa para él, en una donde Naruto mostrara su dolor y resignación. Perfecto. Ahora lo que importaba.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Sasuke, dirigiéndole a Naruto su mirada más fría, la misma que usaba para los reos que el encerraba en la prisión, asegurándoles que jamás volverían a ser libres.

Pero no consiguió menguar más la voluntad de Naruto, que se irguió a la defensiva.

—Eso es exactamente lo que tendría que preguntarte a ti, ¿no?

—Orochimaru me citó —no le gustaba la rapidez con la que Naruto se recuperaba de los golpes.

—¿Ah, sí? Me pregunto por qué haría algo como eso —susurró el rubio mirando a su derecha.

Sasuke también miro. Encontrándose con esos ojos amarillos de serpiente. ¡¿Cuánto tiempo llevaba ahí?! Orochimaru se encontraba en el medio del pasillo mirándolos con una media sonrisa, se veía espeluznantemente elegante, con su kimono negro y detalles en dorado. Su pálida piel hacía el contraste perfecto con el collar de metal que llevaba en el cuello.

—Puedo darle explicaciones a ambos, si me acompañan a mi despacho —susurró señalando elegantemente con su mano la última puerta.

Naruto chasqueó la lengua, pero igual lo siguió. Y a Sasuke no le quedó otra que hacerlo también. Era como si hubiera entrado en alguna especie de realidad alternativa, no tenía ni idea de qué esperarse. Se sentaron en el despacho, Orochimaru del otro lado del escritorio dejando a Naruto a su lado. Estaba incómodo. Su propio semen había quedado dentro de su ropa interior, en su estómago y en la línea donde se ajustaba el pantalón. Lo sentía pegándose en la parte interna de su camisa, recordándole constantemente su desliz en el pasillo.

—Bien, Sasuke, te preguntarás por qué te cité aquí...

—No es el único que se pregunta eso —dijo Naruto por lo bajo.

—Y ahora voy a explicarte —continuó hablando como si no hubiera sido interrumpido—. Como sabrás Icha Icha Paradise es una compañía que se dedica a dirigir y distribuir películas pornográficas, sex shops, libros eróticos, erotic-games, clubs de temática sexual, chats eróticos y burdeles especializados en los países donde la prostitución es legal y demás cosas referentes a un solo tema: el sexo.

Sasuke asintió con la cabeza, hasta el monje más recluido habría escuchado alguna vez el nombre de Icha Icha Paradise, eran prácticamente un monopolio en su rubro, era increíble ver como algo que había empezado como una simple editorial de relatos eróticos se había convertido en el tanque multimillonario que era ahora.

—En fin, te he citado porque hemos considerado abrir un club BDSM en Konoha y, como sabes, para ese tipo de cosas se necesita la aprobación expresa del Hokage.

—¡Pero él no es el Hokage! —volvió a interrumpir Naruto, pero Sasuke sonrió de medio lado, ya sabía cuál era la intención detrás de todo eso.

—Entonces como sabes que Itachi siempre toma en cuenta mis consejos, has decidido convencerme a mí primero, ¿me equivoco? —concluyó el Uchiha, llamando la atención de Naruto, quien iba a preguntar algo cuando Orochimaru empezó a hablar.

—Sé que Itachi toma en cuenta tus consejos y los de Fugaku. Quien sé, es muy conservador en cuanto a estos temas se refiere.

Después de la inesperada muerte de Minato Namikaze, los Uchiha habían tomado el liderazgo de la capital. Fugaku había sido el primero de ellos en hacerse con el poder, pero hacía ya un par de años, se había retirado del puesto dejando a su hijo mayor como sucesor. A pesar de estar ahora fuera del servicio seguía siendo una figura muy importante de la política de Konoha, y sus consejos eran tomados en cuenta por el Hokage. Aun así, quien más influencia tenía sobre él era sin duda el mismo Sasuke.

—Y quiere tener aunque sea un voto a favor —concluyó Sasuke.

—Así es, te puedo asegurar que serás recompensado por ello —afirmó Orochimaru, ninguno de los dos eran personas a las que le gustara dar muchas vueltas.

—Y dime, Orochimaru —empezó Sasuke, tenía el control de la situación nuevamente, y eso era a lo que más estaba acostumbrado—, ¿por qué crees que un antro de perversión como ese puede tener algún éxito en esta ciudad?

—¡Hey! ¿A qué mierda le estás llamando antro de perversión? ¡Maldito teme! —saltó Naruto, iba a seguir con su objeción cuando Orochimaru le hizo seña de que se sentara de nuevo.

—Es simple, como sabrás hay varias sex shops nuestras en Konoha, solemos usar la venta de juguetes como otra forma de investigación de mercado, y varios de los productos que se venden en Konoha son usados para sesiones BDSM, como es el ejemplo del arnés con consolador, fustas o aparatos de electroestimulación, así que creemos que hay buena cantidad de personas que practican el BDSM en esta ciudad en particular.

—El arnés con consolador es algo usado por lesbianas —aclaró Sasuke, sintiéndose raro al hablar de ello con Orochimaru pero defendiendo su escepticismo. Puede que él no estuviera en el tema, pero no era un ignorante, era imposible tener un puesto como el suyo siendo ignorante. Y él muy bien sabía que Konoha era una ciudad muy antigua, y cerrada en varios aspectos, y jamás había oído del BDSM de la boca de nadie en la capital.

—Ya investigamos eso —susurró Naruto mirándolo con malicia y se acercó a él—, y no tienes idea de la sorpresa que me llevé cuando descubrí cuántos hombres aquí, en Konoha, disfrutan al ser penetrados por sus Amas.

—¿Y él? —dijo Sasuke mirando a Orochimaru y pasando completamente del rubio—, ¿quién es?

—Naruto Uzumaki es el gerente regional de Icha Icha Paradise en el País del Fuego, Sasuke —respondió con rapidez antes de que Naruto soltase algunos de los insultos que acaba de preparar—. Por eso está aquí.

¡Ah! Ahora que lo pensaba más detenidamente, el presidente de Icha Icha Paradise era Jiraya, el padre adoptivo de Naruto.

—¿Qué pasa, dobe? ¿No fuiste capaz de conseguir un trabajo por tu cuenta? —le insinúo con malicia. Naruto se levantó completamente de la silla apuntando a Sasuke con el dedo

—¡Serás desg...

—¡Naruto! Siéntate, por favor, así jamás conseguirás ampliar tu negocio —le indicó Orochimaru. Naruto parecía dispuesto a pelear, pero pasados unos segundos se sentó en su sitio nuevamente.

Justo en ese momento se escuchó tocar la puerta, abriéndose inmediatamente después. Pasó un hombre de gran estatura y físico trabajado, Sasuke no lo había visto en la vida, pero la hilera de dientes afilados que mostró al sonreír le recordó a uno de sus empleados más cercanos.

—Disculpe, señor, pero ya terminé con los papeles que me pidió —dijo el sujeto pasando por el costado de Naruto y dejando unos documentos sobre la mesa.

—Oh, sí. Muchas gracias, Zabuza —concedió Orochimaru, mirando inmediatamente a Sasuke—. Sasuke, él es Zabuza Momochi, el gerente regional de Icha Icha Paradise en el País del Agua; Zabuza, él es Sasuke Uchiha, mano derecha del Hokage y Jefe de la Fiscalía de Konoha —ambos inclinaron la cabeza en forma de saludo—. Cuando lleguen Kimimaro y Sai quiero hablar con ustedes —señaló mirando a Naruto y al hombre alternativamente—, Jiraya me acaba de pasar información muy útil que les servirá a los cuatro.

—Bien, hasta entonces iré a la biblioteca —el comentario fue recibido por una mirada divertida de parte de Naruto.

—¿Vas a leer shibari*? —le insinúo, Zabuza ensanchó más su sonrisa antes de responder. Así que el enano ya había pasado por ahí...

—Así es. Puedes venirte después si quieres, te daré algunas clases particulares —agregó antes de cerrar la puerta a su espalda.

Naruto rió cuando lo vio marcharse. Orochimaru, que había escuchado el breve intercambio de palabras entre los dos, ya se imaginaba lo que habría en la biblioteca. Para ser francos, él se había sorprendido mucho, al igual que todos los que lo conocían, cuando Zabuza adoptó a un niño de ocho años que había encontrado en la calle. Y se volvió a sorprender seis años después, cuando vio a ese mismo niño con un collar de sumisión en el cuello, uno muy parecido al que él mismo llevaba. A los dieciséis años, Haku ya era el joven sumiso más experimentado que Orochimaru hubiera conocido, a pesar de ser totalmente virgen. Simplemente era un natural. Y cuando Haku decidió que queria iniciarse sexualmente, ni siquiera la fuerte voluntad de Zabuza pudo resistirse a los encantos del joven. No es que ahora se quejara mucho tampoco.

—Como sea —empezó Sasuke retomando el tema—, no creo que el club funcione, y no creo que mi padre acepte tal cosa tampoco, ya fue un gran paso traer las sex shops aquí, no creo que quiera pervertir más a esta ciudad.

—Eso lo sé, sé lo mucho que a Fugaku le gusta mantener la imagen casta de esta ciudad —resignó Orochimaru—, el tiempo ha hecho un buen trabajo en su memoria, borrando los recuerdos de aquellos días en los que solía venir a mis burdeles en busca de travestís.

Sasuke iba a protestar cuando escuchó la risita mal disimulada de Naruto. Podía debatir eso, pero realmente no creía que el hombre mintiera. Hacía ya mucho tiempo, Orochimaru vivía en Konoha siendo la eminencia del bajo mundo, y la red de prostitución también pasaba por su cuenta. Se removió incómodo, pero aun así continuó con su argumento

—Aun así, tampoco creo que esté bien visto, realmente no tendrás mi aprobación en esto, Orochimaru, no comparto la diseminación de este tipo de prácticas sexuales en la capital —se interrumpió por la risa de Naruto—. ¿Y a ti qué mierda te pasa?

—Que eres igual de hipócrita que tu querido padre —le señaló Naruto. El aludido estaba por reprochar cuando continuó—, te pajeas a escondidas escuchando como follan las demás personas y te vienes de pudoroso y casto —Sasuke sintió su cara enrojecer. ¡El bastardo lo había notado y no dijo nada! Estaba tan trabado que no atinó a responder, dándole la oportunidad al otro de continuar—.Dime, Sasu, ¿te molesta toda esa leche que llevas debajo de la camisa? —se acercó a él olfateando el aire—. Puedo sentirlo, ¿sabes?, incluso a la distancia. Hueles igual que un animal en celo.

Suficiente.

—Suficiente —cortó Sasuke levantándose de la silla—, no tengo por qué seguir escuchando esto. La propuesta es denegada, Orochimaru —inclinó levemente la cabeza en forma de despedida, aunque la sonrisa divertida que tenía el Otokage no le tranquilizaba en absoluto—. Conozco la salida —aclaró cuando vio su intención de levantarse.

Se dirigió a la puerta y se marchó con toda la dignidad que era capaz de expresar, apurando el paso cuando notó que el otro idiota lo había empezado a seguir. Al pasar por la puerta de la biblioteca volvió a escuchar un gemido, pero esta vez solo le provocó indignación y furia. ¡Naruto se había dado cuenta! Cómo lo odiaba. Cruzó el hall y se sintió más tranquilo cuando vio la salida. Pero no fue hasta que salió completamente de allí, que estuvo lo suficientemente seguro como para darse la vuelta y enfrentar al subnormal que venía detrás. Provocando que el otro parara en seco.

—¿Para qué me estás siguiendo? Dije que conocía la salida.

—Sasuke, necesito que recapacites sobre la propuesta, este club es un paso muy importante para mi gerencia en Konoha, aunque sea algo que a ti no te guste, no pierdes nada con apoyarlo. Será la propia gente quien decida si se queda o se va.

—Sé que es importante para ti —¡Claro que sabía! ¿Por qué creía que había dicho que no? Era hora de que el dobe supiera lo que se sentía cuando te negaban algo importante—. ¿Realmente crees que me interesa el maldito club?

—¿Que...?

—Eres un poco corto, lo sé. Pero al menos quiero que entiendas esto antes de irme —empezó el moreno con malicia. Se vengaría. Él, después de diez años, obtendría su venganza—. Mientras tú seas el gerente regional de Icha Icha Paradise en este país, me aseguraré personalmente que la compañía no expanda más su negocio —pudo ver la confusión de Naruto trasformándose repentinamente en ira, hasta estallar.

—¡No eres capaz de hacer algo así! No solo es incorrecto, sino que ni siquiera tienes tanto poder —Sasuke rió—. ¡Cállate! ¡No lo tienes! ¡No eres nadie para decirme que debo hacer!

—Naruto, Naruto, Naruto —empezó de forma condescendiente—. Veo que te has hecho una idea errada de esta situación. Mira bien a tu alrededor, ¿acaso no te has detenido a pensar por qué Orochimaru me citó a mí primero? Puede que yo no sea el Hokage, pero controlo absolutamente todos los asuntos judiciales de Konoha. ¿No sabes el significado del puesto de Jefe de la Fiscalía? —hizo una pausa antes de seguir—. Para empezar, mi hermano tiene muy en cuenta lo que le digo, y si yo le pido expresamente que no quiero más de tu querida compañía en esta ciudad, él aceptará, por la simple razón de que estos temas son muy triviales para él.

—¡Cállate! ¡Ya verás! Voy a convencerlo yo mismo, aceptará aunque tú no quieras —aseguró el rubio, no iba a dejar que ese bastardo le arruinara.

—Podría ser. Pero como ya dije, en la capital me fue concedido el control judicial completo. Podrías abrir tu club de frikis, pero no pasará del primer día, yo me encargaré de que sea clausurado —explicó, pero enseguida se le ocurrió una amenaza mucho mejor—.Tengo mucha gente a la que no le molestaría demandarte por traer ese tipo de depravaciones, y también conozco jueces capaces de aceptar dichas demandas. No me canses, Naruto, porque no solo podrías perder tu club, sino que también podrías ir a prisión.

—¡Eso no es justo! Estás moviendo las cosas a tu conveniencia. ¿Por qué te molesta tanto todo esto? —no lo entendía, el hecho de que fuera a usar su poder sobre la justicia, a acomodar el caso con lo jueces que a él le parecieran, para así salirse con la suya...

—¿No se te ocurre nada, Naruto? —su mirada era hiel, y mucho más oscura de lo que el rubio recordaba. Su expresión vacía, en conjunto con su cuerpo tensado le hicieron reaccionar. Él ya había visto a Sasuke así. En esa postura que lo hacía ver tan inalcanzable y lejano, con esa mirada que parecía crear un muro entre él y el resto del mundo. Orgulloso y desdichado.

Y Naruto entendió... porque había visto a Sasuke así antes. El último día que lo vio, para ser más exactos.

—Te estás vengando —concluyó bajito, no era una pregunta, estaba seguro de ello. No necesitaba que Sasuke le respondiera, y el moreno tampoco necesitaba contestar. El Uchiha sólo lo miró unos segundos más antes de darse media vuelta y dirigirse a su auto. Necesitaba salir de ahí.

—¿Algo que hayas olvidado mencionarme, Naruto? —el aludido se sobresaltó. Tan absorto estaba en ver la figura de Sasuke subirse al auto y marcharse de allí, que no reparó en que Orochimaru había llegado a su lado. Bajó la cabeza—. Ya veo...

—¡Espera! No te preocupes por esto —aseguró Naruto mientras lo miraba con decisión—. Lo voy a convencer, así me lleve la vida.

Orochimaru sonrió, estaba completamente seguro de ello. La mirada de Naruto era de decisión, y él sabía muy bien que el rubio no descansaría hasta lograr lo que se había propuesto. Miró como el auto del Uchiha se perdía en la distancia, ese hombre no sabía lo que le esperaba. Si Naruto no ganaba por las buenas, ganaba por cansancio.

Había estado esperando recibir al Uchiha en el hall, cuando una de sus mucamas se acercó para decirle que Jiraiya lo llamaba. Él no podía faltar a ninguno de sus llamados, independientemente de lo que estuviera haciendo en ese momento. La conversación fue breve, así que a los pocos minutos ya se dirigía con paso ligero a su despacho, esperando encontrarse con un enojado e impaciente invitado.

Estaba por entrar, cuando notó que había alguien en el pasillo que comunicaba al hall. Al acercarse, se dio cuenta de que se trataba del mismo Sasuke. No se veía ni muy enojado ni muy impaciente, más bien parecía disfrutar mucho lo que estaba haciendo. Se quedó estático en su lugar, decidiendo si cortarle o no el momento. Escuchaba algunos comentarios del otro lado, desde su distancia no distinguía bien los sonidos, pero reconoció la voz de Naruto. Creía que el muchacho lo descubriría de un momento a otro, pero estaba demasiado perdido en su propio placer como para reparar en su presencia.

Puede que a Naruto no se le hiciera muy complicado el convencerlo, pero tenía que jugar bien sus cartas. —Tengo un contacto cerca de él —susurró, cuando vio que tenía la atención del rubio continuó hablando—. Nunca está de más tomar precauciones.

oOo

Estaba enojado. Su día libre se había convertido en un verdadero calvario. Había estado tan frustrado después de la reunión con Orochimaru, que desistió completamente de descansar y regresó al trabajo.

Trabajar hasta la extenuación era su mejor método para dejar de pensar, y eso le enojaba, porque la única forma en la que estaba consiguiendo dormir últimamente era prácticamente cuando se desmayaba por el cansancio. Le enojaba haberse encontrado con Naruto, y la forma en la que se habían encontrado. Le enojaba aún más el recordar que el día en que su madre también lo encontró así, él había estado masturbándose pensando en Naruto.

Estaba furioso por haberse dejado llevar, y aún más, por no saber por qué. ¡¿Qué había pasado con él?! Por más que repasaba los hechos no entendía cómo había llegado a esa situación. Era como si ese Sasuke no fuera realmente él, sino como si algún "ente" se hubiera apoderado de su cuerpo en ese pequeño lapso de tiempo. Qué excusa más idiota, ni siquiera tenía lógica.

Lo que más le enojaba era descubrir que el don de Naruto por hacerle perder el control no había menguado con los años. Y si bien había sabido controlarse como solo un Uchiha podía hacerlo, su deseo por perderse en el rubio tampoco había desaparecido. Igual que antes...

Realmente había sido un día terrible. Debió haber hecho caso a su primer impulso y no haber acudido a la cita. Ahora no podía dejar de pensar en todo lo que había pasado. No podía dejar de pensar en Naruto y en el simple hecho de que dudaba mucho que el rubio se rindiera de buenas a primeras, lo conocía demasiado.

A pesar de haberse obligado a trabajar en uno de sus casos más importantes, no podía dejar de repasar todas las cosas que habían pasado en la propiedad de Orochimaru y... ¿Su padre con travestís? Realmente, ese día no había tenido más que pérdidas.

Pero quizá lo que más le irritaba era la voz de Karin haciéndole de telón de fondo desde hacía ya treinta y cuatro minutos contados. Había intentado ignorarla; pero previendo la maniobra, su secretaria decidió presentarse personalmente en su oficina. Él simplemente seguía perdido en sus pensamientos, mientras fingía escribir en su portátil y asentía con la cabeza de vez en cuando. Al escuchar el sonido de la puerta abrirse y la voz de su hermano cerca de él, se forzó a sí mismo a salir de su inercia.

—¡Itachi! Dile algo —se quejó Karin apenas lo vio entrar.

—¿Qué? —preguntó sorprendido el Uchiha mayor, mirando inmediatamente a su hermano. Este se encogió de hombros, realmente no tenía ni idea de lo que hablaba.

—Que esta noche es sábado y conseguí entradas VIP para ir al club Manda. Pero Sasuke se niega a ir.

—Por supuesto que no voy a ir a un estúpido club, soy el fiscal de esta ciudad —defendió Sasuke. ¿Por eso era tanto escándalo? Si no fuera por su gran desempeño, hace mucho que la hubiera despedido—. No puedo darme la vida nocturna solo porque tú lo decides, Karin —Itachi sonrió.

—No te preocupes —le dijo a la mujer —, tú guárdale una de las entradas, ¿sí?

Karin pareció conforme, si había alguien capaz de convencer a Sasuke, ese sin duda era Itachi. Salió de la oficina sin prestarle atención a las negaciones del menor. Sasuke iría. Debería empezar a cobrar por sus favores, pensó mientras se dirigía a su oficina.

—¿Y se puede saber por qué aceptaste por mí, Itachi? —no le gustaba nada que su hermano se metiera en su vida, principalmente porque siempre que lo hacía terminaba saliéndose con la suya.

—Te estás arruinando, Sasuke, no es bueno para nadie encerrarse tanto en el trabajo —le explicó su hermano, últimamente ni siquiera estaba seguro de que Sasuke se alimentara bien—. Aprecio todo lo que haces, y eso lo sabes. No confío en nadie más para el puesto que tú tienes, pero necesitas despejarte un poco.

—Deja que sea yo quien administre mi tiempo —reprochó—, ni siquiera me gustan los clubs. No me interesa. Punto final.

El silencio reinó en la oficina unos minutos. Pero Sasuke dio por finalizados sus inútiles intentos por aplicarse en el trabajo, tenía una pregunta que quería hacerle.

—¿Has hablado con Orochimaru? —su hermano lo miró interrogante.

—Sí. Sobre el club que quiere abrir aquí, ¿qué dices? A nuestro padre no va a agradarle. Pero a mí no me parece nada raro —comenzó a explicar—. He sabido que las saunas que abrieron en el País del Agua tuvieron un gran éxito. Y hasta el País del Viento, que es tan cerrado como el nuestro, ha empezado a permitirle a Icha Icha la apertura de clubs nocturnos —se detuvo un momento pensando—, aunque los rumores dicen que es porque el Kazekage anda ligado con el gerente regional de ahí.

—¿Sabaku no Gaara? —no le gustaba mucho el rumbo de la conversación, Itachi parecía estar intentando justificar su aceptación de la propuesta.

—Sí... pero igual son noticias de la prensa amarilla —se detuvo un segundo pensado cuál sería la mejor forma de planteárselo, sin que sonara sospechoso—. Sé que ya tienes mucho trabajo, pero, ¿puedes encargarte de esto? La apertura de los nuevos hospitales me tiene absorbido.

Sasuke levantó la vista sorprendido. Estaba tratando de llevar el tema a ese punto y su hermano se lo servía en bandeja.

—No tengo problemas, Itachi, te estaba por pedir exactamente eso.

—Lo sé —eso sorprendió más al Uchiha menor—, pero hazme el favor de aceptar la propuesta de Karin. Porque si sigues en tu plan de ermitaño, me obligarás a derivarle parte de tu trabajo a otra persona.

—Lo haré.

No podía negarse, corría el riesgo de que su hermano cambiara de parecer.

—¿Sabes? Naruto es el gerente regional de Icha Icha Paradise —comentó el mayor con aire casual.

—Ya lo sé.

Sí, pensó Itachi, lo mejor sería que Sasuke manejara esto solo.

oOo

¿Qué mierda hacía ahí?

La música estaba tan fuerte que ni siquiera podía escuchar lo que pensaba. Intentó irse a la salas para apaciguar el sonido, pero sólo encontraba a parejas enroscadas por todos lados. Exhibicionistas.

Cuando quiso ir al baño de hombres para escapar de Karin, se había encontrado con que estaba clausurado. Y no quiso subir por la escalera que conducía al segundo nivel por miedo a lo que podía llegar a encontrase.

Cansado, aburrido y harto, se dirigió a la barra. Pidió vodka, realmente no le gustaba el sabor del alcohol, y no acostumbraba a tomar, a menos que quisiera distraerse de algo en particular con la quemazón de su garganta. Como ahora, justamente.

No hacía ni un segundo que le había dado la espalda a la pista para tomar su trago, cuando alguien lo abrazó por detrás y lo pegó más a la barra. Estaba por darse la vuelta y poner al mal nacido en su lugar, cuando sintió los labios del sujeto cerca de su oído.

—Mi Rey —le susurró, y un escalofrío lo recorrió por completo. Ese dobe...—, esta noche no vas a escapar de nuevo, ¿verdad? —se restregó contra su trasero, presionándolo más contra la barra.

No. Definitivamente no iba a volver a escapar.

 

Notas finales:

 

 

Bien.

Aclaraciones de la historia:

El puesto de Jefe de la fiscalía no existe realmente (o no se, dependera del sistema politico de cada país, en el mio no esta xP). Pero como Kishimoto no se complica mucho con la política de Naruto, yo tampoco XP

Términos:

Shibari: En simples palabras seria el bondage japonés.

Espero leer sus opiniones!!! (Aunque no halla habido lemon jajaja)

 


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