Mi nombre es Nara Shikaku, les contare un poco de cómo soy y de mi vida, tengo 36 años, mido 1,75, peso 60 kilos, moreno, ojos negros al igual que mi cabello, que lo traigo largo y recogido en una cola alta, me gustan mucho los deportes pero soy una persona perezosa para hacer alguno, aunque me mantengo en muy buena forma, ya que en ocasiones juego al fútbol.
Soy ingeniero de sistemas y trabajo en un colegio y en una universidad de mi país, lo más prestigiosos además, en el día trabajo como jefe de sistemas del colegio Konoha y además soy director de grupo de grado noveno, promedio de edad 14-16. En las tardes soy el jefe de investigación de la Universidad Hokage y dirijo las tesis de grados de los estudiantes. Mucho trabajo para una persona que prefiere estar tranquilamente en mi casa. Pero que le vamos hace, de algo tengo que vivir.
Bueno, soy bisexual tirando a Homosexual, lo más curioso es que me encantan las mujeres desde los 25 hasta los 40, pero en gustos de chicos, es de 15 a 20, nada que ver con gente de mi edad o mayores.
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Pero ahora si a lo importante, pues les cuento que esta semana salimos de paseo para celebrar la culminación de año escolar y de casualidad la salida era un día ante de mi cumpleaños número 37, y para ello nos fuimos a un sitio muy turístico en una finca cerca de Chiba, Japón.
Pues el colegio autorizó el viaje y me fui con 38 estudiantes, era la primera salida que teníamos después de dos años. Los chicos estaban felices y sobre todo emocionados de no estar con sus papás dos días y de tener al padre Sarutobi, el coordinador muy lejos.
Cuando por fin llegamos, hacía un calor enorme y empezaron a quitarse la ropa quedando slips o en bóxer, yo me encontraba feliz, viendo esos bellos cuerpos, me había prometido a mi mismo que no iba hacer nada indebido con ellos, aunque ya había tenido sexo con Kakashi, el campeón nacional de natación, ojos negros, delgado, peliplateado, muy alegre, con él ya habíamos tenido dos encuentros anteriores en mi apartamento, y era sencillamente hermoso.
Pasó el día rápidamente, entre charla y juegos en la piscina, cuerpo a cuerpo, y morbosidades. Estaba convencido de tener una noche tranquila, de hecho pensé que iba a dormir sólo en mi cuarto, pero no fue así, hubo que acomodar adolescentes en mi habitación porque no había mucho espacio, por lo tanto en mi cama se quedó conmigo Gai, y había colchonetas por todo lado.
Me fui un rato a jugar fútbol y ya pasada de la media noche, me bañé y ya todos se encontraban acostados, obviamente fui el último, cuando llegué a mi cuarto no había mucho espacio por dónde caminar, todos estaba dormidos y yo me acosté al lado del hermoso Gai, muy raro, con una ceja muy tupida, pero con un cuerpazo que mantenía en forma por que era muy bueno para los deportes y con un miembro de tamaño enorme, se le notaba en las sudaderas y sus amigos lo molestaban mucho.
Pues me acosté ignorando quién estaba a la orilla de mi cama, ya me estaba quedando dormido cuando sentí que una mano lenta sobre mis piernas (dormía en boxer), por un momento pensé que era Gai, pero no él estaba de espaldas hacia mi, y estaba muy oscuro, me empecé a excitar y a olvidar la ética y las promesas que me había hecho, sin bajarme de la cama me acomodé para que él alumno desconocido empezara a tocarme; el pecho, mi pene y todo.
En esa oscuridad sentí como su cabeza se metía debajo de la sabana y empezó a mamar, estaba en la gloria, era una combinación de adrenalina y deseo, no sabía quién era, corría el riesgo de despertar a Gai o los otros 6 chicos, me tocaba con sus manos los testículos, succionaba con pasión, con hambre, su lengua recorrería mi pene y mi ombligo, estaba feliz, hasta que sentí que alguien se movía.
El estudiante desconocido no se separó sino que paró, pero con mi pene en la boca, espero que terminara el rudo y continuo hasta terminar conmigo, fue una sensación indescriptible, no podía gritar ni gemir, no podía moverme, fue todo estático y excitante, termine, limpio con su lengua y el turno era para mi.
Despacio me bajé al colchón de él, nos besamos, lo acaricié, y tome ese hermoso pero desconocido pene y lo hice mío, recibí todo su néctar en mi boca, terminamos y con una voz muy dulce me dice.
- ¡Feliz cumpleaños Shikaku!
Me quede un poco shockeado y como tuve que regresar a mi sitio, por que faltaba poco para que amaneciera y no me quería arriesgar a que nos descubrieran. Pues me acosté en mi cama, y en verdad, quería quedarme despierto para saber de quien se trataba, pero al final me quedé dormido.
Al día siguiente ya no estaba él, solo el colchón y unas pequeñas manchas, que se escapan de la boca, salí a buscar al desconocido, pregunté quién había dormido ahí pero nadie me respondió.
Fue una experiencia sensacional, fue el mejor regalo de cumpleaños que alguien me podía dar. En ese momento pensé en quien sería, pero no me importaba, que fuera el chico más feo o el más guapo del grupo, por que dejo su huella en mi boca que aún está fresca en mi mente y labios.
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Paso un mes y en la graduación algunos chicos me daban el abrazo de despedida, hasta que se me acerco Iruka, un lindo alumno de ojos cafés, cabellos castaños y una curiosa cicatriz en la nariz, pero me dejo con la boca abierta, por que el lindo Irukita, el chico tierno, amable e inocente que pensaba que era, en ese momento se me esfumo.
- Espero que le haya gustado mi regalo de cumpleaños Shikaku-sensei.- me dijo al oído mientras me abrazaba y me daba un pequeño beso en boca.
Quedándome de vuelta en shock, pero cuando alcancé a reaccionar él ya se había ido.
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Bueno, espero que le haya gustado mi historia… a lado de mi alumno Irukita.
