<!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:"Cambria Math"; panose-1:2 4 5 3 5 4 6 3 2 4; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:roman; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:-1610611985 1107304683 0 0 159 0;} @font-face {font-family:Calibri; panose-1:2 15 5 2 2 2 4 3 2 4; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:swiss; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:-1610611985 1073750139 0 0 159 0;} @font-face {font-family:"Century Gothic"; panose-1:2 11 5 2 2 2 2 2 2 4; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:swiss; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:647 0 0 0 159 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-unhide:no; mso-style-qformat:yes; mso-style-parent:""; margin-top:0cm; margin-right:0cm; margin-bottom:10.0pt; margin-left:0cm; line-height:115%; mso-pagination:widow-orphan; font-size:11.0pt; font-family:"Calibri","sans-serif"; mso-ascii-font-family:Calibri; mso-ascii-theme-font:minor-latin; mso-fareast-font-family:Calibri; mso-fareast-theme-font:minor-latin; mso-hansi-font-family:Calibri; mso-hansi-theme-font:minor-latin; mso-bidi-font-family:"Times New Roman"; mso-bidi-theme-font:minor-bidi; mso-fareast-language:EN-US;} .MsoChpDefault {mso-style-type:export-only; mso-default-props:yes; mso-ascii-font-family:Calibri; mso-ascii-theme-font:minor-latin; mso-fareast-font-family:Calibri; mso-fareast-theme-font:minor-latin; mso-hansi-font-family:Calibri; mso-hansi-theme-font:minor-latin; mso-bidi-font-family:"Times New Roman"; mso-bidi-theme-font:minor-bidi; mso-fareast-language:EN-US;} .MsoPapDefault {mso-style-type:export-only; margin-bottom:10.0pt; line-height:115%;} @page WordSection1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.WordSection1 {page:WordSection1;} -->
Se sentía más que confundido, por un lado estaba él… quien había estado a su lado, bueno, no directamente pero había estado presente desde que tenía memoria en su vida, y, luego estaba Gaara que con quien en un principio no se había llevado de maravilla, incluso hasta podría decirse que se odiaban un poquito, pero después de unos sucesos (que en realidad para el habían pasado desapercibidos) el destino dio el clic en su “relación” y empezaron a ser amigos, y después, muy amigos rayando incluso en ser mejores amigos por ser tan parecidos, algo que a Sasuke (según él) le iba y le venía pero obviamente el Uchiha estaba que ni el sol lo calentaba pero claro que no lo iba a aceptar y menos si era por ese rubio tarado, ¡NO, SEÑOR!
Naruto nunca se había sentido tan preocupado, atemorizado, inseguro (y muchos más adjetivos calificativos) en su corta vida.
¿La razón?
La verdad no sabía la razón por la cual esa tonta disputa había comenzado, pero si mal no recordaba Gaara, quien casi nunca empezaba una pelea, por primera vez, tomo la única cola que Naruto tenía que le pisaran…sus relaciones.
Sabaku no Gaara, de repente, en una sencilla y muy amena conversación con el rubio y otra persona, dijo algo que a simple vista era cualquier tontería con cariño a la tercera persona en la conversación, y Naruto no entendiendo la doble intención repitió casi lo mismo pero diciendo el nombre de Sasuke, cayendo así en el juego del pelirrojo, quien “ofendido” comenzó a decir cosas como “tú sabes que me siento triste cada vez que dices algo así” y muchas más cosas que solo dejaron perplejo al rubio, pero lo dejo en el aire ya que Gaara no se veía tan seguro de lo que decía. Mala idea. Días después algo parecido volvió a suceder solo que ahora Gaara ya no fue tan gentil en cuanto a hablar de Sasuke, ahora el ojiverde estaba decidido a (si se podía) hacer pelear a Sasuke y a Naruto, cosa que no sucedió, y fue al revés, Naruto protegió a Sasuke a toda costa y peleo con el pelirrojo sin pensar en las consecuencias que eso traía. Mala idea. Gaara también enojado decidió que no sería más el dulce y tierno Gaara que era con el rubio, si el rubio había decidido que era más importante el tonto y efímero amor que Sasuke podía brindarle al eterno y más dulce que él le entregaba en bandeja de plata estaba bien, Naruto, su amor, Sasuke, y todos podían irse a la mierda, él era Gaara no Sabaku y podía vivir sin ese mal amigo, se armó de valor y lo gritó a los cuatro vientos dejando al rubio de ojos azules con una cara entre enojada y triste…pero después se arrepintió y decidió abrazarlo y decirle cuanto lo amaba pero Naruto también tenía su orgullo, y se separó diciendo que no podía creerle luego de lo que había dicho de Sasuke, y se alejo dejando al pelirrojo enojado, triste y sintiéndose tan… celoso del Uchiha.
Las horas pasaban y aunque Sasuke había ayudado a sanar la fresca herida, Naruto aun tenía ese terrible nudo en la garganta, que hacía que sus manos temblaran, que sus ojos se humedecieran, que sus sueños flaquearan y que su corazón se estrujara de enojo y tristeza, y es que no entendía cómo es que Gaara siendo el amigo que era hubiese dicho y hecho todas esas barbaridades. ¡¿Quién demonios se creía para celarlo de esa manera?!
El no le pertenecía a nadie, ni siquiera a Sasuke, el era un alma libre, y no le apetecía dejar de serlo solo porque a Gaarita se le daba la gana.
Pero… ¿Qué debería hacer?
¿Sasuke o Gaara?