-LA LLEGADA-
-VOZ SHIZUMA-
-shizuma, hija , lamento mucho tener que obligarte a hacer esto, pero no hay otra opcion, nuestra vida, mas bien todo nuestro mundo corre peligro, lo lamento- agrego mi madre casi llegando a las lagrimas.
-Pero madre, lo que hay despues de este mundo, la tierra, es totalmente desconocido para mi, temo sentirme perdida y sin rumbo- respondi qejandome
-Tranquila shizuma, no estaras completamente sola, yo me encargare de que puedas armar una vida alli durante un tiempo, seguro haras muchos amigos, despues de todo yo soy la diosa de la humanidad, y tu una hermosa princesa que algun dia tendra que observar desde aqui a el mundo el cual no quieres ir- aclaro intentando sacar una sonrrisa y trankilizandome.
- Peroo... buno, de acuerdo, hare el esfuerzo, espero qe tengas razon madre- acote
-Seguro que seras feliz, los dioses de la muerte son muy peligrosos debes estar protejida. Pero recuerda que solo x eñl tiempo que dure la guerra, luego volveras con tu familia asique tengo que imponerte una unica condicion- se puso muy seria.
-Ahh aparte de todo debo cumplir tus condiciones... esta bien te escucho- al final termine cediendo.
- No debes enamorarte- me ordeno.
-¡¿QUEE??! Seri muy raro que eso llegara a pasarme, pero madre, el amor es algo inesperado, uno nunca sabe cuando puede llegar- conteste algo timida.
-Es algo que vas a tener que tener presente. pensa que no perteneces al mundo humano, debes regresar con tu familia, no debes ser atrapada por el encanto del amor de un humano, ¿Entendido?. Muy bien ahora puedes irte. buena suerte hijita mia. TE AMO- sus lagrimas no tardaron en rozar sus mejillas.
-TE AMO madre. Cuidate mucho, te extrañare- una lagrima callo sobre mi pecho.
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-VOZ NAGISA-
-Hora de ir a la escuela nagisa, levántate que ya es tarde- dijo mi padre a las 7:00am. El siempre fue tan puntual, justo hoy, justo en este día tan importante para mi tenia que quedarse dormido, pensé en ese momento.
-Enseguida voy!- grite con un tono de exaltación y emoción pero a la vez con una voz dormida por haberme acostado tan tarde.
Tan pronto como me levante fui al baño, me cambie, me peine y salí corriendo rapidísimo hacia el auto que me esperaba en la puerta. En el camino siempre veía a las mismas personas. Siempre miraba a través de mi ventanilla a vecinos y compañeros de clase que vivían por allí. Pero ese día vi a otra persona, una persona distinguida y con un aspecto muy bello que tenia mi mismo uniforme y se dirigía hacia la puerta de mi colegio. Mi cara esbozo una sonrisa tan perfecta que mi padre me pregunto que había sucedido.
Cuando por fin entre al colegio me tope con tamao suzumi, una compañera de mi misma clase. Ella precisamente no era mi amiga, yo no tenía amigas. Me habían transferido al colegio tsukinoki, a causa del trabajo de mi padre, hace mas o menos unos tres meses y todavía no había echo ningún amigo, creo que soy muy tonta. Lo que notaba en ese entonces es que esa chica tenia hacia mi una especie de admiración, no entendía porque.
-Buenos días nagisa-san, espero que su día ande de maravilla- me dijo con sus mejillas sonrojadas.
- Etoo gracias, buenos días para vos también tamao-chan- respondí un tanto sorprendida por el saludo pero feliz porque por fin alguien me había hablado.
Luego cada una siguió su camino. Yo me dirigí a la biblioteca a buscar unos libros que habia olvidado el día anterior y ella siguió su camino al aula. Después de rcoger mis libros comenze a buscar mi salon de clases, hasta qe encontre uno con el cartel que decia 3b. Entre al salón y detrás de mí el profesor.
- Buenos días alumnos. Como ya saben, hoy tendremos el honor de recibir a una nueva estudiante, su nombre es Hanasono Shizuma (Shizuma entra al aula). Saluden a su nueva compañera- dijo el profesor muy alegremente.
- Bienvenida Shizuma-san - dijeron todas a coro. Yo casi no pude hablar. Quede totalmente atónita al verla.
Ella era la misma persona que había visto camino a la escuela. Pero eso no era lo que mas me sorprendía, ya que me había imaginado que aquella chica podría ser la nueva. Tenía un hermoso cabello bien largo y unos ojos que me impresionaron desde el primer momento, además de que el uniforme le quedaba perfecto. Tenía el aspecto de una chica fina y muy elegante.
- Gracias por recibirme, muy buenos días a todos- respondió ella con una leve sonrisa y un tono amable pero distante a la vez.
Todas se quedaron mirándola asombrados por su belleza y elegancia durante unos segundos, hasta que el profesor la invito a tomar asiento. Al finalizar la clase, yo me quede en mi asiento por unos minutos mientras que todos se iban. Extrañaba a mis otros amigos, me cuesta mucho relacionarme, además de que no estaba del todo acostumbrada a estar en un colegio donde solo halla chicas. Me considero una persona agradable y simpática pero no soy de tener mucha confianza en los demás, ya que eh sufrido mentiras por parte de gente muy importante para mi. A veces pensaba que no debería importarme nada, no debería pensar en nadie. Eso me debilitaría si algo malo llegara a suceder. De todos modos recién habían pasado tres meses de clases. Lo que mas me apenaba era que ya se acercaban las pequeñas vacaciones y no tendría a nadie para hablar, aunque solo lo haga tamao-chan. Iba a tener que conformarme con las dos semanas de vacaciones que pasaría con mi padre. Luego de pensar en todo esto regrese a mi casa, comí, hice mi tarea, me acosté adormir un rato y luego de mirar tele por unas horas cene y termine durmiéndome otra vez. Durante la noche pensé mucho, y decidí que a pesar de su actitud un tanto fría intentaría acercarme a shizuma-san. Sentí que ella también tenía cierto problema para relacionarse ya que la observe todo el dia y se la vio de cierta forma algo alejada de los demás. De alguna manera me identifico. Además sentía algo cuando la veía, no se porque, pero su belleza me atrapo totalmente. Definitivamente, ese día la saludaría.
- Buenos días Shizuma-san – le dije medio a las apuradas y muy vergonzosa antes de entrar a clases.
- Buenos días nagisa-chan, no es necesaria tanta formalidad, después de todo somos compañeras. Ahh y habla más alto por favor, o no podré entender nada de lo que dices– me dijo regalándome una leve sonrisa, igual que la que puso el día que llego, pero igualmente de una manera que parecía tan distante, como si estuviera a varios kilómetros de mi.
- Etoo y… ¿como andas? ¿Hiciste la tarea?– le pregunte muy ingenuamente. Me morí de la vergüenza, jamás había tenido tanta vergüenza en mi vida, pero algo me impulsaba a hablarle. Apenas termine de preguntarle me tropecé con una cartuchera que estaba tirada justo detrás de mí y me caí muy fuertemente sobre el suelo. No sabía si salir corriendo o si esperar como reaccionaria. Elegí la primera opción y Salí corriendo hasta llegar a la puerta del colegio.
Allí me encontré con tamao-chan.
- Buenos días nagisa-san, al fin te encuentro. Ya no sabía por donde buscarte. El profesor me dio estos papeles para que te los entregue, los olvidaste sobre tu banco – me dijo muy agitada por haber venido corriendo a toda prisa.
- Ahhh muchas gracias, se ve que hoy ando un poco distraída – le respondí mirando hacia abajo. En realidad le estaba mintiendo. Desde ayer estoy pensando en como hablar con alguien, especialmente con shizuma-san.
- Y si, este es tiempo de muchos exámenes, debes sentirte presionada, yo estoy igual. Además…. ¿No vistes ayer el programa ese en que adivinan lo que va a pasarte según tu signo? Con respecto al tuyo dijeron que habría gente estorbando tu paso, debes estar aturdida de energías negativas, ¿No? – dijo también mirando hacia otro lado, como si le costara un poco hablarme.
- Ahh no, no lo vi, en realidad no creo en esas cosas pero….. bueno…. Si vos lo decís debe ser así – respondí riéndome un poco para poner algo de alegría a la conversación. Ella también se rió. De repente se escucharon unos pasos
- Suzumi Tamao, que haces hablando con nagisa-chan, no deberías estar en el club de literatura ahora? Vamos que necesitamos mucho de tu ayuda – se metió de la nada shizuma-san a la conversación. No lo podía creer, era como si quisiera sacarse de encima a tamao-chan. Shizuma se quedo conmigo mientras veía como mi otra compañera emprendía camino hacia adentro del colegio.
- Bueno nagisa, en realidad quería pedirte si no podrías ir conmigo camino a casa, aunque no lo creas vivo un poco lejos y no me gusta ir sola. Por lo menos me acompañaras un poco, ¿te parece? – no podía creer su reacción, cada vez me trataba con mas confianza que la anterior. No sabía muy bien como responder a eso.
- De acuerdo, ya que vamos por el mismo camino… - le dije con un tono muy bajo, casi no se me escuchaba de la vergüenza.
- No te escucho, ya te dije que si no levantas la voz no podré escucharte bien – me respondió
- Perdón, ya entendí, no lo volveré a hacer – le dije un poco mas firme y con alguna que otra risa.
En el camino ella me decía que yo le parecía una chica muy graciosa, no sabía si interpretarlo como que yo soy simpática, o si creer que era tan tonta que se reía de mí. Ella ya no se sentia tan alejada como antes. Cuando llegamos a mi casa nos despedimos y ella siguió su camino. Me sentía feliz. Mantuve una conversación corta, pero sin caídas ni nada x el estilo de mi parte con tamao-chan y vine camino a casa hablando con shizuma-san. Aunque yo no hable mucho que digamos, de todas formas pase un lindo rato. Sentía que de apoco las personas se iban a cercando a mi y se iban sintiendo cada vez mas cómodas conmigo. Pensé que tal vez tamao-chan se había equivocado de canal cuando se refirió a las energías negativas, o que simplemente era todo mentira, lo que yo siempre pensé.