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Arte de amar por Doiha-chan

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Notas del fanfic:

La verdad, esto fue lo que surgió de un momento de aburrimiento absoluto, espero sea de su agrado.

Notas del capitulo:

Primer capítulo, primer intento... Espero lo disfruten.

 

 

Haber pasado toda la tarde dentro del cine quizás no haya una muy buena idea de parte del pelinegro, o al menos lo fue mientras aún seguía ahí dentro, pero una vez que decidió salir se encontró de frente con tanto alumbrado público que por un momento pensó que quedaría ciego. Una vez fuera del recinto comenzó una caminata sin rumbo a través de las aglomeradas calles de Tokio, más específicamente, por las calles de Shibuya.

Este había sido un día bastante difícil a pesar de la fecha, la cual cualquier persona normal celebraría, o al menos no estaría tan deprimido. Llegar a la mayoría de edad en tales circunstancias no era nada bueno y para ser sinceros, no tenía idea de qué hacer en esos momentos. Lo que sí agradecía era que gracias al orfanato pudo ir a la escuela y logró terminarla con buenas notas, no excelentes, pero tampoco estuvieron malas. Repentinamente, detuvo su caminar…

“Ten cuidado, aún no puedes pasar.” Escuchó decir de alguien a su lado, recién notando que esta persona le había tomado del brazo para detenerlo.

- ¿Ah? ¿Qué...? –Musitó desconcertado, recién notando en dónde estaba.

Había estado tan ensimismado en sus pensamientos que no había notado que casi cruzaba una calle mientras los automóviles circulaban con libertad y que, de no haber sido detenido por aquella persona, pudo haber sido gravemente atropellado. Hubiese sido una lástima y un mal recuerdo para un cumpleaños.

“Ya, puedes continuar.” Volvió a escuchar de la misma persona que le detuvo, viéndola ahora avanzar junto a un tumulto de gente.

Se quedó en aquel lugar unos segundos, de no ser por aquel individuo estaría ya en dirección al hospital, quizás en qué condiciones. Una vez que reaccionó ante su asombro, vio nuevamente a luz del semáforo que le indicaba que no podía cruzar, por tanto, esperó hasta que a luz cambiara para seguir su camino.

Ya no estaba tan perdido en sus pensamientos, más bien estaba pendiente de encontrar a aquella persona que vio hace unos momentos. Apenas y había logrado ver lo alto que era, también recordaba sus lentes oscuros, lo cual hasta entonces logró reparar en lo extraño que era pues, siendo de noche y con ausencia de sol, ¿Por qué llevaría él lentes oscuros? Además, llevaba una bufanda negra, un montgomery del mismo color y a simple vista, se veía bastante elegante. Tan solo esas fueron las características que en él pudo reparar y después de haber perdido la oportunidad de seguirle en aquel semáforo veía difícil poder encontrarlo.

Entonces, observó a su alrededor. ¿Cuánto tiempo llevaba caminando? No lo sabía, su reloj de pulsera lo olvidó en alguna parte esa mañana y no vio la hora al salir del cine, pero al parecer, llevaba buen rato caminando pues recién podía notar que se encontraba a la mitad de Minato. ¿Cómo había llegado tan lejos? Quizás estaba comenzando a divagar demasiado.

Se encaminó a un parque cercano, tomó asiento en una banca a la cual no llegaba mucha iluminación y sacó de su chaqueta una pequeña fotografía. Apenas y divisaba en ella un rostro femenino, un rostro materno. La nostalgia comenzó a aparecer, apenas y tenía unos pocos años de vida cuando perdió a sus padres, desde entonces, un orfanato era su hogar, hasta hoy, día en que llegaba a la mayoría de edad y debía abandonar aquel lugar para siempre.

Guardó la fotografía dando un largo suspiro e hizo un repaso mental de lo que había sido su cumpleaños. Al despertar en la mañana sus amigo en el orfanato le habían hecho una torta y la compartieron en el postre luego de almorzar, luego la directora le comunicó la noticia de que debía abandonar el lugar, que ya no era posible seguir viviendo ahí, recibió de su parte un pequeño sobre con los yenes suficientes para mantenerse unos días y le dio una dirección donde podría encontrar alojo por unos días hasta que consiguiera el arriendo de algún apartamento. Luego, salió con sus cosas en busca de tal lugar y una vez que estuvo seguro de tener donde pasar la noche se fue al cine, compró una entrada para ver la película de momento y se pasó toda la tarde escondido en aquella oscura sala hasta que uno de los guardias de seguridad le indicó que debía salir y tan solo unos momentos después, un desconocido lo salva de un posible accidente. Aún tenía la curiosidad de saber quién era aquella persona. Se puso de pie resignándose de tal absurda idea, encaminándose para tomar un taxi y volver a casa a dormir, ya mañana podría salir en busca de algún trabajo.

Temprano en la mañana comenzó a sentir bastante balbuceo en el hostal, ¿Tan temprano se levanta la Señora Yamada? Ni idea, pero de simple curiosidad, se levantó con pereza y se asomó al pasillo para ver qué era tanta algarabía.

- ¡Hola! ¿Eres nueva en el hostal? –Escuchó decir de un simpático chico que pasaba de un lado a otro con rapidez.

- Ehm… Si, soy nuevo aquí. –Contestó semi-dormido aún.

- ¿Nuevo? –El joven se detuvo frente al pelinegro para verlo unos segundos, recién notando que a quien saludaba no era una chica.-

- Si, nuevo. Soy Hyde.

- Oh, ya veo. Ogawa Tetsuya. –El mas alto le mostró una sonrisa.- Me quedaría a charlar, pero debo ir a clases.

Entonces vio nuevamente una sonrisa en el rostro de aquel chico y lo perdió de vista escaleras abajo. De seguro era otro hospedante de aquel lugar. Ya habiéndose despertado y desperezado decidió bajar a la cocina a ver si estaba el desayuno listo, no sin antes haberse cambiado de ropa, no bajaría en pijamas a la cocina. Apenas bajaba las escaleras y comenzó a escuchar más balbuceos provenientes del primer piso.

- ¡Buenos días! –Escuchó apenas entraba a la cocina de parte de la Señora Yamada.

- Buenos días. –Respondió mientras tomaba asiento en la mesa, viendo a su alrededor a varios chicos mas.

- Hola preciosa, ¿Cómo te llamas? -Se acercó uno de los presentes y le abrazó con un brazo por sobre los hombros.

- Hideto, puedes decirme Hyde. –Contestó observando de reojo el brazo del más alto, notando como este se alejaba disimuladamente.

- Yo soy Ken, ellos son el resto de los chicos. –Después de aquello se escuchó como el resto de los varones reclamaban.- Está bien, está bien, él es Yuki, Kaz y Sakura.

La Señora Yamada interrumpió aquellas presentaciones sirviendo el desayuno, el cual para aquel joven pelinegro fue bastante agradable debido a la afable conversación entre los jóvenes ahí presentes. Una vez terminado de desayunar, cada uno se levantó de su asiento y se fue a realizar alguna actividad, ya sea trabajar, estudiar o perder el tiempo como lo hacían Ken y Sakura. Pero él no podía darse el lujo de perder el tiempo, ya lo había hecho el día anterior, hoy debía salir en busca de un trabajo.

Después de una ducha y haber escogido ropa limpia, salió a las calles de Shibuya con carpeta en mano y, obviamente dentro de ésta, un currículum. 

 

 

Notas finales:

Eso es todo por ahora, continuará pronto~~


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