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...Guren... por Kiharu

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Notas del capitulo:

:3!


Hola! Se suponía que eran tres caps de amor y felicidad... pero prometo que los otros dos si estaran asi. *o* capitulo diez! si no ubiera alrgado este sería el final ; o ;! weno weno!


El capitulo es medio triste porque... asi ando yo. Me siento horrible, asi que aprovecho eso para escribir(?) ah... mis días esta semana an sido una mierda :S espero y mejoren.


lalala dejo de aburrir, lean *u*

 

Quería empezar de nuevo, pero necesitaba el apoyo de los demás. Yo no podía solo.

Y volví a enamorarme.

Creí que desde que lo que me había pasado, ya no me volvería a enamorar, yo mismo creí que había cerrado mi corazón para que nadie se lo pudiera volver a ganar. Creí vagamente que no me volvería a pasar y pasó. Nuevamente de un chico. Lo cual me hizo razonar y dame cuanta que en realidad quizá toda mi vida fui homosexual, pero yo me convencía de que era bisexual, quizá lo hacía porque tenía vergüenza de que me discriminaran por lo que era, ya ni lo sé. Y en cierto modo era malo que me enamorara de alguien otra vez, porque era la persona menos indicada, supongo. La persona que ha cuidado de mí estas tres semanas y todo el tiempo que lo conozco, lo comencé a amar desde el inicio de mi estancia en la casa Shiroyama. Y era él. Yuu. El me enamoró, el me hechizó, y él me volvió a la vida.

Volvieron los colores a mi nube gris. Pero él no lo sabía.

El seguía siendo mi apoyo, mi soporte, la persona sobre la que puedo descansar mis lágrimas siempre que lo necesito, mi consejero, mi amigo.  Y precisamente la parte de “amigo” era la que no me gustaba, yo lo amaba a él como se puede a amar  a una pareja, pero yo no quería que Yuu se enterara, porque por supuesto, el no me iba a corresponder, no quería perder la amistad más intima lograda en estas tres semanas, no lo quería arruinar, pero al menos por mi estaba un poco bien, aunque yo lo quisiera solo para mi, era mejor amarlo en silencio, mas preferible que decírselo y arruinar su bella amistad.

Definitivamente no lo haría.

¿Quién podría amar a alguien como yo? Una persona mala, y sucia, contra mi voluntad, pero lo fui, yo ya no merecía el amor de alguien que sabía lo que yo había sido, y tampoco era digno saber que alguien como yo, amaba a una persona fabulosa como Aoi, era como si él se hubiese convertido en mi amor platónico, algo que me es imposible, algo que me rebasa.

Toco la puerta.

Aoi estaba durmiendo en su sofá y yo en su grande y espaciosa cama redonda. Amaba esa cama. Si en ella había estado Aoi, yo lo amaría, Aoi se había convertido en la razón para seguir vivo, así como lo fue Tora en los buenos tiempos. Lamentaba que Aoi, en este lapso de mi recuperación nunca había querido dormir conmigo, aunque técnicamente yo nunca se lo eh pedido, pero me gustaría que lo hiciera.

Los rayos de luz se comenzaban a filtrar por la ventana, y yo acaba de despertar.

-Pasa- le dije a Aoi.

El nombrado entro con mi desayuno en una charola, una sonrisa, y su cara de idiota que tanto amo. Hace mucho tiempo que no me traía el desayuno a la cama, solo lo hizo cuando fue mi primer día aquí, pero es que hoy, se cumplirá un progreso mío.

-Toma Patito~~~- me dijo poniendo la charola sobre mis piernas, me había sentado en la cama.

-Gracias…-

-¿Listo para el súper genial día que hoy tendremos yendo por tu helado de vainilla con fresa y chocolate?-

Salto a la cama sentándose a un lado de mi, viendo como me comía mi desayuno, el cual consistía, en una malteada de chocolate, una gelatina de cereza, cereal, arroz, palomitas de maíz, avena, manzana picada con piña, y una pequeña flor que lo adornaba todo. Yuu se había esforzado mucho, pero la combinación era algo extraña, rogaba porque no me fuera a enfermar y tener que cancelar la salida de hoy.

Hoy saldríamos a una heladería. Yuu y yo (me encantaba como se escuchaba eso, y si, así es, me estaba volviendo ridículamente afeminado por estar nuevamente enamorado de un hombre…. Un hombre jodidamente sexy y hermoso…), en la segunda semana que estuve en la casa Shiroyama planeamos salir de la casa, él quería que tuviera un progreso mayor, como salir de la casa, y yo acepté, me pregunto qué quería hacer, y creo que no iba a ser normal responder “Quiero tener una cita contigo, así que vallamos por un helado, que es lo más parecido a una cita”, así que respondí, “por un helado estaría bien” me sonrió y me dijo que si, fue ahí cuando se dio cuenta de que antes yo amaba al extremo el helado de fresa con vainilla y chocolate.

-¡Listo!- dije alzando la voz y levantando mis brazos.

Reímos ante mi repentino ánimo.

-Me alegra que estés feliz- revolvió mis cabellos.

Y me sonroje. Mis reacciones y emociones habían vuelto. Y aunque no fuera lo más feliz – porque era muy vergonzoso si era por Yuu - que me podía estar pasando, me agradaba.

-Shima esta ROJO~-gritó.

-Idiota cállate ¬¬!-

-¡No!- me saco la lengua en señal de grosería. Pero solo me hizo querer besarlo -///-. –Shima… Ahora estás más rojo…

Ya me lo imaginaba. Estar pensando besar a Yuu me había dejado así. Qué pena.

Jaló mis mejillas y se me acerco, sentí su respiración chocar contra la mía.

-Iré con Kai. Vuelvo y nos vamos para la heladería ¿ok?

Me miraba fijamente. Sentía que perdía mi conciencia sobre mí, y en cualquier momento poder violármelo. Pero no quería, si lo hacía, lo arruinaba,

-Por cierto…-dijo a mi oído- antes iremos a el hospital, el doctor quiere más estudios… sigues bien… pero hay que estar seguros…

-Cla-claro…- se separó rápidamente de mi, y me besó la mejilla. Y se marchó de la habitación.

Me dejo completamente rojo y feliz.

Lo que resto del día me la pase casi llorando de la felicidad por tener una “cita” con mí Yuu. Aunque también me deprimía el saber que él no era para mí.

Cuando ya eran como las seis de la tarde, oí como Yuu entró a la casa. Me levante de un brinco, y sin notar que toda la mañana y parte de la tarde había divagado en lo que haríamos en la “cita”  no me había vestido, seguía en pijama.

-Bienvenido Yuu- le dije con una sonrisa en mis labios.

-Hola Shima- se acerco a mí, y me abrazó. – Veo que aún no estás listo, pero no te preocupes, que Kai dijo que el doctor nos dio permiso del faltar hoy, así que ve y cámbiate.

-Está bien- me solté de sus brazos-no quería pero tenía que hacerlo antes de que se extrañara porque no lo quería dejar ir- y me fui a cambiar.

Usualmente yo no usaba ropa para salir. Había estado utilizando solo ropa muy cómoda. Pero hoy me pondría ropa de la que usaba antes. Claro, nada para llamar la atención, o quizá solo la de Yuu. Miré adentro del armario y saque una playera azul, y unos pantalones sencillos de mezclilla. Me sentí extraño en esa ropa.

Me mire al espejo de cuerpo completo que tenía Yuu. Era extraño volver a verme así. Muy extraño. Mis golpes se había ido, y las heridas habían cicatrizado. Mi aspecto físico volvía a ser, “aparentemente” atractivo –como Aoi había dicho- . Me puse un poco de maquillaje. Tenía bastante tiempo sin maquillarme, pues cuanto estuve en el House of dates, Shou era el que me maquillaba.

-Bien…- me dije mientras me veía por última vez en el espejo – el cual era la primera vez que usaba – y fui con Aoi.

-asdasdasdas *¬* - me puso cara de idiota cuanto me vio. Quizá lo hacía por hacerme sentir mejor, era probable que no me viera bien.

-Vamos- le sonreí.

Tomó mi mano. Sabía lo que vendría. Era estúpido, lo sé. Pero sería ver el mundo exterior otra vez, con mis propios ojos, después de semanas. Abrió la puerta y la luz entro por ella, ambos salimos tomados de la mano, por un momento le tome más importancia a su mano junto a la mía, pero luego me distraje con la calle. Era sorprendente que hubiera olvidado la parte de afuera de la casa de Yuu. Era bonito.

Colores, arboles, el olor, autos, me agradaba todo eso de nuevo. Me quedé ahí parada unos segundos hasta que quise avanzar y ver qué otras cosas ya se me habían olvidado. Jale la mano de Yuu para avanzar, este solo me siguió sonriente.

-Bien Shima a la heladería…

Tiro de mi mano al sentido contrario al que yo iba, me llevo unas calles abajo, yo solo podía mirar todo lo que había a mi alrededor. Me sentía una princesa que por primera vez sale de la torturosa torre encantada.

Llegamos a una plaza en la que había más que gente. Me aferre al brazo de Aoi. Sentía que en cualquier momento podría separarme de él. Y era lo que yo menos quería. Quería estar siempre con él, siempre.

-No tengas miedo Shima, yo estoy aquí…

Me hizo sentir más seguro. Así que solté su brazo y solo entrelace mi mano con la suya, sentí su calor, y lo amaba, era relajante y protector. Comenzamos a caminar por la gente  y mucha se nos quedaba viendo, supongo que por el hecho de ser los dos guitarristas de The Gazette tomados de la mano. No me importo. Mientras los fans no se enterarán de mi vil pasado todo iría bien.

Llegamos a lo que se suponía que era la heladería.

-Uru~ ¿De qué vas a querer tú hermoso helado? ¿De lo que ya me habías dicho?- dijo cuando entrabamos a la heladería.

-Si…

Me estaban distrayendo todos los colores, formas y figuras del lugar. Suena como si hubiese estado 15 años en prisión, pero, era increíble lo fácil que era olvidar ese tipo de detalles. Como el olor a la nieve. El olor a lo dulce. Y lo bien que se siente estar todo el tiempo con la persona que amas, eso era algo de lo que si ya me había olvidado.

-Espera aquí Shima-

Se levanto de la mesa y fue hasta la caja donde pedías helados. Observé todo el tiempo a Yuu. Ya no me estaba molestando el hecho de que la mayoría de las miradas en la heladería estuvieran en mí. Todo lo que yo podía ver era él, nada más. Vi como pagaba los helados y como se los entregaban. Eso me hizo caer en la cuenta de que ya ni sabía que había pasado con mi dinero, supongo que una parte de lo que tenía aún estaba en el banco, todo el dinero que no me logro quitar Tora.

Aoi regresaba con mi helado (de mi sabor favorito) y con el suyo, un helado de vainilla y fresa, sin chocolate, como el mío. Iba demasiado sonriente. No pude evitar devolverle la sonrisa. Realmente me sentía feliz, alegre, con paz y calma.

-Me entere que habrá un concierto cerca de aquí – estábamos en el centro de la ciudad – por lo que creo que habrá mucha gente, así que, ¿Te quieres quedar a tomar el helado aquí? ¿O prefieres quedarte sin importar la gente que esté por aquí más tarde?

No quería irme. Pero tampoco quería salir más de noche y con tanta gente, me parecía asfixiante. Pero definitivamente quería estar más tiempo con él.

-Supongo que… quedémonos, - dije y el sonrió, volteo a ver a la puerta del lugar y solo lo contemple - después de todo, estás tú conmigo… - susurré, pero él no me escuchó, o si lo hizo, me ignoró.

-Lo que tú quieras pato bonito- no me agradaba que me digiera así, pero solo por ser él, lo pasaba.

Lamí mi helado. ¿Cómo describirlo?

No había comido helado en la casa Shiroyama.

Pase mi lengua nuevamente por la superficie achocolatada. El cielo otra vez. Era mi primer helado desde que me mude a la casa de Tora, unos cuatro meses aproximadamente. Era el paraíso mismo. El chocolate pasando por mi lengua y dejando ese sabor dulzón me estaba extasiando. Cuando quite la cubierta de chocolate (la cual disfrute tanto, no si se tendría cara de placer por el sabor, o no, porque Yuu solo reía, y pregunte porque, pero no me contesto u_u), lamí la parte de arriba, la fresa *o*. Yuu solo sonreía ante mis expresiones, las cuales debieron ser muchas, amé nuevamente, el helado, como solía amarlo antes. Me sentí como en los tiempos pasados, aún antes de que tuviera pareja, cuando Yuu y yo después de los ensayos comíamos algo, y charlábamos de algo, prácticamente, nada interesante o importante, trivialidades, pero aún así, eran días que recuerdo con demasiado aprecio. Los tiempo felices…

Cuando termine de orgasmearme por volver a comer un helado (Yuu había terminado el suyo hace como 10 minutos, pero yo tarde más por disfrutarlo), mire a Yuu, y él me sostuvo la mirada.

Mágico…

-Shima- dijo rompiendo mi burbuja- Creo que deberíamos irnos, el sol ya se ocultó, y empiezo a escuchar la gente hablar, creo que el concierto ya va a empezar.-

Yo ni había escuchado algo. Me embobe con él. Pero según mi mente retorcida, algo me decía que el tampoco quería dejar de mirarme, agradecí ese pensamiento positivo.

-Es… Está bien- respondí.

Su sonrisa me deslumbraba, era tan hermosa que me cegaba de la realidad…

Y me sentía a la vez patético. ¿Qué tan estúpido podía llegar a ser, enamorándome de la misma manera en que lo hice antes, sabiendo ya lo que me paso? Eso ni pesándolo horas podía descifrarlo, y es que por alguna razón confiaba en Yuu. Algo de él me incitaba a confiar en él.

Me pare junto con él, y salimos de la heladería, la mire una última vez y a mi pesar, salimos a enfrentarnos con la bola de gente que se disponía a estorbarnos. Me tomo de la mano, lo más probable por lo que lo hacía, era para que no nos separáramos, pero aunque fuera por eso, me hizo feliz. Entrelace nuestras manos y solo recibí un apretón cariñoso, me hubiera gustado ver la expresión de su rostro, me hubiera encantado, pero él iba a delante de mí, abriéndose paso entre la gente (la cual ya estaba muy amontonada, eso me hacía pensar que el concierto estaría súper genial).

Y luego todo pasó rápido.

-¡Yuu!- grite con desesperación.

Una mujer se había cruzado por en medio de nuestras manos y nos había separado. Ya no lo veía, estaba solo entre tanta multitud. Y para terminar de sentirme desesperado me comencé a sentir idiota, ¿Por qué mierda no me compre un celular?

-Yuu… - dije en un tono más bajo.

Toda la gente me estaba empujando. Y ahí comenzaba. Me estaba volviendo claustrofóbico. Tenía un rotundo miedo por estar ahí, obscuro, sin Yuu, y con un montón de gente desconocida que podría hacer lo que quisiera cuando quisiera. El pánico y el terror no tardaron en apoderarse de mí.

¿Cómo iba a salir de ahí? ¿Y si lo lograba como hallaría a Yuu? ¿Dónde estaba Aoi? ¿Me estaba buscando? ¿Debería regresar a su casa? ¿Debería esperarlo? ¿Por dónde regresábamos? ¡Ni siquiera recordaba como habíamos llegado ahí! ¡Era un completo desastre, y así de nervioso como estaba menos podía pensar.  Comencé a sollozar. El pánico me estaba superando.

-¡Shima!

Oí un grito a lo lejos, ¿derecha o izquierda? ¿De qué lado provenía?

Mire en todas las direcciones y no halle nada, así que decidí caminar hacia afuera de tanta gente, me tocaron, me empujaron y me gritaron, pero logre salir de ahí entero.

-¡Mierda! ¡Mierda!

No estaba pensando y el haber perdido a Yuu, menos me dejaba pensar.

Había terminado a un lado de una puerta, ya todo estaba obscuro, estaba solo y nadie podía verme como para auxiliarme, no tenía un jodido celular... Valla… todo me salía jodidamente bien.

-¡Aoi! ¿! Carajo donde estas?!

Estaba al borde de las lágrimas.

-¿Dónde te habías metido tanto tiempo lindura? Nunca me llego el video…

Me congele.

-¿No me digas que ya no te acuerdas de mí?  ¡Perra si yo fui el primero que te folló!

Definitivamente era el hombre asqueroso de la primera noche. ¿Por qué ahora? Dios definitivamente me odiaba. Comencé a temblar, comencé a sentir miedo, pero aún así, no quería voltearme y verle la cara. Podía golpearle, pero me sentía tan indefenso, que ni mi cuerpo podía mover.

-¡Mírame perra! ¿Acaso te lo hicieron tantos que ya ni de mi te acuerdas? Bueno… sabes… eso tiene solución…

Me tiro del cuello de mi camisa y me atrajo hacia él. Era él, ahora que lo podía ver de cerca estaba más que seguro que era ese feo hombre. Me estrello contra la pared, para luego colocarse demasiado cerca de mí.

Miedo, pánico, desesperación, recuerdos, inundaban mi mente ahora. Ya no estaba razonando nada y mi cuerpo no me respondía.

-Suel…Suélteme….

-¿Me vas a implorar como la primera vez? Sabes que te irá peor… aunque lo mejor de esta situación es que eres gratis y ya no tan cara.

Beso mi cuello bruscamente. Fue ahí cuando no pude aguantar más y comencé a llorar como no lo había hecho en semanas. Rasgo violentamente mi playera y me tiro al piso sin cuidado alguno de mí.

Me miro con deseo y… ¿Asco?

-Está vez me recordarás…

Se subió sobre mí y comenzó a tocarme. Tocamientos bruscos y violentos. Lloraba, solo eso podía hacer, el hombre me había sometido. Ya no podía quitar su cuerpo de sobre del mío.

Asco, repugnancia, odio, esos sentimientos y sensaciones regresaban a mí.

-¡QUITATELE DE ENCIMA IDIOTA!

Aoi pateo a mi ofensor. Este solamente cayó a unos pasos de mí. Miró a Yuu con odio.

-¡Me encontré a esa puta primero, además, yo ya me lo había cogido!

Aoi se puso rojo. Yo seguía ahí tirado sintiéndome basura. Otra vez no. Ya no lo soportaba.

-¡QUE MAL, PORQUE ES MÍO! ¡ASI QUE ALEJATE DE EL!

 Me cargo. Y nos fuimos trotando de ahí. Veía todo borroso, mis lágrimas no me dejaban ver bien. Y  me sentía sucio de nuevo. Mi mente quedaba en blanco con esa sensación.

Cuando llegamos a su casa (me cargo todo el camino) encendió las luces y me miro. Reaccioné. Ya no quería. El no me quería era una puta yo todavía, lo que acababa de suceder se lo demostraba, y ya nadie tenía respeto por mi ¿entonces qué?

Salte de los brazos de Aoi y salí corriendo con Aoi detrás de mí, gritándome, ni siquiera lo escuche, estaba cansado. Corrí hasta el baño y me encerré en el.

-¡Ábreme la maldita puerta Shima! ¡Déjame entrar!

Me recargue contra la puerta para que el no pudiera pasar. Estuvo unos cinco minutos empujándola hasta que se canso y se marcho.

Corrí hasta el botiquín de emergencias. Busque entre los medicamentos y casi no había. Tome las pastillas que fueran y me las lleve a la boca, solo eran dos, no me harían nada. Me desespere. ¿Por qué era tan difícil en estos momentos terminar por mi puta y desgraciada vida?

Busque más dentro de ese botiquín y me encontré unas tijeras. Sin más me enterré el filo en mi muñeca. Mi sangre fluyo al instante… necesitaba más, esa sensación me estaba calmando, más, bien, bien, más.

-SHIMA DEJA ESO AHÍ

Yuu había entrado. Supongo que con las llaves. Se acerco a mí, y me arrebató las tijeras. El mismo se hirió por la fuerza con la que me las había arrebatado.

-¿Por qué Shima?- me miro con tristeza- ¿Por qué?

-…- No quería responder. Mi muñeca sangraba, era probable desmayarme pronto, eso esperaba yo.

-Dímelo, ese hombre no te llego a hacer nada, todo está bien.

-…-

-Takashima…- se acercó lentamente a mí.

-Porque…-comencé- yo… Yuu… ¿acaso no te das cuenta?... me siguen tratando como una puta…

-Pero no lo eres…- Llego a mí lado y me empezó a desvestir.- Vamos, báñate.

-¿Si no lo soy, porque me siguen tratando como tal?- seguí desvistiéndome. Ya no me importaba mucho que él me gustara y me viera sin ropa, me apenaba ser “esa” clase de persona la que estaba con él. El no me quería, lo más seguro era que me tenía lástima. Baje mi mirada y la oculte de la suya, no me respondía. Se limito a abrir la llave de la bañera, ambos contemplábamos el vapor que comenzaba a salir. Y me pareció una situación extraña. Estaba más relajado ahora. ¿Cómo era posible si hace segundos deseaba terminar con mi vida? ¿Fue Yuu? Seguía alterado. Pero tener a Aoi a mi lado, era de gran ayuda. La sangre seguía resbalando por mi muñeca, pero no lo sentía, quizá la adrenalina.

-Solo él. Los demás te respetamos.

Me metió a la bañera y comenzó a limpiar mi cuerpo. No me quitaba la sensación de suciedad. Pero me relajaba que él me bañara. Era como si entrara en un lapso en el que no piensas  nada, tu mente en blanco, solo te sientes sucio, nada más, tu cuerpo flota y no te afecta nada. Mi cuerpo era el que reaccionaba, mi mente ya no tanto.

-Ahh- había pasado la esponja por mi reciente herida.

-Lo siento- se notaba más serio.

Ya ni le respondí. El siguió con su tarea. Me baño completamente. Pero ya no me pregunto nada. Me ayudo a salir de la bañera y me puso una bata. Me hizo sentarme en un banco que había en el baño para curar mi herida. Busco unas cuantas vendas en el botiquín y comenzó a vendar mi muñeca. Mantenía su vista fija en ella. No me miraba.

-¿Por qué Shima?

-Porque Yuu… dime… - me detuve.

Me miro, le sorprendió que hablara.

-Te diré lo que quieras.

-¿Acaso no te doy asco?

-Shima…- me miro y acaricio mi mejilla- tú jamás me darías asco.

-¿Y entonces porque yo si siento asco por mi?

-Porque tú lo quieres así. Ningún amigo tuyo tiene asco hacia ti. Lo que te pasó no fue porque lo quisieras, no tienes por qué avergonzarte, tú sigues siendo el mismo Shima de siempre, todo bien, contigo ¿sí? Y por favor, prométeme que jamás te dañarás, que jamás volverás a hacerte daño ¿está bien?

Me sonrió e inevitablemente me regresó esperanza, y cordura.

-Te lo prometo… solo si tú estás conmigo…- sentía el rechazo aproximado.

-Siempre será así.

Me tomó de la mano y me llevo hasta su cuarto. Me recostó en su cama, miré el techo. Las cosas se habían puesto extrañas y yo ni sabía por qué. El ambiente ya no era tenso, pero tampoco muy relajado…

La ducha no me había servido. Las pastillas me hacían sentir extraño y mi muñeca ardía. Aoi se aproximaba a la puerta.

No quería que se fuera.

-Yuu… por favor… tócame, hazme el amor, hazme tuyo… me siento sucio… quítame la suciedad- le dije. Y era porque él era el único que podía.

Me sentía patético, momentos buenos y malos, ¿Qué tenían que ver? Ni yo lo sabia pero sucedían…

Takashima Kouyou

Notas finales:

Gracias por sus reviews!

Logran subirme el fuiking animo!

no se cuando sea la prox vez que actualize!

pero de una semana no pasa oke?!

Cinco reviews :D


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