Fue un trauma tan fuerte… jamás lo olvidaré, pero por él, prometí quedarme aquí.
-Aquí tienen – me entregó el sobre amarillo – Ya pueden irse – nos sonrió y salió de la habitación.
Me levante de la camilla y me vestí. Me quite la odiosa bata de hospital y me puse mi ropa normal, con la que había llegado, un 15 de octubre a ese hospital. Salí de la habitación con Yuu, tomados de la mano, mientras que en mi mano libre sostenía aquel sobre que me acaba de entregar el doctor, el sobre que me decía mi fututo.
Habían pasado tres hermosos años, quizá no tan hermosos en parte, pero la mayor parte de estos, fueron geniales. Tuve una nueva decepción al cabo de dos meses, cuando volví a la banda, yo ya no podía formar parte de The Gazette, aunque mis compañeros me decían que sí, yo sabía que yo ya no sería útil para ellos, ya no era el guitarrista de Gazette, me dejaron solo componiendo, había dejado a Aoi solo en la banda, el hecho de que yo hubiese intentado terminar con mi vida me había hecho terminar con mi vida como músico. Con Aoi y con los chicos, las cosas mejoraron muchísimo, todo el tiempo que estuve aun temeroso, ellos siempre me apoyaron, todos decían que esta situación nos había unido más y quizá estaban en lo cierto, aunque no podía dejar de deprimirme un poco por la situación de ahora ya solo compositor.
También me sentía decepcionado y más que eso, enojado, por otra cosa, el que Tora y Shou hubieran permanecido en prisión solo día y medio y que luego los hayan sacado de ahí solo porque la PSCompany no quería que Alice Nine se fuera a la mierda, me molestaba, parecía como que los defendieran a pesar de lo que me habían hecho a mí, y bueno, no solo a mí, a todos y todas las demás que habían ido a parar con ellos antes o después de que yo lo hice. Aoi siempre profesaba su odio contra ellos, Reita y Ruki también les odiaban y Kai y yo hacíamos lo mismo, pero a diferencia de todos, Kai aún tenía que hablar con ellos, claro, cuestiones de trabajo, nada más. La PSCompany había aceptado que ellos tuvieran una restricción de acercarse a mí, fue lo que aceptaron al sacarlos de la cárcel. Y eso era bastante bueno, aunque había ocasiones en las que me los hallaba dentro de la compañía (sí, aunque ya no podía tocar en la banda, seguía yendo para ayudar en las composiciones (como ya eh explicado antes) y por otra parte para ver a mi Yuu tocar, el cual siempre tocaba para mí…), y ellos se burlaban de mí, diciendo “perra, puta” cualquier adjetivo que se refería a mi pasado, no podía hacer nada, no quería hacer problemas, por lo que nunca dije nada sobre esos comentarios, pero, me limitaba a ignorar.
-¿Estás bien Shima? – Me pregunto Aoi mientras me abría la puerta principal del hospital y salíamos – Te notas nervioso.
-Yuu… supongo que si estuvieras en mi lugar también lo estarías – salió y comenzamos a caminar rumbo a mi casa, la cual no quedaba nada lejos, claro, solo teníamos que cruzar un pequeño parque y llegaríamos.
-Sí tienes razón, pero pase lo que pase yo estaré a tu lado –
-Gracias, pero sabes, aun no me puedo creer que por eso “eso”, que ya pasó hace tres años aun siga afectándome – y ahora, tanto él como yo, sabíamos que era mucho peor de lo que ya me había afectado antes. Era más grave. Tener una enfermedad de “esas” es malo, te acorta la vida, y yo no quería irme del lado de mi Yuu.
-Es malo – sonrió y miro para atrás, miro el hospital que eh visitado tan seguidamente para un psicólogo y atención medica desde ya tres años, siempre con Aoi – pero verás como todo saldrá bien.
-¿Y si no? – No podía negar que en ese momento me sentía muy negativo - ¿Me vas a dejar? ¿Lo harás? – Era probable que el ya no querría a alguien como yo, eh incluso sentiría asco por mí.
-Shima…- cruzamos la calle que separaba al parque del hospital, entramos en aquel parque, el parque en donde Tora había comenzado su plan conquistándome. Como era de esperarse (porque era otoño) el parque estaba teñido de un color marrón, todas las hojas secas en el piso se revolvían con el viento, lo arboles que ahora eran más, se movían al compás del viento, todo muy tranquilo, pero lo que me preocupaba un poco, era el cielo, que se había tornado gris intenso, señal de que en pocos momentos llovería - ¿Tú qué crees que haría?
-…- No quería responder eso, yo creí que él me dejaría.
-¿Crees que te dejaría?
-…-
-¿Enserio me crees capaz?
-…-
-No creí que pensaras eso de mí – bajo su mirada y me hizo sentir culpable.
-No, no creo eso de ti, pero no sé lo que harás…
-Te pregunte lo que creías que haría, no lo que haría, y no me respondiste.
-Porque… porque yo… yo… no sé… lo que tú harías…- fue mi simple respuesta, nuestros pasos eran cortos, quería disfrutar de aquel paisaje y tal parecía que Aoi también, no habíamos llegado ni a la mitad del camino.
-¿Y porque no lo sabes?
-No lo sé. – me sentía inseguro. Si yo fuera él, quizá mi iría, no querría estar con una ex - prostituta y menos si ya está infectada.
-Eres muy malo Shima – se detuvo y me detuve junto con él, cerca de nosotros había una banca - me das a entender que a pesar de todo el tiempo que llevamos juntos no confías en mi… Shima… - hizo una pausa -¿alguna vez te eh dicho que te amo? – me miro y yo baje mi mirada.
-Sí – comenzaba a sonrojarme – Sí, me lo has dicho.
-Entonces te lo repito, te amo – delicadamente tomo mi mentón y subió mi mirada – Te amo – se acercó a mí – te amo – Sentí presión en mis labios. Sus labios eran tan cálidos, a pesar de que el viento era frio, se separo muy poco de mí, aun rozaban mis labios con los suyos – te amo y jamás dejaré de hacerlo, es una promesa – mi cara ardía y ya jadeaba, volvió a unir nuestros labios.
-Te amo – dije entrelazando mis manos con las de él, Aoi me guió hasta la banca que estaba cerca de nosotros. Me senté ahí y Aoi se me quedó mirando fijamente, frente de mí, no sabía que hacía ahí pero me sentía calientito con el muy cerca de mí. Una gota callo en mi nariz. Comenzó a llover, pero no nos fuimos de ahí, nos miramos por un rato, estaba simplemente lloviznando.
-Takashima… - se incoo frente a mí – Ca- cásate conmigo por favor… - saco de su bolsillo una cajita, la abrió y me dejo ver el hermoso anillo de oro que había adentro, un anillo delgado con un diamante pequeño, amé la sortija.
Yuu estaba completamente rojo. Yo por mi parte no sabía ni que hacer. La felicidad se apodero de mí rápidamente, era más que obvio lo que yo respondería, pero la forma formal en la que se dispuso a hacerlo era inolvidable. Intentaba moverme, pero no podía, solo podía ver el anillo y a Yuu sonrojado mirándome interrogante. Seguía lloviznando, los dos estábamos muy mojados, pero no nos movíamos.
-Sí…- murmure cuando él había bajado su cabeza, supongo que se había decepcionado – Sí… - repetí para que el me mirara – Sí quiero – respondí esta vez en un tono muy audible. Vi como la sonrisa de mí ahora prometido se ensanchaba y se hacía muy grande, yo también sonreía y lo miraba, coloco el anillo en mi dedo índice, comencé a llorar, aunque mi llanto no era visible ya que la lluvia se mezclaba con ella. Me abalance sobre él y lo comencé a besar, yo sobre él, y el debajo de mi, el agua no dejaba de fluir sobre nosotros pero aun así, estábamos tirados en el piso.
-Vaya… Vaya…- mi cuerpo se estremeció al escuchar su voz.
-Tora… ¿por qué será que no nos comparten felicidad?- me separe rápidamente de Aoi, y ambos nos paramos. Sentí miedo, Aoi se puso delante de mí, como un escudo.
-No lo sé Shou, quizá son muy egoístas…
-Lárguense de aquí, ustedes tienen una restricción – dijo Yuu en un tono alto – Uru… vete de aquí, ve a casa, rodea el parque, yo ya voy… - me susurró, y a pesar de eso, mi cuerpo tenía tanto miedo que no me moví. Mi mente estaba tan bloqueada que ni hablar podía, ¿Por qué ahora que mi cuerpo y mente estaban tan felices? ¿Por qué me odiaban tanto como para destrozarme hasta los buenos momentos? No era que estuvieran intentando algo malo, pero si su simple presencia me asustaba.
-No venimos por esa puta…-
-Repítelo y te mato Shou.
-Ah, mira no importa, al fin de cuentas es lo que es, pero el punto es que venimos por ti.
-¿Por mi? No me hagas reír imbécil.
-Sí por ti.
-¿Y porque por mi Tora? ¿Acaso eres tan imbécil como para enfrentarme a mí?
-No Aoi, no es imbécil, pero tú eres la clave, para poder destrozar a esa… ¡perra! - habló Shou.
-¡TU MARICA DE MIERDA NO LE DICES ASÍ!
-Le dice como se le dé la gana, sabes, aún me acuerdo cuando me gemía por más… hasta cuando me pedía el mismo que yo lo cogiera…
-¡CALLATE DE UNA PUTA VEZ TORA!
-Me lo pedía tan descaradamente que hasta se vestía de una forma ridícula para incitarme.
~Flashback~
Tenía muchísimas ganas de demostrarle todo mi amor a Tora. Siempre teníamos sexo y era tan emocionante hacerlo con él, puesto que yo creo que el si sabe cuánto lo amo. Hoy cumplimos un mes de ser una pareja, me a hechizado como jamás nadie ha logrado a hacerlo, y me pregunto porque nunca me había pasado desear tanto a una persona… pero supongo que si es Tora es bueno, ya que él me quería inicialmente ¿no?... aunque a veces pienso que mi loco amor, ha incrementado, al grado de rebasar el de él, igual, eso no me importa, me basta con que sienta algo por mí, con eso me basta.
Me había comprado un blusón, siempre me han gustado y hace rato lo vi mientras regresaba de la compañía y no pude evitarlo. A decir verdad, me eh comprado dos, uno rojo y uno azul, el azul claramente es mi favorito, pero sé que Tora detesta ese color, y si quiero hacer el amor con él, no creo que ese le llame la atención. Así que también me eh comprado el rojo, porque sé que a él le encanta ese color, aunque yo simplemente lo detesto, pero eso no me importa, con tal de atraer y hacer feliz a Tora, lo que sea.
-Supongo que se me ve bien… no es mi color favorito, pero por él está bien- me dije al verme en el espejo. No creía que se me viera tan mal, me llegaba los muslos y dejaba ver todas mi piernas, por la parte de arriba tenía un corsé un poco ajustado dejando ver mis hombros, y lo compre así porque a Tora le gustan esas ropas.
También eh preparado toda una cena, quiero que sea una velada sumamente romántica en todos los sentido, quiero que lo disfrute como se que lo hare yo. Soy tan feliz.
Oí como la puerta sonaba y se abría, fui hasta el sofá y oí como Tora decía un “ya llegue”. Esa tarde Tora había salido con su banda, eran las 9:00 pm. Me acomodé en el sofá, en la pose más sexy que se me pudo ocurrir. Vi como se paro enfrente de mí y me miraba. Me beso con salvajismo, su sabor era el de alcohol, eso era tan sexy.
“-Feliz aniversario Tora… haz conmigo lo que se te plazca…- le dije, estaba dispuesto a entregármele.”
~End of flashback~
Recordé aquella vez que preparé muchas cosas pare él, aunque él solo se había limitado a tener sexo conmigo y quedarse dormido.
-¡CALLATE!- dijo Aoi que comenzaba a temblar por la rabia.
-No Aoi… porque sé que eso los lastima a los dos… y a mí me satisface tanto…
¡No era cierto! ¡No está pasando nada de eso! La lluvia se intensifico en ese momento, parecía como si el cielo entero se fuera a caer…
-¡BASTARDO! ¡TÚ ESTÁS YA MUY ENFERMO, HASME EL PUTO FAVOR DE IRTE DE AQUÍ!
-No Yuu, yo de aquí no me voy. No me voy hasta que esa PUTA – lo grito – llore como cuando estaba con nosotros, amo ver sus estúpidas e insignificantes lagrimas.
-¡ESTUPIDO! ¿POR QUÉ NOS ESTÁS HACIENDO ESTO?
-Por algo sencillo, tengo placer por lastimar personas… además el estaba siendo demasiado feliz… el no puede ser tan feliz… sigue siendo la misma perra arrastrada que cuando la conocí.
-¡INFELIZ!
No basto absolutamente nada de tiempo para que mi novio estuviera corriendo hacia Tora. Mi cuerpo no se movía, ya ni siquiera estaba llorando, no ya nada de eso, era como si mi cuerpo estuviera totalmente inerte, no podía hacer nada, no podía reaccionar, pude escuchar claramente todas los insultos que Tora me había dedicado, y me habían dolido, pero cada vez que él y Shou decían algo, miraba el cuerpo de Aoi temblar, lo estaban provocando intencionalmente, y el, estaba cayendo en sus juegos sucios.
Aoi corrió rápidamente hacia él y le dio un golpe en la cara a Shou. Este cayó al piso, aturdido se levanto con una mirada de odio a Aoi. Cuando Aoi iba por Tora, Tora corrió hacia donde yo estaba. No podía ni correr, me sentía patético por ser tan inútil en tal situación.
-¡Shima corre!
Muy tarde para mí. No pude alcanzar a correr, Tora ya estaba detrás de mí, ahorcándome con su brazo derecho, y sacando algo de su pantalón con la otra. Aoi corría hacia nosotros.
-¡Detente ahí Shiroyama!- Aoi paró en seco y la expresión de su cara era horrible, jamás había visto su cara de pánico y desesperación, sobre todo de miedo.
Sentí algo frío posarse en el lado izquierdo de mi nuca.
-¡MIERDA! ¡TORA! ¡NO HAGAS ESTUPIDCES! ¡SUELTALO AHORA MISMO!
-¡Hago lo que se me da mi jodida gana!
-¡SUELTALO!
-¿Lo suelto? Bien… - Me lanzo para el lado de la banca en la cual había sido tan feliz hace apenas unos 5 minutos. Tora retrocedió un poco de mí.
Aoi corrió a mi lado y nuevamente quedó enfrente de mí. Estaba temblando, tan asustado que ni siquiera podía llorar, mucho menos gritar.
-Ahí te quería, frente a él, para que le doliera más.
Apunto el arma hacia Aoi.
Intente jalarlo del pantalón, para que se moviera, pero no me respondía nada.
Y disparo.
…
El cuerpo de Aoi caía lentamente ante mis ojos. Tora me miro con odio y salió corriendo junto a Shou. Mire mis brazos y mi cuerpo, estaba lleno de sangre, la sangre de Yuu.
Cayó finalmente sobre mí.
Sus ojos cerrados, su piel pálida, se sentía pesado, y sentía más de su sangre caer a mí.
Me aferré a él. Lo abrace. Lo bese. Y se sentía frío. Ya no estaba cálido.
-¡¡¡¡ YUU!!!!... no Yuu… no, no me dejes…
La lluvia no dejaba de caer y yo estaba llorando, al fin había reaccionado, aun tenía el cuerpo de mi prometido sobre mí.
Sentí como alguien me jalaba por atrás pero yo me aferre más al cuerpo de Aoi, nadie me iba a separar de mi amor, nadie.
-¡Shima levántate!
-¡Déjenme en paz! ¡Déjenme en paz a mí y a mi novio!
Arrugue la ropa de Aoi, arrugue su gabardina negra, esa gabardina con la que lucía hermoso, sus labios comenzaron a tornarse morados. Mis lágrimas fluían con ganas.
-Takashima tienes que levantarte, por nosotros por favor.
-¡Carajo Ruki que alguien llame a un médico o algo!
-Cierto… ¡KAI LLAMA A UNA AMBULANCIA!
-SI
-¡REITA AYUDAME!
Los nos me estaban jalando. Yo no me levante, por nada del mundo me separaría de ti. Oí un sonido sordo, una ambulancia, oía los gritos de mis amigos llamarme, no me importo.
-¡Déjenme!
-Pero Takashima…
-No lo toquen… es mío…. No toquen a mi Yuu
-Shima…
-¡Yuu! ¡Despierta! ¡Nos casaremos y estaremos por siempre juntos! –Grite- por favor…. No te vayas de mi lado… yo… yo te amo… - susurre. Sentí como seguían tirando de mi. Me sentía pesado, mi ropa pesaba por estar mojada, y no paraba de llorar…
No me separaría jamás de ti, pero al parecer tú sí de mí… aunque fue por ellos… los odio…
Takashima Kouyou