Simplemente, fui un idiota.
Sentía el apoyo de Aoi. Realmente lo pude sentir. Seguíamos en la cama abrazados, ese abrazo que comenzó a darme una fuerza extraña para que intentara alejarme de Tora. Me sentía toda una niñita adolecente por cómo me había comportado antes, pero al parecer, Aoi no me lo iba a recriminar. Eso estaba bien. Me canse después de un rato de llorar, me quede dormido en los brazos de mi compañero de banda, y mi amigo.
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Cuando desperté, ya pasaba del mediodía, seguía en la misma cama, pero ahora tenía ropa interior y una camiseta, Aoi me había cambiado. Me encontré con Yuu a un lado mío viendo su ordenador.
-¿Te sientes mejor?
-No mucho… pero quizá un poco sí.
Nos miramos un momento.
-¿El que me llamó hace rato, fue Tora verdad?
-Sí.- me dijo secamente.
-¿Qué… que quería?
-Verte.
-¿Qué le dijiste?
-Que se perdiera.
No sé porque yo si deseaba verlo. Algo en mi no quería convencerse de todo lo que había pasado anoche. Y Aoi había sido malo. Me sentí estúpido ante mi infantil pensamiento. Pero aún así, deseaba ver a Tora.
Me quise sentar en la cama, así cómo estaba Yuu, pero no pude. No pude ejercer presión con mis manos para levantar mi cuerpo. Me quejé al sentir dolor en mis manos.
-Eso te pasa por actuar como un adolecente cuando tienes 28 ¬w¬- Me dijo divertido Yuu.
Y ciertamente tenía razón, había actuado como un adolecente de 14 años que cree que su vida en una mierda y decide terminar con ella. Si, ayer él propósito que tenía era suicidarme. Ahora ya no le veo mucho sentido, pero ayer ya no hallaba para que vivir si ya no lo tenía a él, ahora tampoco, pero el tener a Aoi aquí conmigo, creo que me ayuda un poco.
-¿Me dices viejo?
-Amm… algo así, más bien algo como, “Muy mayor para ser así de inmaduro”.
Idiota.
-¿Muy mayor? Tú eres más grande, y eres como un niño.
-Pero yo no ando de perra intentado suicidarme, que mi personalidad sea pura e infantil es diferente- rió un poco. Sabía que me había ganado. Por mucho que Aoi sea un idiota infantil, también es mucho más maduro de lo que yo podría llegar a ser en mi vida, y eso era lo que admiraba mucho de él. Cerró su ordenador.
-¿Y bien, que quiere hacer nuestro adolecente?- preguntó acercándoseme.
-No soy un adolecente…
-¿Un niño entonces? Porque un hombre no creo…
Le lancé la almohada, y su cara la recibió.
-Ya verás Kouyou…- se sacó la almohada de la cara y me miro con cara amenazadora falsa, salte de la cama y corrí hacía la sala de su departamento, el me siguió.
Me estaba sintiendo un tanto estúpido. Acababa de decir que no era un niño y ambos nos estábamos comportando totalmente infantiles. No me molestaba, Oh no para nada, nunca me molestó ser así de infantil con Aoi, era una forma con la que podías relajarte, a pesar de que él era el más grande de la banda a todos nos trataba así, de una forma cariñosa, con la que te podías sentir feliz, por lo menos en lo que él estuviera contigo, me estaba sintiendo alegre en aquel momento, incluso, por ratos olvidaba a Tora, e incluso le estaba sonriendo a Aoi, así como él me sonreía a mí.
Corrí en círculos por todo su sofá. Llevaba la misma almohada con la que yo le había atacado. Corrí hacia la cocina y recibí un golpe por la almohada, fue un lanzamiento tan rápido que me caí de cara en el piso de la cocina.
-Oh mierda ¿Shima estás bien?- me preguntó inmediatamente al oírme caer.
No le respondí, quise asustarlo.
-¿Shima? ¿Shima te encuentras bien?
Sentía como se iba aproximando a la cocina. Se detuvo al verme ahí tirado en el piso. Se incoó a un lado de mi cuerpo, que aparentemente (para él) estaba inconsciente.
-¿Shima?
Me sacudió el hombro con su mano. Al ver que yo no le decía nada, volteo mi cuerpo para que quedara en frente de él. Seguí fingiendo un desmayo.
-Demonios, el doctor me golpeara cuando te vea otra vez en el hospital en menos de 12 horas, y ahora desmayado por un golpe.
¿Me pensaba llevar al hospital? Vaya… Aoi cayó en mi actuación. Paso su brazo por mi cuello y el otro por mis piernas. Sentí arder mi cara cuando el pasó sus manos sobre mis piernas solo cubiertas con la ropa interior que me había puesto.
Me levantó fácilmente.
-¡Bájame!-le grite, Aoi había llegado demasiado lejos, ¿era tan idiota como para no saber que había fingido todo este tiempo?
-Hasta que al fin dejas de fingir.- me dijo y solo miraba mis ojos, su mirada penetrante comenzaba a incomodarme.
-¿Lo… lo sabías?
-Supongo que tú también lo sabrías si alguien “inconsciente” se te sonroja cuando lo tocas. Fuiste un poco obvio, además soy Dios y todo lo sé.-sonrió satisfecho, ya me imaginaba mi propia cara de confusión, al ser engañado, en mi propio juego. Me llevó hasta su sofá y me recostó ahí.
-Supongo que sí.
Prendió el televisor y comenzamos a mirar canales al azar. La muñeca me ardía y también los nudillos, me sentía idiota por a verme comportado así de estúpido la noche anterior, no me puedo creer que si Aoi no hubiera estado allí es probable que yo ya no estaría en este mundo.
Mi celular sonó. Nuevamente contesto Yuu.
-Mira imbécil ya te lo dije, déjalo en paz, ya lo lastimaste, así que muérete.
Tora nuevamente. Aoi cerró mi celular y siguió viendo Tv como si nada hubiese pasado. Tora llamó otras cinco veces. Y Aoi siempre le respondió insultándole. Me molestaba en parte eso, ni siquiera sé porque a pesar de todo lo que había visto lo seguía defendiendo.
Estuvimos horas viendo televisión, sentía cada cinco minutos como Yuu me miraba curioso.
-Voy por té.- dijo ya más en la tarde. Se levantó y se fue a su cocina.
Me llegó un sms, y fui por mi celular, el sms era de Tora, decía: “¿Dónde estás mi amor?” Sabía que no debía responder, lo sabía más, yo quería otra cosa, yo quería contestar, sentía la necesidad de hacerlo, y lo hice.
“Con Aoi”
Fue lo único que conteste, conteste solo eso porque temía que Aoi llegara y me arrebatará mi celular para que no contestara a mi traicionero, ya lo había hecho, impulso o no, lo hice, sabía que estaba mal y que me arrepentiría de ello.
-Regrese, Uru, ¿aún te duelen tu heridas?-dijo sentándose a un lado de mi, con una taza de chocolate caliente en la mano.
-¿Qué no era té?
-Era, pero no evadas mi pregunta.
-Aún duelen.
Dejo la taza en la mesa de había adelante del sofá y enfrente de la Tv y tomo mi brazo izquierdo y beso mi muñeca herida, gemí ante el dolor que me producía ese pequeño rose. Se alejo inmediatamente creyendo que me había hecho daño, yo lo mire, y le sonreí intentando comunicar que aun me encontraba bien, en ese momento olvide que le había contestado a Tora, me limite a ver la profunda mirada de Aoi sobre mí.
Fueron varios minutos, solo eso, solo nos mirábamos, parecía como si ninguno de los dos quisiera perder el contacto visual, y no lo hacíamos, estábamos a unos quince centímetros. Pronto me di cuenta de que esa longitud empezó a escasear, aunque al principio no lo notaba mucho debido a que su mirada me hipnotizaba.
Llego el momento en el que pude oler el aliento de chocolate que Aoi tenía, estaba peligrosamente cerca de mí, y me agradaba eso, entrecerré un poco mis ojos, sintiendo el caliente aliento de Yuu sobre mi rostro.
Mi corazón comenzó a latir fuertemente, y el sonrojo en mí, y también en Yuu se hizo notable, algo en mí, me impedía quitarme, lo disfrutaba.
Entonces sus cálidos labios presionaron muy suavemente los míos.
Para lo que ambos no estábamos nada preparados era para lo que yo iba a hacer.
Mi sangre comenzó a arderme debajo de la piel. Me gusto tal contacto. Lleve mi mano no herida a sus negros cabellos y atraje más su cara contra la mía, lo abrace por el cuello. El aire comenzaba a escasearme por mis nervios, pero yo ya no quería dejarlo ir. Lamentablemente nos tuvimos que separar.
Nos miramos. Mi respiración era un jadeo violento, ¿Por qué me sentía así?
-Shima… yo…
Comenzó Yuu. ¿Acaso iba a confesárseme? Eso me parecía casi imposible, yo siempre había creído que Aoi era de esos tipos heterosexuales, ahora me dejaba claro que quizá no, bajo su mirada, se encontraba totalmente rojo, yo solo veía sus negros cabellos y retire mis manos de su cuello llevándome la mano derecha a mis labios, recordando sus cálidos labios.
-Yo… yo…
¡Por una mierda! ¡Besé a uno de mis mejores amigos! Fue ahí cuando caí en la cuenta de que quizá eso estuvo mal, porque yo aún quería a Tora, ahora si me sentía como una perra.
El timbre de Aoi sonó interrumpiendo mis pensamientos y los “yo…” de Aoi que no conseguía terminar.
-¡¿Dónde está Uruha?!
-¡¿Qué mierda haces tú aquí?!
-Uruha me dijo que estaba aquí.
Yuu me miró con cara de pocos amigos.
-Te dije que no le contestaras.
-Lo siento.
-Uruha, debo hablar contigo, ¿Por qué te fuiste de la fiesta?
-Yo…
-Déjalo.
-No Yuu, yo quiero a Tora por favor déjalo.
-¿Ves?
-Yuu, ¿Podrías dejarme a solas con Tora para hablar con él?
-Pero Shima… él… tú sabes…
-Por favor Yuu- lo mire con una sonrisa y con ojos de suplica, Yuu solo bufó y se encerró en su habitación.
-¿Por qué te fuiste de la fiesta?
Mis ojos se llenaron de lagrimas, el recordar la fiesta, todo, Tora, Shou… Me abrace las piernas y Tora se santo a un lado de mi.
-Te vi… con Shou…
-¿Ah?
-En el baño.- no quería mirar su cara así que oculte mi mirada en mis piernas y comencé a sollozar.
-Ah… mira, no pasó lo que crees que paso, Shou estaba demasiado ebrio y me llevo al baño y me abraso, fue cuando quizá tu nos viste.
-Lo besabas.
-No lo hice, el alcohol debió de jugarte una visión.
Deje de llorar y levante mi vista, allí estaba, sonriéndome. Le creí.
Fui un estúpido al haberle creído.
-Te… te creo.
Se acerco a mí y me beso, un beso rápido. Se sintió diferente a como se sentía con Aoi.
-¿Nos vamos?
Se separo de mí y se levanto del sofá, me miro de una forma tan caballerosa y me tendió su mano, me sonroje pero aún así la tome.
Tome mi ropa (la cual estaba en la cocina, no sé qué pensaba Aoi como para dejarla allí) y le escribí una nota.
“Me voy con Shinji, gracias por cuidar de mi”
Salí con Tora del departamento de Aoi, no quería despedirme de él, sabía que me regañaría por a ver aceptado nuevamente a Amano.
En el transcurso de la casa de Aoi a la mía Tora me pidió nuevamente que me fuera a vivir con él. Esta vez accedí, acepte porque me sentía un tanto culpable por lo que había hecho con Aoi, además que me prometió que así podría pasar más tiempo con él.
Llegamos a mi casa y tomé varias de mi casa y las subimos al auto de Tora, llegamos a su casa y me instale en ella. Era cómoda y bastante lujosa, no sabía que ganara tanto dinero, ja, bueno prácticamente si lo sabía, tengo el mismo trabajo que él, solo que quizá yo soy más sencillo y no me compró tantas cosas.
…
Dos meses con Tora me hicieron sentir tan feliz. Cada noche era de amarnos con locura y pasión, al parecer él nunca se cansaba. Y la verdad no me importaba. Aoi se había enojado conmigo durante la primera semana, luego se le paso y siguió hablando conmigo normalmente, aunque no supe si realmente quería confesárseme aquella vez o no. Pero mi felicidad había vuelto y mis heridas habían sanado.
Me sentía realmente bien.
Después de haber cumplido exactamente dos meses en la casa de Tora, el comenzó una conversación, quizá la última buena que tuve con él.
-Uruha…
-¿Si?
-Shou… Shou abrió algo así como… ¿te puedo pedir algo?
-Claro.- le sonreí.
-¿Puedes trabajar con él? Me dijo que eras excelente para el trabajo.
-¿Yo? ¿Y en que trabajaría?
-Es como un café.
-¿Cómo?
-Si es que no sé muy bien- se notaba algo nervioso.
-¿Cómo se llama?
-¿Por qué no mejor vamos y lo descubres tú mismo?
-Está bien.
Subimos al auto y nos fuimos a donde sería mi próximo trabajo de medio tiempo, pensaba aceptar aunque igual no dejaría la banda, todo sea por Tora.
Fue mi última tarde feliz.
Hace unas horas, había pregunta a Tora que si podía ir con mis padres y dijo que si, iría el próximo fin de semana.
Tardamos unos quince minutos silenciosos en llegar a un callejón. Tora se detuvo enfrente de un local, ambos bajamos del auto.
-“House of dates”- leí el nombre del local. ¿Casa de citas? ¿Qué eso no se usaba para… lugares de mujerzuelas? El lugar si parecía un café, aún así me dejo algunas dudas.
Tora me hizo una señal para que entráramos, y así lo hicimos, me encontré con un café de la época victoriana, algo parecido a un café de maids, era bonito y realmente grande, se notaba que atrás de este, había más cosas.
-! Uruha! Has venido ¿Has aceptado el trabajo?- me dijo Shou, aun me quedaba algo de molestia por la escena en el baño, pero solo hacía esto por Tora.
-Sí.
-Bueno, firma aquí.
Me dio unas hojas y sin pensarlo dos veces lo firme, confiaba en Tora.
Ambos se sonrieron, no lo comprendí.
-Bien, ven por aquí.- me dijo Shou.
Abrió una de las puertas y me condujo dentro de ella. Había muchos cuartos, todos seguidos, era un pasillo largo y estrecho, unas quince habitaciones aproximadamente. Me abrió la puerta del último del lado derecho, tenía una estrella en ella. Entré.
-En un momento vengo a decirte todo sobre tu nuevo trabajo, serás la estrella de aquí.
Cerró la puerta.
Un lugar extraño, un contrato no leído, “serás la estrella de aquí” ¿Por qué no Sali corriendo?
Takashima kouyou