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El amor es una rascadita suave detrás de la oreja por Calabaza

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La pequeña cafetería de hospital estaba casi desierta. Kurenai se sentó en una de las mesitas del centro, con un vaso grande de té verde y trató de relajarse respirando profundamente. Pero ni toda las respiraciones del mundo iban a ayudar con la tensión emocional y psicológica que entrenar a un equipo de genin le producía. Era su primer grupo de novatos y el caso es que no imaginaba que el trabajo fuera a ser tan difícil. Quizá era momento de empezar a sospechar  que ser maestra no era lo suyo.

-¿Cómo van las cosas, Kurenai?-

Al levantar la vista se encontró con Asuma que se acercaba a la mesa con un cigarrillo apagado entre los labios y las manos en los bolsillos.

-Hola. ¿Qué haces aquí, Asuma?-

Él se sentó y sonrió jocosamente.

-Uno de mis genin comió su peso en barbacoa.-

-Oh...-

-Pero ya está bien. Es un chico fuerte. Muy fuerte si puede comer de esa manera. ¿Y tú? ¿Qué haces aquí?-

-Uno de mis genin estuvo a punto de pescar una pulmonía.-

-Ah...-

-Está mejor.-

-Que bien.-

-Pero realmente no sé si el equipo vaya a estarlo. No parece que se estén adaptando bien...- 

-No puede  estar tan mal como tener a Uchiha Sasuke y Uzumaki Naruto en el mismo equipo.-

Puntuó Kakashi sentándose en la misma mesa con ellos.

-¿Qué haces tú aquí, Kakashi?-

-Pasaba a saludar.-

 -Un equipo con Uzumaki Naruto parece demasiado...imprevisible.- rió Asuma, jugando aún con el cigarrillo apagado en su boca que empezó a deshacerse cuando lo mordió accidentalmente.

-Es... - Kakashi miró el espacio vacío buscando un calificativo adecuado. -Bastante anormal.- y sonrió. O al menos pareció hacerlo debajo de la máscara que le cubría la boca.

-No sé...ese chico Aburame del equipo de Kurenai también es algo extraño.- continuó Asuma.

-Hubo hace años un genin verdaderamente inusual. Usaba ropa spandex verde y tenía cejas pobladas. Era algo... escalofriante.-

La risa de Asuma fue tan sonora y viva que la encargada de la cafetería lo mandó callar.

-¿Has visto bien a los novatos de este año? Hay alguien usando ropa spandex verde y cejas pobladas. Y está en el equipo de Gai.- continuó en tono más bajo, mientras buscaba otro cigarrillo en su bolsillo.

-Hay nuevos talentos muy interesantes surgiendo por ahí.- Kakashi agitó la carta sin decidirse a pedir nada y luego la dejó caer de nuevo sobre la superficie de imitación madera de la mesa.  

-¿Qué hay de malo con tus genin, Kurenai?- preguntó entornando su único ojo libre de mirada perezosa hacia la mujer.

-No hay nada malo con ellos. Son buenos genin.-

-¿Aún no se acostumbran al trabajo en equipo?-

- Son un excelente equipo. Se complementan de forma sorprendente.-

-¿Entonces cuál es el problema?- preguntó Asuma recargando los antebrazos sobre la mesa, inclinándose hacia la jounin con curiosidad . Ella dudó.

-Creo que soy yo.-

La miraron expectantes, mientras ella esperaba que ellos dijeran algo. Pero guardaron silencio así que ella continuó.

-Estoy dudando de mi capacidad para entrenar a esos chicos. No consigo comprender lo que les pasa. Hinata está entrenando muy duro. Es bueno, pero está  llegando el punto en que se hará más daño que obtener algún progreso. Y Kiba y Shino no se llevan bien. Kiba está furioso con Shino sin razón aparente. Como equipo sus habilidades se complementan perfectamente pero no consigo que se den cuenta de ello.-

 Al terminar su perorata respiró profundo, con la cabeza entre las manos y los dedos hundiéndose en el espeso y negro cabello. Admiró su propio rostro de preocupación sobre la superficie líquida y verde de su té.  

-Aún eres joven, Kurenai.- Kurenai miró a Asuma. Kakashi, detrás de su máscara, sonrió de nuevo.

-Bueno, es la primera vez que tengo grupo genin, creí que estaba preparada para lidiar con ello, pero veo que aún me falta experiencia.-

- La única manera de obtener experiencia es haciendo el trabajo.- la lengua de Asuma empujo el cigarrillo apagado entre sus labios 

-Recuerda que son un equipo, ellos y tú.- agregó Kakashi llevando la mano a su bolsillo trasero para rebuscar ente las cosas que portaba. 

-Para comprenderlos tienes que conocerlos, no sólo los analices de lejos, habla con ellos y conócelos.- habló Asuma animándose por fin a encender el cigarro.

-Y si eso no funciona puedes amenazarlos un poco.- continuó Kakashi sacando un libro, abriéndolo lentamente y releyendo la primera línea de la página en la que se había quedado antes de cerrarlo la noche anterior.

-¿Amenazarlos? -

-Es sólo una idea.- el ojo de Kakashi se curveó detrás del libro.

 -Una buena idea.- rió Asuma.

-De todas maneras, los Hyuuga son muy resistentes, no creo que debas preocuparte tanto. La tuya no es la  primera ni la última  novata que se esfuerza más allá de sus límites. Es parte del aprendizaje... - el ninja copia pasó la página despacio.

-También tener rivalidades en el equipo. ¿Cierto, Kakashi?- Asuma dio una calada al cigarro. Fue la última que pudo darle porque detrás de él apareció la encargada de la  cafetería y le arrebató el cigarrillo, apagándolo contra la mesita.

-¡Asuma-san, está prohibido fumar dentro del hospital!.- lo reprendió con una mirada de advertencia, como si hablara a un niño pequeño.

-Lo siento.- 

Pero en cuanto la mujer se hubo ido llevó la mano al bolsillo de la chaqueta para sacar otro cigarro y encenderlo enseguida.

-Bueno, no estoy segura que lo de Shino y Kiba sea rivalidad. Al menos no de parte de Shino.-

-¿Inuzuka Kiba tiene una mala actitud? -

-La tiene con Shino. Con Hinata se lleva bien y tiene una excelente disposición para hacer las cosas.-

-Así que la indisposición es con Shino. Bueno, no sé de rencillas entre los Aburame y los Inuzuka.-

-No las hay.- Kurenai entrelazo los dedos de sus manos alrededor del vaso, pero el té ya estaba frío.

-Entonces es personal.-

-Tal vez sólo le desagrada.-

-O tal vez Inuzuka Kiba está enamorado de Aburame Shino-

Las miradas de los tres jounin se encontraron y luego se dirigieron con una mezcla de duda e indigestión por el tono meloso del comentario, hacia la persona que acababa de llegar.

-Gai.-

-Mi más preciado rival. Kurenai. Asuma.-

-¿Qué haces aquí?-  Kakashi apartó la vista con el pretexto de continuar su lectura.

-Oh, pues yo...- tomó una silla de otra mesa, acomodándola en la misma que estaban los demás, sentándose con un  cuidadoso y casi elegante movimiento. -He venido a ver a uno de mis queridos discípulos, cuya ardiente pasión por el entrenamiento ha hecho explotar su juventud al máximo, y la intensidad de su extasiante  ímpetu ha rebasado la barrera de la resistencia física para finalmente alcanzar los límites inexplorados del crecimiento espiritual.-

-Oh... ¿Qué?-

-Que uno de sus genin se lastimó en el entrenamiento.- explicó Kakashi.

-Exactamente. Ahora, respecto a tus amados aprendices, Kurenai, estoy seguro que el explorar el terreno excitante y desconocido del amor es lo que les tiene tan nerviosos. Recuerdo esa adorable época  plena de romance y belleza, el espíritu de la juventud floreciendo y a veces, al ser tan jóvenes toda esa candorosa energía se encausa hacia algún amigo cercano o un compañero de equipo.-

El brillo en la sonrisa de Gai fue intenso.

-Realmente podría ser que la... candorosa energía de Kiba esté explotando por Shino...- musitó Asuma justo antes de echarse a reír de nuevo.

-Es posible, ciertamente.- Kakashi rio suavemente sin dejar de leer.

-¿Hablan en serio?- Kurenai estaba perpleja. Primero porque no comprendía la mitad de lo que Gai decía y luego por la posibilidad de  que algo de eso pasara entre sus genin.

-¡Asuma-san! ¡Apague ese cigarro ya!- gritó la encargada de la cafetería desde el otro lado de la estancia, amenazando con un cucharón.

 

 

Al día siguiente  Hinata pudo volver a casa, pero aún debía quedarse en cama un par de días más si es que quería aliviarse del todo, así que el entrenamiento del equipo habría de esperar. La lluvia continuaba. Tan constantemente que era ya casi cotidiano, casi poco notable e igualmente insoportable para quienes preferían los climas cálidos y soleados.Kiba suspiró aburrido. La lluvia era aburrida. Como lo era ocupar el tiempo libre en hacer los encargos de Hana. Aquella mañana le había enviado a hacer las compras, y cuando por fin estuvo de vuelta en casa, su hermana mayor ya le esperaba con otra lista de cosas que debía ir  a recoger y recados que tenía que dar.Miró fastidiado el paisaje gris de la calle. Al menos él y Akamaru estaban a resguardo de la lluvia mientras esperaban que Sanada-san, la atendiente de la tienda de dango, volviera de la habitación trasera con el encargo de Hana. La lluvia arreció de pronto y la gente que hasta entonces paseaba en las calles corrió como hormigas asustadas, buscando  algún lugar más seco. En pocos minutos la tienda donde estaba él y que había estado vacía momentos antes, quedó a reventar.

-Oh, vaya... enseguida lo atiendo, señor.-

Sanada-san apareció por la puertecita detrás del mostrador con un paquete enorme.

-Enseguida tomaré sus ordenes- dijo a los repentinos clientes que la lluvia le había proporcionado y que ya reclamaban servicio.  - Aquí, Kiba. Es el dango especial sazonado que me pidió Hana. Dile que espero lo disfrute.-

 -Si... gracias.- alcanzó a decir el chico tomándolo con dificultad antes de que la gente se arremolinara alrededor del mostrador esperando obtener servicio inmediato, sacándolo a él del camino. Aún debía hacer algunas otras cosas antes de poder volver a casa, así que hubiera deseado que el ritmo de lluvia disminuyera. Pero el aguacero siguió. Maldecía para sus adentros al clima  aún desde la tienda de dango, pegado contra la muralla exterior, cubriéndose de la lluvia bajo el techillo de juncos. 

-Eh, Kiba... ¡Kiba! ¡Kiba!-Aquella manera de gritar su nombre, ese tonito chirriante no podía ser otro que Uzumaki Naruto. Lo buscó  con la vista y lo  encontró. Justo ahí venía, corriendo bajo la lluvia como un relámpago naranja y amarillo.

-¿Qué hay, Naruto?- lo saludó sin ánimo  cuando el otro chico llegó hasta donde él estaba y se sacudió un poco sacándose el agua. Casi como lo haría un perro, lo cual era casi aceptable para un Inuzuka.

- ¿Qué haces aquí? ¿Eh?- los ojos de Naruto se entrecerraron por costumbre.

-Esperaba a que la lluvia pare un poco antes de irme. Estoy haciendo encargos de mi hermana.-

-Ah. Ya veo.-

Naruto miró los paquetes que cargaba Kiba y luego miró a Akamaru, cuya cabecita asomaba por entre el polerón de su amo.

-¡Oh! ¡Hola, Akamaru!- exclamó el rubio, mirando al perrito con curiosidad que parecía muy agusto dentro del abrigo de su joven amo.

- ¿Es cómodo ahí dentro?-

-¿Qué? ¿Acaso quieres probar?- preguntó Kiba.

-¿Puedo?-

-¡Claro que no, torpe!... ¿Qué haces tú aquí, Naruto?-

-¿Eh?- el rubio alzó la vista y pareció meditarlo -Ah, iba a buscar a Iruka-sensei para que me invite rameen.-

-Ah. Rameen.- la explicación lógica a todo lo concerniente a Naruto.

-¡Ah! ¡Oye! Me enteré de que Hinata está en el hospital. ¿Cómo está?-

 -Ella salió del hospital está mañana. Y está bien, sólo necesita descansar.- explicó Kiba.

-Umhh. Me alegra escuchar eso.- Naruto meneó la cabeza en modo afirmativo, con una expresión seria y los brazos cruzados sobre su pecho, como un gran señor sabio hablando de algo verdaderamente importante. El gesto se deshizo en cuestión de segundos cuando una extraña sonrisa se pintó en su boca y sus ojos brillantes de zorro astuto escrutaron la cara de Kiba como si tratara de leerla.

-¿Qué haces? ¡Quítate!- Kiba debió empujarlo cuando el otro se hubo acercado tanto a su rostro que era incómodo respirar.

-También me enteré de otra cosa...Kiba.- y sonrió mostrando todos sus dientes.

-¿De qué cosa te enteraste?-

-¡Te gusta Shino!-Y Kiba se sintió señalado y observado por que Naruto lo señalaba, y por que algunas personas de la tienda de dango se les habían quedado viendo.

-¿Q...qué?- 

-Que te gusta Shin...-

-¡Eso ya lo escuche!- gritó Kiba tapándole la boca al otro con una mano -¡Cállate y no lo repitas, imbécil! ¿De dónde sacaste eso?-

-Mhm...jum...- el rubio se sacó de encima al ninja perro y respiró profundo, pues también le habían estado tapando la nariz. Intencionalmente, sospechó. -Me lo dijo Kakashi-sensei...-

-¿Kakashi?-

-Me preguntaba que tanto era un rumor, pero si Kakashi lo ha dicho me hace pensar que podría haber algo de eso.- una voz que salía de la tienda de dango llamó su atención. En ese momento aparecían Nara Shikamaru y Akimichi Chouji.

-¿De qué hablas, Shikamaru?- gruñó Kiba, sintiendo que su ojo estaba saltando tanto que iba a salírsele de su cuenca.

-Que nosotros también oímos ese rumor.-

-Asuma-sensei nos contó durante la cena que estás enamorado de Shino. Fue justo antes de que nos sirvieran esas exquisitas costillas de cerdo.- agregó Chouji, devorando hanami dango. Kiba no entendía. ¿Qué podían saber Kakashi y Asuma de quien le gustaba a él? Algo raro pasaba. Todo aquello sólo podía significar una cosa. ¡Los jounin estaban conspirando contra él! Respiró profundo.No. Eso realmente no tenía sentido.

 -No sé de que están hablando.- soltó sin ganas.

-Umh. Me imagino.-

 -Tienes un gusto muy extraño, Kiba. Por qué digo, si te gustara Hinata lo entendería, es una linda chica. Pero Shino es... raro.- dijo Naruto, volviendo a cruzar los brazos.

-Tal vez hace buena comida.- agregó Chouji.El rubio frunció el ceño.

-Umhh....tú sólo piensas en comida, gor...-

-Cállate, Naruto.- intervino Shikamaru.

-¿Eh?-

-¿Ibas a llamarme gordo, Naruto?- la voz de Chouji se hizo un poco más gutural de lo normal y sus entrecejo se frunció tanto que sus cejas se juntaron.

-¿Eh? Ah... ¡Ah, si! ¡Gordo!.-Y Chouji explotó, aun que no literalmente, pero lo suficiente como para querer hacer pedazos a Naruto.

-¡Chouji, contrólate!- Shikamaru lo sostenía con fuerza, intentando dejar a Naruto fuera de su alcance.

-¡Suéltame! ¿A quién llamas gordo? ¡Voy  a matarte, Naruto!-

-Mira lo que has hecho, Naruto...-

-Ummh, yo sólo dije la verdad. Chouji está gordo. ¿Qué tiene eso de malo?-

-¡Shikamaru! ¡Sueltame!- berreaba Chouji.

-Que problemático eres. Mantén tu boca cerrada, Naruto.-

Pero el rubio ya no les estaba poniendo atención. Miraba alrededor. -¿A dónde fue Kiba?- 

 

 

¿Era él? ¿Había algo en él que le hacía pensar  a las personas que Shino le gustaba? ¿Acaso babeaba cuando lo miraba? ¿Se lo comía con los ojos?¡Claro que no! A él ni siquiera le caía bien Shino. Mucho menos le gustaba. ¡No le gustaba! ¡Ni estaba enamorado! ¿Qué clase de enfermos eran los jounin que como pasatiempo tenían esparcir rumores? Y quien sabe cuántos más en la aldea había ya escuchado esa sucia mentira.  O tal vez... ese rumor circulaba desde hacía  tiempo y Shino lo había escuchado. ¡Claro! Por eso creía que a él le gustaba. Pero eso no sirvió para hacerlo sentir mejor.El fenómeno se le había declarado. Le gustaba a Shino.  Pensarlo le hizo sentir repelús. 

-Te tardaste, Kiba ¿Trajiste todo?- Hana salió a su encuentro cuando llegó a casa.

-Ahá-Dejó los paquetes sobre la mesa.

-Umh, faltó la crema de patatas... ¿Kiba?-

-Ahá...-

-¿Sucede algo?-

-Voy a darme un baño.- musitó el chico, arrastrando los pies mientras subía las escaleras.     

 

Notas finales:

Una de mis partes favoritas es la aparición de Gai x3


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