Eran cerca de las 10 de la mañana, los rayos del sol ya comenzaban a ingresar por entre las cortinas que cubrían las ventanas de esa habitación de hotel donde solo se podía ver una cama y a su lado una mesita de noche.
En la cama lentamente comenzaba a moverse un joven por la molestia de la luz solar, su alborotado cabello rubio resaltaba de entre las sábanas blancas que cubrían todo su desnudo cuerpo que dejaba al descubierto sus bien formados músculos, se movió hacia la derecha cubriendo con su antebrazo su rostro, no quería levantarse, por lo menos no aún.
Abrió sus hermosos ojos azules harto de tratar en vano de ocultarse del astro rey, se sentó en la cama rápidamente al no reconocer el lugar donde estaba y al hacerlo sintió como el mundo le daba vueltas y un penetrante dolor en la cabeza comenzaba a taladrarlo.
- Auch – se quejó tocando su cabeza - ¿dónde…?
Estaba confundido, no reconocía esa habitación, la verdad era que ya muchas otras veces había despertado en otras habitaciones después de una noche muy “movida”, pero nunca sin recordar casi nada y mucho menos con ese fuerte dolor.
Miró hacia el costado y notó que no estaba en la cama solo, ahora comprendía lo que había estado haciendo en ese lugar, a su lado estaba un bulto que se ocultaba entre las sábanas.
Sonrió, bueno, hace tiempo que había iniciado su vida sexual con su novia así que no tendría nada de malo haberlo echo en un lugar como ese, por algo eran novios ¿verdad?
Se recostó más calmado en la cama, definitivamente no volvería nunca más a beber tanto alcohol como lo había echo ayer en la fiesta de Kiba, ese maldito era el culpable de su dolor y ya se las cobraría más tarde y con creses, aunque quizás no tanto, después de todo por lo que veía ese poquitín de alcohol les había encendido a él y a su novia, lo cual le agradaba, ya llevaba dos semanas sin “acción”, si, a veces Sakura podía ser muy cruel.
Escuchó un suspiro, miró hacia su costado y vio moverse a esa figura, hizo una mueca de una sonrisa al comprender que ya estaba despertando, seguro le gritaría por haberla llevado a un lugar como ese, bueno, ya estaba acostumbrado a los gritos de ella y a una que otra bofetada, era tan normal como los “te quiero” que se decían.
- Mejor la despierto yo mismo – se dijo sentándose nuevamente y acercándose lentamente a la figura envuelta entre las sábanas.
Pero al acercarse tanto notó algo que le heló la sangre, vio como de entre las fundas se veían unos cabellos negros, no, no era posible, Sakura era pelirrosa, seguro lo alucinaba se decía mientras comenzaba a descubrir a la persona que a su lado había dormido y con quién anoche había tenido intimidad.
- ¿C-co…?
No pudo acabar su pregunta al ver totalmente a la persona que dormía profundamente a su costado.
Sus cabellos negros azulados totalmente desordenados, su blanca piel al descubierto con algunas marcas moradas seguro producidas por la persona del rubio y esas facciones finas y suaves tan familiares para él.
- No – dijo temblando – imposible…
Simplemente no era algo concebible para Naruto Namikaze, tembló, se tapó la boca deseando estar en un sueño pero algunas escenas aparecieron en su mente golpeándolo directamente y haciéndolo ver su realidad.
Le fue infiel a Sakura.
Y no con cualquier persona.
Sino con nada más y nada menos que su mejor amigo en el mundo: Sasuke Uchiha.
Se había acostado con Sasuke Uchiha.
¡Se había acostado con Sasuke Uchiha!
¡¡SE HABIA ACOSTADO CON SU MEJOR AMIGO!!
- Soy un idiota… me va a castrar…
Definitivamente el maldito alcohol no iba a salvarle de esta.