Era viernes en la tarde, hacía un sol tan fuerte que me dolía la vista mirar el pavimento a mis pies (y caminaba siempre con la vista baja) mi mejor amigo Kai venía conmigo de paso, ya que por nuestra dirección él vivía. Íbamos en silencio, él suele ser muy reservado y aunque seamos los ‘best friends’ no sé casi nada de su vida, ni de su novio que pelea por ocultarme. Luego de un rato sonó un extraño pitido, como el ritmo de una batería y el morocho a mi lado buscó desesperado en su mochila el teléfono celular que no paraba de sonar. Contestó muy contento al ver la pantalla y me sentí celoso. ¿Quién no ha sentido celos de su mejor amigo? Tengo celos de que el tenga novio, y que el novio le quite tiempo y suspiros a Kai.
-¡Esta bien! Te veo mañana a-amor.- cortó la llamada muy sonriente, más de lo que comúnmente sonríe. Me miró apenado y algo sonrojado por lo melosa que había salido su voz, tiende a avergonzarse por todo cuando está conmigo (en realidad con todo el mundo)- Gomen ne…- al instante entendí porqué se disculpaba, recordaba lo malo que me hacía esa palabra ‘amor’ maldita sea, ¿por qué tengo tanta mala suerte?
-No te preocupes. A todo esto, ¿Cuándo me dirás quien es tu amado novio?- sus mejillas enrojecieron aún más, transformándolo en el tomate que siempre es, y que tan tierno lo hace ver. Le acaricié los cabellos revueltos de su cabeza, esforzándome un poco para alcanzarlo a lo que él rió. Inflé los cachetes e hice un puchero. El me dijo “tan pequeñito que eres Ruki-chan” y se carcajeó aún más fuerte.
-¿Enserio no quieres acompañarme al cine? Dicen que la peli está muy buena. Vamos sé que te gustan este tipo de películas, ¡No quiero ir solito!- le rogué, el sonrió con pena y me abrazó desde atrás.
-Sabes que no puedo ir pequeño. Me comprometí con mi mamá para hacerle el aseo de la casa para que me deje salir mañana con … mi novio- rió juguetón, dejándome con ganas de saber quién era, nuevamente, hice otro puchero a lo que él me besó en los labios- No te pongas así, y arréglate. ¿Cómo sabes si no encuentras a tu verdadero amor en esta salida solitaria?- le miré a los ojos largo rato y frunciendo el seño lo besé nuevamente, con más intensidad, intentando adentrar mi lengua en esa húmeda cavidad- y-ya Ruki… debes saber que ya no podemos hacer esto más. Lo entiendes, ¿no?- corrí la mirada de sus oscuros ojos y asentí resentido.
-Sabes que te quiero Kai, gracias por volver a ser mi amigo.
-No te preocupes Ruki-chan. Ven, dame otro, que sea el último y me voy a mi casa.
Volvimos a besarnos, que me encantaba esta situación. ¿Porqué no resultó nuestra relación? Al final creo que fue porque éramos demasiado buenos amigos, y el amor que él me tenía era solo eso. Yo lo quiero, demasiado. Pero acepto que él no me ame, que sea feliz con su novio anónimo. Me despedí de él y me deseó suerte. “Que encuentres un chico guapo” me dijo riendo y yo intentando sonreír le respondí “más guapo que mi ex novio no hay, y si llego a encontrarlo… ¡por Dios que Adonis me he encontrado!” se sonrojó furiosamente y se dio vuelta para salir corriendo a su casa. Seguí mi camino.
De camino pasé por una heladería y compré un helado (que otra cosa si no) de brutos rojos, faltaba un largo trecho para llegar al centro comercial donde iría a ver mi película romanticona que me habían recomendado. Tenía la esperanza de ir con Kai, pero al cancelarme me quedé con las entradas, y no hay que desaprovecharlas. Llegué cansando al lugar, pero la frescura del aire acondicionado me dio las energías para seguir caminando por los largos pasillos. Pasé a uno de los baños de servicio y me arreglé un poco como me dijo Kai. Delinee mis ojos, mucho como a mí me gusta y siento que me queda bien. Me puse un pañuelo en el cuello y me saqué la camisa que traía puesta para quedarme solamente con una camiseta de algodón Calipso. Saqué mis lentes de sol de la mochila y me arreglé un poco el flequillo sobre éstos. Salí del baño sonriendo complacido.
Al otro lado del centro comercial se encontraba el cine, así que tuve que caminar un trecho más perdiéndome de repente entre las vitrinas y tiendas de moda. Llegué finalmente al lugar cinco minutos antes de la función, así que entre al instante para acaparar el último asiento de la sala. Pronto se comenzó a llenar de parejas, y sentí estar haciendo un concierto yo solo con un violín ultra sonido. Suspiré derrotado, será mi peor salida en años. Hasta que seguían llegando parejas y los asientos se iban llenando de a poco, menos los de mis costados. Hasta que la última parejita subió, y no encontró más asientos que los míos y la chica que venía se acercó a mí.
-¿Puedes correrte al asiento de al lado por favor?- no pude decirle que no ante el asombro. ¡Esa chica era verdaderamente un chico! Castaño bien alto y con shorts cortitos que le hacían verse realmente sexy. Me corrí sin reclamar. El hizo que su acompañante se sentara a mi lado y quedé pegado a su ‘novio’ que por lo que pude notar ante mi escrutinio, era que no tenía nariz.
A mitad de la película ya nadie más que yo la veía. Estaba tan incómodo viendo como todos estos tortolos se comían a besos. ¡Creo que estaría igual si Kai hubiera venido! Sentí un cuchicheo a mi lado y giré la cabeza a donde estaba el sin nariz. Me estaba mirando, y el castaño a su lado sonreía cómplice mirando la pantalla fingiendo estar interesado en la trama. Al ver al rubio ése, me sonrojé. A media luz era hermoso. ¡Qué suerte estos dos ser igual de lindos! Sonrió en la oscuridad.
-Tienes unos hermosos ojos, son azules ¿no?- temía decirle que solo eran lentillas, pero ante la presión asentí nervioso. Sonrió. Seguimos viendo la película, algunas veces de reojo observaba sus acciones, y para ser una pareja (como las demás) no se besaban ni nada, lo que me sorprendió. Pronto llegó la ‘escena fuerte’ del romance y yo como no soy de fierro, y adolescente con hormonas locas, no pude evitar excitarme un poco. Y la escurridiza mano que bajaba por mis piernas tampoco ayudaba. Sorprendido miré al chico quien me sonreía lujurioso, y al castaño observarme lascivo. “Disfruta” logré leer en sus labios cuando se levantó del asiento y salió de la sala, con un pelinegro de la otra fila- ¿Ves muchas pelis pornográficas, pequeño?- yo negué frenéticamente, habré visto una o dos, eso no es mucho- Mhn… ya veo. ¿Te gusta la escena?- preguntó fijando fugazmente su vista a la pantalla, sacando su mano de mi pierna. Me desesperé, su contacto me gustaba y tomé su mano y la llevé nuevamente al lugar.
-N-No la saques de ahí- logré murmurar avergonzado. ¡Nunca pensé que esto me pasaría!
-No lo haré si tú no quieres- se acercó a mí y me besó en la mejilla- ¿Eres virgen?- me susurró en el oído, haciéndome soltar un gemido, negué, ya lo había hecho una docena de veces con Kai, cuando creíamos que eso iba a salvar nuestra relación- Si quieres precioso, búscame en la puerta de escape del cine- me mordió el lóbulo y me tocó mi bulto (XD).
-¡Mhn!- acallé mi gemido con la mano. Lo vi sonreírse y bajar las escaleras apresurado. ¿Voy o no? Miré mis pantalones, ¡por dios que dolía! Sé que no debería hacerlo, Kai, perdóname.
(Luego)
-Sabía que vendrías- caminé presuroso a su encuentro. ¡Lo que me había costado llegar a la vendita puerta con mi problema! Estando frente a él y con toda la vergüenza del mundo me tiré a sus labios. Eran tan suaves que me demoré poco en acostumbrarme y volverme adicto a ellos, ¡besaba bien, maldición!
-Ayúdame- supliqué, restregándome contra él.
-Me llamo Reita, y con gusto te haré ver estrellas- me dijo sonriente, y me volvió a besar. Ahora, esas manos escurridizas viajaban por todo mi cuerpo, por sobre la ropa. Tiré lejos mi bolso y los lentes, busqué la bragueta de mis pantalones intentando así que no me doliera tanto, y sus manos me ayudaron a bajar el cierre- ¿está mejor?- asentí besándolo nuevamente. Me acarició mi miembro mientras jugueteaba con mi lengua- ¿Cómo te llamas?
-Para ti, Ruki- murmuré excitado, suspirando por sus besos en mi cuello, ya el calor era sofocante, quería librarme pronto de toda esta ropa. Desabotoné su camisa negra sin mangas, dejando a mi merced su cuerpo, su piel nívea. …l y sus besos me volvían loco, me quitó la camiseta y capturó mis pezones- ¡Oh mierda!
-Que sensible. Me encanta- lamió por última vez mi tetilla y siguió bajando- no, no te daré el gusto, ahora, de sentir mi lengua en tu amiguito. Te ayudaré a atenderlo, por mientras.- se puso a mis espaldas y bajó mi pantalón, el bóxer y tomó delicadamente mi mano- Llévame a tu miembro, quiero tocarlo. No lo haré sin ti- me mordí el labio, por dios que me tentaba este chico. Llevé mi mano a mi miembro y lo toqué con miedo, ¡hace tiempo que no lo hacía así! Y él comenzó a moverlo, no aguanté y comencé a gemir, intentaba reprimirlos, pero más se me notaba y me daba vergüenza- Dame un beso, demandante, dime qué quieres seguir- me susurró, luego de que parara y me prohibiera correrme. Me giré sobre mis talones, y me colgué a su cuello besándolo, jugaba con su lengua y mordía sus labios, lamí su mejilla, y lo escuché suspirar en mi oído.
-Métemela hasta el fondo Reita- murmuré contra sus labios. Con cuidado me recostó en el suelo y me besó el ombligo, se levantó a mirarme y lamerse los labios por los que pasó tres dedos, incitándome. Ya bien mojados los deslizó entre mis piernas y buscó mi entrada, ¡se sentía tan incómodo! Pero no dejó de ser placentero hasta que ya no aguanté más- ¡Que lo metas ya!- chillé, sonrojándome por mi comportamiento. Hizo un ademan de quitarme los dedos y no continuar, iba a reclamar cuando sentí toda su hombría dentro de mí- ¡Mierda que me duele! ¿Cómo la tienes tan grande? ¡Ah!- Rió un largo rato, sin moverse.
-Tú la querías- me dijo y luego comenzó a moverse- No me aprietes tanto o esto terminará antes de que podamos disfrutarlo bien. Eso, así… Mhn… sigue, sigue gimiendo lindo- me decía extasiado, y yo me puse escandaloso, ¡llegué a gritar!
-R-Reitaa, más adentro, bus-ca más, más adentro- gritaba yo, y me complació, tocó ese punto en mí que me enloquecía y grité mucho más fuerte- Ahí, ¡ahí por Dios no te detengas!- supliqué, y sus jadeos en mi cuello me volvían loco, sus roncos suspiros eran tan deliciosos que no aguante mucho más y me corrí.
-Mhn… poco duras, ¿eh? Mhn… y-ya me apretaste mucho… u-un po-co más…- y al decir esto se quedó en silencio y siguió embistiéndome fuerte, masturbándome con su mano derecha y volviéndome a excitar. Pasaron varios minutos, largos y placenteros, a los que me volví a correr y finalmente él terminó dentro de mí.
-Genial- susurré para mí.
-¿Ha sido genial?- me preguntó arreglándose la ropa y extendiéndome la mano para ayudarme- Sal conmigo otra vez y veremos si esta fue tan genial- me guiñó y yo me sonrojé, me ayudó a vestirme y me besó nuevamente muchas veces, en los labios y la frente. Yo no sabía qué hacer, además… ese castaño, ¿no era su novio?
-Reita, ¿Quién era el castaño, tu novio?- pregunté tímidamente.
-¿Uruha? No, que va. Es mi mejor amigo, tuvo que irse para ver a su novio. Un tal… Yutaka Uke creo que se llama. No importa- la respiración en ese instante se me cortó.
-¿Kai?- pregunté asustado.
-Kai… sí creo que sí, él siempre le dice Kaichuu. ¿Lo conoces?
-Es mi mejor amigo. No sabía hasta ahora quien era su novio.
-Vaya, esto no me lo esperaba…
-¿Qué cosa?
-Que Uruha me trajo a ver esta peli para que sedujera al ex de su novio. Dice que Kai está muy preocupado por ti y que no tengas novio. Uruha quería que fueras feliz y me trajo, ando buscando pareja de hace mucho. ¡Nunca pensé que fueras en realidad tu!- me sonrió, y yo me sonrojé. Kai, eres tan tierno- ¿Qué me dices, salimos otra vez?
-Por supuesto. Aún tienes que decirme, tu nombre, tu edad, donde vives, que te gusta y finalmente veremos que sucede- sonreí más travieso- eso lo reduce a ‘muchas salidas’- me puse mis lentes y cargué mi mochila.
-Tenemos tiempo. Y yo tengo ganas.
-Yo igual. Vamos a otro lado, creo que dejé traumados a los acomodadores.
-Y traumarás a mucha gente más.
-Dalo por hecho, Reita chico sin nariz.
Gracias Kai, sigo queriéndote, pero me daré otra oportunidad, por mi bien y por el bien de mi amiguito, ¡Dios, finalmente encontré al Adonis que me quite de la cabeza a mi Kai! Y realmente, está bien bueno.
END!
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