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Hip Albatross por Yoru Eiri

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Notas del fanfic:

Bueno, si, odienme XD Odio a Hyde

escribí esto hace un tiempo y creo que es hora de sacarlo a la luz.

Espero que les guste para seguir escribiéndolo y que no piensen que ando fumada o algo así. Si, tengo muchos fics que terminar, pero en eso ando XD no es muy fácil cuando tu cabeza está llena de ideas (me matan)pero las amo, gracias por leer siempre.

L'arc en Ciel no es mio, tampoco lo es Gorillaz. Los capítulos son canciones de Gorillaz (bueno, el título del fic es en realidad una canción de ellos) Los amo y si pueden escuchar la canción, mucho mejor.

Notas del capitulo:

Gracias por leer y espero sus comentarios

No quiero...

 

No quiero...

 

Me rehúso...

 

No quiero...

 

No quiero...

 

Simplemente algo que se repetía un sin fin de veces en una hoja que estaba en blanco.

 

No quiero...

 

No quiero...

 

Y es que solo aquella pequeña frase se podría significar todo en su mundo, era un “todo” que le perseguía y le hacía ver que no era nada más que un “no quiero”

 

Dejó el papel a un lado y ese sentimiento que aún le perforaba el pecho... y es que ahora estaba solo en la soledad de la fama que le conducía a la miseria de la vida humana. “Killing me” podría escribir, pero la persona que recibía el mensaje no era capaz de entenderlo... entonces ¿para qué escribía tanto? Tan solo para sentirse mas miserable y ver desde arriba que su vida no valía la pena para nadie... Sólo para sus fans aferradas a la idea de que era el hombre perfecto, con su esposa odiada y ese pequeño hijo que sería el próximo ídolo en una generación futura... ¿eso era?

 

Suspiraba a cada momento y sentía el vacío que jamás sería llenado, porque lo que estaba allí, se iba a cada momento en promesas falsas y luces de color pastel. Y es que le amaba... o eso podría definir de sus propias canciones.

 

Levantó la mirada sin ser capaz de escribir una sola nota más; una nota vacía como todas las demás. Y los papeles en blanco con palabras insignificantes quedaron volando en la mesa, al momento en que se levantó para mirarse al espejo de su camerino.

 

-Boku...- se dijo a si mismo.

 

Quería ver su figura en el espejo antes de salir a cantar al escenario. Solía hacerlo para después vocalizar; una rutina que estaba empezando a hartarle.

 

-Boku...- se repitió al momento en que se acomodaba un mechón de cabello- boku, boku.

 

No eran más que ideas estúpidas de su mente repleta de mierda. Sus ojos cansados y esas arrugas que no estaban allí el día anterior, quería llorar, pero no podía; él era Hideto Takarai, Hyde, el hombre perfecto.

 

La soledad que le embargaba día y noche, la soledad que le cazaba en su gran camerino de cuatro paredes blancas, todo sólo para él. Y si pensaba en sus compañeros, sabía que estaban lejos, física y mentalmente. Quería compartir su soledad, quería sentir ese calor olvidado que nunca llegó a sentir de los labios que deseaba. Como amaba a ese hombre que le lastimaba...

 

Suspiró al fin para salir de su camerino, los pasillos vacíos, y el sentimiento de soledad aún rondando su cabeza. Iría al camerino de Tetsu, quería verlo, necesitaba verle...

 

La caminata eterna por los blancos pasillos del Tokyo Dome, no había nadie aún, faltaba mucho para el concierto de esa noche, el gran concierto que Tetsuya había anunciado a sus compañeros; nada más que basura, canciones vacías y una farsa que dolía cada vez que se le acercaba a Tetsu.

 

Se acercó al camerino de Tetsu, iba a llamar a la puerta, pero no pudo hacerlo; había alguien dentro del camerino de su líder que verdaderamente era importante, así que decidió, mejor, sólo escuchar la conversación tras la puerta blanca.

 

-¿Entonces que me quiere decir?- se escuchaba a un Tetsu un poco molesto.

 

-Nada, nada, no me refiero a eso- esa era la voz del manager- he estado hablando con algunos colegas, Ogawa-san, L’Arc-en-Ciel ha decaído.

 

Hyde sintió un vuelco al corazón.

 

-Pero, ¿qué estas diciendo?- su tono de voz seguía siendo el mismo- Laruku no ha decaído, ni ninguno de mis músicos.

 

-Allí esta el problema Ogawa-san- el manager suspiró-No es, en sí, el grupo, es sólo uno de tus músicos.

 

-¿Quién?- guardó la calma, su tono de voz había cambiado.

 

-Es Hyde, bien sabes que ya no canta como antes, y en mi opinión personal, deberían cambiarlo. No lo sé, ser P’unk-en-Ciel para siempre, algo así...

 

Hyde... el hombre perfecto había dejado de existir, se derrumbaba en pedazos ficticios con esas palabras tan frías. Y no había respuesta por parte de Tetsu, se había quedado callado ante aquella verdad. “El que calla otorga” y no pudo más con esa sensación de vacío.

 

Corrió de regreso a su encierro blanco y al verse al espejo, sólo pudo admirar la sombra de lo que era su farsa de vida diaria. Quería matarse, destrozarse antes de que alguien más lo hiciera... antes de que su amado le destrozara más la vida. Llorar no valía la pena en su mundo plástico, pero podía al menos llorar lágrimas amargas que se habían derramado por más de veinte años.

 

Era una porquería, una basura... no merecía nada, pero lo tenía todo. Como deseó que todo desapareciera, como deseo que Tetsuya Ogawa no estuviese allí, que nunca en su vida le hubiese hablado... ¿Esa era su solución? Dejó de sollozar su derrota y caminó de vuelta al camerino que había estado espiando.

 

Estaba abierto de par en par, Tetsu estaba sentado con las manos sobre su cabeza, como si hubiese hecho alguna decisión importante.

 

-Doiha-chan- Tetsu le saludó- me imagino que te sentías muy solo en ese camerino- le sonrió- ¿Qué te trae por aquí?

 

El bajista se puso de pie y caminó hasta su vocalista, pero Hyde simplemente bajó la mirada con una sonrisa cínica en los labios.

 

-No soy un estúpido Tetsuya, se muy bien lo que hablaste con el manager...

 

-Eso- Tetsu bajó la mirada- si, tengo que hablar contigo de eso.

 

-No te preocupes por mi miserable existencia, Ogawa- estaba temblando- ¡No tienes por que sentir lástima por mi! ¡Deja de hacerlo!

 

Tetsu trató de acercarse a Hyde, pero éste sólo lo apartó violentamente, con toda la ira que traía dentro.

 

-¡Deja de sentir lástima por mi maldito ser! ¡Deja de mirarme! ¡Déjame en paz!- las lágrimas que salían de sus ojos, aún con aquella sonrisa plasmada en sus labios- ¡Vete a la mierda Ogawa! ¡Todo hubiera sido mejor si nunca me hubieras hablado!- miró directamente a los ojos de Tetsu, con ira, despecho y crueldad- ¡Si tu nunca me hubieras dado alas, si nunca me hubiera enamorado de una basura como tú!

 

Se dio la media vuelta para retirarse, pero se detuvo un instante.

 

-Te odio- lo mencionó con tanta frialdad.

 

Dejó a un Tetsu pasmado en su camerino sin pensar en nada más, sin pensar en lo que había dicho, sólo quería desaparecer. Quería de regreso toda su inocencia y amor; quería de regreso su corazón.

 

****

 

Las luces brillaban, la gente gritaba, todo se iluminaba, y los músicos fueron apareciendo lentamente en el escenario. Hyde sabía algo de por medio, esa noche no se acercaría a Tetsu. 

 

Comenzaron con aquella canción que Yuki había decidido era la mejor para comenzar un ciclo nuevo... “Birth”  La guitarra comenzó a sonar y Hyde comenzó a cantar, sin dejar de pensar en su voz... lo que alguna vez le había abierto las puertas, ahora se las cerraba.

 

Una estrofa y la siguiente, un retumbar del tambor y la guitarra constante...

 

-Shinjite- continuaba cantando esa canción, él las había escrito, la mayoría al menos. Él también era dueño de Laruku de cierta manera- Realize! Realize!

 

Y el bajo dejó de escucharse...

 

Hyde dejó de cantar al no sentir ese instrumento que siempre tenía presente, la voz que le hacía los coros se había desvanecido.

 

-¡Tetchan!- Ken botó la guitarra y corrió hasta el bajista.

 

El mundo perdió su color, perdió la velocidad, todo volvió a ser blanco y negro. La gente gritó, Yukihiro dejó la batería... y Hyde no pudo más que quedarse con el micrófono entre las manos, mirando la nada, con miedo a mirar a su lado derecho...

 

-¡Un médico!- escuchó la voz de Ken, entre el barullo y el llanto- ¡Rápido!

 

Vio su vida pasar frente a sus ojos y no pudo más que dejarse caer de rodillas en el escenario. Y mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas, pudo observar del lado derecho y no vio a su Tetchan, sonriente como siempre...

 

-¡Tetsuya Ogawa se ha desvanecido- lo decían en todas partes del domo!- Esta mal...

 

-¡Un médico!- Ken no hacía otra cosa, sosteniendo a su amigo entre sus brazos, llorando histéricamente mientras Yuki trataba de calmarlo.

 

El arcoíris se había desvanecido...

 

El arcoíris había perdido su color...

 

El arcoíris había desaparecido...

 

Tetsuya Ogawa ya no estaba de pie en el escenario.

 

Entre gritos despavoridos y llantos, todo pasaba tan lento frente a los ojos del vocalista que seguía aferrado al micrófono, sin poder entender la escena del todo bien. Yuki tomó a Hyde de un brazo y lo jaló junto con él, necesitaban ir al hospital de inmediato.

 

-El concierto de esta noche término en tragedia, cuando al comenzar, el bajista y líder de la agrupación sufrió un colapso. Nadie sabe a que se debe. Fue llevado al hospital de inmediato, parece que entró al estado de coma... sus amigos y esposa están allí, en cuanto sepamos, informaremos más...

 

¿Amarillistas?

 

-No, no tenemos permiso para entrar al edificio, nadie nos quiere decir como esta Tetsuya Ogawa, pero todo parece indicar que esta en estado grave...

 

¿Qué?

 

-Todo parece indicar que ha muerto...

 

No es verdad...

 

-Su esposa, Ayana, nos relata como su esposo está en estado de coma...

 

Tetchan...

 

-Los mantendremos informados en cuanto sepamos más, no nos dejan entrar al edificio...

 

Tetchan...

 

-En pleno concierto, el bajista Tetsuya Ogawa se desvaneció sin más. Justo después de que sus amigos corrieron hacía él, el vocalista, Hyde, se desplomó de la impresión y entró en estado de shock...

 

No me dejes Tetchan...

 

-Hyde, el vocalista de Laruku, entró en shock al ver al bajista desplomarse en pleno concierto. No se sabe nada del estado de ambos...

 

Tetsuya Ogawa ¿dónde estas?

 

-Vocalista y bajista, se asume que son amantes...

 

No...Eso no es verdad

 

Estaba Hyde, sentado en una sala de hospital, y una enfermera a su lado, haciéndole tomar  un tranquilizante.

 

-Con eso se sentirá mejor señor Takarai- la enfermera se retiró.

 

Hyde no atinó a decir nada, su vista perdida en la televisión presente. Haciéndose notas mentales con los ojos hinchados de tanto llanto y el delineado corrido por sus ojos. Si, le tenían con tranquilizantes, porque en cuanto había entrado a la ambulancia... en cuanto había visto a Tetsu en aquella camilla... en cuanto pudo ver que su amado ya no daba señales de vida, comenzó a gritar y llorar descontroladamente.

 

Estaba ido, pensando en la única frase que podían expresar sus sentimientos “No quiero” y entre tantos pensamientos había una palabra más...“Tetchan...” en su estado de confusión interna, no había podido calmarse, pero podía darse cuenta de donde estaba y lo que hacía.

 

-Hyde- escuchó su nombre mencionado por alguien conocido- ¿Cómo estas?

 

Una pregunta estúpida si hubiera podido contestarla, pero tenía todo el cuerpo entumido y no podía mover más allá de sus ojos hinchados. Miró a aquella persona, era Megumi.

 

-Vine en cuanto pude- su amiga de toda la vida, se podría decir, esposa ficticia. Modelo odiada por fingir algo que no era, por firmar un contrato con el demonio que le quitaría algo pero le daría más- Ya pasé a ver a Tetsu.

 

Y al mencionar ese nombre, Hyde pudo sentir que su corazón latía más fuerte, su presión se elevaba y el tranquilizante que le habían puesto se desvanecía.

 

-No esta muy bien Hyde- Megumi lo sabía, desde que había conocido al vocalista, sabía su terrible obsesión de amor por el bajista. Sabía que moría de amor, sabía todo sobre aquella relación rara, que por alguna extraña razón, Tetsu nunca quiso llevar más allá de la relación de trabajo. Su intuición le decía que había algo más, algo más adentro...-esta en estado de coma, y no se sabe cuando saldrá de ello.

 

La modelo se sentó a un lado de su amigo en aquella sala de espera y miró la televisión. Nada coherente que pudiera ser rescatado para la salud mental del vocalista.

 

-Quiero verlo- Hyde mencionó sin mirarla a los ojos- ya estoy tranquilo- suspiró y recobró un poco el movimiento.

 

-Está bien- ella le ayudó a ponerse de pie y juntos se fueron hasta esa habitación oscura que guardaba lo que restaba.

 

Los pasillos descoloridos y su mundo negro se pudieron fundir al fin con sus sentimientos apagados, y cuando vio al bajista, tendido en aquella cama de hospital con suero y oxígeno, no pudo evitar cerrar sus ojos y respirar más hondo. Todos reunidos en aquella habitación sombría.

 

-Hyde- Yukihiro lo llamó por su nombre y se acercó- ¿Cómo estas?

 

De nuevo esa pregunta estúpida, pero esta vez podía contestarla...

 

-Destrozado

 

Y ya nadie pudo decir nada a eso, nadie.

 

-Que bueno que no esta la prensa aquí- Ken estaba sentado a un lado de la cama, con los brazos cruzados, llorando aún, pero sin perder su sentido del humor- si alguien de la prensa hubiera escuchado a Hyde, en serio que Tetsu nunca despertaría entonces- rió.

 

-Pero si ya están diciendo que son amantes- Yuki se acercó a la cama del lado contrario al de Ken- así que sería solamente como rectificarlo.

 

-No, esas son puras patrañas amarillistas- se escuchó una voz femenina que recién entraba en la habitación. La señorita Ayana Sakai, actual esposa del bajista- ¡Oh mi Tetchan!- corrió hasta abrazar el cuerpo inerte de su esposo.

 

Hyde sintió celos, quería apartar a esa zorra, él debía estar allí abrazando a su Tetchan, no ella. La modista Sakai, maldita que había sido el fin de sus esperanzas de amor, ella, que no podía soportar verla, y Megumi lo sabía. Como el mundo era tan cruel para dejarle ver aquella repetición de su mente y cegarle la vista con aquella imagen asquerosa y llena de amor ficticio; como la odiaba.

 

El odio que podía sentir el ser vacío, era más potente que cualquier otro sentimiento que pudiese sentir... y todos allí presentes lo sabían.

 

-Señorita Sakai- la doctora entraba a la habitación- por favor deje al señor Ogawa.

 

-Señora Ogawa- Ayana rectificó al momento que se enderezaba.

 

Con actitud pedante de una simple niña mimada, caminó hasta sentarse en alguna silla. Si, eso era Ayana, una niña mimada, pequeña e inculta, estúpida y sin conciencia propia.

 

-Ayana- Megumi le siguió para sentarse a un lado de ella.

 

Y el vocal, simplemente le siguió con los ojos cansados, sin fuerzas para seguir andando, sin querer hacerlo ya. Sabía perfectamente que lo que veía frente a sus ojos, era la repetición horrible de las escenas de su vida. Siempre trató de hacer todo, siempre trató de buscar la felicidad, y la felicidad que ahora residía en aquella cama, ya no brillaba...

 

Todos sombríos a su alrededor, y no era el efecto del tranquilizante, no era nada de todas esas drogas que le habían metido a su cuerpo. El arcoíris que poco a poco se apagaba frente a sus ojos sin que pudiera hacer nada... y conscientemente, sabía que sus amigos le echaban en cara eso.

 

 

-Hyde- Ken se puso de pie- Tu fuiste el último que habló con Tetsuya- el rostro del guitarrista se había vuelto oscuro, el velo de las lágrimas aún se podían admirar, pero había algo de resentimiento en sus palabras- ¿Qué fue lo que ocurrió?

 

Yuki miró a ambos lados sin saber que respuesta iba a obtener. De algo estaba seguro, porque aunque Hyde hubiese sido el último humano al que Tetsu le había dirigido la palabra, él había sido él último que le había visto antes de entrar al escenario.

 

-¿De qué hablas?- ahora si, el efecto del tranquilizante había desaparecido, ahora sólo estaba el vacío que sus sentimientos añoraban- ¿Tratas de decirme que le hice algo?- subió el tono de su voz.

 

Megumi echó una mirada, sabía que su amigo era una persona muy impulsiva.

 

-Acompáñame por café- Megumi le hizo la invitación a Ayana y la jaló de la muñeca hacía fuera de la habitación.

 

La niña salió de su vista...

 

-Yo no estoy diciendo nada de eso- Ken se extrañó- es sólo que... cuando Yuki y yo salimos de su camerino, él estaba perfectamente bien. Vimos que tu entraste y después...

 

-¿Insinúas que yo le hice algo?- estaba a punto de perder la cordura, iba a gritar y llorar, iba a recordarlo todo- Es más bien lo que se merecía...- sus cuerdas vocales comenzaron a temblar.

 

Ken caminó hasta el vocalista que se apoyaba en la pared para no caer.

 

-¿Qué dijiste? Tetsuya no se merecía esto... ¡¿Qué le hiciste?!- lo tomó de la solapa de la camisa, con resentimiento y coraje.

 

-¡Ken déjalo! ¡No le vayas a hacer nada!- Yuki corrió para tratar de apaciguar la situación.

 

Hyde comenzó a reír para después bajar la mirada, sin fuerza alguna para oponerse a su amigo.

 

-¡¿Crees que no me duele saber lo que Tetsuya habló con el manager?! ¡Lo saben! ¡Todos lo saben!- bajó la mirada- pensaban... reemplazarme...

 

Ken soltó la solapa de la camisa de Hyde, lo miró fijamente y se dio la media vuelta.

 

-Nadie pensaba hacer eso... y si, quizá yo lo pensé- miró a Yuki- o Yuki lo pensó- volteó de nuevo para encontrarse con los ojos negros del vocal- pero de todos, Tetsu fue quien dijo que nunca te sacaría, que tú eras L’Arc en Ciel, para todos, pero sobre todo para él.

 

Salió de la habitación, necesitaba fumar un cigarro.

 

-Con permiso- la doctora salió detrás de él.

 

Hyde se quedó con las lágrimas en los ojos, pensando en todas las equivocaciones que había hecho en su vida, pero de todas, le estaba atacando la culpa. Podía ver a Tetsuya a lo lejos y sentir el desdén de un “te odio”, como dolía.

 

Yukihiro no dijo nada, salió de la habitación, dejando solo al vocal, porque necesitaba un tiempo a solas; eso todos lo sabían.

 

Un espacio cerrado, con tan sólo un par de respuestas vacías y el eco de los latidos de un corazón que alguna vez se había resignado a ya no seguir amando, como dolía el hecho, como dolía todo.

 

Su corazón se quebrantaba en pedazos aún más pequeños... había hecho una estupidez, de nuevo...

Notas finales:

¿Qué tal?


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