Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La enfermedad por lirionegro

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola a todas, otro fic o.O

Que bien, no?

este era el original q iba a dedicarle a mire-hime para su cumple feliz,. pero no me sentí segura con él, así que le hice otro que le gustó mucho a mi niña. 

y pues subo este porque me sentí mal por no subirlo, con respecto a eso, hice varios, por no decir la mayoria , de modificaciones en el fic. el texto original, que no gustó como esperaba esta el fanfiction.podrán ver las diferencias. mi nombre ahí es lirionegro-san

 

Notas del capitulo:

Bien, como dije, en un principio iba para mire-chan, pero no era lo suficiente bueno para ella. hice modificaciones, y al final quedó esto. creo que como quedó se debe por que lo hice a las tres de la mañana y andaba dando tumbos.

espero que a pesar de lo extraño les guste. luego de leerlo me di cuenta y dije WTF?

Asi que ahí tienen, mire-chan, que opinas? ^^

Los personajes no son míos son de kishimoto, los cuales uso para cada cosa ¬¬

 

La enfermedad.

 

No podía dormir, por más que intentará acomodarse de todas las maneras posibles para poder conciliar el sueño, le fue imposible. No funciono tomar leche caliente - aunque tampoco era un viejito para hacer eso, tenía 17, por el amor de Dios -, contar ovejas tampoco. Hasta se le estaba ocurriendo fugarse a la cama de sus padres, y que estos le contarán un cuento, tal vez así, lograba dormir como cuando era niño.

 

En tiempos desesperados, acciones desesperadas.

 

Bufó descontento consigo mismo, y su desfachatez de pensar como un chicuelo.

Una vez más, se acomodó en su cama, quedando su rostro justo enfrente de su mesa de noche, la cual - gracias a la luz de luna que se filtraba por su ventana - se ilumino, dejando a la vista la fotografía que tanto apreciaba.

 

Sin ser consciente realmente de lo que hacía, tomó la foto entre sus manos. Y aún acostado, acercó la misma, para dejar visible antes sus ojos azules, las figuras que fueron plasmadas en la fotografía.

 

Tres chicos de doce años. De izquierda a derecha. Él, Gaara - un chico pelirrojo,  que hace tiempo no veían (específicamente 5 años) - y, por último, Sasuke. Sus dedos acariciaron - desde el vidrio del portarretrato - las facciones del azabache. Recordó que esa foto, se la tomaron sus padres, en una barbacoa, en que sólo los amigos de la familia - Los Uchihas y los Subaku - habían asistido.

 

Había costado un infierno lograr que Sasuke aceptará. Recordaba como Itachi se lo había llevado a un lugar a parte, y segundos después, un Sasuke hecho chispas regresaba a tomarse la "bendita" foto. ¡Un vil chantaje!

 

Su mayor tesoro, la única foto que tenía de él.

 

Se golpeó mentalmente por la estupidez que estaba haciendo - acariciando la figura del azabache, especialmente porque era una foto - avergonzado, también, porque realmente no quería parar.

 

Desde que el teme se había ido de vacaciones con su familia, los días para Naruto fueron los más tortuosos de su vida. Tenía arraigada la costumbre, desde pequeños, de siempre permanecer a lado de Sasuke. Se conocían casi desde que estaban en pañales. Según sus padres, compartían de todo. Nunca hubo una fiesta de cumpleaños sin que el otro no estuviera presente.

 

Y ahora, que el moreno desaparecía por una semana, si, ¡una semana!, el rubio sentía que el mundo se le venía abajo.

 

No importaba con quien saliera a distraerse, o que actividad recreativa realizará para pasar el tiempo, siempre, en su maldita cabeza, Sasuke aparecía. Que si Sasuke estuviera, diría esto; que si estuviera Sasuke haría lo otro. Sasuke, Sasuke, Sasuke. Todo su mundo - para su infortunio - giraba alrededor de Uchiha Sasuke.

 

Tal vez sólo era porque era la primera vez que se separaban por tanto tiempo. Sí, eso debía ser. No podía ser otra cosa. Una vez que Sasuke regresará todo estará bien ¿verdad?

 

Se preguntaba, si Sasuke ¿sentiría lo mismo?

 

Por Dios, Uzumaki Naruto, deja de pensar en Sasuke todo el tiempo. Basta, es suficiente. ¡Duérmete de una vez!

 

 

 

 

 

 

Cinco días después.

 

El primer día de clases, luego de las vacaciones de invierno, Naruto se presentó con tamañas ojeras. Todo un mapache. O como le gustaba decir a Kiba: ¡Eh, Naruto, ¿Quién te pegó?!  Para luego largarse a reír, y dejar al rubio de un humor que nadie le aguantaba.

 

Sakura le insinuó ponerse maquillaje para desaparecer las ojeras. Ja. Primero muerto, le dijo. Indignada la chica se retiró, murmurando cosas que Naruto no pudo entender muy bien, pero creía haber escuchado: desconsiderado.

 

¿Él? ¿Desconsiderado? Ja, por favor. Era la persona más considerada del mundo, pero, ¡que!, acaso no podía tener un mal día sin que nadie le esté reprochando su actitud. Fastidiado, salió del salón, no tenía fuerzas para soportar a nadie. Lo único que él quería, era ver a la persona que se había desaparecido de su vida por más de una semana. Y que ni siquiera tuvo la dignidad de llamar. ¡Ni una sola vez!

 

Frustrado se tironeo de los cabellos, sin importarle como le veían las personas que estaban por el pasillo. ¡Consíganse una vida! Antes de que pudiera cometer una tarugada, sus ojos observaron pasmados la figura imponente de Sasuke Uchiha. Y no estaba así sólo porque ver a Sasuke - luego de "tanto tiempo" - le pusiera nervioso - de hecho era así, pero mejor se lo negaba - no, que va. Lo que le sorprendió fue verlo hablar con ese pelirrojo "extraño" - juraba que era la primera vez que lo veía - con una sonrisa de lado.

 

Ah, no. Eso sí que no. El Uchiha no podía desaparecer casi toda una "temporada", y suplantarlo.  Pero ya vería ese teme, con Naruto Uzumaki nadie juega. Especialmente con sus sentimientos.

 

Un momento, él dijo... ¿sentimientos?

 

Claro que lo dijo, sentimientos de amigos, de casi hermano. ¿Qué otro sentimientos podría tener?

 

"Románticos"

 

¿Románticos? ¡¿Románticos?! ¡¡¿Qué?!! ¡¿Estás locas, maldita conciencia?!

No era así. No, no, no. ¡¡No!!

 

-         ¡Que no, ttebayo! - gritó en medio del pasillo.

 

Dejando a medio mundo desconcertado, y a otros dos extrañados.

 

-         Me voy unos días, y ya enloqueces, dobe - Y ahí estaba, el causante de sus delirios. De todos sus problemas.

 

Por su culpa ya casi no tiene hambre - por andar preguntándose cuando volverá -. Por su culpa no duerme - por andar preguntándose que estará haciendo ahora -. Por su culpa no se divierte - porque sin él, le es imposible. Y ahora, le sale, que se fue sólo para traer un remplazo. Uno no muy bueno, cabe decir...

 

-         Hola, Naruto. Tiempo sin verte - la voz del pelirrojo no alcanzó a ser escuchada por el rubio.

 

Él era mil veces más atractivo, con sus ojos azules - aunque los del otro eran verdes, y también bonitos - . También estaba el hecho que tenía buen cuerpo, apuesto, y talentoso. Así que, Sasuke, a ver si ese tipejo - que también tenía buen cuerpo, era atractivo, y de seguro era bueno en algo - podía competir con el gran Uzumaki Naruto.

 

-         Oye, dobe. Ten la decencia de saludar a Gaara - le reprochó el azabache, y Naruto dejó de imaginar escenas fortuitas donde él le ganaba al pelirrojo y por mucho.

 

¿Gaara? ¿Por qué ese nombre se le hacía conocido?

 

Llevó una de sus manos al mentón, tratando de recordar sin el nombre de Gaara le suena por algún lado.

 

-         Subaku no Gaara. Escuela primaria, Hokkaido. - insistió el azabache.

 

Gaara lo veía sin pestañear.

 

¡Y el foco se le ilumino!

 

¡Gaara! Por supuesto, Gaara. ¿Cómo olvidarlo? Si, los tres parecían los tres mosqueteros en primaría. Hasta que tuvieron que mudarse - más bien el azabache, y Naruto rogó también por ser transferidos-.

 

Para mala suerte de Gaara, sus padres no eran tan condescendientes como los del rubio. Pero ¿Qué hacía aquí?

 

-         Es mi último año, y convencí a mis padres de pasar el último año de prepa, aquí en Tokio - contestó su pregunta, no formulada, el pelirrojo-Pienso estudiar aquí también la Universidad.

 

Naruto gritó de alegría dejando a sus amigos sordos por tremendo alarido.  Que felicidad, se decía el rubio. Ya podían ser de nuevo los tres mosqueteros como antaño.

 

Si, que bueno que Gaara estaba de regreso. Claro, por la mente de Naruto no cruzó el recuerdo de haberse imaginado aún Gaara siendo derrotado por "Naruto El Grande", y Sasuke poniendo todo su atención en su persona.

 

No, lo otros dos mosqueteros no deberían saber sobre eso.

 

 

 

 

 

 

 

¿Tres mosqueteros? Ja, más bien era dos y, él, el perro faldero que iba por todas lados detrás de ellos.

 

Sasuke le había dicho que fue a Hokkaido y que por azares se encontró con el pelirrojo. El Uchiha y el Subaku se escribían asiduamente, - Naruto también pero era muy dobe, ya saben - pero a pesar de eso, no creía encontrárselo desde el primer día.  Desde eso, fueron uña y carne - o así lo interpreto el ojiazul - y al final, Gaara le comentó su idea a Sasuke, y éste le sugirió que si lo dejaban, podía venir a vivirse a la mansión Uchiha, de seguro no había problema con eso.

 

Resumiendo, no hubo problemas con ninguno de los padres, aceptaron la propuesta. Gaara pudo inscribirse a su mismo colegio, gracias a la "buenas relaciones" de ambas familias, y ahí estaba.

 

Cuando Naruto se enteró que Gaara dormiría en la misma casa que Sasuke se molestó, ¡como no podría estarlo! Después de todo, para él, eran contadas la veces que el moreno le invitaba pasar la noche. Y ya Gaara podía darse el lujo de pasar 365 días - mejor dicho, 366, ¡era un año bisiesto! - más, de los cuales Naruto podría atribuirse en toda su vida.

 

Pero lo dejó pasar. Entre amigos no debe haber celos porque acaparen al otro ¿verdad? Porque sólo son amigos... ¿cierto?

 

Pero al final. Naruto está molesto. Son sólo ellos dos, a él lo dejan de lado. Bueno no del todo. Es verdad, participa y se divierta, pero hay cosas que simplemente no le interesan al rubio, y a los otros dos, sí. Por ejemplo, Stephen King.  O Paulo Coelho. 

 

¿Quiénes diablos eran?

 

-         Gaara y yo compartimos ciertos gustos, dobe.

 

Le aclaró un día el moreno, cuando Gaara se separó de ellos, alegando que iría a traer un libro a la biblioteca y no se tardaba. Al instante, el ojiazul bombardeo al azabache con sus dudas, y éste escucho paciente, más que nada por la mirada que el rubio le dedicaba al hablar. Tristeza. Y por primera vez, se permitió esas palabras.

 

-         Es tan amigo tuyo, como mío-

 

Y Naruto quería creer en eso. Realmente quería. Pero, que tantas eran la diferencias que existían entre Sasuke y él, y que tanto podía unirse la amistad de Sasuke y Gaara. Siendo, él, relegado del mapa.

 

Sin quererlo, Naruto entró en depresión. No tenía mucho ánimo. Siempre estaba evitando a Sasuke y a Gaara - para no incordiarlos - y se iba con los otros de su pandilla. Aunque debía disimular sus "intentos", o estos sospecharían - de hecho, ya lo hacían -.

 

Y Naruto termino distanciado de sus dos mejores amigos.

 

 

 

 

 

 

 

 

A pesar de las muchas veces que estos trataron de acercarse, cuando creían que todo regresaba a la normalidad, algo ocurría.

 

Como hace unos días, - meses desde que Gaara llegó - Naruto parecía salir de ese estado de depresión crónica y seguía con la rutina habitual de andar con sus compinches preferidos.

 

Un día que regresaba de su compra "excesiva" de Ramen, encontró a Sasuke dormido en el hombro del pelirrojo. Todo su querido Ramen se fue a la basura. Al igual que le fue arrebatado su querido Sasuke.

 

¿Querido Sasuke?

 

Salió corriendo con ese último pensamiento en la cabeza. Al parecer aquellos dos no notaron la huida del rubio. Uno por estar dormido, y el otro por vigilar el sueño del chico, que de un día para otro, andaba igual de decaído que el rubio.

 

Ese par le causaba jaquecas.

 

 

 

 

 

 

Y volvió a pasar, Naruto entró en depresión. Y se distanció de nuevo. No podía dormir, no comía bien. Su rendimiento iba en picada - aunque nunca fue el mejor, pero daba su pelea - su estado de humor era de perros.

 

Y cada vez que Sasuke buscaba acercársele, su corazón latía furioso, sus manos empezaban a sudar. Sus piernas temblaban - aunque no se notará - y sentía un revoltijo en el estómago que no lo dejaba tranquilo.

 

Súmenle a eso, lo que sentía cuando veía a Gaara muy cerca de Sasuke. Furia, ira. Ansias de golpear a alguien y una opresión en el pecho, muy diferente, de lo que causaba Sasuke en él.

 

Al final ni él se entendía ¿Qué le pasaba?

 

 

 

 

 

 

 

Sus padres lo enviaron con alguien que podría ayudarle, alguien que había estudiado para eso.

 

Por un momento pensó, ¿Licenciatura sobre dobes? De seguro, Sasuke hubiera dicho eso, si supiera que el vendría aquí. Una sonrisa triste apareció en sus facciones. Extrañaba a Sasuke, y no lo malinterpreten, también a Gaara. Pero... no sabía que le pasaba con esos dos.

 

Entró al edificio, y deseó encontrar a alguien como guía para solucionar su "problema".

 

 

 

 

 

 

Algunas veces han sentido que, no hay momento en que no les pase calamidad tras calamidad, tras calamidad. Y comienzas tus peripecias de ¿Por qué a mí? ¿Qué te he hecho? ¿Por qué me castigas así? Si soy un buen niño... y demás monologo de porque el destino y los actos divinos son tan crueles contigo.

 

¿Por qué su psicólogo tenía que ser Uchiha Itachi? ¿Qué no era abogado?

 

Ya que, a ver con que le salía.

 

 

 

 

 

 

 

 

Era solamente una huida estratégica, nada más.

 

Simplemente no podía aceptarlo. No podía. Dos horas pasó con Itachi, ¡dos horas! Y éste le sale con eso. ¿Qué? ¿Le ven cara de Baka? ¿O qué?

 

No, no, no, no, no y no. Eso no podía ser cierto.

 

Y siguió negándoselo toda el resto de la tarde. En la noche en lugar de contar ovejitas, contó todas las negativas que se daba así mismo en cuanto a la resolución de Itachi llegó a sus oídos y se grabó en su cerebro.

 

Genial, eso sí lo grabas, pero no podía recordar una pinche ecuación matemática.

 

¿Cuántos "no" se pueden decir de su casa al colegio?

 

1,023 a una velocidad de 2.310 segundos por "no"

 

Cielos.

 

 

 

 

 

 

 

Muy cerca, demasiado cerca. Aléjate. Tú y el idiota de tu hermano. Que no es así, maldición. Sólo aléjate. Por favor.

 

-         Estás rojo ¿no tendrás fiebre?

 

Y el tacto fue lo peor que pudo ocurrirle en su mundo. ¿Por qué Sasuke? ¿Por qué?

 

Antes de que él mismo comprendiera su acción, de un manotazo alejó la mano del azabache - tan cálida, tan suave - de su frente, y salió corriendo por donde vino. A su casa.

 

Su corazón latía furioso, sus manos sudaban, su respiración estaba descontrolada - y no era por correr -. Y ni que decir de su estómago.

 

-         Ven con él - le sugirió. Y no lo pensó dos veces para hacerlo.

 

 

El pelirrojo sonrió. Itachi había tenido razón. Un empujoncito no era mala idea. Especialmente, porque no les gustaba ver a sus dos mejores amigos sufrir por ser tan bakas.

 

Luego pensaría en cómo le hizo Itachi para lograr que el rubio dejara de ser tan cabeza hueca. Con Sasuke no había sido difícil - es más casi ni tuvieron que hacer nada - pero y Naruto... Bueno, no importa.

 

 

 

 

 

 

"¿Enfermo? ¿De qué estoy enfermo?"

 

"No seas ridículo, ¿eso que tiene que ver con Sasuke y Gaara?"

 

"No, no. Estas mintiendo. No puede ser cierto"

 

 

 

 

"Estás enamorado. Y sientes celos. ¿Por quién de los dos? No lo sé. No has querido especificarme por quien es cada sentimiento. Pero esa es la verdad, Naruto-kun."

 

"No, somos amigos. Él y yo..."

 

"Estas enfermo, de amor y de celos"

 

 

-         Sasuke...

 

No podía creérselo, no podía, él estaba. Realmente estaba...

 

-         Sasuke, yo...

 

Un golpe fuerte, la puerta se abre de repente. Asustado, el rubio se incorpora. Justo frente a sí, el dueño de sus pensamientos, y de su...corazón.

 

 

-         ¿Me puedes decir qué demonios te pasa, dobe? - peligroso, su tono es peligroso.

-         Sasuke...

-         Si, Sasuke, al que haz ignorado todos estos días - le reprocha, el rubio se acerca, Sasuke no nota su cercanía.

-         Sasuke... - más cerca, sólo un poco más cerca-

-         Dejar de decir mi nombre, Usuratonkanshi - muy, pero muy cerca - ¡a mi nadie me ignora, y menos tú pedazo de animal, que no ves que me pre-o-

 

Jalón, choque entre labios. No hay movimiento, sólo es superficial.

 

Sus brazos se aferran a la cintura del moreno. Buscando más contacto. Queriendo más, deseando más. Los brazos contrarios se abrazan a su cuello. Movimientos. Labios finos y dulces, contra labios gruesos y cálidos.

 

Succionan, mordisquean. Y abren pasó a más contacto. Sus alientos se fusionan junto a sus lenguas, en un beso más hambriento, en un beso más necesitado.

 

El aire se termina, se separan con sus respiraciones entrecortadas. Apoyan su frente en la contraria. El trigueño roza su nariz con la del moreno. Juega con ellas, mientras una sonrisa enorme se instala en su boca. Y Sasuke... Sasuke gruñe. Un "hm" especial, más contento. Con una tenue sonrisa de lado.

 

-         Sasuke, estoy...

-         Cállate - y comienza de nuevo. Es Sasuke quien ataca en esta ocasión

 

Tal vez luego. Gemido. Si, luego.

 

 

 

 

 

-         Y bien, ¿Funciono?

-         Sí, creo que...funciono

 

 

 

 

"Estoy enfermo, Sasuke. De amor y de celos. No soporto que necesites a alguien más, de la misma manera en que yo te necesito. No soporta que veas a otra persona, de la misma manera en que yo te miró. Me repugna la idea de tener que compartirte con alguien más que busca tu cariño.

 

Estoy enfermo, Sasuke. De amor y de celos. Eres mi cura y mi droga a esta enfermedad. Pero si nunca puedo dejar de sentir tanta posesividad contigo - y creo que no lo haré -.  No me importa. Quiero estar eternamente enfermó y tu conmigo"

 

 

 

 

Notas finales:

Y bien? Raro ¿no'

Creo que Naruto me quedó un poco trastornado con el final, culpen a mis neuronas que fallan bien entrada la madrugada.

en fin, si hay algo q tengan q opinar por mi bien, háganlo. 

disculpen si sienten muy OCC a los personajes, i sino pues disculpen también. 

Sin más que decir, que opinan.

tu también mire-chan?

Ciao


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).