Nunca te olvidare… Yoite
Aquellas fueron las palabras que dijo el pequeño cuando vio que el mayor de ojos azules y cabello azabache se esfumaba con la briza. Eso había pasado ya hace 3 años, nunca lloró nunca derramó ni la mas mínima lagrima, pero volvió a ser ese joven callado, solitario e indiferente de antes.
Ahora estaba en último año de preparatoria, veía a través de la ventana del aula de clases, mientras en el fondo se escuchaba la voz en ingles de Kumohira-sensei. El menor recordaba aquella guerra que se creo entre los clanes Fuuma y Kouga para obtener el Shirabanshou que se encontraba dentro de el, gracias a esa lucha pudo conocer a Yoite, pero también por esa lucha no pudo conceder el deseo de salvar a aquel que se parecía tanto a el, no pudo salvar a la persona que llegó a amar.
-el quiso vivir sus últimos días como una persona normal, murió… siendo feliz.
Intentaba mantenerse calmado y no dudar. Finalmente el horario de clases acabó, Kumohira, Aizawa y Raimei lo acompañaron hasta su casa y se quedaron en el restaurante hasta las 8
-Buenas noches
Se encerró en su habitación y se puso a hacer tareas para el siguiente día, 365 paginas en un ensayo de filosofía. Comenzó a quedarse dormido, soñó lo mismo que siempre, su pasado con sus padres y la llegada de Yoite a su vida.
-Miharu… Miharu… despierta Miharu
Escuchaba una voz suave y apagada que lo llamaba, sentía como unas manos sobre sus hombros lo movían y finalmente abrió sus ojos, se encontró con las hojas del trabajo de bajo de el, se levantó del escritorio y comenzó a buscar aquella voz familiar. La puerta del balcón se encontraba abierta, dejando entrar la briza de la noche, el pequeño se dirigió a esta para cerrarla y se encontró con una figura alta que ocultaba su rostro con la oscuridad.
El menor quedo atónito al ver el rostro del individuo , frente a él se encontraba esa persona que hace 3 años había perdido y que por tanto tiempo había extrañado
-Yo… Yoite
Se lanzó a los brazos del mayor que aun no pronunciaba palabra alguna, en medio del abrazo Miharu levantó su rostro para ver el del mayor
-Estas… sonriendo, Yoite
-Es porque te vuelvo a ver
-Abrázame…
Ambos cuerpos se quedaron entrelazados por varios minutos que parecían eternos. La briza daba contra ellos y la luz de la luna iluminaba lo que parecía el centro de atención, los rostros de ambos viéndose fijamente.
En completo silencio el menor se inclino hacia delante y subió un poco haciendo que los labios de ambos se rozaran, el mayor bajó su cabeza y ese rozamiento se convirtió en un suave beso que finalmente se volvió uno apasionado. Pasaron así el resto de la noche, besándose y abrazándose sin pronunciar palabra alguna, asta que el sueño los venció
El pequeño de ojos verdes despertó en una habitación completamente blanca, la revisó con su mirada y vio un ramo de rosas azules a su lado. La puerta se abrió y dejo ver a Kumohira
-¿Que hago aquí?
-Tuviste una recaída hace 5 días, estabas durmiendo y cuando tu abuela fue a despertarte no respondiste. Los médicos dicen que solo es cansancio
-¿Y donde esta Yoite?
-¿Yoite? Rokujo… Yoite murió hace 3 años, debiste soñar con él
-si, tienes razón… debió ser solo un sueño - Se aferró a las cobijas e intento no pensar en ello
Paso ya un mes desde que salió del hospital. De nuevo se encontraba distraído viendo por la ventana del aula, esperando que comenzara la primera clase. El sensei entró y Miharu giró para verlo, la hora comenzó, la voz en ingles de Kumohira se escuchaba seria, el director del instituto se vio parado bajo el marco de la puerta y todos los estudiantes giraron a verle
-Les tengo un anuncio. Desde el día de hoy tendrán un nuevo integrante en su grado. Preséntate por favor
Un joven alto de cabellos negros y ojos azules de no mas de 19 años estaba tras el director, entro al aula y muchos quedaron sorprendidos por su belleza y estatura
-Mi nombre es Kodou Sora, un gusto en conocerlos
-Eres tú, Yoite
Miharu se levantó y fue a verlo directamente. Sora quedo viendo penetrante sus ojos, se inclino y susurro suavemente
-los muertos vuelven a la vida si alguien los espera… y yo he vuelto por ti… Miharu.