“A pesar de todo”
NejiNaru /SasuNaru
La verdad, nunca supe realmente, hasta el día de hoy, como es que aceptamos esto sin siquiera consultarlo. Yo, Naruto Namikaze Uzumaki, estaba comprometido contigo, Neji Hyuga, desde nuestro nacimiento.
Era inevitable nuestro matrimonio, hasta el día de hoy, a mis padres no les he perdonado que me lo hayan ocultado hasta que cumplí dieciocho años. Dejaron correr mis ilusiones, me enamoré de alguien que no era mi “futuro” marido, y me hicieron conocer el dolor.
Sasuke Uchiha, era para mí, desde los diez años, mi todo, el que más amaba en este mundo, quería casarme con él, y junto conmigo, se enteró de todo.
“No quiero volver a verte en mi vida” Y eso fue su adiós. Lloré, sufrí, quise morirme por el dolor, pero ya no podía traerlo de vuelta.
Pasaron unos meses, y te presentaron conmigo en una cena intima, yo no supe que decir, si era preferible llorar o reír, porque, eras tan parecido a él, en carácter, en la voz, y yo, quizás en ese instante, quería un sustituto.
Siendo de familias adineradas, nos topamos en muchas ocasiones, pero no como en esa cena de gala de beneficencia, tú me llevabas del brazo y me presentaste como tu futuro marido.
Naruto Namikaze se casaría a finales del mes de Marzo con Neji Hyuga, dueño de una gran cadena de restaurantes en todo el mundo. Mi corazón palpitaba aun al ver a Sasuke; ese porte tan elegante, lleno de misterio, esos ojos que escondían muchos secretos y emociones, pero ya no era para mí.
Yo estaba a punto de casarme, y me prometí olvidarlo, para cumplirte a ti Neji, porque tu como yo, no sabíamos nuestro destino al nacer.
Los días estaban contados, mi madre por más que me hacía participar, mis emociones eran las mismas, distantes hasta hirientes, pero no podía, me superaba todo, casarme con alguien que no amaba, era algo que nunca me hubiese imaginado.
“Naruto, por favor, debes entendernos, pero primero, amarás a tu marido, eso es lo que más anhelo, hijo”
Llegó ese día, todas las familias más importantes estaban reunidas, yo estaba nervioso al ser conducido por mi padre hasta ir con el juez, y a tu lado. Por alguna razón, tu estabas, con una felicidad que envidiaba en ese instante.
El juez hablaba, y hablaba, y yo estaba perdido, porque a menos de tres filas, estaba Sasuke, se que estaba herido, frustrado, porque me sentía igual.
Tomaste con suavidad mi brazo atrayéndome de nuevo a este mundo, el juez me preguntaba si venia aquí con mi propia voluntad y aceptaba este compromiso.
Y una lágrima rodó por mi mejilla.
“Si, acepto”
Lo mismo te preguntó Neji y sin dudar aceptaste.
Ya era Naruto Namikaze de Hyuga. Ya no podía más, y mis piernas flaquearon, tuvieron que atraparme antes de caer por completo al suelo.
No supe de mí alrededor de una hora, eso fue lo que dijo mi madre preocupada en una habitación de mi casa, ahora que lo pensaba, ni siquiera supe que sería en la mansión hasta ese día.
“Naruto, ¿estás bien?, cariño, todos están esperándote, fue demasiada la presión, ¿cierto?”
Si tan solo hubiera sido la presión.
Salí despejando muchas dudas sobre mi salud, me excusé por mi ausencia, y todo siguió. Pero, me dirigí hasta donde estaba Sasuke, sé que me veías, alguna vez escuchaste algo sobre el.
“Sasuke…”
“Ya eres un hombre casado, quizás, nunca pueda olvidarte”
“…Yo tampoco Sasuke, te amaré siempre”
Me abrazó, me dio un beso en la mejilla y ya no quise detener mis lágrimas, le abracé con una fuerza superior a mí.
“Yo también Naruto, perdón por no pelear por ti”
Duramos unos minutos, que fueron horas para nosotros, el se dio la media vuelta, y sé que ambos juramos ya pensar poco a poco en el otro, lo juramos.
Pasé unos minutos a solas, no sabía ni que decir ni que hacer, solo quería…
“Naruto”
Lo sentí, su dolor, su presencia, supe que Neji comenzaba a quererme, quizás fue en ese instante que comencé a quererte.
“Neji, prometo hacerte feliz”
Y hasta el día de hoy, después de tres años, día con día, intento que mi corazón piense en ti, pero a Sasuke no he podido arrancarlo de mi ser.
Pero por nuestros pequeños Hikaru y Hikari, juro que te querré muchísimo, serás todo para mí.
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Abrió sus ojos, ni pensar que se había quedado dormido, se levanto poco a poco, la luz entraba por las ventanas, acomodo un poco su largo cabello rubio por sus hombros, escuchando como la puerta era abierta.
-Buenos días Naruto-
-Buenos días…Neji-
Ambos se sonrieron, el pelinegro, que poseía un porte muy elegante, con una mirada penetrante pero que era dulce ante su familia, se acerco hasta sentarse en la cama.
-Tu madre cuidará los niños, y nosotros podremos irnos de viaje a Europa-
-Aun me siento un poco culpable, por no llevar a los niños…-
Se miraron, el ojiazul cerró sus ojos para unir sus labios a su esposo, mientras él rodeaba su cintura, quizás les faltaría mucho antes de que ambos se quisieran de una manera infinitamente enamorada.
Pero ambos estaban dispuestos, el destino estaba ya escrito desde antes de conocerse.
A pesar de todo, un cariño, se formaba entre ellos.
FIN