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Do you want sleep with me? por samadhi06yaoi

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Notas del fanfic:

Esto es algo que sí pasó... sólo que no diré a quién Muajajaja xD

 

Do you want sleep with me?

Estábamos acostados en la cama, Itachi me abrazaba fuertemente. No sabía la razón, de pronto él empezó a dibujar figuras en mi piel con sus uñas. Sentí escalofríos que me recorrían hasta la nuca, y de ahí pasaban a cosquillear mis labios, de los que salía uno que otro suspiro, ahogados quedamente contra la oreja caliente de mi hermano. Ambos sabíamos que algo pasaba, y sin embargo, nos enfocábamos en guardar silencio, a no ser por uno que otro susurro o risita, mientras la televisión disimulaba el incomodo silencio que se haría en la oscuridad.

Itachi me pasaba las manos por el vientre, subiéndome la camiseta, no podía decir que me disgustara, o que me gustara, pero tenía miedo de lo que tendría que venir después. Me dije “puedo parar esto, haciéndome a un lado…”

Pero de pronto no quise parar, nunca había sentido algo igual a lo que sentía en ese momento. Era algo malo, indebido, y vibraba con cada roce de sus uñas sobre mi piel tibia.

Yo me reí en voz baja, él siguió conmigo la risita, y la televisión siguió encubriendo lo que hacíamos. Me pregunté, para bien o mal, a qué querría yo llegar, dejándome llevar por las caricias de mi hermano mayor en mi cama.

Había empezado con un simple “¿quieres dormir conmigo?” y había continuado con un “sí…”.

Nunca había estado acariciándome con alguien en silencio en una cama, y menos con mi propio hermano; pero esa era la clase de cosas que había estado esperando sentir. No sé por qué esperaba que me dijera que sí y que esto pasara.

De pronto comencé a sentir sus dedos entrelazarse a los míos; dejé libremente que se colaran y los calentaran, disimulando con una risita nerviosa que yo no sabía a qué nos llevaría eso. Él al parecer también era muy bueno disimulando.

Poco a poco nuestras piernas fueron quedando la una a la otra entrelazadas, prendadas, bajo las sabanas. Él metía la mano debajo de mi camiseta; por mi espalda la hacía escalar juguetonamente y de pronto apretaba con los dedos mi piel y me acercaba a él, yo me arqueaba, resistiéndome a decir algo, cualquier cosa, y pegaba mi pecho al suyo. Él pareció contento con que su plan funcionara y hundió el rostro, estaba ardiendo, en mi clavícula. Estaba tan caliente mi piel gracias a su respiración, que casi no sentí (o tal vez es sólo mi imaginación) su lengua pegarse a la piel de mi cuello. Entonces yo, fingiendo tener que bostezar, me giré boca arriba y estiré los brazos hacia arriba. No des-entrelacé nuestras manos, y él se acomodó sobre mi hombro, acurrucándose a mi lado, con las manos calientes y unidas de los dos. Miramos la televisión por unos minutos. Después le dije que moviera su cabeza un poco; él lo hiso y después de eso quedamos en la misma situación: otra vez nos abrazábamos. Yo inmóvil, él acariciándome. Yo soltando suspiros, él provocándomelos.

Un poco contrariado, me puse boca arriba; él no se inmutó y siguió recorriéndome el cuerpo con una mano (la otra estaba unida a la mía aún). Me subía poco a poco la camiseta, y luego la jalaba hacia abajo por los bordes, como queriendo cubrir sus acciones… O tal vez le gustaba subir y bajar su mano por mi abdomen… qué sé yo. En fin, comencé a sentirme realmente confundido. ¿Quería que él siguiera? ¿O quería sólo que estuviéramos como en ese entonces, abrazados, callados?

Entonces me asusté cuando sentí su mano delinearme de las sienes a la mandíbula. Intenté (muy débilmente; dudando) ladear un poco la cabeza a un lado, pero el sujetó mi rostro y lo ladeó hacia él. Mis labios rozaron su nariz, y yo no me atreví a hacer nada. Entonces él ladeó un poco más mi rostro. Yo cerré los ojos, pensando que estaba dormido; queriéndome engañar. Y entonces sentí el roce, débil e inconcluso, de sus labios. Una pequeña parte de los míos los sintió. Pensé “oh, Dios, ¿qué está haciendo…?”. Como yo no me moví, él empezó a abrir su boca, atrapando entre sus labios uno de los míos. Entonces yo simplemente me aparté débilmente y dije, con una risita nerviosa:

-          Por Dios, ¿qué haces?- no sé cómo ha de haber lucido su cara cuando se lo dije, pero su voz sonó levemente avergonzada cuando murmuró:

-           Lo siento… lo siento- entonces fijó su vista en el techo y yo en la televisión. Aunque escuchara el ruido de ésta, la verdad era que había un silencio incomodo ahí.

En las imágenes de la televisión, me comencé a ver a mí mismo sobre Itachi, revolcándome con él por el colchón, meneando la nuca y las caderas sobre su cuerpo. Pensé inevitablemente en el “si hubiera”…:

 Si hubiera abierto los labios o soltado un gemido en ese momento, él me hubiera hecho el amor… o no… no lo sé.

Si hubiera sacado la lengua para acariciar sus labios, el habría dejado la suya al alcance de la mía… ¿y luego?

No sabía por qué pensaba eso. Pero entonces sentí de nuevo unos dedos colarse entre los míos. Giré mi rostro y vi la sonrisa de Itachi.

-           Ya duérmete- me dijo.

“Olvídalo”, me dije, “olvídalo”. Él me abrazó, como había iniciado todo, y me besó la frente. Apagó la televisión, y no sé por qué pero eso me hiso estar casi seguir de que ya no me volvería a intentar besar en esa noche. La televisión encubría lo que hacíamos, ahora, si él hacía algo, tal vez oiría mis gemidos… Me alegré y entristecí. Duré horas para dormirme, y puedo decir lo mismo de Itachi… Él siguió acariciándome la espalda.

 

-          Buenos días- susurré a eso de las cuatro de la madrugada. Itachi rió, y yo también. No me había dado cuenta de a qué hora me había quedado dormido. Pero Itachi estaba despierto, y abrazándome aún. Sentí mi mano sudada y caliente. Cómo no, estaba entrelazada a la de Itachi, bajo las mantas. Sonreí y cerré los ojos.

 

Escuché voces en la cocina. Sentí frio, estaba solo en la cama. Giré sobre mí mismo, quedando con la mejilla pegada a la almohada. El sol entraba débilmente por la ventana. Ya había amanecido, y entonces recordé lo que me había dicho Itachi “Para cuando despiertes, ya estaré desayunando…” una frase tan simple, y aún así me hiso sonreír. Me decía que era un niño, y yo le decía que no era cierto. Pero a juzgar por lo de anoche, sí lo soy, pensé.

Adormilado me levanté a trompicones de la cama, observé a Itachi sentando en el sofá. Sonreí, nervioso.

-        Buenos días.

-          Hola…- saludó y me hizo ademan para que fuera. Él me ofreció un lugar a su lado, entonces yo sonreí y me senté en sus piernas. Él rió y negó con la cabeza, haciéndome a un lado delicadamente con sus brazos.

-          Aún eres un niño- me dijo.

-         ¿Y? ¿Acaso te molesta?

-         Por supuesto que no… Si no fueras un niño, no me pedirías que durmiera contigo.

Entonces lo que vino a mi mente cuando dijo eso fue “Cuando crezca, creo que haremos algo más que dormir…” Pero me lo guardé, y no lo diré nunca. Sólo esperaría pacientemente, como Itachi,  a que pasara un rato... Mientras tanto…:

 

-       - ¿Quieres dormir conmigo?

 

Fin.

 

Notas finales:

Gracias por leer, espero que les haya gustado :D

♥ Samadhi ♥


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