-Mami, mami ¿qué haces? ¿Por qué la abuelita Tsunade y tú están en ese cuarto y no salen a jugar conmigo? – preguntaba un pequeño niño rubio de 4 años através de una puerta blanca
-Descuida mi niño en un momento… - en eso se abre la puerta pero lo que esta dentro es impedido que lo vea el niño por el cuerpo de una mujer de aproximadamente 33 años, pelirroja y con ojos verdes.
-Mami, mami ¿y la abuelita? – preguntaba el niño
-Shh – silenciaba la mujer con un gesto dulce al niño, poniendo el dedo índice entre los labios del menor – lo que pasa es que la abuelita esta enferma y no puede salir a jugar contigo, le duele la cabeza y trato de hacer que se sienta mejor, así que mejor vete a jugar tu al jardín y en un rato iré contigo ¿de acuerdo? – le pidió la mujer y el niño sólo asintió con la cabeza diciendo ‘sí’
El niño, Naruto, fue corriendo al inmenso jardín adornado con hermosas flores, mientras tarareaba una canción, recolectaba diversas flores para su abuela enferma, esperando que con eso el ánimo de ella mejorara.
Al pasar unas horas él solo, y ver que su madre no llegaba, decidió ir a buscarla y que jugara con el porque se aburría… Iba caminado hacía la misma puerta blanca de antes pero antes de llegar a ella esta se abrió sola revelando a la misma mujer de rojos cabellos de antes, solo con la diferencia que ahora su cara, antiguamente blanca, estaba manchada con sangre carmesí.
-Naruto – susurró, pues no esperaba ver al pequeño allí - ¡Fuera inmediatamente de aquí! – ahora gritó
Naruto solo observo por largos segundos como su madre venía con él, pero antes siquiera de que lo alcanzara el corrió en dirección opuesta a la que iba. Corrió y corrió, pues a sus cortos 4 años de edad no era nada tonto y sabía que esa cosa roja en la cara de su mamá no era normal, corrió y se encerró a observar la televisión para olvidar lo que había visto antes. Estuvo largas horas allí hasta que alguien entró a su infantil cuarto, era Iruka el amigo de su padre que cuidaba de él y su hermano mayor, Deidara, el delfín (?) entro bruscamente para encontrarlo y llevárselo de ahí. Lo cargo en sus brazos y bajo las escaleras de la sala principal con el pequeño. Al salir hacía afuera Naruto pudo observar que fuera de su casa había una ambulancia y muchas personas con rostros tristes y rastros de haber llorado, el rubio al no comprender nada y que sucedía solo miraba atentamente todo hasta que vio rostros conocidos entre la multitud, era su padre Minato llorando junto a su abuelo Jiraiya y su hermano Deidara, Iruka lo soltó y Naruto, corriendo fue hacia su papá, este al verlo venir solo se limpio las lágrimas y lo alzo en brazos para seguir llorando.
-Naruto… mi niño, ¿estas bien, cierto? –El niño no entendía pero asintió – Todo esta bien… todo estará bien ¿de acuerdo? –
-Sí, papá, pero ¿Por qué estás llorando? ¿Y donde esta mami y abuelita Tsunade? Mamá tenía la cara lleva de una cosa roja, era sangre ¿verdad? ¿Se lastimo? – al decir esto último, el adulto lloro más fuerte… - Fue mi culpa ¿cierto? Mami se lastimo y yo no la ayude sólo me fui corriendo – Naruto también comenzó a llorar
-Descuida mi niño, nada fue tu culpa, ¿entiendes? nada - El Namikaze lo abrazó más fuerte hacía él ...
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